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¡FELIZ AÑO 2019!

Os deseo a todos un muy feliz año 2019. Como siempre, para felicitaros utilizo una escena cinematográfica inolvidable: el final de El apartamento (The apartment, 1960) de Billy Wilder.

¡FELIZ AÑO 2019!

HAPPY NEW YEAR!

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LARACHE – ESTAMPAS DE SU HISTORIA 16

Una parte de la historia de una ciudad son sus cines, y de sus cines, los carteles y los programas de mano que se editaban para atraer al público, programas que se imprimían en las imprentas Boscá o Cremades.

Larache era una ciudad de cines: el Ideal, el Avenida, el Coliseo y el Teatro España. Hoy traigo varios programes de cine de estos palacios de los sueños que he ido encontrando especialmente en la página de Todocolección. Siempre son curiosos de ver. Y forman parte de nuestra historia.

Una doncella en apuros 1

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Una doncella en apuros 2

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Odio, amor y castigo 1

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Odio, amor y castigo 2

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La viuda alegre 1

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La señora Parkington 1

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La pasión de su vida 2

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Esclavos del miedo 1

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Esclavos del miedo 2

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El apartamenrto 1

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El apartamento 2

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Como te quise te quiero 2

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Coliseo Maria Crsitina 1

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Calabuch 1

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Calabuch 2

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Buitres en la selva 2

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Apocalipsis 1

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Apocalipsis 2

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HOLLYWOOD Y EL CINE DE AVENTURAS EN MARRUECOS 2

Marruecos ha sido y es uno de los grandes “platós” del cine mundial, y fue precisamente Marruecos el país que eligió el gran John Huston para rodar su largamente deseada versión del relato de Rudyard Kiping The man who would be King, es decir, que El hombre que sería Rey, traducida en España para comercializarse como El hombre que pudo reinar.

El hombre que pudo reinar - cartel

Gracias a la osadía y arte del maestro Alexander Trauner, Marruecos se convirtió en el viejo Afganistán en el que se desarrolla la trama de esta maravillosa película de aventuras. Alexander Trauner, escenógrafo y director artístico o diseñador de producción, ha sido quizá el mejor de los directores artísticos, siendo el responsable de la escenografía, dirección o diseño de producción de muchas obras maestras: desde La edad de oro (L´âge d´or, 1930) de Buñuel hasta El apartamento (The apartment, 1960) de Billy Wilder, pasando por films como Le quai des brumes (1938) o Los niños del paraíso (Les enfants du paradis, 1945) ambas de Marcel Carné, el Otelo (The tragedy of Othello: the moor of Venice, 1952) de Orson Welles, Rififí (Du Rififi chez les hommes, 1955) de Jules Dassin, Tierra de faraones (Land of the Pharaohs, 1955) de Howard Hawks, Cómo robar un millón y… (How to steal a million, 1966) de William Wyler, El otro señor Klein (Mr.Klein, 1976) de Joseph Losey, Subway (1985) de Luc Besson, Alrededor de la medianoche (Round midnight, 1986) de Bertrand Tavernier, y además de la antes mencionada de El apartamento, para Billy Wilder también trabajó en Ariane (Love in the afternoon, 1957), Testigo de cargo (Witness for the prosecution, 1957), Uno, dos, tres (One, two, three, 1961), Irma, la dulce (Irma la douce, 1963), Bésame, tonto (Kiss me, stupid, 1964), La vida privada de Sherlock Holmes (The privates live of Sherlock Holmes, 1970) o Fedora (1978).

Michael Caine y Sean Connery en El hombre que pudo reinar

Michael Caine y Sean Connery en El hombre que pudo reinar

Pero quizá fue con su única colaboración con Huston en El hombre que pudo reinar, cuando Trauner realizó su trabajo más increíble. Utilizó parte de Marrakech para convertirla en una ciudad india, y las bellas montañas del Atlas pasaron a ser el salvaje Afganistán. Su diseño de ese país llamado Kafiristán y especialmente de la ciudad sagrada de Sikandergul quedan grabadas en la retina de los amantes del cine.

De modo que Marruecos, como escenario de este film, es una pieza clave. Como lo son también algunos actores marroquíes que intervinieron en la película.

The-Man-Who-Would-Be-King

Todo buen amante del cine conoce El hombre que pudo reinar no solo porque es una de las obras más queridas y redondas del imperfecto pero genial John Huston, sino porque sus actores protagonistas crean aquí unos de sus mejores trabajos interpretativos. Los dos soldados masones y pícaros que crean Sean Connery como Daniel Dravot y Michael Caine como Peachy Carnehan son sencillamente geniales. John Huston contaba que sus protagonistas iniciales, cuando comenzó a pergeñar esta película en los años cuarenta, iban a ser Humphrey Bogart y Clark Gable, al paso de los años pensó en Burt Lancaster y Kirk Douglas, y luego en Paul Newman y Robert Redford, pero cuando el guión llegó a Newman éste se lo devolvió a Huston y le dijo que esos papeles solo podían ser para Connery y Caine, y resultó ser la mejor de las decisiones. Michael Caine llegó a decir que después de su muerte probablemente se le recordará por esta película.

Y lo cierto es que es inconcebible esta película de aventuras clásica sin estos dos monstruos de la interpretación que son quienes llevan el peso del film. Huston cuenta en sus memorias y en varias entrevistas que era una gozada ver trabajar juntos a Sean Connery y a Michael Caine, que, por las noches, ensayaban sus escenas a solas y Huston se limitaba a poner las cámaras al día siguiente y a rodar. Una de las más famosas escenas que crearon Connery y Caine, es aquella en la que se presentan muy elegantes ante el corresponsal del Northern Star y un responsable del gobierno británico y desfilan de manera pomposa al entrar y al salir del despacho, tras lanzar un discurso lleno de absurdas diatribas que es pura comedia.

CONNERY Y CAINE en El hombre que pudo reinar

CONNERY Y CAINE en El hombre que pudo reinar

Junto a estos dos actores, el gran Christopher Plummer como Rudyard Kipling, el corresponsal del Northern Star, completa el trío protagonista.

Pero como decía antes, destacan algunos actores secundarios marroquíes. En primer lugar, Doghmi Larbi que interpreta a Ootah, jefe del primer poblado del que se adueñan los dos aventureros. Larbi crea un personaje rudo, violento, primitivo, que se ve poco a poco deslumbrado por los sueños de grandeza de los dos extranjeros, hasta que esos mismos sueños de grandeza lo sobrepasan y le llevan a convertirse en un pequeño tirano que acaba muriendo a manos de su propia gente… No es un papel muy largo, pero Doghmi Larbi lo hace inolvidable.

DOGHMI LARBI como Ootah, en El hombre que pudo reinar

DOGHMI LARBI como Ootah, en El hombre que pudo reinar

Este actor marroquí nació en Rabat en 1930 y murió en la misma ciudad en 1992. La verdad es que no hizo mucho cine, porque lo que realmente amaba era el teatro, en cuyos escenarios llegó a la fama en Marruecos, junto a trabajos en la televisión y la radio. Su papel más recordado en cine es, obviamente, el de El hombre que pudo reinar, pero también los de Soleil des hyénes (1977) de Ridha Behi, El corcel negro (The black stallion, 1979) de Carroll Ballard o Bodas de sangre (Noces de sang, 1980) de Souheil Ben Barka, junto a la gran Irene Papas.

Doghmi Larbi

Doghmi Larbi

Junto a Larbi, el papel del sumo sacerdote del templo de Sikandergul, Kafu Selim, donde se esconden los tesoros de Alejandro Magno, lo interpreta un anciano marroquí de casi cien años llamado Karroom Ben Bouih. Anciano que hizo de su papel otro de los personajes centrales de la trama. John Huston también cuenta con relación a este actor que, como lo había encontrado por azar para que hiciera el papel de sumo sacerdote, al igual que a los otros sacerdotes que lo acompañan a los que dan vida otros dos ancianos marroquíes, una vez que acabó el rodaje, se llevó a los tres a una proyección en pantalla de lo que se había filmado, y dirigiéndose a ellos a través del intérprete les preguntó qué pensaban de lo que acababan de ver, a lo que respondió el viejo Ben Bouih: “Después de esto, nosotros nunca moriremos.”

KARROOM BEN BOUIGH como Kafu Selim

KARROOM BEN BOUIGH como Kafu Selim

El hombre que pudo reinar se rodó en 1975, bajo la dirección de John Huston, responsable de maravillas como El halcón maltés (The maltese falcon, 1945), El tesoro de Sierra Madre (The treasure of the Sierra Madre, 1948), La jungla de asfalto (The asphalt jungle, 1950), La reina de África (The African Queen, 1951), Vidas rebeldes (The misfits, 1961) o El honor de los Prizzi (Prizzi´s honor, 1985), por mencionar algunas de sus grandes obras, con música de Maurice Jarre, fotografía de Oswald Morris y vestuario de Edith Head, es decir, otros tres grandes del cine mundial.

JOHN HUSTON

JOHN HUSTON

Una gran aventura llena de sueños casi imposibles. Como dijo Michale Caine en su día: ya no se hace cine como éste.

                                                                    Sergio Barce, agosto 2014

SEAN CONNERY Y MICHAEL CAINE años después

SEAN CONNERY Y MICHAEL CAINE años después

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Diálogos de películas 13

Don Juan DeMarco <1994> de Jeremy Leven

Toda mujer es un misterio por resolver, pero ninguna mujer le oculta nada a un amor verdadero. El color de su piel nos indica como debemos proceder, si posee el tono de una rosa en primavera, suave y pálida, hay que acariciarla para que abra sus pétalos con el ardor del sol. Y la piel pálida y pecosa de una pelirroja, evoca la lujuria de una ola que rompe en la playa. Removiendo lo que yace debajo y haciendo emerger el espumoso deleite del amor. Aunque ninguna metáfora describe con justicia el hecho de hacer el amor con una mujer, la analogía más próxima sería la de tocar un instrumento musical poco común. Me pregunto si un violín stradivarius siente el arrebato del violinista cuando éste extrae una sola nota perfecta de su corazón.

 

El amante <L´amant, 1992> de Jean-Jacques Annaud

– ¿Has venido porque tengo dinero?
– No lo sé. He venido porque me gustas.
– ¿Te gustaría también si fuese pobre?
– Me gusta como eres, con tu dinero.


El Apartamento <The apartment, 1960> de Billy Wilder

¿Cuántos días son necesarios para desintoxicarse uno de la persona amada? Tendría que inventarse una sonda para lavar el corazón.

El piano <The piano, 1993> de Jane Campion

Ada… Ada… Soy infeliz. Porque… te deseo. Porque mi mente no puede pensar en otra cosa más que en ti. Por eso sufro. Estoy… estoy enfermo de deseo. No como, no duermo… Así que si has venido y no sientes algo por mí, mejor vete… Vete….Vete… Sal de aquí… ¡Márchate!

Las amistades peligrosas <Dangerous liaisons, 1988> de Stephen Frears

Hasta que os conocí, había conocido el deseo; el amor, jamás.

 

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Diálogos de películas 5

Desmontando a Harry (Deconstructing Harry, 1997) de Woody Allen

-Voy a que me vea un médico, tengo fuertes dolores de pecho
-Eso no es nada; es indigestión, o vesícula, o úlcera, o reflujo de acidez…
-Tengo antecedentes familiares. Mi padre murió joven de un ataque cardíaco, mi madre murió fulminada por una trombosis y mis dos hermanos murieron antes de los cincuenta de insuficiencia cardiaca
-Pues no pierdas el tiempo hablando conmigo, ve a buscar una ambulancia…

 Casablanca (1942) de Michael Curtiz

Claude Rains:   ¿Por qué demonios vino a Casablanca?
Humphrey Bogart:   Mi salud. Vine a tomar las aguas.
Claude Rains:    ¿Qué aguas, las del desierto?
Humphrey Bogart:    Al parecer me informaron mal.

Arsénico por compasión (Arsenic and old lacy, 1944) de Frank Capra

—Pero Mortimer, tienes que quererme también por mi mente.
—Querida, cada cosa a su tiempo.

El apartamento (The apartment, 1960) de Billy Wilder

—El espejo… se ha roto.
—Ya lo sé, me gusta así. Así me veo tal y como me siento.

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