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TANGER NOIR, EN TÁNGER

En la imagen (la original es en color, pero siguiendo la recomendación de nuestro amigo Giancarlo Macannuco, la cuelgo ahora en blanco y negro, como debe ser en este caso): Pablo Macías, Sergio Barce, Alberto Gómez Font, Juan Carlos Sánchez, Santiago de Luca, Javier Valenzuela y Ricardo Crespo. Posábamos en la puerta del Cine Rif, de Tánger, y creo que alguien preguntó si se estrenaba una nueva versión de Los 7 magníficos. Le aclaré que no, que éramos parte de quienes hemos tenido la fortuna de participar en el nuevo número de la revista SureS: Tanger Noir. Que la presentación de la revista era el verdadero estreno de la tarde. Y que, además de nosotros, también forman parte de este número Oufqa Sahar, Touria Oulehri, Tina Suau Jiménez, Juan Madrid, Juan Sasturain, Karima Ziali, Simon-Pierre Hamelin, Iñaki Martínez y Trino Cruz.

El estreno de SureS Tanger Noir fue todo un éxito, lo que, según algún asistente, augura una posible secuela.

Todo gracias al esfuerzo titánico de su director Santiago de Luca.

 

 

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TANGER NOIR

Bajo la dirección de Santiago de Luca, en este libro nos damos cita los conjurados de Tánger. Relatos, artículos y poemas relacionados con el cine y la novela negra ambientados en Tánger como común denominador.

Con prólogo de Santiago de Luca, este número de la revista SureS, recoge artículos de Javier Valenzuela, Oufqa Sahar, Touria Oulehri, Pablo Macías y Tina Suau Jiménez. Entrevistas a Juan Madrid y Juan Sasturain. Relatos tangerinos de Karima Ziali, Simon-Pierre Hamelin, Ricardo Crespo, Alberto Gómez Font e Iñaqui Martínez. Y poema noir de Trino Cruz.

Entre los textos, se incluyen mis artículos «Cine noir en Tánger» y «En el Tánger noir de Javier Valenzuela».

Mañana, 11 de mayo, se presenta este número en la Cinémathèque Cine Rif de Tánger

 

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«LA MUERTE TENDRÁ QUE ESPERAR», UNA NOVELA DE JAVIER VALENZUELA

La novela negra, el noir, se alimenta de la realidad, de la cara oculta, de lo más bajo del instinto humano, de las bajezas éticas. La muerte tendrá que esperar, que cierra la trilogía escrita por Javier Valenzuela con Tánger como telón de fondo, es un excelente ejemplo de ello.

Con gran habilidad rescata personajes de sus anteriores títulos tangerinos, enhebra un sinfín de historias muy actuales alrededor de una trama principal y ofrece así una visión panorámica de la corrupción que campa a sus anchas cada día ante nuestras narices: la del rey emérito, la de los bitcoins, la policial de las cloacas del Estado, la de los eventos deportivos, la de la prensa… Y es que Javier, como brillante periodista, ha sabido introducir cada una de esas cuestiones que nos han llenado de zozobra y de desilusión estos años. Sólo el profesor Sepúlveda, de nuevo, es de, entre los protagonistas, el que parece que intenta sobrevivir sin que nada le salpique, observando lo que sucede con una mirada distante y sarcástica.

Pero también ha sabido humanizar y retratar a todos los demás personajes, que se hacen cercanos. A veces, me he reído con algunas de sus descripciones porque, solo con el físico, ya se adivina de qué personaje público real nos está hablando. Los clava. En este punto me parece muy valiente por su parte que sean así de reconocibles, hace la novela más realista y creíble.

Como ya hizo en sus otras dos novelas, es fácil moverse por Tánger siguiendo su relato. Para quienes conocemos bien la ciudad, nos situamos en cada escenario con una facilidad pasmosa; para los lectores que no han estado nunca en Tánger, supongo que les abre el apetito por conocerla. Se huele Tánger en estas páginas. Javier conoce en profundidad a la ciudad y a su gente.

 

   “…Orlov sonreía, nuevamente de modo manso y amistoso, y a Malika volvió a sorprenderle el gesto. Joder el bielorruso no siempre iba de tipo duro, también podía parecer humano. Él prosiguió:

-En fin, lo que me gustaría que le dijeras a tu chico es que ya no estoy en el L´Américain. Desde esta mañana, me alojo en un riad de la kasbah que se llama Saba´s House. Tiene muy pocas habitaciones, todas con nombres de celebridades. A mí me ha tocado la de Mick Jagger.

Malika le devolvió la sonrisa.

-¡Mick Jagger! No está nada mal. ¿Sabes que venía mucho por Tánger? Se enrollaba fumando kif y haciendo música con la orquestilla de un pueblo llamado Jajouka.

-Un pueblo rifeño, sí. Conozco la historia. Y si no la conociera, el museo que le tienen montado a los Rolling Stones en el Café Baba me la habría enseñado. Pero, bueno, tú dile a Messi lo que te he dicho. No voy a estar mucho tiempo en el Saba´s House. Es carísimo.

-Michael, ¿te puedo confesar una cosa?

-Por supuesto. Adelante.

-No entiendo por qué estás siempre cambiando de hotel.

-No es por mi gusto, Malika, puedes creerme -sonó el timbre de la puerta y ambos se giraron hacia allí. Bajo el dintel, una muchacha muy maquillada y con un hiyab fucsia miraba al interior con expectación. Malika le dijo en dariya que estaba cerrando y que podía volver mañana. La muchacha no insistió y se fue. Orlov volvió a mirar a Malika-. ¿Tú has visto una película que se llama The Bourne ultimatum?

-¿La de espías que rodaron aquí?

-Esa misma, con Matt Damon haciendo del espía Bourne. Pues si la has visto, recordarás su mejor escena: Bourne huyendo de unos sicarios por las azoteas de Tánger -Malika asintió en silencio, no tenía la menor idea de a dónde quería ir a parar el bielorruso-. Así me siento yo en esta ciudad, escapando como Bourne por las callejuelas y las azoteas.

-No exageres, Michael. Exagerar es cosa de nosotros, los latinos y los moros, no de vosotros, los eslavos o como os llaméis.

-No exagero, Malika. Mira, todos somos de alguna manera exiliados. Exiliados de nuestra infancia, de nuestra familia, de nuestra tierra, de los sueños que tuvimos… Yo tengo muchos de esos exilios dentro de mí, pero, además, me siento perseguido por ello…”

 

Sin duda, la corrupción es el gran tema de esta novela, y eso arrastra todo el lodo que enfanga la vida pública. Sin titubeos, retrata cómo funciona nuestra sociedad: el tráfico de influencias, las traiciones, los intereses de grupos corporativos, los engaños, la manipulación informativa… El dibujo se traza desde las capas más bajas, con sus aspiraciones de gloria (el personaje de Messi es un buen ejemplo), pasando por los poderes en la sombra (el comisario Romero), hasta los estratos sociales más inexpugnables, pero por ello sin duda más corruptos (el rey, los qatarís…). No deja títere con cabeza. Y deja un amargo sabor de boca al corroborarnos con esta novela que lo que huele a podrido es más profundo aún de lo que imaginamos. Javier Valenzuela está bien informado y se nota.

Pero siempre hay, además, tiempo para otras sub-tramas que nos dejan respirar algo de aire puro. El profesor Sepúlveda es quien muestra al menos algunos destellos de dignidad.

 

   “(…)

-Antes de que hablemos de otras cosas, me gustaría hacerle una pregunta personal, si n o tiene usted inconveniente -Sepúlveda dio su venia con la cabeza-. Me pregunto por qué sigue usted aquí, profesor. Ya sé que su trabajo está aquí y que su pareja es de aquí. Pero supongo que usted podría trasladar a España sin muchos problemas tanto su trabajo como su relación. Así que lo que me interesa, ya me conoce, es la razón profunda de su apego a esta ciudad. La razón filosófica.

-No puedo responderle con nada original, comisario. Creo que me ha pasado lo mismo que a Bowles. En mis primeros años, disfrutaba sintiendo que esta ciudad tiene una magia especial. Luego pasé a conformarme con que aquí se viva y se deje vivir. Y, por último, fui envejeciendo y el mundo me fue gustando cada vez menos. Así que para qué voy a cambiar, no hay por ahí fuera nada que merezca una mudanza…”

 

No sé por qué, pero en este diálogo se me coló la voz de Javier Valenzuela pronunciando las palabras de Sepúlveda, como si fuera él quien me las estuviera leyendo. No es la primera escena en la que me ha ocurrido, en Limones negros ya la escuché, pero aquí, en esta declaración, era más nítida y clara.

Una novela, en fin, para pasar un buen rato de lectura noir, sin necesidad de escenas de violencia, porque la violencia en este caso es sutil y moral, pero igualmente demoledora.

La muerte tendrá que esperar, ha sido publicada por la Editorial Huso.

Sergio Barce, mayo de 2022

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LAS LLAMAS NO PODRÁN CON LA LIBRERÍA PROTEO DE MÁLAGA

Abderrahman El Fathi, Ahmed El Gamoun, Ahmed Mgara, Ahmed Oubali, Alberto Gómez Font, Alfredo Taján, Alice Wagner, Alicia Acosta, Alicia Muñoz Alabau, Ana Añón, Antonio Abad, Antonio Bravo Nieto, Antonio Fontana, Antonio García Velasco, Antonio Herráiz, Antonio Lozano, Antonio J. Quesada, Aurora Gámez, Aziz Amahjour, Bernabé López García, Carlos Salazar Fraile, Carlos Tessainer, Carmen Enciso, Cecilia Molinero, Cristián Ricci, Cristina Martínez Martín, David Rocha, Eloísa Navas, Emilia Luna, Encarna León, Enrique Baena, Enrique Lomas, Farid Othman Bentria Ramos, Felicidad Batista, Fernando Castillo, Fernando de Ágreda, Fernando Tresviernes, Francisco Morales, Francisco Muñoz Soler, Francisco Ruiz Noguera, Francisco Selva, Fuensanta Niñirola, Guillermo Busutil, Herminia Luque, Hipólito Esteban Soler, Inmaculada García Haro, Iñaki Martínez, Javier Lacomba, Javier Otazu, Javier Rioyo, Javier Valenzuela, Jes Lavado, José A. Garriga Vela, José Mª Lizundia, José F. Martín Caparrós, José L. Gómez Barceló, José L. Ibáñez Salas, José L. Pérez Fuillerat, José L. Rosas, José A. Santano, José Sarria, Juan Clemente Sánchez, Juan Gavilán, Juan Goytisolo, Juan José Téllez, Juan Pablo Caja, Julio Rabadán, Laila Karrouch, León Cohen Mesonero, Leonor Merino, Lorenzo Silva, Luis María Cazorla, Luis Leante, Luis Salvago, Manuel Gahete, Marceliano Galiano, Marcos Ana, María Sangüesa, Mario Castillo del Pino, Miguel Romero Esteo, Mohamed Abrighach, Mohamed Akalay, Mohamed Bouissef Rekab, Mohamed Chakor, Mohamed El Morabet, Mohamed Lahchiri, Mohamed Sibari, Miguel Sáenz, Miguel Torres López de Uralde, Miguel Angel Moreta Lara, Montserrat Claros, Mustafa Busfeha, Pablo Aranda, Pablo Macías, Pablo Martín Carbajal, Paloma Fernández Gomá, Patrick Tuite Briales, Paula Carbonell, Pedro Delgado, Pedro Munar, Pedro Pujante, Pepe Ponce, Presina Pereiro, Rafael Ballesteros, Ramón Buenaventura, Randa Jebrouni, Remedios Sánchez García, Roberto Novella, Rocío Rojas-Marcos, Sahida Hamido, Said El Kadaoui, Saljo Bellver, Salvador López Becerra, Santos Moreno, Sergio del Molino, Sonia García Soubriet, Susana Gisbert, Tahar ben Jelloun, Tomás Ramírez, Víctor Morales Lezcano, Víctor Pérez, Yolanda Aldón y Zoubida Boughaba Maleem.

Todos estos autores podéis encontrarlos en la página web de la Librería Proteo, de Málaga, que, como ya sabéis ha sufrido un grave incendio.

Librería Proteo necesita nuestra ayuda. Con todos estos autores que he mencionado me une algo, vínculos afectivos y de amistad en unos casos o eventos compartidos en otros. Por eso destaco sus nombres. Y para ayudar a la Librería Proteo, que tanto significa para Málaga y para nuestras vidas, que es además la sede de Ediciones del Genal, con quien he venido publicando mis últimos títulos, os pido que compréis al menos un libro de cualquier de estos escritores, el que más os guste o al que queráis descubrir por primera vez, y que la compra la hagáis a través de la web de Librería Proteo, que os indico:

https://www.libreriaproteo.com/

Entre todos, la librería Proteo de Málaga va a renacer, y entre todos vamos a ayudarles a que vuelva a señorear como ha hecho en estos cincuenta años. Durante la dictadura fue el lugar donde poder hallar los libros prohibidos y censurados, el refugio de quienes buscábamos aire puro. Tenemos que reencontrarnos de nuevo entre sus estanterías, abriendo los libros que se exponen, oliendo las páginas recién editadas, hallando nuevas aventuras en las que embarcarnos… 

Sergio Barce, mayo 2021

 

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