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¡FELIZ AÑO 2019!

Os deseo a todos un muy feliz año 2019. Como siempre, para felicitaros utilizo una escena cinematográfica inolvidable: el final de El apartamento (The apartment, 1960) de Billy Wilder.

¡FELIZ AÑO 2019!

HAPPY NEW YEAR!

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HOLLYWOOD Y EL CINE DE AVENTURAS EN MARRUECOS 2

Marruecos ha sido y es uno de los grandes “platós” del cine mundial, y fue precisamente Marruecos el país que eligió el gran John Huston para rodar su largamente deseada versión del relato de Rudyard Kiping The man who would be King, es decir, que El hombre que sería Rey, traducida en España para comercializarse como El hombre que pudo reinar.

El hombre que pudo reinar - cartel

Gracias a la osadía y arte del maestro Alexander Trauner, Marruecos se convirtió en el viejo Afganistán en el que se desarrolla la trama de esta maravillosa película de aventuras. Alexander Trauner, escenógrafo y director artístico o diseñador de producción, ha sido quizá el mejor de los directores artísticos, siendo el responsable de la escenografía, dirección o diseño de producción de muchas obras maestras: desde La edad de oro (L´âge d´or, 1930) de Buñuel hasta El apartamento (The apartment, 1960) de Billy Wilder, pasando por films como Le quai des brumes (1938) o Los niños del paraíso (Les enfants du paradis, 1945) ambas de Marcel Carné, el Otelo (The tragedy of Othello: the moor of Venice, 1952) de Orson Welles, Rififí (Du Rififi chez les hommes, 1955) de Jules Dassin, Tierra de faraones (Land of the Pharaohs, 1955) de Howard Hawks, Cómo robar un millón y… (How to steal a million, 1966) de William Wyler, El otro señor Klein (Mr.Klein, 1976) de Joseph Losey, Subway (1985) de Luc Besson, Alrededor de la medianoche (Round midnight, 1986) de Bertrand Tavernier, y además de la antes mencionada de El apartamento, para Billy Wilder también trabajó en Ariane (Love in the afternoon, 1957), Testigo de cargo (Witness for the prosecution, 1957), Uno, dos, tres (One, two, three, 1961), Irma, la dulce (Irma la douce, 1963), Bésame, tonto (Kiss me, stupid, 1964), La vida privada de Sherlock Holmes (The privates live of Sherlock Holmes, 1970) o Fedora (1978).

Michael Caine y Sean Connery en El hombre que pudo reinar

Michael Caine y Sean Connery en El hombre que pudo reinar

Pero quizá fue con su única colaboración con Huston en El hombre que pudo reinar, cuando Trauner realizó su trabajo más increíble. Utilizó parte de Marrakech para convertirla en una ciudad india, y las bellas montañas del Atlas pasaron a ser el salvaje Afganistán. Su diseño de ese país llamado Kafiristán y especialmente de la ciudad sagrada de Sikandergul quedan grabadas en la retina de los amantes del cine.

De modo que Marruecos, como escenario de este film, es una pieza clave. Como lo son también algunos actores marroquíes que intervinieron en la película.

The-Man-Who-Would-Be-King

Todo buen amante del cine conoce El hombre que pudo reinar no solo porque es una de las obras más queridas y redondas del imperfecto pero genial John Huston, sino porque sus actores protagonistas crean aquí unos de sus mejores trabajos interpretativos. Los dos soldados masones y pícaros que crean Sean Connery como Daniel Dravot y Michael Caine como Peachy Carnehan son sencillamente geniales. John Huston contaba que sus protagonistas iniciales, cuando comenzó a pergeñar esta película en los años cuarenta, iban a ser Humphrey Bogart y Clark Gable, al paso de los años pensó en Burt Lancaster y Kirk Douglas, y luego en Paul Newman y Robert Redford, pero cuando el guión llegó a Newman éste se lo devolvió a Huston y le dijo que esos papeles solo podían ser para Connery y Caine, y resultó ser la mejor de las decisiones. Michael Caine llegó a decir que después de su muerte probablemente se le recordará por esta película.

Y lo cierto es que es inconcebible esta película de aventuras clásica sin estos dos monstruos de la interpretación que son quienes llevan el peso del film. Huston cuenta en sus memorias y en varias entrevistas que era una gozada ver trabajar juntos a Sean Connery y a Michael Caine, que, por las noches, ensayaban sus escenas a solas y Huston se limitaba a poner las cámaras al día siguiente y a rodar. Una de las más famosas escenas que crearon Connery y Caine, es aquella en la que se presentan muy elegantes ante el corresponsal del Northern Star y un responsable del gobierno británico y desfilan de manera pomposa al entrar y al salir del despacho, tras lanzar un discurso lleno de absurdas diatribas que es pura comedia.

CONNERY Y CAINE en El hombre que pudo reinar

CONNERY Y CAINE en El hombre que pudo reinar

Junto a estos dos actores, el gran Christopher Plummer como Rudyard Kipling, el corresponsal del Northern Star, completa el trío protagonista.

Pero como decía antes, destacan algunos actores secundarios marroquíes. En primer lugar, Doghmi Larbi que interpreta a Ootah, jefe del primer poblado del que se adueñan los dos aventureros. Larbi crea un personaje rudo, violento, primitivo, que se ve poco a poco deslumbrado por los sueños de grandeza de los dos extranjeros, hasta que esos mismos sueños de grandeza lo sobrepasan y le llevan a convertirse en un pequeño tirano que acaba muriendo a manos de su propia gente… No es un papel muy largo, pero Doghmi Larbi lo hace inolvidable.

DOGHMI LARBI como Ootah, en El hombre que pudo reinar

DOGHMI LARBI como Ootah, en El hombre que pudo reinar

Este actor marroquí nació en Rabat en 1930 y murió en la misma ciudad en 1992. La verdad es que no hizo mucho cine, porque lo que realmente amaba era el teatro, en cuyos escenarios llegó a la fama en Marruecos, junto a trabajos en la televisión y la radio. Su papel más recordado en cine es, obviamente, el de El hombre que pudo reinar, pero también los de Soleil des hyénes (1977) de Ridha Behi, El corcel negro (The black stallion, 1979) de Carroll Ballard o Bodas de sangre (Noces de sang, 1980) de Souheil Ben Barka, junto a la gran Irene Papas.

Doghmi Larbi

Doghmi Larbi

Junto a Larbi, el papel del sumo sacerdote del templo de Sikandergul, Kafu Selim, donde se esconden los tesoros de Alejandro Magno, lo interpreta un anciano marroquí de casi cien años llamado Karroom Ben Bouih. Anciano que hizo de su papel otro de los personajes centrales de la trama. John Huston también cuenta con relación a este actor que, como lo había encontrado por azar para que hiciera el papel de sumo sacerdote, al igual que a los otros sacerdotes que lo acompañan a los que dan vida otros dos ancianos marroquíes, una vez que acabó el rodaje, se llevó a los tres a una proyección en pantalla de lo que se había filmado, y dirigiéndose a ellos a través del intérprete les preguntó qué pensaban de lo que acababan de ver, a lo que respondió el viejo Ben Bouih: “Después de esto, nosotros nunca moriremos.”

KARROOM BEN BOUIGH como Kafu Selim

KARROOM BEN BOUIGH como Kafu Selim

El hombre que pudo reinar se rodó en 1975, bajo la dirección de John Huston, responsable de maravillas como El halcón maltés (The maltese falcon, 1945), El tesoro de Sierra Madre (The treasure of the Sierra Madre, 1948), La jungla de asfalto (The asphalt jungle, 1950), La reina de África (The African Queen, 1951), Vidas rebeldes (The misfits, 1961) o El honor de los Prizzi (Prizzi´s honor, 1985), por mencionar algunas de sus grandes obras, con música de Maurice Jarre, fotografía de Oswald Morris y vestuario de Edith Head, es decir, otros tres grandes del cine mundial.

JOHN HUSTON

JOHN HUSTON

Una gran aventura llena de sueños casi imposibles. Como dijo Michale Caine en su día: ya no se hace cine como éste.

                                                                    Sergio Barce, agosto 2014

SEAN CONNERY Y MICHAEL CAINE años después

SEAN CONNERY Y MICHAEL CAINE años después

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EL CINE ALBÉNIZ DE MÁLAGA – Cine con mayúsculas

Quien me conoce, sabe que el cine me apasiona, que soy un “fanático” que es capaz de ver una buena película infinidad de veces, porque siempre descubro algo nuevo en ella. Desde que comencé a ir al cine en Larache, desde muy pequeño, ya fuera en el Teatro España, en el Ideal, Avenida o Coliseo, creo que he ido casi todos los fines de semana a ver una película, es un rito del que me resiste a desprenderme, un placer al que no quiero renunciar. Luego, en Málaga, me aficioné a las sesiones dobles del Cayri y del Royal, y en verano a sus terrazas, a las que me llevaba mi abuelo con unos bocadillos de chocolate Dolca que tomábamos entre peli y peli; más tarde, la academia Kaplan, al Cine club Universitario, todos los cines del centro: jamás olvidaré el comienzo de “El exorcista” en el Astoria; el Andalucía, el Avenida, el Málaga Cinema, Coliseum, Echegaray, Cervantes, el Atlántida, Zaila, París… Luego llegaría el Palacio del Cine, Victoria… Y tras el cierre de muchos de ellos, las nuevas salas de los centros comerciales, pero ya con otro sabor…

He dejado a propósito el Cine Albéniz de Málaga porque es el propósito de este comentario. Sigue siendo un pequeño y entrañable cine del centro de Málaga, bien cuidado, que ahora depende del Ayuntamiento, y que, por un milagro, se ha convertido en el centro de atención de los amantes del cine. Su programación es selecta, buen cine que no llega a los circuitos comerciales habituales, para desgracia de muchos. Y los jueves, cine clásico. Por ahí ando yo.

Y por eso esta noche veré en una de sus pantallas, seguramente en la sala 3, “Toro salvaje” (Raging Bull, 1980) de Martin Scorsese con un Robert de Niro en la cima de su carrera. Es de esas películas que mencionaba antes, de las que ya he visto más de cuatro veces, pero a la que no puedo resistirme a visionar una vez más en pantalla grande, en versión original y en 35 mm, es decir, con algún salto en el metraje, como en los buenos tiempos… Eso le da un sabor añejo añadido a buen vino.

 

Henry Fonda – Pasión de los fuertes

La pasada semana vi “Pasión de los fuertes” (My Darling Clementine, 1946) de John Ford, con un inconmensurable Henry Fonda, película en la que un diálogo inolvidable hizo reír a todos:

-Mac, ¿nunca has estado enamorado?
-No, he sido camarero toda mi vida.

 

Marilyn en Con faldas y a lo loco

La anterior semana vi “Con faldas ya lo loco” (Some like it hot, 1959) de Billy Wilder, y ver a Marlilyn Monroe en pantalla grande, en fin, sin comentarios. Redescubres a Jack Lemmon y te das cuenta de que era genial. Al encenderse las luces, la sala prorrumpió en una largo aplauso, como si se estrenara ese día…

Y la otra semana anterior vimos “Pat Garrett & Billy the Kid” (1973) de Sam Peckinpah, con música de Bob Dylan… Sé que estoy poniendo los dientes largos a muchos cinéfilos, pero es lo que hay…

 

En fin, lo que quiero decir con todo esto es que es una gozaba volver a saborear el mejor cine de siempre en pantalla grande y sin alardes técnicos, y que todo esto se debe a unos locos del cine: al director de la filmoteca del Cine Albéniz Juan Antonio Vigar, al programador Juan Luis Artacho, al operador de cabina Fernando Ramírez, y también al resto del equipo del cine: Javier Gilsanz, Mercedes Lopera, Elisa Belda, Belén Linares, Irene Palacios… Chapeau! Por el trabajo que desarrollan.

Por cierto, cada vez que voy la sala está prácticamente llena, se ve la película en silencio y todos nos quedamos sentados hasta que terminan de pasar en pantalla todos los títulos de crédito… Algo impensable en las salas comerciales en las que la gente no respeta a los demás, donde muchos creen estar en el salón de su casa y comentan la película con la boca llena de palomitas y hablan o contestan sus móviles, donde al finalizar la película, cuando aún no han encendido las luces, ya te están apremiando para que te levantes y muevas el culo… Por eso, me quedo mejor en el Cine Albéniz a disfrutar de cine de verdad.

Sergio Barce, septiembre 2012

 

Y gracias a este éxito la programación se ha ampliado para los próximos meses con los siguientes títulos:

EVA AL DESNUDO (All about Eve, 1950) de Joseph L. Mankiewicz

TERCIOPELO AZUL (Blue Velvet, 1986) de David Lynch

LA NOCHE DEL CAZADOR (The night of the hunter, 1955) de Charles Laughton

ANNIE HALL (1977) de Woody Allen

DOCTOR ZHIVAGO (1965) de David Lean

TÚ Y YO (An affair to remember, 1957) de Leo McCarey

EL SÉPTIMO SELLO (Det sjunde inseglet, 1957) de Ingmar Bergman

El séptimo sello

NINOTCHKA (1939) de Ernst Lubitsch

REBELDE SIN CAUSA (Rebel witouth a cause, 1955) de Nicholas Ray

TIEMPOS MODERNOS (Modern times, 1936) de Charles Chaplin

EL PLANETA DE LOS SIMIOS (Planet of the apes, 1968) de Franklin J. Schaffner

LOS 400 GOLPES (Les 400 coups, 1959) de François Truffaut

CIUDADANO KANE (Citizen Kane, 1941) de Orson Welles

EL APARTAMENTO (The apartment, 1960) de Billy Wilder

 Más información en:

http://www.cinealbeniz.com/

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