
Mohamed Sibari
Mohamed Sibari, nació en la provincia de Larache en 1945. Narrador prolífico, poeta accidental, Sibari es uno de los escritores más conocidos de Larache. Mérito suyo, como el de Dris Diuri, Mohamed Akalay o Momata, es la de escribir su obra en castellano, cuando su lengua natural es el árabe. Dejaré para más adelante hablar en otro artículo de sus cuentos, y hoy me centraré en su libro “Poemas del Lukus”.

En él, Sibari hace una recopilación de su obra poética que estaba diseminada en publicaciones, revistas y periódicos tanto marroquíes como españoles. Son poemas en los que habla de su amada Larache pero también de sus sentimientos más profundos.
Larache
Bella y esbelta
Mirando a su delta
De peineta sus alminares.
Su rostro, por Helios besado de día,
Y de noche alabado por Selene.
En su pecho, amor eterno
Y mezcla de confesiones.
Su falda, de jardines.
Un pie en frondosa tierra,
Y el otro, en azul de los mares.
En las Hespérides, su templo de flores.
En los meandros de su río,
El camino de las deidades,
De allende los mares.
Ésta es nuestra villa,
Ésta es mi Larache.
Tuve la fortuna de escribir el prólogo a este libro, y que transcribo:
Sidi Mohamed Sibari es un narrador, un contador de cuentos y, por tal motivo, los poemas que se recogen en este libro destilan, como no podía ser de otra manera, la naturaleza de cuenta cuentos del autor. Efectivamente, no es difícil leer como un relato algunas de estas poesías.
Los poemas de este libro son un racimo hecho de injertos; no existe una unidad temática sino que, haciendo honor al título del libro los <Poemas del Lukus> son, más bien, afluentes que nacen de ese río mítico. Así, Sibari se regodea en los meandros del Lukus para cantarle a su amada ciudad de Larache o al propio río o a la gente del pueblo; pero se atreve también a cantarle a otras ciudades: a unas por su hermanamiento con Larache, como Almuñécar, y otras porque forman parte de otro mito que parece encandilar a este escritor: Granada, Córdoba… es decir, Al-Andalus. Pero no olvida a Ceuta, ni a Tetuán. <Ablución> sería quizá un ejemplo de lo que busca en tales versos. Son, en fin, sus ciudades, las que ha conocido en profundidad, de las que guarda un sentido de la nostalgia muy peculiar, personal, entrañable e intransferible.

Sergio Barce, Mohamed Sibari & Rachid Serrokj

Mohamed Sibari con Sergio Barce
Por tanto, los poemas hablan de su tierra y de la otra tierra que aún sigue en sus sueños, la de los mitos y las leyendas: Lixus, Medina Azahara, la patrona de Larache <Lalla Mennana>…
No desdeña, sin embargo, desnudar sus sentimientos en otros poemas del libro. Habría que destacar en este sentido alguno de estos últimos: <Me pregunto>, <Vieja luz>, y sobre todos <Sueño>. Ahí sí desborda su sentido poético al narrativo y el mirarse las entrañas le obliga a destilar su pluma y pulir el estilo. Y, posiblemente, sea en sus poesías más íntimas donde la obra alcance su verdadero valor.


No olvida, por supuesto, a los personajes, pues su vena narrativa se lo impide, y dedica versos a sus amigos pero, también, a sus enemigos, y mientras a los primeros los mece en una barca cruzando el Lukus, a los otros los empuja hasta la mar, más allá de la desembocadura del río y los caricaturiza y los ridiculiza. Sólo ahí se le suelta la mano y desliza su humor corrosivo.
<Poemas del Lukus>, en definitiva, es una amalgama de los poemas que ha ido escribiendo Mohamed Sibari durante mucho tiempo, años quizás. No le intimida el hecho de no aglutinarlos en un tema en concreto sino que los expone tal cual son, tal y como han sido concebidos y paridos. <Mi río> podría ser el corazón del libro, el que justifica su título, posiblemente la declaración de amor a su tierra, el poema que explica el por qué sigue escribiendo desde su Larache, desde el Balcón del Atlántico, clavadas sus pupilas cristalinas en las aguas de <su río>.
Mi río
Mi río, no es cualquier río
Mi río llora y gime
Mi río canta, sonríe y ríe.
El Guadalquivir nace en la sierra.
Mi río, como el maná, nace del cielo.
Es fruto del aire, del viento, rayos, truenos,
Tormentas, nubes, granizo y finalmente agua bendita.
Mi río es atalaya de civilizaciones,
Historia fenicia, romana y musulmana.
De oráculos, mosaicos y anfiteatros.
De marineros, salazones, alevines y delfines
En nupcias o fiestas,
Atrae a sus hijos desde allende los mares.
Mi río alimenta, y sed sacia a pino,
Eucalipto, álamo, olivo o acacia.
Mi río es alegría, inspira.
Es musa literaria, bañada en bucólica poesía.
Mi río purifica,
Y en su regazo a los pies de “Larache”
Como un vigía,
El camino indica a los creyentes,
En época de romería.
Mi río, es mucho río.
Este poemario fue presentado por Sibari en el Día de Larache en Málaga que organizó la asociación cultural <Larache en el Mundo> que presido en colaboración con AEMLE y El Corte inglés, en julio de 2007.

“Día de Larache en Málaga”, julio de 2007, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés. En la mesa, cuatro autores larachenses: Mohamed Sibari, Mohamed Akalay, Sergio Barce & Carlos Galea
Entre su profusa obra destacan <El babuchazo> (La-la Menana y AEMLE, Tánger, 2005), <El caballo> (EMI, Tánger, 1993), <Cuentos de Larache> (AEMLE, Tánger, 1998), <Pinchitos y divorcios> (La-la Menana, Madrid, 2002) o <De Larache al cielo> (AEMLE, Tánger, 2006).