Archivo de la etiqueta: Viajando por el Magreb Hispánico

CON MÁS LIBROS DE AMIGOS

Sigo colgando imágenes pertenecientes a mi biblioteca en las que alguna de mis obras acompaña a los títulos de buenos y queridos amigos escritores.

Hoy: mi novela El libro de las palabras robadasjunto a Larache. Poemas, de Mohamed Al Baki, y a Música andalusí, de Julio Rabadán. 

Mi libro de relatos Paseando por el zoco chico. Larachensemente, posando con Carta desde el Toubkal, de Pedro Delgado, y junto a Viajando por el Magreb Hispánico, de José Edery.

Y mi novela El laberinto de Max, junto a Miramar, de Carmen Enciso y Eloísa Navas; Yamna, de Said Jedidi, y Ras R´Mel, de Antonio Herráiz.

 

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«LA INDEPENDENCIA DE MARRUECOS EN MI RECUERDO», POR EL ESCRITOR Y MÉDICO LARACHENSE JOSÉ EDERY BENCHLUCH

Pepe Edery Benchluch tiene una memoria envidiable, y, como bien sabemos los que le conocemos, un humor incombustible. De sus recuerdos, ha extraído un hecho histórico tan crucial como emocionante: la independencia de Marruecos. Y de este acontecimiento, nos trae un detalle muy personal pero realmente excepcional, incluso envidiable por lo que representa el haberlo vivido en primera persona. No voy a desvelarlo, porque lo mejor es hacerlo siguiendo el detallado relato de Pepe Edery…  

Sergio Barce, mayo 2014

SERGIO BARCE, JOSE EDERY y ADNAN MECHBAL

SERGIO BARCE, JOSE EDERY y ADNAN MECHBAL

LA INDEPENDENCIA DE MARRUECOS EN MI RECUERDO

El conflicto surgido entre los gobiernos de España y Francia relacionado con la independencia de sus Protectorados respectivos en Marruecos, según pude leer en mis periódicos habituales como eran el España de Tánger y El Ideal de Granada, comenzó a disminuir al comenzar el año 1956, a los pocos meses de haber iniciado mis estudios universitarios de medicina en Granada. Por primera vez y después de tres años de discrepancias políticas entre la Residencia General de Francia en Rabat y la Alta Comisaría en Tetuán, aparentemente, se calmaron. Y desde noviembre de 1955, en que fue nombrado el antiguo Prefecto de Policía en Francia monsieur André Louis Dubois como nuevo Comisario Residente General del Protectorado francés en la zona sur de Marruecos, las relaciones mejoraron con su homólogo español en Tetuán en la Zona Norte el Alto Comisario el General Rafael García Valiño.

LA VANGUARDIA 1956

Pudiéndose reunir ambos en las afueras de la ciudad de Larache, en los “dominios de Protectorado” del Alto Comisario. Protectorado español cuya extensión territorial era aproximadamente un tercio del correspondiente a la zona francesa, siendo por añadidura mucho más pobre y desprovisto de riquezas naturales exceptuando la región del río Lukus.

La reunión tuvo lugar el 10 de enero de 1956 en la residencia familiar del conocido empresario de Larache don José Gomendio Ochoa, uno de cinco prestigiosos y destacados “Don José” de la ciudad larachense junto a Gallego (banca, molinos y cines), Gargallo Vea (autobuses), Cazorla (ultramarinos) y Torres Aspe (material de construcción). Estos tres últimos, fallecidos en 1962. Gomendio, que falleció en diciembre de 1979 en Madrid, era Doctor Ingeniero Industrial y propietario de la Compañía Agrícola del Lukus, que había adquirido al barón de Rothschild unas dos décadas antes de la independencia. La residencia denominada “El Palafito”, por tener dicha vivienda la estructura de los palafitos construidos sobre pilares, estaba situada a unos 10 kilómetros de la ciudad, en la carretera de Alcazarquivir, ciudad también ribereña del río Lukus, más conocida como Alcázar. pero ubicada en el interior a 15 kilómetros al norte del límite fronterizo hispano francés del poblado y frontera de Arbaua y a 34 kilómetros al sureste de Larache.

Arbaoua - La rentrée au camp

El encuentro entre ambos dignatarios se desarrolló sin incidencias en un ambiente sosegado y casi bucólico, rodeados de extensas plantaciones de naranjos, sus famosos y codiciados frutos de reconocida fama en el exterior. Y todo en una atmósfera impregnada de olores y fragancias de azahar. De todo ello y de los aparentes buenos resultados de las conversaciones, se hicieron eco los periódicos españoles y franceses; y con la novedad de unos comentarios de prensa muy favorables del encuentro en ambos países.
Recuerdo que, según la prensa, el Residente General monsieur Dubois, cuyo “mandato” en Rabat duraría algo más de un año hasta la independencia del país, aunque fuese superior al año de duración de sus dos predecesores en el cargo, el General Boyer de Latour y Gilbert Granval, había hecho referencia a los extensos bosques de alcornoques (denominados “montados” por los portugueses) de la región que había visitado. Que los larachenses denominan la Ghaba (significa en árabe dialectal “bosque”), y que observó a lo largo de la carretera poco después de salir de Larache. Árboles del género “quercus” (también lo son las encinas o ilex y algunas especies de robles, y de los que existen más de 500 especies diferentes) similares a los que el señor Dubois había visto en el interior de las regiones de Rabat y de Kenitra que correspondía a los grandes bosques de La Mamora. Extensos bosques también de la edad cuaternaria, pero a diferencia de los larachenses, que son del tipo “lusitanica”, eran de la variedad “Quercus suber”, aunque asimismo de hoja perenne. Este tipo de alcornoque recuerdo que mis compañeros de pensión que estudiaban farmacia, en sus asignaturas de “Farma” y “Botánica” figuraba con el nombre de “Quercus larachensis” también llamados “Quercus lusitanica”, con cuya variedad se había poblado y repoblado Extremadura. Lo que ha servido a estas zonas extremeñas, al igual que en Larache, para crear industrias de curtientes y de corcho gracias a que éste es rico en taninos y curtientes. Además de servir de alimento con sus dulces bellotas a sus famosas piaras que son la base de los famosos jamones y embutidos tanto “mangurrinos” como “belloteros” de ambas respectivas provincias extremeñas.

TIME - MOHAMED V
Pero este canto de sirenas, tras el encuentro y reunión de los dos máximos responsables políticos de ambas zonas de Protectorado, comenzó a disiparse cuando un mes después, el 15 de febrero, se iniciaron en París sin participación, y creo que incluso sin conocimiento oficial, de España, negociaciones directas entre Francia y Marruecos. Con la presencia del Sultan Sidi Mohamed Ben Yousef, a quien Francia había desterrado junto con su familia, primero a la isla de Córcega en agosto de 1953 y posteriormente en enero de 1954 a la isla de Madagascar. Pero el gobierno francés tuvo que reponerle el 16 de noviembre de 1955 en el trono alauita que había usurpado u ocupado a su pesar por imposición gala su anciano tío Mohamed Ben Arafa. Por lo que Mohamed V había reinado con el título de Sultán desde 1927 a 1953; y tras el destierro desde 1955 a 1957, año este de 1957 en que sustituye el título de Sultán por el de Rey.

Presidente René Coty

Presidente René Coty

Asistieron a las negociaciones el Presidente de la República René Coty, que presidió el país desde finales de 1953 hasta enero de 1959 en que transmitió la presidencia al General De Gaulle poniendo fin a la IV República; y su Primer Ministro el socialista de línea marxista Guy Mollet, cuyo Gobierno dirigió entre 1956 y 1957. Y dos semanas después, un viernes 2 de marzo de 1956, una declaración conjunta del abogado socialista Cristian Pineau, que era desde febrero el Ministro de Asuntos Exteriores (hasta mayo de 1958), y del marroquí natural de Berkane, ex militar y ex Bajá de Sefrou M´Barek Sid Bekkaï como Primer Ministro, con el correspondiente protocolo e intercambio documental, confirmaba solemnemente “el reconocimiento por parte de Francia de la independencia de Marruecos”. Información que se transmitió públicamente en un discurso por radio el 7 de marzo al pueblo marroquí.

FRANCO Y EL REY MOHAMED V
La rapidez con la que Francia reconoció la independencia de su zona de Protectorado en Marruecos puso a España en una situación política muy inconfortable. Lo que en términos de juego de cartas llamaríamos “ganar y/o forzar la mano”. Por lo que, al mes siguiente, del 4 al 7 de abril, el Sultán Mohamed Ben Yousef fue recibido en Madrid con grandes honores, visitas y programaciones castrenses por el Jefe del Estado español Francisco Franco Bahamonde. A este encuentro y visita, el Sultán asistió bien predispuesto, como me había relatado muchos años después el que fue primer Embajador de España en Marruecos tras la independencia y entonces Cónsul General en Rabat desde 1953 el diplomático mallorquín José Felipe de Alcover; que había acompañado al monarca en el viaje y visitas a Madrid. Ya que en los días y reuniones previas del viaje, nuestro Cónsul, cuyas relaciones con el Sultán eran muy cordiales, no dejó de recordarle que el Gobierno español nunca apoyó al “seudo Sultán” Mohamed Ben Arafa. Y que durante el destierro de Mohamed V, como Cónsul y representante de España en el protectorado francés, se abstuvo de acuerdo con Madrid, como signo oficial de disconformidad, de visitar el Palacio Real en Rabat. Alcover ya había sido Cónsul en Casablanca en 1943 y permaneció como Embajador en Rabat hasta agosto de 1958 en que fue sustituido por Cristóbal del Castillo quien durante 10 años desde 1945 había sido Cónsul General en Tánger y al que conocí por primera vez en la clínica del cirujano urólogo larachense Dr. Amran (“Armando”) Amselem Benmaman en la tangerina calle de San Francisco, donde el Cónsul era un asiduo paciente.

Mohamed Ben Arafa

Mohamed Ben Arafa

El sábado 7 de abril de 1956, ya entrada la madrugada del domingo, se da a conocer desde el Palacio del Pardo, tras duras y largas conversaciones a pesar del ambiente cordial y en las que había participado el Ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo, un comunicado en el que se reproducía casi en su totalidad el Protocolo franco marroquí del 2 de marzo, por el que el Gobierno español reconocía la plena soberanía y la independencia de Marruecos pero sin ninguna alusión a Ceuta y Melilla, que eran consideradas parte integrante de España.
El domingo 8 de abril, a las 10 de la mañana, a las pocas horas después del comunicado, en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas y pilotado al parecer por el Teniente General González Gallarza, según comentarios de la tripulación, el Sultán Mohamed V llegó al pequeño aeropuerto de Armilla en Granada donde fue recibido por las más altas autoridades de la ciudad y por un numeroso grupo de universitarios de Marruecos, estudiantes en la ciudad.

EL REY MOHAMED V EN LA ALHAMBRA

Era una soleada mañana dominical de primavera donde las parejas granadinas solían disfrutar de románticos paseos por el denominado popularmente “Tontodromo” (“Paseo de los Tontos”). Itinerario que iba desde Puerta Real por el Paseo del Salón y de la Bomba hasta el Parque del popular merendero “El Kiosco de las Titas”. Algunas parejas al regresar tras haber subido a la Alhambra, descendían tras recorrer los palacios y jardines nazaríes por la Puerta de las Granada a Plaza Nueva, centro neurálgico entonces de chateos y aperitivos; y en cuyos aledaños la Bodega Castañeda servía su famosa y explosiva bebida denominada popularmente “media follaza”, a base de vino Málaga, rhon negro, vermouth, azúcar de caña, hielo y soda con un toque de ginebra.
Tras descender Mohamed V del avión y unos breves saludos protocolarios con las autoridades, el Sultán se dirigió directamente a los estudiantes que no parábamos de vitorearle a pie de pista. Pero lo curioso fue que se dirigió directamente primero hacia mi persona y me saludó dándome la mano, con unas palabras que no retuve por la sorpresa y emoción del momento. Y con cara risueña, aunque con grandes ojeras y signos de fatiga por las intensas conversaciones de unas horas antes en Madrid, al mismo tiempo que continuaba saludando a los estudiantes nos repetía en árabe y en francés: Desde anoche ya tenemos la total independencia. El que se dirigiera a mí primeramente es porque yo estaba algo adelantado en primera fila, ya que por mi pequeña estatura siempre solía colocarme en todos los actos y acontecimientos el primero y por delante, para que no me estorbasen la visión. Lo que me permitió en esta ocasión aparecer destacado el lunes saludando al Sultán, en la primera página del periódico El Ideal de Granada, página casi amarillenta que conservo con cariño y nostalgia.

EL REY MOHAMED V EN LA ALHAMBRA - acompañado por su hijo el futuro rey Hassan II

EL REY MOHAMED V EN LA ALHAMBRA – acompañado por su hijo el futuro rey Hassan II

Entre los estudiantes en el aeropuerto de Armilla que fuimos a recibirle, estaban mis compañeros larachenses y tetuaníes de pensión y de la Residencia de Estudiantes del Carmen de la Victoria, en la Cuesta del Chapí. Entre los marroquíes que vivían en la Casa de Estudios Árabes, situada frente al Carmen de la Victoria, también en la Cuesta del Chapí que daba acceso al Sacromonte (por lo que los estudios de algunos quizás con tantas distracciones y tablaos flamencos, dejaban a veces que desear) recuerdo a los futuros galenos oriundos de Tetuán, como a Fadel Ben Yaich (su hijo es el nuevo Embajador en España), magnífico cantaor y aficionado al flamenco que falleció en el atentado del Palacio de Shkirat siendo el médico personal del Rey Hassan II; Mohamed Nesh Nesh destacado lider socialista ya desde entonces; al oftalmólogo Loh; a los inseparables galenos rifeños Bennani y Madani, habituales en los tablaos y salas de la calle San Matías y aledaños, etc. Y a otros apreciados amigos, compañeros y paisanos de Marruecos que han sido destacados profesionales de la medicina y de la abogacía, pero de los que mis maltrechas neuronas no recuerda los nombres aunque sí la cara, figura, actuaciones y afecto. A todos ellos, Mohamed V les fue saludando uno a uno estrechándoles la mano y a veces con algunas palabras. Actitud que siempre recordamos agradecidos, puesto que el cansancio se apreciaba que iba aumentando en el Soberano. Y todavía le esperaba el recorrido por la ciudad ante los vítores de la población, la recepción oficial, la visita al mausoleo de los Reyes Católicos que solicitó y el almuerzo en el Generalife, antes de descansar en los aposentos que le habían reservado del Parador Nacional de San Francisco, en la Alhambra.
Cursando el sexto curso de la carrera, en el año 1961, me llegó la triste noticia del accidental fallecimiento del querido Sultán y Amir al Muminim (“Comendador de los creyentes”) Mohamed El Jemis (jemis significa “quinto”, como le solía llamar el pueblo) en medio de una simple intervención quirúrgica de tabique nasal, en forma similar a lo acaecido en Madrid a la madre de la Reina Sofía. El óbito del monarca alauita fue muy sentido por todo el pueblo marroquí y en gran manera entre sus súbditos judíos (legislativamente “protegidos” del Sultán). Ya que durante todo su reinado fue su gran defensor; y especialmente de forma muy valiente oponiéndose al régimen pro nazi del Gobierno de Vichy a las medidas discriminatorias y antijudías impuestas por los franceses en su Zona de Protectorado de Marruecos. Medidas más acentuadas y antijudías a las usuales discriminatorias que siempre existieron durante todo el Protectorado francés.

MOHAMED V

A diferencia y en contraste con la Zona del Protectorado español donde nunca existieron dichas medidas, ni siquiera actos excepto alguno puntual y aislado. Y quizás con la excepción durante la Guerra Civil española de la actuación. durante el conflicto y primeros años de la Guerra Mundial, de actos y actuaciones antijudías a cargo de la Falange española, principalmente en Tetuán; con similares características a como actuó en Ceuta y en Melilla.
Mohamed V, por su actuación en defensa de sus súbditos judíos durante el Protectorado de Francia en Marruecos, ha sido propuesto por personalidades judías para el título de “Justo entre las Naciones”, único mandatario o personalidad árabe propuesta hasta la fecha. Al igual que en honor de su hijo el Rey Hassan II, los judíos de origen marroquí han dado el nombre de ambos monarcas a numerosas plazas y monumentos en ciudades de Israel. Uno de estos fue promovido por el coronel israelí de carros blindados natural de Larache, Eliahu Barak (transformación de su nombre larachense de Elías Belity, conocidos empresarios de chatarrería en la ciudad del Lukus) durante su campaña para alcalde de la importante ciudad de Rehovot.
Dr.José Edery Benchluch
Madrid, mayo 2014.

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CREADORES LARACHENSES

Viene bien recordar, de tarde en tarde, la labor de los artistas de Larache, ya sean escritores, pintores, escultores o cineastas… Sirva hoy esta primera relación de algunas de nuestras portadas de nuestros libros, algunas de nuestras esculturas, algunas de nuestras pinturas o los carteles de nuestras películas. Sin duda, hay mucho que mostrar…

Novela

de SERGIO BARCE

Escultura

de MARINA LÓPEZ MATRES

Novela

de CARLOS TESSAINER

Libro de relatos

de MOHAMED AKALAY

Cuadro

de RACHID SEBTI

Libro de relatos

de LEON COHEN

Recopilación de Textos de varios autores

por MOHAMED LAABI

Poemas

de MOHAMED AL BAKI

Acuarela

de MANUEL BALAGUER

ARROUCHA, poemas de

ABDERRAHMAN JEBARI

Libro de Juegos

de FRANCISCO SELVA

Poemas

de MOHAMED SIBARI

Novela

de CRISTINA MARTÍNEZ

Cuadro

de HAKIM EL HARRAK

Poemas

de AHMED DEMNATI 

Novela

de LUIS MARÍA CAZORLA

Una película

de ABDESLAM KELAI

Poemas

de MOHAMED LARBI BOUHARRATE

RAS R´MEL un libro

de ANTONIO HERRÁIZ

Un libro

de CARLOS GALEA

Poemas

de MUSTAPHA BOUHSINA

Cuadro

de FRANCISCO SELVA

Un film

de MOHAMED CHRIF TRIBAK

Libro de relatos

de SARA FERERES DE MORYOUSSEF

Escultura

de EMILIO GALLEGO

Picaresca – teatro

de ABDELMAWLA ZIATI

Fotografía

de GABRIELA GRECH

Poemas

de MERCEDES DEMBO

Cuadro

de ABDELLATIF BELAZIZ

Libro

de JOSÉ EDERY BENCHLUCH

Novela

de SERGIO BARCE

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VIAJANDO POR EL MAGREB HISPÁNICO (3) del escritor larachense JOSE EDERY BENCHLUCH

Último tramo del libro de Pepe Edery. Estas últimas doscientas páginas son más de trazo histórico y religioso, y el libro se convierte en un detallado documento en el que, además de continuar desvelando algunas leyendas y tradiciones más, especialmente el dedicado a las ghadas en el Magreb y los yennun, que son temas que me interesan personalmente, también dedica varias páginas muy interesantes al General Mezián, personaje curioso muy ligado a Larache.

Pero esta vez Pepe se adentra con mayor hondura en su estudio, descripción y miniaturista estudio de las mezquitas, tanto de Túnez, Argelia como de Marruecos, aunque a estas últimas les dedica más atención por su cercanía y por su cariño a nuestra tierra. Por supuesto, se demora con delectación en las mezquitas de Larache, que además nos sirve para proseguir con nuestros paseos por las calles de la ciudad. Así que  de su mano, nos vamos de visita a las mezquitas larachenses:

<En Larache o El Araich el primer edificio que atrajo la atención de las tropas españolas que desembarcaron en 1911 en la playa del Barandillo fue la mezquita Nasriya, junto al primer colegio del Patronato Militar Español de principios del siglo pasado. Recuerdo que en mi infancia las olas del mar, durante la época de grandes mareas, barrían la calle y lamían su puerta. Situada en un extremo de la calle, que es como un paseo-balcón de la playa fluvial, su alto alminar se eleva sobre la puerta de entrada  presentando varios tramos de decoración en tonos blancos y azulados. Se presencia es notable y atípica en el paisaje del borde urbano, en los aledaños de la playa y sobre la ribera del río Lukus. Construida en el siglo XVIII por la cofradía morabítica de los nasyirin en honor de su santo fundador Sidi Ahmed Nasr Dari, está constituida por un edificio de tres crujías o espacio comprendido entre dos muros de carga, con tres tramos paralelos al muro de la quibla.

Mezquita Nasriya o Nasría

El Zoco Chico larachense es uno de los mercados más bonitos de Marruecos por su estructura y tradicional estilo arquitectónico, que fue construido en el siglo XVIII. Un espacio urbano que unía el barrio de la Alcazaba a través de su puerta del siglo XV cubierta con bóvedas de ladrillo y con un arco en herradura con decoración polilobulada con paños de sibka, con el barrio de las Kebibat (cupulitas). A través de su puerta con su misma denominación que comunicaba con el castillo Al Nasr, de San Antonio o de las Kebibat, tres denominaciones sucesivas desde su construcción en el siglo XVI tras la batalla de los Tres Reyes o del Mejazén, por el Sultán Ahmed al Mansur al Daabi.

Castillo Al Nasr, de San Antonio o de las Kebibat

En este castillo, histórico baluarte defensivo en la historia de Marruecos, España y Portugal, situado al final del extremo norte del acantilado y mirador del Balcón del Atlántico, dominando la desembocadura del río Lukus en una espléndida panorámica, estuvo ubicado el Hospital Civil. En el que muchos prestigiosos médicos españoles de mi anterior generación dejaron constancia y recuerdos de su arte galénico (doctores Los Certales, López Astral, Amselem, Mayor, Consuegra, Dalebrook, Seguí, Muñoz, Quetglas, etc…). Situado frente al Consulado de España (el edificio Flecha), actualmente se halla abandonado y en completa ruina. La tercera puerta de acceso al Zoco Chico es la de la Medina, construida en 1612, que daba acceso a la plaza de Armas, espacio previo a la construcción del zoco chico. Fue remodelada en época del Protectorado al mismo tiempo que se construía la plaza de España, hoy denominada plaza de la Liberación, tradicional y principal centro urbano y comercial de la ciudad.

Mezquita Mayor

En el zoco chico se encuentra la mezquita Mayor o Jamaa Kebir construida en el siglo XVIII por mandato de Ibn Abdalah sobre el solar de una antigua mezquita fundada por el Sultán Mulay Ismail en el siglo anterior. El edificio de unos 1.200 metros cuadrados consta de cuatro naves, cinco tramos de arquerías y patio porticado. Su mihrab en medio del muro de la quibla es un artístico nicho de sección pentagonal con un arco de herradura. La mezquita posee cinco entradas diferentes: tres para los fieles, una para el imán y una para los servicios funerarios. A semejanza de la mezquita Nasriya, que era como un vigilante espiritual para los obreros del mar, esta jamaa conforma perfectamente la dualidad funcional de las mezquitas al servir de espacio de oración y de espacio social. Se apoya para esta función en la vecina madrasa, creada inicialmente en 1170 como fondac (albergue) de mercaderes, y en los artesanos y comerciantes del zoco chico y de su alcaicería.

Mezquita Anwar

La mezquita Anwar y la Torre de la antigua Comandancia de Marina son los edificios que más sobresalen en una panorámica de la ciudad desde la otra orilla del río o desde las ruinas púnico-romanas del Lixus. Atravesando desde el zoco chico la puerta de la alcazaba se encuentra la mezquita en la plaza del mismo nombre. Construida en el siglo XV, fue reconstruida en el siglo pasado sustituyendo su antiguo minarete de tipo cuadrado por el actual alminar octogonal. El edificio se asienta sobre mezquitas anteriores construidas en los siglos XV y XIX, edificadas en los espacios del antiguo convento y cementerio cristiano de San Francisco, del siglo XVII. Se caracteriza en su arquitectura por su sala indiferenciada de tres naves con tres tramos cada una, y su galería con pórticos.

La mezquita Mesbahiya, fundada originalmente como zauía para los fieles de la cofradía fundada por Sidi Yilali el Mesbahi en el siglo XVII, está situada en pleno barrio de las Kebibats, en las cercanías del sadik (justo) judío de la ciudad Rebí Yusef Hagalili (José el Galileo). Fue construida en los siglos XVIII y XIX y restaurada durante el Protectorado español. Consta de cuatro crujías de cinco tramos cada una, paralelas, al muro de la quibla, sin patio de abluciones, y con un blanco alminar trabajado con azulejos en su mitad inferior>.  (Pag. 471 y ss.)

Como cierre a su antológica Summa, el doctor José Edery Benchluch también nos explica profusamente la existencia, historia y estado actual de las sinagogas en el Magreb, en Marruecos en especial y, de nuevo, calmosamente en las de Larache. Me remito a su artículo que ya colgué en este blog sobre las snogas, pues hay parte en aquel de lo que describe en su libro, aunque he de advertir al curioso que en su libro los datos sobre las sinagogas de Larache son francamente jugosas.

El capítulo último del libro, además de dedicarlos a las sinagogas, ofrece una gran variedad de aspectos relacionados con los hebreos: su tradición gastronómica, el sexto mandamiento en Marruecos –muy simpáticas las anécdotas sobre los prostíbulos, especialmente durante su infancia, y la calle Real de Larache-, la escritura fenicio hebrea, el Bar Mitzvá, etc, etc…

De todos ellos, reproduzco un fragmente que me ha resultado aleccionador. Desde siempre, he utilizado la palabra “hebreo” y raramente la de “judío”, incluso algún amigo me ha hablado de ello diciéndome que siempre le ha llamado la atención mi manía. Pues ha sido precisamente Pepe Edery quien me ha dado la respuesta: simplemente proviene de algo que se implantó en la zona del Protectorado, y que yo, nacido ya en un Marruecos independiente, “heredé” de alguna manera de mis padres. Y esta es la explicación:

<Franco y los judío-hebreos de Marruecos:

Tras la Guerra Civil española, en la España de Franco, en sus colonias, Protectorado y Plazas de Soberanía, se utilizaron las denominaciones judío y hebreo en dos sentidos diferentes. Franco publicó en 1926, dos años después de la retirada y evacuación de Chauen o Xauen durante la Guerra de Marruecos, un artículo en el que resaltaba la dignidad y las virtudes de los judíos que vivían en la ciudad marroquí, entre los que tuvo varios amigos. Algunos de los cuales fueron los que probablemente intercedieron ante los banqueros judíos de Ceuta y de Tánger para obtener préstamos y donaciones (a fondo perdido) para ayudar al Alzamiento que se produjo diez años después. Este filosefardismo labrado en Marruecos, según Álvarez Chillida, será esencial para comprender  su postura de ausencia de un antisemitismo declarado, tanto durante la guerra como en determinadas declaraciones. Puede que influyeran también sus probables antecedentes genéticos judíos, de los que se vanagloriaba públicamente su hermano Ramón, que era aviador, y de los que Hitler ordenó se investigaran.

Franco quiso distinguir, y en este sentido orientó su política, entre los judíos <buenos> y los judíos <malos>. Estos segundos eran los europeos, <aliados en cuerpo y espíritu>, según su concepción, con sus enemigos, que eran Rusia, los comunistas, la masonería y los judíos norteamericanos. Acordaros de su famosa frase del <contubernio judeo-masónico> en la mayoría de sus discursos. Los judíos <buenos> serían los sefarditas, especialmente los que vivían en Marruecos, a los que se denominaría <hebreos>, para que no se confundieran con los <malos>. Por ello en el Protectorado, en Ceuta y en Melilla, hasta fechas muy recientes, se utilizaba la denominación de <hebreo> por parte, no sólo de los cristianos, sino también de los propios judíos>.  (Pág. 518)

Dr. JOSE EDERY BENCHLUCH

Sea como fuere, mi personal uso de la palabra “hebreo” quizá provenga de aquí, pero en lo más profundo deriva de mi idea de que esta palabra es más respetuosa, quizá porque la de “judío” fue tan manoseaba, vilipendiada y despreciada, especialmente en las etapas más oscuras de la historia europea, que me resulta mucho menos atractiva. Pero esto es una cuestión muy personal.

En fin, llegados al final del libro <Viajando por el Magreb Hispánico> hemos de concluir que es una obra imprescindible para consultar, estudiar, aprender y, claro, viajar, especialmente a los larachenses, que de una u otra forma lo harán de regreso. He disfrutado con muchas de sus partes, como ha quedado patente en mis tres entregas o comentarios al mismo, y reitero una vez más que es un trabajo espectacular.

Última hora: Pepe Edery <nos amenaza> con la inminente publicación de un segundo volumen. Y yo me pregunto, ¿pero aún le quedan más temas que tratar? Parece que sí, de manera que gracias a él tendremos una pequeña gran biblioteca de consulta, ampliable.

Sergio Barce, octubre 2012

 

 

 

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VIAJANDO POR EL MAGREB HISPÁNICO (2), del escritor larachense JOSÉ EDERY BENCHLUCH

VIAJANDO POR EL MAGREB HISPÁNICO  (2)

Segunda entrega. Pasada la página 400 de esta maravillosa enciclopedia, cumplo mi promesa en este intento por resumir y abarcar todo el valor del libro del Al Tebib Pepe Edery.

Me he encontrado en estas otras doscientas páginas de “Viajando por el Magreb Hispánico” con tal profusión de temas, anécdotas y detalles históricos que no tengo más remedio que volver a quitarme el sombrero: chapeau! Y aceptar que mi desconocimiento en tantas materias comienza a ser preocupante. ¿O será que Pepe Edery sabe más de lo que debiera? Seguro que mi pregunta le hace sonreír.

Pero lo cierto es que se aprende, y se aprende mucho en este libro de viajes, de memorias, de anecdotarios, de Historia, de historias… ¿cómo calificarlo? Imposible. Ya dije en la primera entrega que es una especie de Summa, y sin duda lo es. Pero también es un mosaico lleno de humanidad y de afecto hacia el Magreb, y en especial hacia Marruecos, y más exactamente hacia Larache, que es la debilidad de Pepe Edery.

La parte central de “Viajando por el Magreb Hispánico” arranca con la Independencia de Marruecos, que nos relata a través de sus propias experiencias personales y familiares y a través de lo protagonistas que han escrito la Historia de ese acontecimiento fundamental del país. Su admiración por la labor del rey Mohamed V es evidente.

Fantásticas son sus anécdotas personales, como la que vivió con el doctor Omar el Khatabi, que recomiendo. Y entre una cosa y otra, mi querido Pepe Edery me enseña, como el extraordinario hombre-enciclopedia que es, el significado y protocolo de los saludos y de las bendiciones en la cultura magrebí, como el beso (confieso que alguna vez he cometido alguna imprudencia o torpeza con alguna amiga marroquí en público, de lo que uno se da cuenta en el mismo instante del error), o la blasfemia, la muerte y el entierro y los ritos funerarios, la leyenda de los Siete Durmientes, o de la diferencia entre Barakallahu fik y Chukram, el significado de los diferentes números para cada una de las tres religiones –a Pepe García Gálvez le encantará la parte dedicada al número siete-, y nuestro Al Tebib Harofé nos hace viajar también por la Historia llevándonos desde los califas Alí y Abd al Rahman I hasta el actual monarca Mohamed VI mientras a la vez nos explica las diferencias entre los sunnitas y los chiítas, qué supuso la Marcha Verde sobre el Sahara, nos habla de las monedas en el Magreb, de la actividad del padre José Lerchundi en Marruecos, o el origen y el significado en la cultura marroquí de personajes reales, como el famoso General Mizián o la Duquesa de Guisa, y ficticios, como Yoha, que es tan popular en tantos relatos.

Santuario de Lalla Menana

Así como la leyenda de la patrona de Larache Lalla Menana… Porque hay además un extensísimo capítulo sobre los santos del Magreb, muy curioso y lleno de datos históricos y anecdóticos.

El capítulo de los rezos es amplio, curioso, aleccionador, pero es una buena enseñanza para acercarse a los pilares del Islam, a cómo se practican los rezos en cada lugar, a sus significados, cuáles son los rituales desde la ablución hasta el propio rezo; y muy detallista es también su relato sobre las manifestaciones públicas del Shavuot en Larache y los rezos de su padre, de Babá. Y también son curiosas sus explicaciones sobre la postergación, el acto de descalzarse antes de entrar en la mezquita o la Fatiha.

Hay una breve pincelada en esta parte del libro que me gustaría reproducir porque nos trae recuerdos a todos los larachenses, una imagen que está grabada en nuestra memoria, la del barquillero:

<En un local del Pasaje Moreno, Dris el Lahguar (el tuerto, pues debía tener una anomalía en un ojo) vendedor ambulante frente al Cine Ideal, con su carro de cuatro ruedas, de pipas, cacahuetes, camarones hervidos, almendras y demás comestibles, para entretenimiento durante la proyección cinematográfica, había instalad un depósito de chufas para preparar horchata. Con el tiempo instaló sucursales con sus carros ambulantes frente a los cines Teatro España, Cine Coliseo y Cine Avenida, y además junto al carro, un ayudante vendía barquillos. El barquillero es un personaje típico madrileño, con la venta o rifa de sus tradicionales barquillos de canela o de miel. En el Marruecos español del Protectorado, y en la región occidental de Argelia, se reflejaban y tenían su ubicación las mismas costumbres y actividades de las provincias españolas, en simbiosis con las tradiciones magrebíes.

Cine Coliseo

Y una era el barquillero, sobre todo a la puerta de los colegios y de los cines, con su coloreada y dibujada bombona metálica coronada por su ruleta, y la cesta de mimbre repleta de barquillos. La numeración de la ruleta, de entre 12 y 20 números repetidos del 1 al 4, iban intercalados por cuatro, seis o más espacios llamados clavos, en los que si la hoja al girar se paraba, se perdía. Se podía optar por comprar directamente el barquillo, lo que era más barato y seguro, o bien jugar, que es lo que hacíamos la mayoría, ya que, aunque la jugada era más cara, había posibilidad de ganar cuatro deliciosos y crujientes barquillos. Dris, a las horas de la oración, extendía una pequeña estera en la puerta, dificultando en ocasiones el paso de transeúntes, para hacer sus plegarias preceptivas.>

Nos lleva al interior de un Hammám en Larache, al cementerio judío, incluso a la Plaza de Toros que se montó en Larache.

<En Marruecos fueron efímeras las Plazas de Toros de Uxda, quizás la más antigua donde Romerito toreó en 1912, la de Villa Sanjurjo –Alhucemas- inaugurada en 1951 y la de Larache. Sobre todo ésta, que se construyó en ladrillo y piedra, sin chiqueros, en los terrenos lindando con la Hípica militar y los bosques de los Viveros municipales por iniciativa del Ingeniero de montes Mariano Jaquotot Uzurriaga, amigo del Alto Comisario el teniente general Orgaz, quien le había destinado a Larache en 1943. El ejército español del Protectorado ayudó en su construcción en un tiempo súper record para celebrar una sola corrida, en la que participaron los cuatro hermanos Bienvenida. Es decir, Pepe, Antonio, Luis y Juanito –éste, que era el pequeño, cumplía su servicio militar en la ciudad-, estando la plaza en la actualidad totalmente en ruinas.>

Construcción de la plaza de toros de Tánger

Y es que, para mi sorpresa, he descubierto que el padre de Pepe Edery fue socio de la Plaza de Toros de Tánger, un monumento único en África que languidece como tantas otras joyas arquitectónicas del pasado de Marruecos que se están perdiendo absurdamente, cuando podrían ser heredadas como parte de la historia y del patrimonio del país y dedicarlo a centro cultural, recinto para conciertos y teatro, en fin, un  monumento de incalculable valor.

Plaza de Toros de Tánger

Y aunque el libro es tan extenso como denso, cuando habla de Larache se detiene, toma aire y relata con parsimonia, casi acariciando las palabras. Sirva de ejemplo, una anécdota familiar de Pepe Edery, para mostrar su peculiar forma de explicar la forma de ser marroquí, en este caso el “conformismo” tan característico de nuestra idiosincrasia cultural:

<Recién terminada la Guerra Civil española, el que fue gran rabino sefardita de Haifa, en Israel, el entonces rabino principal de Meknes durante el Protectorado de Francia en Marruecos, Rebí Yusef Messas, visitó a su hermanastro Yamín <mi abuelo paterno> que residía en Larache, en la zona costera atlántica del Protectorado de España. Yamín llevaba una vida tranquila y sosegada, conformándose con las ganancias que obtenía de su tienda de ultramarinos en la calle Real y el arrendamiento de alguno de sus inmuebles. Por la mañana iba a su sinagoga, de la que era propietario, y luego unas pocas horas matinales las pasaba en la tienda charlando con los clientes; el almuerzo, la tradicional siesta, algunas lecturas de la Torá <había estudiado en un yechivá o seminario de Meknés>, breves paseos por el puerto, charlas con los amigos que se cruzaba, que eran muchos, otra vez sinagoga para rezos y charlas vespertinas, a cenar y a dormir. Su hermano, al observar lo exiguo de sus ganancias, y que de éstas gran parte se las llevaban los pobres y necesitados a los que solía vender de fiado y cuyos préstamos nunca cobraba, al igual que la mayoría de los alquileres de sus inmuebles, le aconsejó y propuso, con un inhabitual espíritu europeísta, quizá adquirido en Argelia, cómo aumentar las ganancia.

Rabí Yusef Messas

-Mira, Yamín, lo que tienes que hacer es trabajar por las tardes y muchas más horas. Con el tiempo ganarás más dinero, ahorrarás y podrás comprarte más casas, lo que a su vez te aumentará las ganancias y podrás continuar ampliando tus negocios. Así, cuando tengas sesenta años, es decir, dentro de unos veinte años, podrás vender todo y con los millones que has ahorrado y ganado podrás vivir como quisieras.

Mi abuelo Yamín le preguntó, al que acababa de dejar su puesto de gran rabino en Tlemcén en Argelia, para aceptar un puesto menor en su ciudad natal de Meknes.

-Jay (hermano) Yusef, y cuando tenga tantos millones, ¿qué haré?

A lo que le respondió su hermano, también pequeño de talla pero rubicundo y luciendo una abundante y prematura barba encanecida.

-Pues entonces pasearás cuando quieras, charlarás con tus amigos, podrás leer tranquilamente, alquilar tus casas, comprarte una sinagoga, dormir lo que se te apetezca, dar limosnas a todo el que te la pida, disfrutar de la familia y no preocuparte de nada de este holam (mundo).

Yamín, con su voz suave y tranquila, característica en todos los hermanos, pero con un pequeño fondo socarrón, le contestó:

-Ah, jay. ¿Para qué tanto trabajo, esfuerzos y ganancias? Y sobre todo, ¿por qué tengo que esperar veinte años para hacer lo que vengo haciendo todos los días?

Sorprendido Yusef ante esta lógica tan simple y conformista, muy propia del país donde ambos habían nacido y vivido, tras una espontánea carcajada, abrazó a su hermanastro y con expresiones cariñosas, mezcla de árabe y hebreo, le dijo entre otras frases de aprobación:

-¡Andek al hak, a jay la´aziz! -Tienes razón, mi querido hermano-.> 

También nos lleva a la Zauía Kadiria y a la procesión de los aixauas, recuperando escenas que parecen hundidas en el olvido.

Cuando Pepe Edery nos habla de la Fatiha, también explica las similitudes que existen entre los rezos musulmanes, hebreos y cristianos, y de aquí le robo cariñosamente las estrofas o rezo musulmán que prueban lo anterior, que demuestra la convivencia e intercambio cultural existente, y que me sirve además para poner punto y final a esta segunda entrega de mis impresiones sobre su libro. Las estrofas dicen: 

<Que los verdaderos creyentes, los creyentes de Al Kitab, el libro de las tres religiones, tanto ellas como ellos, son amigos los unos de los otros>.

Sergio Barce, julio 2012

 

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