CALENDARIO FIRMAS Y PRESENTACIONES – SERGIO BARCE

BARCELONA – SÁBADO, 20 DE ABRIL

A LAS 12:00 HORAS -LIBRERÍA FAHRENHEIT 451 – Carrer de la Ribera, 8 

Presentación de la novela TODO ACABA EN MARCELA de la mano del escritor YOUSSEF EL MAIMOUNI

 

BARCELONA – DOMINGO, 21 DE ABRIL

A LAS 14:00 HORAS – en SANT JORDI de POBLE SEC con CANDAYA

Firma de ejemplares por SERGIO BARCE

 

MÁLAGA – MARTES, 23 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – LIBRERÍA PROTEO

Club de Lectura con el libro EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS organizado por la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes

 

GRANADA – MIÉRCOLES, 24 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – CASETA 57 DE LIBRERÍA BALQIS – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemplares de la novela TODO ACABA EN MARCELA

 

VALENCIA – SÁBADO, 27 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – EN ESPAI NOU – FERIA DEL LIBRO

Presentación de la novela TODO ACABA EN MARCELA de la mano de la escritora SUSI BONILLA

 

VALENCIA – SÁBADO, 27 DE ABRIL

A LAS 19:00 HORAS – EN CASETAS 95-96 BIBLIOCAFÉ – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemplares de TODO ACABA EN MARCELA

 

MÁLAGA – VIERNES, 3 DE MAYO

A LAS 19:00 HORAS – EN CASETA LIBRERÍA PROTEO – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemlares de TODO ACABA EN MARCELA

 

MÁLAGA – JUEVES, 16 DE MAYO

A LAS 19:00 HORAS – EN ATENEO DE MÁLAGA

La narrativa de SERGIO BARCE por los escritores JOSÉ SARRIA y FRANCISCO MORALES LOMAS

  

 

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«CRUCE DE VÍAS», DE JOSÉ ANTONIO GARRIGA VELA

Hay libros que nacen de manera accidental y que, sin embargo, se convierten en el trabajo más querido o apreciado por su autor. Cruce de vías, publicado por Editorial Candaya, recoge muchos de los artículos que José Antonio Garriga Vela ha ido escribiendo para el diario Sur de Málaga durante casi treinta años, pequeños relatos que sus lectores esperábamos cada fin de semana como quien aguarda la llegada de un ser querido en la estación de tren.

Sé por Jose Garriga, que me lo ha ido contando durante los paseos que solemos hacer por el centro de Málaga y sentados frente a unas cervezas, que seleccionar estos 104 relatos de entre todos los que escribió para el periódico le ha resultado fatigoso, pero también doloroso y a la vez muy satisfactorio. De hecho, en la presentación que hizo en la Librería Proteo, confesó que éste era sin duda el libro más importante de su carrera, y eso que Jose Garriga tiene títulos ya emblemáticos para todos nosotros. Pero recuperar todas esas pequeñas maravillas que se habían ido desperdigando en cada número del diario Sur supone regalar al lector una joya, una obra casi perfecta del relato corto. Porque hay tantas excelentes y magníficas historias en este libro que, sinceramente, me cuesta distinguir las buenas de las mejores.

Olga Martínez, que dirige la editorial Candaya, se mostró exultante presentando el libro de Jose Garriga. No cabía de gozo, sabedora de que tiene entre manos un libro delicioso y maravilloso. Yo lo leo a cuentagotas, saltando de un relato a otro, deleitándome con la narrativa depurada y maestra de Garriga Vela. No me ciega nuestra amistad cuando hablo de esta manera tan entusiasta de su libro, me engañaría a mí mismo y a quienes leen este blog. No. Lo cierto es que se aprende mucho leyendo a Jose Garriga y se agradece que nos permita ensoñarnos con sus historias.

«…Ella me miraba y viajaba con mis palabras. Me decía que le gustaba oírme viajar. Y yo le respondía que cuando fuera viejo tendría la casa llena de viajes…» (del artículo «Granada», recopilado en Cruce de vías).

Estos artículos recogidos en Cruce de vías, estos relatos endulzados por las cálidas palabras de Garriga, se dividen  en «estaciones»: Estación de Francia, Estación María Zambrano, Tren de cercanías, Estación Términi, Orient Express, Estación Chhatrapati Shivaji, Union Station y Tren de las nubes. Porque Jose Garriga nos hace viajar con él y nos lleva a los lugares que más han marcado su vida. Es lo que escribía cada semana, su itinerario vital, su día a día que, a veces, transcurría en otro lugar. Me ocurre también que, cuando nos vemos, Jose Garriga me obliga a viajar con él. A veces al pasado y otras al futuro más inmediato. Mientras me hablaba de su sufrimiento a la hora de ir desechando artículos para este libro, temí que quizá, al final, tanto esfuerzo y trabajo no le satisfaciera del todo. Me equivoqué. Al final, Garriga Vela se siente feliz por el resultado del libro y nos ha hecho felices a los que le leemos al ofrecernos esta golosa colección de cuentos que seguiré releyendo para mi propio deleite.

No perdáis la ocasión de disfrutar con su lectura. Cruce de vías, de José Antonio Garriga Vela, Editorial Candaya.

«…Era un escritor que amaba tanto el silencio que cuando escribía dejaba las líneas en blanco. Páginas y páginas sin nada escrito que obligaba al lector a reflexionar en torno al vacío que tenía delante. Pero lo más curioso consistía en que los lectores pasaban horas mirando las páginas y leyendo dentro de su cabeza las historias. El escritor del silencio obtuvo enseguida éxito y la gente esperaba con gran expectación su siguiente obra, sin embargo él era un hombre lento y tardaba tiempo en acabar los libros. Pero cuando salían al mercado se agotaban inmediatamente porque conseguía conectar con el público, no por lo que decía sino por lo que callaba. No tardaron en aparecer estudios en torno a la deslumbrante obra del escritor de la imaginación en silencio. Estudios que hablaban del arte de la omisión o de la economía de palabras. Hubo quien llegó a publicar que aquel hombre nos estaba enseñando a pensar.

Nadie conocía al autor. Ningún periodista lo había conseguido nunca entrevistar. Era un escritor invisible que hablaba del silencio sin decir nada. Fue premiado en varias ocasiones, pero no iba nadie a recoger el galardón. Los asistentes se quedaban siempre esperando a que apareciera aquel genio que les había deslumbrado enseñándoles a interpretar el silencio que nos rodea. Alguno de sus libros tenía título e incluso dedicatoria. Unos eran más gruesos que otros, pero todas las páginas estaban en blanco, con la excepción del número de cada página en la parte inferior…» (de «El escritor del silencio», recopilado en Cruce de vías)  

 

     

         

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JOSE ANTONIO GARRIGA VELA Y SERGIO BARCE
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FRAGMENTO DE «MENDEL EL DE LOS LIBROS», DE STEFAN ZWEIG

Para quien sigue mi blog sabe que Stefan Zweig es uno de mis autores de referencia. Y su deliciosa novela corta Mendel el de los libros (Buchmendel) una de sus obras de referencia. No hay nada mejor para aislarse de este mundo infecto que las páginas escritas por el maestro Zweig, siempre lúcido y premonitorio. Hay que leer a Zweig.

Fragmento de Mendel el de los libros (de la traducción de Berta Vias Mahou para Acantilado):

 «…cada mañana el señor Standhartner, el propietario, venía en persona hasta su mesa y le saludaba. Por cierto que la mayoría de las veces sin que Jakob Mendel, enfrascado en sus libros, se diera cuenta. Entraba cada mañana a las siete y media en punto, y sólo abandonaba el local cuando se apagaban las luces. Jamás hablaba con los demás parroquianos. No leía periódico alguno. No reparaba en modificación alguna. Y cuando el señor Standhartner le preguntó cortésmente en una ocasión si no leía mejor con la luz eléctrica que antes bajo el pálido y vacilante resplandor de las lámparas de gas, él levantó la vista y, asombrado, contempló las bombillas. Aquel cambio, a pesar del bullicio y del martilleo de una instalación que había durado varios días, le había pasado por completo desapercibido. A través de los dos orificios redondos de las gafas, a través de aquellas lentes resplandecientes y succionantes, únicamente se filtraban en su cerebro los millares de infusorios negros de las letras. Todo lo demás que pudiera ocurrir a su alrededor fluía junto a él como un ruido sordo. En realidad, había pasado más de treinta años, es decir, toda la parte consciente de su vida, leyendo en aquella mesa cuadrada, comparando, calculando, en un estado de somnolencia constante que tan sólo interrumpía para irse a dormir.

Por eso, cuando vi la mesa de mármol de Jakob Mendel, aquella fuente de oráculos, vacía como una losa sepulcral, dormitando en aquella habitación, me sobrevino una especie de terror. Sólo entonces, al cabo de los años, comprendí cuánto es lo que desaparece con semejantes seres humanos…»

     

 

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NOTAS A PIE DE PÁGINA 18 – DE ESCRITORAS VARIAS A EMMA STONE, PASANDO POR TÁNGER

Me asombra y hasta me estremece pensar que mis últimas notas a pie de página las escribiera en noviembre del pasado año. Ya ha llovido. Y cuántas cosas han sucedido desde entonces.

A finales de verano del pasado año, ponía punto final a mi novela Todo acaba en Marcela, sin saber qué hacer con ella. Tras El mirador de los perezosos, había dado un giro de ciento ochenta grados y había saltado de mis historias más personales a una novela dura, escrita sin contemplaciones, sin censuras, y se abría un cierto abismo a mis pies al pensar en cómo reaccionarían mis lectores habituales y los nuevos. Una amiga me sugirió que enviara el manuscrito a Ediciones Traspiés, de Granada, que había iniciado una colección de novelas negras bajo el nombre de “Criminal”. Comprobé que ya habían publicado en esa colección a dos buenos y reconocidos escritores: José Luis Muñoz y Carlos Erice, lo que me animó a remitirles mi novela sin muchas expectativas. La experiencia anterior me decía que tardarían meses en responder y que, probablemente, la rechazarían con alguna excusa genérica y vaga. Pero me equivoqué. De inmediato, me contestaron que leerían la novela a la mayor brevedad, y así lo hicieron. Al poco, me comunicaban que estaban interesados en editarla, pero que no saldría hasta mediados del año 2024. De acuerdo, les dije. Pocos días después, por una carambola del destino, me anunciaban que adelantaban su publicación y que saldría el 19 de febrero. No me lo podía creer. Y volvieron a cumplir. Fascinante.

Ya la hemos presentado con éxito en la Librería Proteo de Málaga, de la mano de José Garriga Vela y Héctor Márquez, y en la Librería Prometeo de Torremolinos, con Víctor Pérez. Próximamente, lo haremos en la Librería Fahrenheit 451 de Barcelona, acompañado de Youssef el Maimouni, y en la Feria del Libro de Valencia,  con Susi Bonilla. En Tánger, tengo previsto que me acompañe Javier Valenzuela. Ojalá Iñaki Martínez lo haga en Bilbao y que Mohamed el Morabet o Luis Salvago también puedan compartir conmigo momentos en Madrid o donde se encarte. No hay nada mejor que hablar de tu libro con algún escritor amigo. En cualquier caso, la novela está superando mis expectativas iniciales, llenas de recelos, y los comentarios, llamadas y mensajes de los lectores me desbordan día a día. No deja indiferente a nadie y la mayoría me confiesa que no pudieron dejar de leerla. Parece que no ha sido mala idea escribirla.

Mientras tanto, mis lecturas siguen llenándose de páginas escritas por mujeres. En mis anteriores notas, hablaba de las novelas y libros de Leila Slimani, Annie Ernaux. Sara Mesa, Lydie Salvaire, Anna Ajmátova, Mª Isabel Peral del Valle, Marjane Satrapi, Ángeles Mora… Y parece que algo me atrae de ellas, porque sigo devorando obras escritas por mujeres. Releo a Fatema Mernissi, a la que es preciso volver de tarde en tarde. Asisto a la presentación de Teoría del tacto, de Fernanda García Lao, autora argentina, con una prosa eléctrica y acerada. Interesante escucharla, por su vehemencia, e interesante leerla para descubrir nuevas formas de narrar. Leo en Teoría del tacto, en el relato titulado No atender:

Hoy escuché una voz y dije, éste es Luis, nadie habla así, como entumecido. Dijo: Hola, ¿Graciela? Y luego: ¿Te acordás? Y sí, me acordaba, han pasado diez años, pero lo tengo acá, en el centro de la oreja. Colgué sin pensar, aunque no necesito el tubo para sentirlo. Digo, si quiere hablar conmigo no es necesario el aparato, que ya desconecté. El único que llama habitualmente es mi padre. Si no atiendo piensa que me sucedió algo feo, nunca contempla lo bueno. Yo tampoco, desde aquello. Tengo identificador para filtrar los llamados indeseables. Banco: no atender; vecina: no atender; encuesta: no atender. Luis me descolocó con el número privado. No le pude preguntar qué quería, me agarró aquel furor que creí superado. Diez años entrenando la distancia y se me viene a caer con un solo llamado…

Teoría el tacto ha sido publicada por Editorial Candaya.

Otra cosa es la Correspondencia Inédita 1958-1987 entre Carmen Laforet y Emilio Sanz de Soto. Edición de José Teruel, pata la Biblioteca de la Memoria, de Editorial Renacimiento. Leer cartas para gozar de la amistad y la bella connivencia de dos amigos íntimos y profundamente sinceros. Leer estas cartas que se remitían Carmen Laforet y Emilio Sanz no sólo te abre una puerta a la esperanza, sino que te reconcilia con lo mejor de nuestra cultura. En mi blog rescaté una parte de esta correspondencia cuando Emilio escribe acerca de Viridiana, de Luis Buñuel. La lucidez de sus exposiciones me ha servido de inspiración, y para animarme a creer en la creación. Me deslumbra la sencillez de Carmen Laforet, sus dudas, sus miedos a los lectores, su temor a no escribir a la altura que ella cree que debe hacerlo. He subrayado casi todas las cartas. Parece que sea un maniático, pero es una costumbre que no pierdo: la de remarcar todo lo que me parece exquisito o bueno o simplemente interesante. Todo lo que pueda aportarme algo no dejo de indicarlo de alguna manera: con un signo de admiración, con un subrayado, con una aspa… siempre a lápiz, por si me arrepiento más adelante. Aunque no suelo errar.

Leo en esta correspondencia acerca de lo que sucedió con el escritor tangerino Ángel Vázquez y el Premio Planeta:

Madrid, 18-19 de octubre, 1962.

Querido Emilio: Al llegar de Barceloa (ayer) encontré tu carta. Me dio la alegría de siempre y me desconsuela no poder hacer ese viaje a París este mes precisamente. Pero nos veremos.

Lo de Vázquez ha sido una pena. Y una rabia. La novela fue seleccionada y quedó finalista con 3 votos contra 4. Creo que Lara la publicará de todas maneras. Ocurrieron cosas peregrinas en la votación, de las novelas seleccionadas solo dos merecían atención: una era Ayer fuimos gigantes de Mª Jesús Echevarría (quedó eliminada en la tercera o cuarta votación) y otra la de Vázquez. La novela que premiaron es una verdadera porquería. La defendía Arbó que votaba por él y por Agustí (que no estaba ni había leído nada) y Gironella. A Fernández de la Reguera no le gustaba, pero la votó por lo siguiente: Yo le dije que a esa novela no le daba un solo voto pues era una novela que parecía la caricatura de otra que envió Rosa Cajal a la editorial y le devolvieron con un informe pésimo. Las dos novelas trataban de una pensión, en las dos (una casualidad hasta cómica) la dueña de la pensión se llama doña Eloísa, pero la de Rosa es una novela buena, y por tanto infinitamente mejor que Las bestias y el sol o El sol y las bestias * que es la rival de la de Vázquez. (*El sol y las bestias se publicaría con el título de Los enanos <Barcelona, Plaza & Janés, 1962>. En 1964, Concha Alós ganó el Premio Planeta con Las hogueras)

Estaba yo segura de que el informe era de Reguera que me odia violentamente por envidia. Reguera no dijo ni una palabra. Entrambasaguas estuvo genial, pues aborrece El sol y las bestias y además captó en seguida una actitud fea en F. Reguera y le hizo sufrir lo indecible cuando Reguera decidió el premio votando El sol, etc… Cuatro votos para esta horrible novela: de Gironella, Arbó, Agustí y Reguera. Votamos por Vázquez: Lara, Entrambasaguas y yo.

Ahora segunda parte: En el momento en que te escribo puede ser aún que Vázquez tenga el premio. La señora o señorita ganadora parece ser que tenía la novela comprometida con otra editorial (Plaza & Janés). Lara, que está hoy en Madrid, ha dicho por televisión que si hay ese compromiso la novela es para Plaza. Desde luego que él (primero él), Entrambasaguas y yo votamos a la de Vázquez y que en ese caso las 200.000 son de Vázquez. Dice que al volver él a Barcelona quedará aclarado el asunto. Y dijo además que había de 100% probabilidades, 99 y media, a favor de Vázquez. Eso puedes decirlo en el España. Pues creo de todas maneras que Vázquez tiene segura la publicación de la novela en Planeta si le interesa. Y probable el premio.

Desde luego mejor que Vázquez no se haya enterado del todo porque es para enfermar del corazón. Si gana, en cuanto me entere te pongo un telegrama.

De todas estas cosas han resultado algunas buenas.

1º Que -ya te contaré de palabra- Lara se ha dado cuenta del juego sucio de Reguera conmigo.

2º Que he conocido mejor a Entrambasaguas y me parece hombre divertidísimo (le reventaba, entre paréntesis la cita de Gil de Biedma que hace Vázquez en la novela) y le gustaba la novela por lo que tiene de tangerino, aunque no le gustaba del todo, pero sí, sin ninguna duda, más que El sol y las bestias, a quien Entrambasaguas, como yo, no dio ni un voto.

En fin. Veremos en qué queda. No sabes lo que me alegraría de que las pesetas fueran a Vázquez. Es algo que se merece en justicia. Bueno Emilio, espero tu visita con verdadera alegría. Ya estará todo resuelto para entonces.

Hoy 19

Anoche cené con Lara. Acabo de ponerte un telegrama; el premio es PARA Vázquez. Hoy sale en ABC la noticia…

Y en toda esta correspondencia, además del afecto que muestran por el autor de La vida perra de Juanita Narboni, cada carta rezuma el cariño y la admiración que Laforet y Sanz se profesaban el uno al otro y el que también sentían por la ciudad de Tánger.

De Sara Mesa leo Cara de pan, que ella me envió tras conocernos en Granada. Una novela intrigante y perturbadora, que me ha gustado por su ritmo pausado pero envolvente. Delicada en su forma de abordar esta extraña relación entre un hombre adulto y una niña, llena de contradicciones, deseos, frustraciones y sensualidad larvada. Una historia que se puede ir de la mano, pero que Sara Mesa sabe atornillar con gran destreza.

Escribe Sara:

“…La compasión con que Casi lo escucha cede su espacio a la fascinación: la vida del Viejo es cada vez más enigmática e intrigante. El Viejo tiene un padre-abuelo y estuvo en un manicomio -ahora piensa en esa palabra: manicomio-, tiene un pasado raro y oscuro, ha sido rechazado por una confabulación de policías de la mente que lo encerraron a la fuerza. Es posible que esa tarde, cuando finja hacer los deberes en casa, sentada en el escritorio en su cuarto tranquilo y con la puerta cerrada, escriba sobre todo esto, adornándolo aquí y allá con un tono adecuado: Poco a poco me va desvelando sus secretos; me los cuenta en voz baja, al oído; yo tiemblo mientras lo escucho; su voz es ronca y pausada, como la de los malos en las películas de miedo, pero él no es malo, yo no creo que él sea malo aunque posiblemente haya hecho cosas malvadas…”

Cara de pan, de Sara Mesa, ha sido publicada por Anagrama.

También acabo de leer una novela distópica y extremadamente dura, pero en absoluto disparatada. Se trata de Cadáver exquisito, de Agustina Bazterrica. Después de ver la excelente cinta de J.A.Bayona, La sociedad de la nieve, leer Cadáver exquisito tiene su miga. Porque de lo que trata esta novela es la de una sociedad en la que ya se ha asumido el hecho de que, para sobrevivir, hay que alimentarse de carne humana. ¿Llegaremos a eso? Nadie lo sabe. Pero hay aspectos sumamente interesantes en esta obra, excelentemente escrita, que no deja tiempo para tomar aire. La atmósfera en la que sume al lector es verosímil y aterradoramente creíble, por eso me parece tan fascinante. Y Bazterrica no se anda por las ramas a la hora de abordar lo más atroz de este planteamiento: la inhumanidad. Al acabar su lectura, tengo la sensación de que no estamos tan lejos de que, alguna vez, lleguemos a estos extremos.

Escribe Agustina Bazterrica:

“…El empleado agarra una manguera y lava el box y el piso manchado con excrementos. El más alto se baja de los escalones y se sienta en una silla con la cabeza gacha. Él piensa: ahora vomita. Pero se para y se recompone. Entra Sergio con una sonrisa, orgulloso de la demostración. <Y, ¿qué les pareció?¿Quieren probar?>. El otro se acerca y le dice: <Sí, yo>, pero Sergio larga una carcajada y le dice: <No, papito, para esto te falta mucho>. El otro parece decepcionado. <Te explico, querido. Si me lo matás de un golpe, me arruinás la carne. Y si no me los desmayás y entran vivos al sacrificio, también me arruinás la carne. ¿Me comprendés?> Y abrazo al otro mientras lo sacude un poco, riéndose. <¡Estos pibes de hoy, Tejo! Se quieren llevar el mundo por delante y no saben ni caminar>. Todos se ríen, menos el otro. Sergio les explica que los principiantes usan la pistola de perno cautivo, <tiene menos margen de error, ¿te das cuenta?, pero la carne no queda tan tiernita. Ricardo, el otro aturdidor que ahora está descansando afuera, usa la pistola y se está entrenando para usar la maza. Está acá hace seis meses>. Y remata: <Usar la maza es sólo para los entendidos>. El más alto pregunta qué le dijo a la carne, por qué le habló. Él se sorprende de que llame carne a la hembra aturdida, y no cabeza, o producto. Sergio le contesta que cada aturdidor tiene su secreto sobre cómo calmarlos antes de aturdirlos y cada aturdidor nuevo tiene que encontrar su manera. <¿Por qué no gritan?>, dice el más alto. Él no quiere contestar, él quiere estar en otra parte, pero está ahí. Es Sergio el que contesta: <No tienen cuerdas vocales>. El otro se sube a los escalones y mira la sala de los boxes. Apoya las manos en la ventana. Hay ansiedad en la mirada. Hay impaciencia. Él piensa que ese candidato es peligroso. Alguien con tantas ganas de asesinar es alguien inestable, alguien que no puede asumir la rutina de matar, el gesto automático y desapasionado de faenar humanos.”

Cadáver exquisito, de la escritora argentina Agustina Bazterrica, ha sido editada por Alfaguara.

También abordo a Jon Fosse. Su Trilogía (Trilogien), es un artefacto difícil de leer porque, como todo ejercicio basado en la técnica y en el engranaje, acaba a mi entender por ahogar la trama. Sí, es un libro curioso, y sí, escribe como le da la gana. Y sí, hay un juego de personajes que desaparecen y reaparecen reconvertidos en otros en una especie de espejos hipnóticos y giratorios que no acaba nunca, pero eso conlleva mucha paciencia por parte del lector y no estoy muy seguro de que no haya por ahí alguien que habrá acabado por desesperarse con este libro. Transcribir un pasaje de estos relatos que se entrelazan me parece inútil, porque no diría nada si no se es capaz de leerlo entero. Jon Fosse es el último premio Nobel de Literatura. No sé si se han olvidado de otros con más enjundia, creo que sí, aunque no seré yo quien los juzgue. Dios me libre, si existe. Los del Nobel sabrán. Yo sólo soy un lector impenitente y aprendiz de escritor. De pronto, me acuerdo de dos apellidos: Borges y Cortázar. Así, sin quererlo. ¿Por qué será que he pensado en ellos?

Un poco de cine, que siempre viene bien: veo por enésima vez El tercer hombre (The third man, 1949) de Carol Reed. Maravillosa. Una cinta impregnada de maldad. Lo más bajo del ser humano representado magistralmente por esa sonrisa cínica de Orson Welles interpretando a Harry Lime. Cine negro puro y directo, del clásico más auténtico.

Y veo Pobres criaturas (Poor things, 2023) de Yorgos Lanthimos. Una cinta que me ha deslumbrado por su intensidad dramática, por su ambientación exuberante, por sus interpretaciones alucinadas, en especial esa Emma Stone que todo lo hace bien, secundada por los siempre excelentes Willem Dafoe y Mark Ruffalo. Hay mucha carga de profundidad en esta historia de seres aparentemente limitados o transformados. Hay mucho de Frankenstein, y mucho de Tod Browning. Pura fantasía terrorífica, pero a la vez romántica (no hablo del romanticismo ñoño, sino del romanticismo poético). Subyugan sus imágenes, tan diferentes, tan distorsionantes, tan mágicas. Una película increíblemente bella.

Recibo en estos momentos los comentarios de Maribel Méndez, la bibliotecaria del Instituto Cervantes de Tánger, tras leer mi novela Todo acaba en Marcela. Y me hace reír. Parece que a ella también le ha gustado. Otro punto a favor. No está mal para acabar estas notas a pie de página de hoy.

Sergio Barce, 28 de marzo de 2024

 

 

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CARMEN LAFORET

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