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RABAT, 8 DE JUNIO – CONVERSACIÓN CON KARIMA ZIALI SOBRE «EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS», DE SERGIO BARCE

Lleno de ilusión por acudir al SIEL de Rabat de este año gracias a la invitación de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, para conversar con Karima Ziali de mi libro El mirador de los perezosos (Premio Andalucía de la Crítica) el día 8 de junio, a las 18:30 horas. Además, ese mismo día, a las 17:00 horas, acudiré como espectador a otra conversación en torno al magnifico libro de Gonzalo Fernández Parrilla, Al sur de Tánger, que charlará con Abdelkader Chaui. Todo esto es un privilegio que voy a disfrutar con todos estos amigos y con algunos más que sé que también estarán en el SIEL hablando de sus obras y creaciones.

 

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TANGER NOIR, EN TÁNGER

En la imagen (la original es en color, pero siguiendo la recomendación de nuestro amigo Giancarlo Macannuco, la cuelgo ahora en blanco y negro, como debe ser en este caso): Pablo Macías, Sergio Barce, Alberto Gómez Font, Juan Carlos Sánchez, Santiago de Luca, Javier Valenzuela y Ricardo Crespo. Posábamos en la puerta del Cine Rif, de Tánger, y creo que alguien preguntó si se estrenaba una nueva versión de Los 7 magníficos. Le aclaré que no, que éramos parte de quienes hemos tenido la fortuna de participar en el nuevo número de la revista SureS: Tanger Noir. Que la presentación de la revista era el verdadero estreno de la tarde. Y que, además de nosotros, también forman parte de este número Oufqa Sahar, Touria Oulehri, Tina Suau Jiménez, Juan Madrid, Juan Sasturain, Karima Ziali, Simon-Pierre Hamelin, Iñaki Martínez y Trino Cruz.

El estreno de SureS Tanger Noir fue todo un éxito, lo que, según algún asistente, augura una posible secuela.

Todo gracias al esfuerzo titánico de su director Santiago de Luca.

 

 

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TANGER NOIR

Bajo la dirección de Santiago de Luca, en este libro nos damos cita los conjurados de Tánger. Relatos, artículos y poemas relacionados con el cine y la novela negra ambientados en Tánger como común denominador.

Con prólogo de Santiago de Luca, este número de la revista SureS, recoge artículos de Javier Valenzuela, Oufqa Sahar, Touria Oulehri, Pablo Macías y Tina Suau Jiménez. Entrevistas a Juan Madrid y Juan Sasturain. Relatos tangerinos de Karima Ziali, Simon-Pierre Hamelin, Ricardo Crespo, Alberto Gómez Font e Iñaqui Martínez. Y poema noir de Trino Cruz.

Entre los textos, se incluyen mis artículos «Cine noir en Tánger» y «En el Tánger noir de Javier Valenzuela».

Mañana, 11 de mayo, se presenta este número en la Cinémathèque Cine Rif de Tánger

 

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«UNA ORACIÓN SIN DIOS», UN LIBRO DE KARIMA ZIALI

 Una oración sin dios es la primera novela de Karima Ziali. No es un libro extenso, pero sí es de una gran intensidad. En alguna parte he escrito que es una novela envolvente. En efecto, estas páginas poseen algo que te emboza, que te engulle, como le ocurre a Morad, el protagonista, que es absorbido por una vida que no ha elegido. Con una estructura inusual, toda la primera parte es un recorrido casi lineal por el día a día de este joven que se quiebra en los últimos capítulos dando un arriesgado salto atrás, a los orígenes. Eso hace que la novela se balancee en un equilibro muy frágil, pero acertado, quizá como prolongación inevitable a la vida del protagonista, que es una vida llena de trampas y de desengaños, vivida al límite. Ser musulmán y ser un ferviente creyente o ser musulmán y transgredir el Corán y cuanto su madre le ha enseñado, ser musulmán y vivir el sagrado mes de Ramadán de forma estricta o ser musulmán e infringir lo aprendido en la madrasa. Ésa es la lucha interna de Morad, su búsqueda de la verdad, de su verdad.

«Morad empieza a sentir cierta inquietud. Algo le hierve por dentro. Su estómago ruge de hambre, se retuerce ante los efluvios dulces y calientes que emanan de todas las tazas. Una fuerza intangible y benévola dirige a Morad hacia la mujer. <¿No sabes que estamos en el mes de Ramadán?, ¿qué haces comiendo? Debería darte vergüenza>. A Morad parecen caerle las palabras del cielo. Siente la incomprensión de su gesto que surge de una forma tan fluida, tan sensata, tan llena de razón. Tiene la sensación de que todo proviene de un mundo inocente e imperturbable. Su tono y su velocidad mantienen el ritmo de una ceremonia iniciática de la que, por un breve instante, se cree maestro y artífice.

Morad permanece en silencio. La mujer lo mira sosteniendo la taza. Todo lo que viene después desencadena en él un sentimiento de caos que lo perseguirá todo el día. Ella esboza una ligera sonrisa, levanta la mano y dirige con impecable precisión la taza de café a su boca, tratándola como si fuera una ambrosía, ingiriendo su líquido sin apartar ni un segundo la mirada de los ojos de Morad.»

 Situar durante el mes de Ramadán toda esa primera parte del libro subraya aún más la incertidumbre y el desasosiego que atrapa a Morad en una tela de araña que lo asfixia. Quiere comprender y quiere encontrar, pero la falta de oxígeno es abrumadora. Su profesor Domènech, que hace acto de presencia en instantes cruciales, es como ese salvavidas que le lanzan a quien se ahoga pero que tarda en descubrirlo entre las olas y tarda aún un poco más en alcanzarlo a nado. Todo es un caos interno en Morad, una pelea entre sus dos yo. Y Domènech, como contrapunto a su madre, Farida, es quien le va dando las pistas para salir de su laberinto.

«…Domènech no dice nada. Parece estar ahí como quien pasea a solas. Morad se limpia las migas pegadas a sus labios enrojecidos y con la mirada pegada al suelo solo se le ocurre decir <es una mierda ser moro>. Domènech detiene el paso y Morad, que acaba de escuchar las palabras que han salido por su boca, es incapaz de articular un sonido más. Respira y levanta la vista hacia Domènech que lo mira con su calma particular. <Ser moro no es lo que hace que tu vida sea una mierda>. Morad asiente y en seguida se arrepiente de lo que ha dicho. Su pómulo derecho parece una pelota de papel de lija que pule su carne por dentro. <No pienses que por ser español las cosas te serían más fáciles>, sentencia Domènech que retoma el paso, <entre tú y yo no hay tanta diferencia. Eso es lo que mata al mundo, pensar que somos distintos.>   

Morad vive con una bolsa de plástico que le cubre la cabeza, y a manotazos, a bocados, a gritos, trata de librarse de ella. Quiere respirar y ver la luz, dejar a un lado las sombras, sacudirse la presión de una educación estricta basada en la religión. Ser libre. Por eso es una novela envolvente, porque esa asfixia del protagonista la experimenta el lector y hay que llegar al último capítulo para saber si al final esa bolsa de plástico se rompe y se vuelven a lenar los pulmones de aire puro. Los de Morad y los nuestros. 

Karima ha escrito una novela dura y sin concesiones, envolvente.

Una oración sin dios ha sido publicada por Ediciones Esdrújula.

Sergio Barce, mayo 2023 

 

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