Archivo de la etiqueta: Nicholas Ray

FOTOS DE CINE – 24

La foto pertenece a un momento del rodaje de la película En un lugar solitario (In a lonely place, 1950). En ella vemos al director, Nicholas Ray, junto a los protagonistas de la cinta: Gloria Grahame y Humphrey Bogart, que atienden con suma atención sus explicaciones.

Es una de las obras maestras del cine americano, y no admito discusión. La reviso a veces por el solo placer de volver a escuchar sus diálogos, las frases lapidarias que lanza Dixon Steele, el personaje que interpreta Bogart en, quizá, uno de sus papeles más redondos. Y Gloria Grahame, como siempre, irradiando una sensualidad volcánica, una actriz que siempre me ha parecido excepcional. (A propósito de la Grahame, hay una cinta que recrea sus últimos años en Inglaterra, bastante curiosa, titulada Las estrellas de cine no mueren en Liverpool – Film stars don´t lie in Liverpool, 2017), cuando mantuvo una apasionada relación con un joven mucho más joven que ella.

El guion de En un lugar solitario es de Andrew Solt. Y Burnett Guffey es el responsable de su maravillosa fotografía en blanco y negro. La dirección de Nicholas Ray es sobria, pero soberbia.

La frase más famosa del film que pronuncia Bogart probablemente sea la siguiente:

«Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó» 

Sergio Barce, enero 2022

 

 

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FOTOS DE CINE 15

Esta imagen pertenece a la película Chicago, año 30 (Party girl, 1958) que dirigió el gran Nicholas Ray. En el fotograma, sus protagonistas: Robert Taylor, en probablemente uno de sus mejores papeles, y Cyd Charisse, más atractiva y sugerente que nunca para bordar su personaje.

Un clásico del cine negro.

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SERIES DE TELEVISIÓN EN CONFINAMIENTO

Los que me conocéis, sabéis perfectamente que en mi literatura hay una clara influencia del lenguaje cinematográfico y, de hecho, muchos lectores y algunos de los autores de las reseñas de mis novelas, subrayan ese aspecto de mi manera de narrar, y confiesan que son capaces de ir visualizando las páginas de mis libros a medida que avanzan en sus tramas. Y también sabéis que se debe a que soy un cinéfilo empedernido desde mi más tierna infancia.

He ido al cine casi todos los fines de semana de mi vida, y no exagero; asiduo del cineclub universitario en Málaga, espectador en academias y cineclubs más modestos, como la academia Kaplan, y he sido un amante tanto de las sesiones dobles como de los cines de verano, y echo de menos todo eso.

Centauros del desierto 1

También he sido un fiel seguidor de series de televisión, y también desde mi más tierna infancia. Un día, con unos amigos, nos pusimos a recordar títulos de series que habíamos visto en nuestra infancia y adolescencia, y el resultado era increíble, nombramos sin parar decenas de títulos y hasta recordábamos sus melodías de cabecera. Y todo eso ha de influir en mi forma de contar una historia, por supuesto, junto a los libros que uno ha ido leyendo y sigue leyendo. Un hito en todo esto, no hay que decirlo, fue escribir con mi hijo Pablo el guión del cortometraje El nadador, que tantas satisfacciones nos ha dado. Y ya vamos a por el segundo.

Y ahora va y llega el confinamiento. Ya no podemos acudir a una sala de cine (aunque voy últimamente menos porque me están echando de las salas esas máquinas que ahora han instalado y que escupen los tickets en vez de atenderme un o una taquillero/a, deshumanizando el rito que suponía ponerte en fila y luego sacar tu entrada, y porque han inundado las salas de películas mediocres y malas, aunque en Málaga siempre nos queda el Cine Albéniz como última torre albarrana).

bogart

En fin, a lo que iba: que llegado el confinamiento, por las  noches, veo mucho cine clásico, lo más seguro para ver algo de calidad, y así han caído varios Wilder, Huston, Malle, Ford, Mankiewicz, Scola, Welles… Y un pequeño maratón de películas con Humphrey Bogart. O sea, palabras mayores. Recomiendo encarecidamente que volváis a ver o que veáis por vez primera En un lugar solitario (In a lonely place, 1950) de Nicholas Ray, con Bogart, si lo que deseáis es disfrutar de diálogos maravillosos. Y además de cine clásico, y alguna cinta actual, series de televisión, en las que, hay que decirlo, es donde últimamente se encuentran los mejores guionistas.

Durante estos días he visto varias series, pero os recomiendo las siguientes:

The new Pope (2020) de Paolo Sorrentino. Continuación de la magnífica The young Pope. Original, inteligente, diferente, divertida y dramática, una joya rodada como el mejor cine; con una música espectacular y con una puesta en escena deslumbrante. Magníficos los actores, Jude Law y John Malkovich, claro, pero atención especial a Silvio Orlando, un actor excepcional, y muy grata la presencia del gran Javier Cámara. 

The new Pope

Otra serie de TV excelente es El espía (The spy, 2019) de Gideon Raff. Rodada en Marruecos, recrea la vida real de Eli Cohen, un espía judío que se infiltró en las altas esferas de Siria hasta llegar a ocupar el puesto de Viceministro de Defensa del país que espiaba. Una historia increíble que te mantiene en tensión aun cuando conozcas el final de la historia. Sacha Baron Cohen, el más irreverente de los humoristas, sorprende por la calidad de su trabajo dando vida al protagonista.

The spy

The night of (2016) de Steven Zailian, es otra serie muy recomendable. Cuenta la historia de un chico americano, de ascendencia pakistaní, acusado de un asesinato que puede que no haya cometido. Magnífico el trabajo de John Turturro como el abogado que se hace cargo del asunto, un profesional que vive de asuntos de pequeña monta y que tiene un grave problema de piel, con unos eccemas que repelen a quienes lo rodean y le causa un problema permanente de imagen y de ansiedad. Muy buena trama hasta la resolución del asunto. 

The night of

Y la que, junto a The new Pope, destacaría: Halt and catch fire (2014-2017). El episodio piloto y varios más están bajo la batuta de Juan José Campanella, el director de la inolvidable El secreto de sus ojos. Es decir, de nuevo, una serie rodada como el mejor cine. Pues bien, Halt and catch fire me ha sorprendido en muchos aspectos. En primer lugar, el hecho de que se trate de una historia ambientada en los 80 en el mundo de los ordenadores, algo que a mí no me atrae nada, pero los guionistas son tan buenos que, poco a poco, los personajes te van atrapando en una red invisible y has de seguir viendo cada temporada hasta que llegas a la cuarta y última y entonces es ahí precisamente cuando eres consciente de que te has metido de lleno en sus vidas y en la historia.

HALT AND CATCH FIRE actores

Hacía mucho tiempo que una película o una serie no me emocionaba de esta manera. En los capítulos finales, de lo mejor que he visto tanto en su forma de ser narrados como en su planteamiento estético y formal, pero sobre todo narrativo, es donde el pecho se me encogió, literalmente, y sentí el dolor, la frustración y la pena de sus personajes. Muy recomendable. Y llamo la atención por los actores principales: Lee Pace, intérprete enormemente carismático, Mackenzie Davis, Kerry Bishé y, sobre todos, Scoot McNairy. Acabé de ver esta serie hace días y aún sigo pensando en ella.

Sergio Barce, abril 2020

 

 

 

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EL CINE ALBÉNIZ DE MÁLAGA – Cine con mayúsculas

Quien me conoce, sabe que el cine me apasiona, que soy un “fanático” que es capaz de ver una buena película infinidad de veces, porque siempre descubro algo nuevo en ella. Desde que comencé a ir al cine en Larache, desde muy pequeño, ya fuera en el Teatro España, en el Ideal, Avenida o Coliseo, creo que he ido casi todos los fines de semana a ver una película, es un rito del que me resiste a desprenderme, un placer al que no quiero renunciar. Luego, en Málaga, me aficioné a las sesiones dobles del Cayri y del Royal, y en verano a sus terrazas, a las que me llevaba mi abuelo con unos bocadillos de chocolate Dolca que tomábamos entre peli y peli; más tarde, la academia Kaplan, al Cine club Universitario, todos los cines del centro: jamás olvidaré el comienzo de “El exorcista” en el Astoria; el Andalucía, el Avenida, el Málaga Cinema, Coliseum, Echegaray, Cervantes, el Atlántida, Zaila, París… Luego llegaría el Palacio del Cine, Victoria… Y tras el cierre de muchos de ellos, las nuevas salas de los centros comerciales, pero ya con otro sabor…

He dejado a propósito el Cine Albéniz de Málaga porque es el propósito de este comentario. Sigue siendo un pequeño y entrañable cine del centro de Málaga, bien cuidado, que ahora depende del Ayuntamiento, y que, por un milagro, se ha convertido en el centro de atención de los amantes del cine. Su programación es selecta, buen cine que no llega a los circuitos comerciales habituales, para desgracia de muchos. Y los jueves, cine clásico. Por ahí ando yo.

Y por eso esta noche veré en una de sus pantallas, seguramente en la sala 3, “Toro salvaje” (Raging Bull, 1980) de Martin Scorsese con un Robert de Niro en la cima de su carrera. Es de esas películas que mencionaba antes, de las que ya he visto más de cuatro veces, pero a la que no puedo resistirme a visionar una vez más en pantalla grande, en versión original y en 35 mm, es decir, con algún salto en el metraje, como en los buenos tiempos… Eso le da un sabor añejo añadido a buen vino.

 

Henry Fonda – Pasión de los fuertes

La pasada semana vi “Pasión de los fuertes” (My Darling Clementine, 1946) de John Ford, con un inconmensurable Henry Fonda, película en la que un diálogo inolvidable hizo reír a todos:

-Mac, ¿nunca has estado enamorado?
-No, he sido camarero toda mi vida.

 

Marilyn en Con faldas y a lo loco

La anterior semana vi “Con faldas ya lo loco” (Some like it hot, 1959) de Billy Wilder, y ver a Marlilyn Monroe en pantalla grande, en fin, sin comentarios. Redescubres a Jack Lemmon y te das cuenta de que era genial. Al encenderse las luces, la sala prorrumpió en una largo aplauso, como si se estrenara ese día…

Y la otra semana anterior vimos “Pat Garrett & Billy the Kid” (1973) de Sam Peckinpah, con música de Bob Dylan… Sé que estoy poniendo los dientes largos a muchos cinéfilos, pero es lo que hay…

 

En fin, lo que quiero decir con todo esto es que es una gozaba volver a saborear el mejor cine de siempre en pantalla grande y sin alardes técnicos, y que todo esto se debe a unos locos del cine: al director de la filmoteca del Cine Albéniz Juan Antonio Vigar, al programador Juan Luis Artacho, al operador de cabina Fernando Ramírez, y también al resto del equipo del cine: Javier Gilsanz, Mercedes Lopera, Elisa Belda, Belén Linares, Irene Palacios… Chapeau! Por el trabajo que desarrollan.

Por cierto, cada vez que voy la sala está prácticamente llena, se ve la película en silencio y todos nos quedamos sentados hasta que terminan de pasar en pantalla todos los títulos de crédito… Algo impensable en las salas comerciales en las que la gente no respeta a los demás, donde muchos creen estar en el salón de su casa y comentan la película con la boca llena de palomitas y hablan o contestan sus móviles, donde al finalizar la película, cuando aún no han encendido las luces, ya te están apremiando para que te levantes y muevas el culo… Por eso, me quedo mejor en el Cine Albéniz a disfrutar de cine de verdad.

Sergio Barce, septiembre 2012

 

Y gracias a este éxito la programación se ha ampliado para los próximos meses con los siguientes títulos:

EVA AL DESNUDO (All about Eve, 1950) de Joseph L. Mankiewicz

TERCIOPELO AZUL (Blue Velvet, 1986) de David Lynch

LA NOCHE DEL CAZADOR (The night of the hunter, 1955) de Charles Laughton

ANNIE HALL (1977) de Woody Allen

DOCTOR ZHIVAGO (1965) de David Lean

TÚ Y YO (An affair to remember, 1957) de Leo McCarey

EL SÉPTIMO SELLO (Det sjunde inseglet, 1957) de Ingmar Bergman

El séptimo sello

NINOTCHKA (1939) de Ernst Lubitsch

REBELDE SIN CAUSA (Rebel witouth a cause, 1955) de Nicholas Ray

TIEMPOS MODERNOS (Modern times, 1936) de Charles Chaplin

EL PLANETA DE LOS SIMIOS (Planet of the apes, 1968) de Franklin J. Schaffner

LOS 400 GOLPES (Les 400 coups, 1959) de François Truffaut

CIUDADANO KANE (Citizen Kane, 1941) de Orson Welles

EL APARTAMENTO (The apartment, 1960) de Billy Wilder

 Más información en:

http://www.cinealbeniz.com/

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ERNEST BORGNINE, un actor

    Acaba de morir el actor Ernest Borgnine. Para la mayoría de la gente de aquí, este nombre no le dirá nada, pero para los amantes del séptimo arte representa la pérdida de un cierto cine que nos hizo soñar. Digamos que en cierta forma crecí viendo envejecer a Ernest Borgnine.

    Es quizá uno de los actores de reparto más impresionantes, tanto por su atípico físico como por la fuerza de la que dotaba a sus personajes. Era grande, robusto, de rostro amenazador cuando hacía de pistolero, matón o bandido, y este rol lo bordó en muchas ocasiones. Pero también podía interpretar a un hombre bonachón, asustadizo, cercano, humano. Imborrable esa pequeña separaración entre las paletas centrales de sus dientes cuando sonreía…

    Al ver la noticia por televisión, me vino enseguida la imagen violenta y pendenciera de su personaje Bart en <Johnny Guitar>, en concreto la escena en la que trata de provocar a Johnny llenándole una y otra vez su vaso de whisky hasta que terminan en una antológica pelea marrullera y sucia. Como “malo” de las películas del Oeste era fantástico.

Ernest Borgnine en Johnny Guitar -primero a la izquierda-

    Y, por supuesto, los mejores realizadores de la época supieron explotar su físico y su buen hacer interpretativo, así que repasando por encima algunos de los títulos en los que actuó uno se da cuenta que posee una de las filmografías más impresionantes de la historia del cine: Sigue leyendo

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