Como hoy no tengo demasiadas ganas de escribir, haré uso de las fotos de las portadas de mis libros que mis amigos y lectores me envían con tanto afecto. Una manera de invitaros a leerlos.


Estos relatos parecen escritos con luz tenue. Se nutren de atardeceres desde la orilla del recuerdo. Voces de nostalgia hallaréis en su morfología. Pasados que se resisten a la voracidad del presente. Súper recomendable para cualquier puesta de sol.
