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LARACHE – ALBUM DE FOTOS 14

   Abramos esta nueva página del álbum con versos… Como inspirados por el mismo sentimiento, junto a los textos de Sara Fereres y de Driss Sahraoui que colgué hace días, el poeta larachense Mustapha Bouhsina escribió en 2011 este poema, titulado <Bajo luz de luna>:

Salió la luna para nosotros
en cielo reflejado entre dos ríos
su luz tan blanca nos llevó a los dos
a un mundo de gratos bellos sueños
hemos vivido en tiempos pasados
Larache cuna de enamorados
nos abrazaba con sus amparos
nos cuidaba de los envidiosos
amargados de inocentes besos
en labios estaban escondidos
vigilados con nuestros suspiros
jardines nos servían de paraísos
flores se riegan de amores puros
rosas rojas y jazmines blancos
el trinar de los pájaros sueltos
sobre verde arboleda de álamos
fuente con brillantes focos altos
con arte y esmero bien forjados
se ven desde el agua levantados
losas con postales en los fondos
leones de bronce están pintados
de bocas chorros de agua lanzados
¡bello amor! con paisajes hermosos
de mi Larache fueron tomados
con la magia de los sueños traídos
aunque ya no son más que recuerdos
de un tiempo que hemos vivido juntos
en la mente quedaron plasmados.

Mustapha Bouhsina

Una vez asentados en territorio larachense, vaguemos por su paisaje humano. Y hagámoslo esta vez, en la medida de lo posible, de manera cronológica. Comenzamos con una foto del Grupo Escolar que data, nada más y nada menos, que de 1925… Ya ha llovido.

Y sigamos con las imágenes que me ha hecho llegar Mercedes Dembo. La primera es una foto del año 1935, en la que aparecen de izquierda a derecha: Isaac Amselem <padre de mi querido amigo Carlos>, David Edery, <padre de mi admirado y entrañable Pepe Edery> e Isaac Barcesat, padre de la bella Mercedes.

Estas imágenes pertenecen a mi abuelo materno, Manuel Gallardo. En la primera, él es el primer motorista que sale de la sede de la Alta Comisaría. Foto tomada en 1943. Mi abuelo fue compañero, entre otros, del padre de Mohamed Sibari. Fue un enamorado de su tierra, le encantaba perderse por los aduares y así aprendió a hablar un árabe perfecto. En las siguientes, aparece en la boda de mi tío Lolo con Carmela, junto a mi abuelo paterno, que se está tomando una cerveza a su lado, Manuel Barce, una institución en el comercio <La Bandera Española>, y en la última lo vemos con sus compañeros de cuerpo en la sede de Larache, él es el primero  por la izquierda.

Esta otra foto la envía Maribel Salas. Me explica lo siguiente: «..es antigua, de antes del 46 año en que yo nací.
Los tíos de Carlos, María Antonia Tomasich y Gonzalo Baeza eran muy amigos de mis padres y los padres de Carlos también.
En la foto que te he puesto, mirando de dcha a izq. están mi tío Pedro García Méndez ( Dtor. Del Banco de España, siguiente su esposa mi tía Isabel Salas, la tía de Carlos María Antonia Tomassich, mi madre Pura Cadenas, la siguiente creo que era otra tía de Carlos,la siguiente no la recuerdo,la última creo que era Mari la mujer de Jiménez Pascual, buen jinete y después del palo creo que es Mijares, a los otros no los conozco.
Pensé que le puede gustar a Carlos verla

foto Maribel Salas

Foto de la Rondalla: de arriba abajo, chofer, Chacopino, Maricarmen, Carlota, Julia, Rosi, Magdalena, Yoya, Cózar, Benigno, Luis, Arriado, Charo, Eduardo, Aistonico, Tomasito…

Otra foto entrañable para su protagonista femenina, y supongo que para su familia: el día de la boda de Sara Fereres con Saadia Moryoussef.

Algo de fútbol. Mi padre fue un excelente jugador, y participó tanto en los equipos del Barrio de las Navas como en el de “bancarios”, por ser empleado de Uniban. Aquí le vemos en este segundo equipo, que estaba formado por: de izquierda a derecha en pie: X, Alberca, Guerrita, Luque, Amado, Mellado, Moreno, Galea, López Gambero, X, y agachados X, Peral y mi padre Antonio Barce.

Este niño es el hermano de Ange, sí, Cristóbal Ramírez. Sigo pensando que las fotografías en blanco y negro o sepias tienen un encanto especial…

Otra foto entrañable de familia. La de Manuela Fernández Medero, de cumpleaños. Observad la tarta. ¿A que recordáis esa clase de tarta?

En las dos siguientes, enviadas  por Mercedes Dembo, vemos en 1965, en la Casa de España de Larache, de izquierda a derecha, a Manu Balaguer, Estrella Dembo <hermana de Mercedes ya fallecida>, Esther Bendayan, Luis, Mercedes Dembo y Gómez, el hijo de Don Aurelio.

Y en esta otra, en la misma ocasión, a Esther Bendayan, Luis, Mercedes Dembo y Julio.

Y ya que nos hemos colado en el Casino, por qué no colarnos también en las elecciones a las Misses de la Casa de España. Esto lo agradecemos los hombres, claro. En esta foto, la elección no sé de qué año es, pero creo que en la imagen aparece Cecilia Molinero. Efectivamente es Cecilia junto a Angelita, así lo confirma Cristina Galbis, que me aclara además que le ha dado un vuelco el corazón al ver en la foto a su padre, el Dr. José Galbis Flores.

Alfonso Santamaría me hizo llegar la siguiente: se trata de una foto tomada en la Casa de España de Casablanca. Como me cuenta Alfonso, se trata de la elección de las Misses Casas de España de Marruecos, no sé de qué año, pero la ganadora fue una larachense: Angelita López Cobos, que, como señalaba Alfonso, aparece radiante de felicidad, acompañada aquí por los padres de Alfonso: Emilio y Elena.

Otra del Casino, ahora en una de las fiestas de disfraces, en carnavales, en pleno la familia Palarea. Cuántas veces me fui a casa de Juan Carlos y José Miguel… Qué entrañable se vuelve todo.

Lo he hecho ya en varias ocasiones, pero nunca me resisto a intercalar algún cuadro del pintor larachense Rachid Sebti, por simple admiración a su obra. Este cuadro se llama <Au soleil>.

Luis Antonio de Vega Rubio escribió:

<Otras, desde la terraza, en lugar de dirigir las pupilas a la bahía donde se unificaban las aguas, las fijaba en lo alto, y la mirada acariciaba, azotea por azotea, cuantas divisaban de la ciudad y con mimo de voz que se me hacía miel de líricas colmenas, decía:

-¡Ay, Larache! ¿Quién, al pasar, pudo decirte que no eras maravillosa? ¿Quién te pudo posponer a tus hermanas?>

Esta otra fotografía me la envió Alfonso Santamaría, y en ella vemos al señor Luna, de la <Panadería Luna>, del Chinguiti alto, el padre de Alfonso, Emilio Santamaría González, Juanita Cobos, madre de los López Cobos, la madre de Alfonso, Elena Fuentes García, la señora Recober, su hija Mari Carmen, y el padre de los López Cobos, José María López Mira. Seguro que a Jose María y Angelita les encanta verlos en esta estampa.

Una fotografía de Fran, que seguramente le traerá muy buenos recuerdos –al resto, el solo hecho de ver esos árboles, nos transporta en el tiempo-. Fue tomada en la Gabba, y aparecen: Fran Morales, Pedro Berruezos, Agustín Morales, Rita Gadea, Mari Carmen Morales, Bibi García, Toñi García y Toñi Gadea.

En los Maristas, una imagen sorprendente: Jose Mari López Garry recitando frente a los hermanos que parecen presidir un tribunal de la inquisición… Y Juan escribe para decirme que el chaval que le está <apuntando> la poesía a Jose Mari es él, o sea, Juan Yankovich.

Bastantes años después, en Málaga, coincidimos con ocasión de la presentación de mi novela Julio Zambrano, Sergio Barce y el mismo Jose Mari López Garry que declamaba en la estampa anterior… Los años han volado.

Ya que hemos mencionado a los HH Maristas, la siguiente imagen es sencillamente una reliquia, porque ahí vemos cómo en los colegios de Larache estudiábamos todos juntos cualquiera fuera nuestra creencia o religión. Ahí van:

Gracias a Fran Morales y a Carlos Tessainer, hemos recompuesto la totalidad de los nombre de este grupo de larachenses que estudiaron en los HH Maristas.  Confieso que envidio la memoria de ambos. De arriba hacia abajo y de izquierda a derecha:

Primera fila: Mojluf SABAH BENDAYÁN, más conocido por todos como <Fufo>, Emilio SANTAMARÍA, Agustín SOUZA, Juan Manuel VÍLCHEZ MÁRQUEZ, José Luis RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ y Antonio VARGAS FERNÁNDEZ, es decir, <Ñoño>.

Segunda fila: Enrique VICENTE ASCASO, José Luis CABAL, Miguel Ängel PÉREZ, nieto de <el cartagenero>, Manuel DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ <nieto de Joaquín HERNÁNDEZ>, Salvador BERTOMEU <Dorín> y  Javi LOBO

Tercera fila: Amina AMIAR, Aurora AGUILAR, María Teresa GARCÍA ROBLEDO, Pili ANAYA y el Hermano Martín ROBLEDO al que conocíamos por <el Chichimeca>.

Cuarta fila: Mari Carmen MARTÍN SUÁREZ, que trágicamente falleció en un accidente de tráfico en la carretera Larache-Tánger, Amina CHAKIR, FARIDA, que hoy ejerce como médico en Larache, María Cruz ROSENDO, Luisa GÓMEZ-MAS y Aurora CUEVAS.

Y aquí otro de esos amigos que andan entre bambalinas, de esos que sabes que están siempre cerca aunque viva a miles de kilómetros: Javi Lobo. Aquí está con Ñoño, en los 70, supongo. A Ñoño lo recuerdo siempre con esa misma sonrisa. Y a su padre porque fue compañero del mío en Uniban.

Puede que del 71, más o menos, estamos en el salón de casa: Marisol, Sergio y Mónica Barce Gallardo. Una imagen que me parece ahora tan lejana…

Otra foto espectacular, y lo digo por la composición del blanco y negro y quienes posan. Ese coche, la matrícula asomando, las luces, los tonos grises, esos amigos radiantes… Vemos a Eduardo Espinosa, Mari Carmen, Eloisa, Cabal y Manolo Alvarez.

Después de muchos años, he de reconocer que me alegro de que muchos amigos de entonces hayan reaparecido. Estaban siempre ahí sin saberlo. Eso me ha ocurrido con Emilio Gallego. En esta foto, aparece con sus hermanos, de izquierda a derecha: Emilio, Alfonso y Enrique. Cuántas tardes de cine, en el Ideal…

Aquí aparecen dos de las personas que más quiero: Marina López Matres y mi hermano Luisito Velasco Sánchez. En la primera foto, Marina está con un grupo en el que la acompañan Cherifa, Carmen, Sor Flora, Laila y Viky Palarea, junto a Juan Carlos Palarea y Luis. Y abajo, bailando, los dos: Marina y Luisito.

Ya más reciente, en el interior del Castillo de las Cigüeñas, con mi querido amigo Rachid Serroukh y sus hijas.

Una curiosidad: Esta mujer es Isabel de Orleáns, Duquesa de Guisa. Un título de la realeza íntimamente ligado a Larache.

Siguiendo con el tema, aquí vemos a S. A. R. la princesa Claude d’Orléans que nació en Larache en 1943. Se casó en terceras nupcias en 2006 con el señor Enrico Gandolfi, y está divorciada de S. A. R. el príncipe Amadeo de Saboya, duque de Aosta y también de Arnaldo La Cagnina. Ya digo, sólo como apunte anecdótico.

Qué bonita era la sala del Cine Avenida, que aguanta como el último titán de los cines que hubo en la ciudad. Salas en las que si rebobinaran, nos mostrarían miles de recuerdos apelmazados en sus películas de sueños.

Abdelhay el Haddad es otro amigo, al que, además de compartir con él actos y encuentros con Larache como telón de fondo, me encontré hace tiempo en un aeropuerto y, como aguardábamos pacientemente, estuvimos hablando de Larache todo el tiempo, y la espera se nos hizo cortísima. Un músico excelente del que ya hablaré en otra ocasión. En esta foto, por su gesto, se diría que piensa en algo que le trae buenos recuerdos.

Uno de los mejores recuerdos que guardo de mis regresos a Larache, son las actividades que he tenido la suerte de protagonizar en el Colegio Luis Vives. En esta foto, estoy con varios de los alumnos después de haber estado con ellos hablando de una de mis novelas. Son tan curiosos, te hacen unas preguntas tan llenas de sentido y tan directas, que a veces me ataban un nudo en la garganta.

La que fuera directora del Luis Vives, Luisa Diéguez, es una de las personas más increíbles que he conocido, por su tesón, por su sinceridad, por si labor. Cuando llegó a Larache, sobre el 2000, creo, el colegio era una autentica ruina, estaba incluso a punto de ser cerrado, pero ella se propuso revitalizarlo y, contra viento y marea, lo consiguió. Yo la conocí presentando en Larache mi primer libro, y desde entonces ella me abrió las puertas del centro para cualquier actividad que se me ocurriera. Creo que se merece algo más que estas pocas palabras, así que pensaré en algo. Aquí estoy junto a ella, en una de las ocasiones en las que nos íbamos a comer y charlábamos largamente. Parece en la foto que estemos flotando sobre Larache…

Espero que vuestra indulgencia me permita dos cosas. La primera, colgar esta foto con mi hijo Sergio, paseando por el Balcón del Atlántico. Podéis ver que las nuevas generaciones nos dejan muy bajitos… En fin, mi hijo es una de las personas más nobles y extraordinarias que conozco (junto a mi otro hijo Pablo). ¿Me traiciona el amor de padre?

Y es que el futuro son ellos. Después de tan breve paréntesis, digamos que también Larache depende de sus jóvenes, en ellos está su destino. Por eso, no está de más traer algunas fotos de Itziar Gorostiaga tomadas de los larachenses más jóvenes.

Fue tomada en unas jornadas que se organizó en la Medina y en la que se pintaron sus calles de azul y blanco… Y los niños de la Medina se lo pasaron estupendamente ayudando.

También se efectuó un taller al aire libre en la propia Medina y los chavales hicieron dibujos que ellos creaban con el material que se les había conseguido para esa jornada. Sus caras de felicidad, que tan bien captó Itzi, queda reflejada en la siguiente estampa:

El reportaje que hizo Itzi Gorostiaga fue increíble, fantástico, imágenes rebosantes de vida y de luz.

Y aunque no pertenece a esos días, en esta otra imagen otra escena entrañable de nuestra Larache: el hijo de Abdellah Charafi con su abuelo.

En esta imagen, candorosa y feliz, Javier López, un hombre de trato exquisito y amabilidad extrema, padre de Lola López Enamorado, en la Medina, rodeado de la chiquillería larachense… Preciosa foto.

En el relato que colgué de Driss Sahraoui dedicado a la Plaza de España, Driss, acertadamente, terminaba diciendo que sólo cabía tener esperanza en las nuevas generaciones de larachenses para la preciosa ciudad que fue Larache renazca de sus cenizas… Así que, para cerrar, qué mejor que felicitarnos por la llegada de dos nuevos larachenses que, gracias a sus padres, que tanto aman Larache, reciban esa semilla que tanto anhela Driss. En la primera, Abdellilah Lamrani con su hijo en brazos, un niño precioso.

Como también lo es Sami, el hijo recién nacido de Abderrahman Lanjeri, y que nos mira con asombro desde su candidez. Qué mejor forma de poner punto y aparte.

Aunque no podía dejar de colgar esta pequeña joya de Itziar Gorostiaga hecha en la Medina de Larache… y en la que una paisana, parece que se despide de nostros…

Sergio Barce, junio 2012

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LARACHE – ALBUM DE FOTOS 10

En el primer capítulo de mi novela EN EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES (Aljaima – Málaga, 2000) escribí lo siguiente:

(…) …Y, sin embargo, furtiva pero impetuosamente, de golpe, esos añejos recuerdos cruzaron ante mis ojos en un torbellino de imágenes lanzadas a fuego cruzado cuando entreví, allá a lo lejos, desde la suave curva que el vehículo tomaba, a mi pueblo.

Larache, a lo lejos

Descubrí sus casas blancas salpicadas de pinceladas azules apiñándose sobre la mansa ladera que se yergue tibia sobre el Lukus, como una inmensa bandera ondeando frente al océano. El atardecer las teñía con esa coloración dorada que volví a ver en Tánger, pero que allí, en Larache, parece más áurea, más intensa, es como si el sol se mostrase aquí más indulgente que en el resto de Marruecos. Me retumbaba el corazón a cien por hora y hasta mis manos temblaban, qué confuso todo, el ayer con el presente y lo rememorado con lo olvidado, lo que se deseó y cuanto detestamos, pero emergiendo entre esa maraña se abre paso la emoción pura y simple que destila y depura y solo saca a flote lo que en algún momento nos tocó el corazón.

Nayib, el taxista que nos llevó del puerto de Tánger hasta Larache, detuvo su reluciente Mercedes de segunda mano importado de Alemania justo al centro del puente que cruza el río, pasadas las ruinas romanas de Lixus, y posó una de sus enormes manos en mi hombro.

-No iora, jáy. Demasiado tiempo sin volver…

¿Quién no ha vivido una experiencia parecida al regresar después de los años? Este album de fotografías es como un viaje de regreso, de la mano de las imágenes que cada uno de nosotros ha ido guardando. También de las que ahora hacemos cuando volvemos, o de las que hacen los que viven actualmente en Larache. Todo forma parte de la misma memoria, la que atesora el pasado y la que cultiva el futuro, es decir, el germen de la  memoria que será.

Y luego entras en Larache, y llegas a la Avenida Mohamed V…

La avenida Mohamed V estaba flanqueada no sólo por los hermosos edificios de una y dos plantas, la mayoría de ellos aún se conservan, por suerte, pintados de blanco y azul, sino por unos preciosos arriates llenos de plantas y palmeras… En esta imagen, estamos mi madre Maru Gallardo y yo, Sergio Barce, precisamente en la avenida, sería el año 1968 más o menos, y en el cochecito mi hermana Marisol.

Dirección a la Plaza de España, hoy de la Liberación, dejas a la derecha el santuario de Lalla Mennana y el Jardín de las Hespérides, y en otra época a la izquierda, tras pasar la iglesia, estaba la tienda donde trabajaba mi abuelo paterno, Manuel Barce: La Bandera Española, hoy Bazar Yebari.

Estos viejos carteles anunciando los negocios que estaban funcionando en el pueblo, me los envía Paco Selva. Y seguramente traerá recuerdos a muchos de los que los conocieron. Pero si seguimos el camino emprendido, aterrizamos finalmente en el regazo de la Plaza de España, que es a donde siempre terminamos todos al volver. Un lugar que fue espectacular:

La Plaza, la fuente, las palmeras, la arquería y los edificios del Hotel España. Café Central, Café Lixus y Hotel Cervantes, también el Casino cuando estaba en pie… Un conjunto arquitectónico único en todo Marruecos. Aquí está León Cohen con su tía Mery…

León Cohen Mesonero con su tía Mery en la Plaza de España

Yo, de pequeño, también solía ir a la Plaza a jugar, a ver los peces de colores, a correr o a montar en bicicleta. Sergio Barce en la Plaza…

Y del pasado, Paco Selva me ha hecho llegar varias fotografías, hoy cuelgo las de diferentes equipos de fútbol, la mayoría de los jugadores son difíciles de identificar, pero en la próxima entrega de fotos incluiré las que contienen a futbolistas que sí hemos conseguido reconocer, bueno, los que Paco ha identificado. Hay que recordar que su padre fue presidente del CF Las Navas y del CF Larache, y por esta razón guarda infinidad de fotos de partidos de fútbol disputados en Santa Bárbara. Estos cuatro equipos deben ser de los años 20 y 30, supongo.

Al igual que estos dos:

En las siguientes fotos que Paco me ha pasado, sí se reconocen, en la superior, a Lama, y, en la inferior, a Emilio y Facundo. Estos datos, por supuesto, son de Paco Selva, por edad él sí puede hacerlo, yo por entonces ni siquiera había nacido.

Estas otras ofrecen una curiosidad en la segunda de ellas: la visita del Valencia CF a Larache… Los grandes equipos de la liga española, jugaban en Santa Bárbara, desde el Atlético Aviación al Athletic de Bilbao…

Esta imagen me la enviaron hace mucho, y no recuerdo quién (espero que me refresquen la memoria). Los espectadores acuden en 1953 a ver un partido del Chabab (así es como me llegó la información junto a esta foto, pero, como bien dice León Cohen, debió de ser el Larache CF, ya que el Chabab apareció más tarde).

Ya que estamos en esos años pasados, que aunque no viví sí conozco por tantos relatos de mi familia y amigos, recupero esta fotografía del Taller de Agustín Barrajón, que nombro en algún relato.

Si se me permite otro paréntesis familiar, aquí están mi madre, Maru Gallardo, con mis abuelos, Manolo Gallardo, que fue policía de tráfico en Larache, y mi abuela Eduarda Martínez. Tras la independencia de Marruecos, mis abuelos se marcharon a Málaga, desde donde siempre recordaban los buenos años vividos en el barrio de la Bilbaína, y los años de Alcazarquivir, los de Villa Sanjurjo o los de Ghemis Sahel, porque vivieron en todos esos lugares… Mis padres continuaron en Larache, para mi suerte.

E inevitablemente, imágenes de los colegios, donde se reconocen la mayoría de los amigos. Esta primera es de los HH Maristas, en el curso que compartieron, de arriba abajo y de izquierda a derecha: Galice, Manolo Hernández, Abdelmeji ben Abdelkrim, Vicente Pro, Antonio Ubeda ,Joaquín  Garcia, Pepe Alberca, Pepe García Gálvez, Paco Osuna, Cristóbal Ortiz, Claudio Columé, Ramón Sánchez, Ricardo Toledo, Daniel Calbo, Jose Ponce, Julián Aixelá y Pepe Edery.

Años después, del mismo centro, otros compañeros, de mi curso, aunque yo no aparezco, como casi nunca cuando hacían estas fotos de grupo, no sé si me ponía enfermo por esas fechas o simplemente es que rehuía posar… El hecho es que nunca estoy junto a mis compañeros de los Maristas, lo que lamento. De aquí sólo logro recordar a Juan Carlos Palarea, Francisco Javier Palarea, Miguel Angel Aguilar, Pablo Serrano Morón, Lotfi Barrada, José María López Garry, Luis Velasco, Guerrero… Se agradecería ayuda para completar la foto. El primero en hacerlo ha sido Vicente Palomares para indicar que él es el que aparece en la quinta fila a la izquierda y su hermano Antonio Palomares en la cuarta, ambos con vestimenta de rayas; y en la fila quinta a la derecha, junto al macetero, Pablo Aledo. Y Juan Carlos Palarea me aclara algunos otros: Pepe Cáceres, José Gabriel Matínez y Luis Simón. Joaquín Mauriño añade que, en la primera fila a la derecha, sentado y con una mano sobre el hombro está Diego Mauriño Medero; y justo más a la derecha, un escalón más arriba (al lado del niño que está de pie) está Victoriano Mauriño Medero. La foto debe ser sobre el año 71.

En esta otra, del Colegio de Nuestra Señora de los Ángeles, reconozco a las que luego serían compañeras mías de clase: Conchi Lama, Gabriela Grech, PeponaTambién Juan Carlos Palarea me indica que están su hermana Viki Palarea y Cristina Navarro. Y como bien indica Mati, la segunda de pie, de izquierda a derecha, es ella, Mati López Quesada, y  la siguiente Marina López Matres.

Hay tiendas y negocios unidos al apellido de su dueño, que son imborrables de nuestra memoria… Es el caso de Rosendo:

Como también son imborrables los amigos de la infancia, a los que hemos visto en alguna ocasión pero que siguen ahí como parte de nosotros. Eso me ocurre con Aguilar, que vivía a mitad de la calle Chinguiti, donde además su madre tenía una peluquería. Recuerdo los días en su casa haciendo espiritismo, o lo que creíamos que era espiritismo y que sólo nos hacía temblar de miedo y partirnos de risa…

Una fotografía de unos amigos: Manuel Fernández Padilla, Pablo Serrano, Juan Cuevas y Juan José Brito.

Quizá sea Miguel Alvarez una de las personas que más relaciono con mi familia y con mi niñez. Era mayor que yo, pero pasé muchos momentos a su lado, y es como de mi familia.

En esta imagen Miguel Alvarez y yo estamos con nuestras madres, en la Gaba.

La familia Alvarez vivía al lado nuestra en la última planta del edificio de Uniban. Manolo Alvarez era compañero de trabajo de mi padre. En los otros pisos de esa planta vivían Torres y Matamala. Pero antes de irnos a la avenida Mohamed V para residir en el inmueble de Uniban, mi niñez estuvo en el Balcón del Atlántico, en concreto vivíamos en este edificio que aún continúa en pie, y nuestras ventanas son las que están justamente sobre el cartel de la teleboutique:

Más anuncios del pasado, y más apellidos: Coloma, Alarcón, Revilla

Me gusta construir este album con los recuerdos pero también con el presente de la ciudad. Mis amigos de ahora son también fundamentales. Esta mañana me ha llamado Abderrahman Lanjeri para contarme que Luis Cazorla estaba por la Medina explicando a un grupo de personas dónde se desarrolla la historia que narra en su novela «La ciudad del Lucus»… Abderrahman es un luchador por conservar a Larache en pie, por defender su patrimonio. En esta imagen, lo vemos organizando al grupo que, hace unos años, hicimos una batida por la playa peligrosa para concienciar a la gente de que hay que mantenerla limpia. Fue muy divertido. Llevábamos unas camisetas azules que rezaban: TODOS SOMOS LARACHE, y en caracteres más pequeños todos los apellidos larachenses que recordábamos…

No puedo dejar de mencionar a la madre de Abderrahman, que hace un cuscús alucinante. Aquí está junto a la princesa larachense Angeles Ramírez.

Uno de los poetas de nuestra ciudad, el elegante Mustapha Bouhsina, que de tarde en tarde nos regala algún poema sobre Larache. Si alguien es sentimental, sus poesías le llegarán. Un escritor infatigable.

Y otra persona que merece la pena conocer de entre nuestros paisanos es Said Hauat, siempre disponible para cuanto hemos necesitado al realizar alguna actividad en Larache.

De Abdelmawla Ziati, autor teatral larachense, he hablado en este blog, por su inagotable esfuerzo por levantar el teatro en la ciudad, y por sus obras. En esta fotografía aparece junto a otros dos autores larachenses, a quienes tengo un gran respeto y afecto: Ahmed Demnati y Mohamed Benaboud.

De Demnati quiero colgar alguna poesía en este blog, y aunque me ha enviado poemas sueltos, aún no he conseguido ninguna traducción al castellano, pero ya llegará, y podré ponerlas en los dos idiomas.

En esta otra fotografía aparecemos varios larachenses, en una reunión informal que hicimos en Málaga, en El Pimpi. Estamos, y José Miguel Palarea me ha ayudado a completar todos los nombres: delante, Miguel Montecatine, detrás, Mercedes e Isabelita Matamala; siguen Isabel Barrales, Charo Matamala, Sole, Alfonso Ariza, Augusto Sarmiento, Sergio Barce, Juan Carlos Palarea, Jose Miguel Palarea, Juan A. Hidalgo y Pepito.

En esta otra imagen, que me ha pasado Karim, hay otro montón de paisanos y amigos y conocidos, que son fantásticos: Karim Ouhrich, Zineb Naoual, Sarita NL, Mounir Kasmi, con el que he compartido ya un montón de mesas redondas y buenos momentos, Mariam Benani, Said Allam, Isadac Fatima Zohra, Touriya Alem, Rajaa Zaidi, Igor Quezada, Abdo Didane, Khalid Didane y Morad Jah.

Joaquín García Camúñez me ha enviado esta composición fotográfica que él mismo ha hecho. Tres amigos que se reencontraron 55 años después, muchos años sin olvidarse unos de otros, que se retrataron juntos; debajo, ellos cuando eran chavales: Joaquín, Claudio Columé y Manolo Hernández Saris; y abajo cuando estudiaban juntos, y como él dice, al volver a verse decidieron ser niños de nuevo, en Larache…

Ya casi al final de mi novela «Sombras en sepia» (Pre-Textos – Valencia, 2006), el protagonista, Abel Egea, se despide de Samir cuando está a punto de marcharse de Larache.  Y dice así:

(…) Como le había prometido, Samir vino a despedirse de él. Se lo encontró a la puerta del Hotel Salam, departiendo con Abdeslam. Abel se había traído el Orion hasta la misma entrada del establecimiento y los dos le ayudaron a meter la maleta, el bolso de mano y unas bolsas con algunas compras: naranjas e higos secos, chuparquía, hierbabuena, dátiles, especias y ejemplares de «La Mañana» que le facilitó Rachid, el dueño de la Librería Al Ahram.

Abel le deslizó unos dirhams a Abdeslam, que se lo agradeció varias veces, efusivamente. Por su parte, Samir le dio un largo y sincero abrazo, besándole en las mejillas.

-¿Volverás? -le preguntó cuando se soltaban.

-Por supuesto.

No era una contestación con la que pretendiese cubrir el expediente, sino que había decidido hacerlo de nuevo. Tenía muy claro que ya no existen distancias, que, en menos de cinco o seis horas, se plantaba en Larache. Y no quería desaprovechar ese lujo.

-Me alegra oírlo. Ya sabes dónde tienes tu casa.

-Shukram, jai -respondió Abel.

-Lamento que no la encontrásemos -Samir apretó los labios, notando que algo se les evaporaba de las manos, una sensación de desencanto-. Te lo digo de verdad.

Sin decir nada, Abel se metió en el coche. Miró al frente; en nada le afectaban las palabras de Samir. Sabía, perfectamente, dónde estaba, lo que anhelaba, qué era lo que le esperaba en los próximos años. Y se sintió bien consigo mismo. Con una flema digna de un amanuense, Abel se había sacado el saquito con el tabaco y se sirvió una buena rayita de rapé. Luego, sonrió, lacónico.

-¿Sabes qué es lo que yo más lamento?

Samir negó con la cabeza. Pero al fondo de los ojos glaucos de Abel, vislumbró un lejano estremecimiento. Abel giró la llave y el motor bramó por el tubo de escape. Volvió a fijarse en el final de la Avenida Hassan II, en el perfil gigantesco de La Tulipe. El desconcertado Samir apoyó las manos en el borde de la ventanilla del coche, como si temiera que Abel acelerase y lo dejara allí.

-Dímelo -suplicó.

No le habría perdonado que se  hubiese llevado consigo la respuesta. Pero Abel le miró, con una expresión suave y relajada, que utilizó también en sus palabras, cargadas de sinceridad.

-No haber regresado antes…

Sergio Barce

LARACHE – foto de Itziar Gorostiaga

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