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ASÍ FUE LA TERTULIA «TÁNGER EN NUESTROS LIBROS»

El pasado 7 de marzo, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, mantuvimos una tertulia Rocío Rojas-Marcos, Javier Valnezuela y yo, sobre Tánger en nuestro libros.

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Como siempre, impecable la organización por parte de Isabel Ramírez, directora de Ámbito Cultural de Málaga, y la ayuda de Yolanda en la sala.

Rocío presentaba su nueva obra Tánger, segunda patria (Almuzara, 2018), en la que hace un exhaustivo estudio sobre las novelas, poemarios y ensayos y demás libros que tienen a Tánger como inspiración, una obra monumental y fundamental para conocer qué autores y qué razones nos han llevado a escribir de esta ciudad marroquí. Pero también hablamos de su anterior libro, Tánger, la ciudad internacional (Almed, 2009), obra imprescindible para conocer los entresijos y el funcionamiento de la ciudad durante los años de su estatuto especial y que la convirtió en una ciudad mitificada. 

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Traté de hacer de moderador en esta tertulia, en la que Rocío Rojas-Marcos nos dio varias claves para entender las razones por las que los escritores nos sentimos tan fascinados por Tánger, y le pedí, en un momento dado, que nos desvelara algunos de los hechos que más le habían llamado la atención de lo que significó Tánger en sus años de esplendor, y nos confesó que, quizá, uno de los acontecimientos que prueban la importancia que llegó a alcanzar Tánger fue, sin ninguna duda, cuando, auspiciado por el Marqués de Comillas, los hermanos franciscanos encargaron en 1892 al arquitecto Antoni Gaudí los edificios para las misiones franciscanas en Tánger. A ello se dedicó  Gaudí en cuerpo y alma, y su proyecto final acabó por incluir la construcción de una Catedral, un convento con claustro, hospedería, sastrería, refectorio, habitaciones… Era tal su coste y envergadura que el padre Lerchundi lo rechazó, ya que era además un contrasentido al espíritu austero de la congregación. El proyecto de Gaudí era un ensayo y un claro anticipo de la Sagrada Familia, que luego levantaría en Barcelona, pero que no llegó a construirse en Tánger por falta de financiación y por las razones expuestas. ¿Qué habría supuesto la construcción de esta transgresora obra en Tánger si se hubiera materializado? Nunca lo sabremos.

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Yo hablé de mis novelas que también se ambientan, total o parcialmente, en Tánger: Sombras en sepia (Pre-Textos, 2006), La emperatriz de Tánger (Ediciones del Genal, 2015) y El Libro de las palabras robadas (Ediciones del Genal, 2016). Rocío calificó a mi novela negra La emperatriz de Tánger de desasosegante. Y yo aclaré que, aunque parezca otra cosa, considero que mi novela más tangerina es El libro de las palabras robadas, porque Tánger, que es el paraíso perdido del protagonista, será, sin embargo, donde al final encontrará su redención.

Javier Valenzuela, que fuera subdirector del diario El País, y corresponsal del mismo medio en Washington, París, Beirut o Rabat, nos habló de sus novelas negras Tangerina (Martínez Roca, 2015) y de Limones negros (Anantes, 2017). Su última novela, que para mí, y así lo manifesté en la charla, es quizá, de entre todas las novelas ambientadas en Tánger que se han publicado en los últimos meses, la mejor de todas ellas, dio lugar a un amplio debate, porque, de pronto, dimos un salto en el tiempo y, desde aquel Tánger internacional de los  años treinta, cuarenta y cincuenta, que estábamos rememorando, nos vinimos al Tánger actual, en el que se ambienta Limones negros. La corrupción, que une a ambas orillas a través de los negocios inmobiliarios que se desarrollan en Tánger, la prostitución infantil, la existencia de niños en las calles que siguen drogándose con pegamento, las inversiones de los países árabes, la extensión del salafismo, el retroceso en las libertades personales, especialmente el estancamiento de la libertad femenina a causa de la expansión de una interpretación del islam menos permisivo y más intransigente, la clausura de locales que antes abrían sus puertas con libertad para poder consumir bebidas alcohólicas y que ahora van desapareciendo por una presión social y religiosa antes impensable, pero también el resurgir de este nuevo Tánger, con sus aspectos positivos, que también los tiene y muchos, fueron temas que surgían al hilo de su nueva novela…  Javier que, además, posee un gran sentido del humor, nos deleitó con anécdotas personales de toda esta realidad, y nos llevó por los locales y lugares en los que se ambienta la novela. También nos habló de su amistad con Chukri. Todos estos elementos, que forman parte indisoluble de su libro, y que lo hacen por ello más poliédrico e interesante, animaron a que los numerosos tangerinos o tanyauis que estaban presentes también interviniesen, y, como muchos nos confesaron al final del acto (que comenzó a las 19:30 y acabó a las 21:25), la tertulia se les hizo muy corta. Y esa fue la mejor crítica que pudimos recibir.

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Asistieron muchos amigos, entre ellos los escritores Víctor Pérez, José Luis Pérez-Fuillerat, Fernando Gálligo o Alberto Gómez Font, autor de Cócteles tangerinos, que, tras la charla, nos llevó, como gran conocedor de la materia, a probar algunos cócteles por Málaga.

En definitiva, fue una gozada pasear de nuevo por Tánger a través de nuestros libros y de los libros de otros autores. Así que, Rocío, Javier y yo salimos más que satisfechos de este encuentro que, quizá, tenga continuación en algún otro lugar…

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(A continuación, algunas imágenes de la charla, fotografías realizadas por mi hijo Sergio, Fernando Gálligo y José Arias)

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EL TÁNGER IMAGINADO POR SERGIO BARCE, EN EL COLOQUIO DEL PRÓXIMO 7 DE MARZO

Día 7 de marzo.

Tánger en nuestros libros

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Charla coloquio entre los escritores Javier Valenzuela, Rocío Rojas-Marcos y Sergio Barce

Escribe Rocío Rojas-Marcos en su libro Tánger, segunda patria, acerca de Sergio Barce que “…aunque en la novela Sombras en sepia -premio de  novela Tres Culturas de Murcia, 2006- ya aparecía Tánger como uno de los elementos principales de la trama, es en La emperatriz de Tánger -finalista del XVII Premio de novela Vargas Llosa 2012 y finalista del XXII Premio de la Crítica de Andalucía de novela en 2016-, donde Barce permite que la ciudad se adueñe de la narración. (…) A partir de una trama que cumple con las ya canónicas líneas esenciales de la literatura sobre Tánger, Barce nos hace entrar en una novela desasosegante. A partir de un protagonista perdido: Augusto Cobos Koller, un escritor atormentado que utiliza las drogas, el alcohol y las mujeres para desahogar sus frustraciones. Incapaz de llevar una vida ordenada, sus relaciones son tan caóticas como pasionales. Cuando se ve acusado de asesinato, reconoce encontrarse en el abismo, ve cómo su vida se va desmoronando mientras trata de encontrar desesperadamente a la mujer que lo redima, a su emperatriz…”

Fragmento de La emperatriz de Tánger:

“…Llevaba años viviendo solo, refugiándose en sus libros, sorteando cualquier compromiso que pudiera surgir y que para él sólo podía significar recortar sus alas. Quería continuar solo, y no contemplaba otra posibilidad. Sin embargo, en lo más hondo de su ser, temía no llegar jamás a ninguna de sus metas, ser olvidado, no dejar huella, acabar siendo un pobre fantasma que atravesara las paredes sin que nadie se acordara de él.    

Disfrutaba de su soledad, pero se sentía a gusto caminando por Tánger en el agradable crepúsculo, cuando sus calles se convertían en un hervidero de risas, de voces, de idiomas diferentes. Ese día dio un rodeo para entrar por el Zoco, a contracorriente de la muchedumbre que se multiplicaba misteriosamente. Luego, echó un vistazo al hall del Hotel Minzah pero sólo vio a míster Richardson examinando su correspondencia en el mostrador. El viejo diplomático se había girado y había levantado la vista de las cartas, asomando sus ojos grises por encima de la montura de las gafas. Augusto evitó su saludo, fingiendo no haberlo visto, y continuó unos metros hasta el Café de París. 

El local estaba lleno. Las aspas de sus ventiladores ronroneaban con placidez sin conseguir que el aire del local se inmutase. Echó un rápido vistazo, tratando de encontrar a alguien conocido. Fue la señorita Esther Lipman quien llamó su atención alzando el brazo y agitando la mano:

Hey, August! ¡August!

Se habían encendido las luces del local y un brillo apagado ensortijaba las paredes. El murmullo de las conversaciones parecía el lejano rumor del mar. Fue sorteando las mesas, saludando a unos con una leve inclinación de cabeza o llevándose la mano al pecho tras estrechar la de algún viejo conocido marroquí, hasta llegar a la que ocupaba Esther. La besó en las mejillas, se desabotonó la chaqueta, con los hombros y la solapa aún mojados, y se sentó. Luego, de uno de los bolsillos interiores, sacó una pitillera de alpaca.

Gran Café de París

-August, querido… –su voz era un tintineo que acompañaba a las joyas que llevaba encima-. ¿Dónde te metes, mi rey? Parece que Carmen te ha secuestrado, porque desde que ella te ha secuestrado… Te echo tanto de menos en el Kursaal… ¡Llevo tres noches sin ganar un chavo!

-¿Te ha abandonado tu suerte?

Esther Lipman entornó los ojos, enormes, como su cuerpo, tan rotundo como el de Mae West. Le cogió entonces la pitillera, sacando uno de los cigarrillos, que atrapó ostensiblemente con sus labios. Augusto le acercó lumbre.

-Gracias, nechama.

-¿Y tus amigas? –hizo un gesto con la mano y el camarero le sirvió de inmediato un Pernod.

-Esas memlocas andan por ahí de compras. Ya te habrás enterado de que a Ana María le han tocado unos chavos en la lotería y parece que ahora es la reinona de Tánger… 

-Noto un deje de envidia en tu reproche…

-¡Te entre un mal! Parece que no me conoces… Yo vivo mi vida, me preocupo de mi casa y safi –Augusto le llenaba su copa de champán, lo único que Esther permitía que le sirvieran a partir de las ocho de la tarde-. Brindemos…

Dieron un sorbo a sus copas y, al instante, ella se puso a rebuscar en su bolso hasta sacar un pequeño espejo y una barra de pintura con la que se retocó los labios. Era tan barroca y coqueta como deslenguada.

-En cuanto termine de beberme esto, me largo –dijo Augusto, arrastrando las palabras.  

Esther se quedó un instante en silencio, calibrando sus opciones de esa noche. Entrecerró los ojos, como si renunciara a algo ineludible, dio una calada al pitillo y exhaló el humo en la cara de Augusto. 

-Si quieres podemos ir a mi casa. Podríamos celebrar por adelantado lo de tu libro… Si la doña de Carmen te da permiso… 

-No, hoy no –sacudió la cabeza, y miró a su alrededor como si buscara a alguien que no aparecía.

Ella lo estudió con perplejidad, como si no diera crédito a su desplante. Sin embargo, agitó su cabellera y soltó una risotada. En el fondo, le gustaba ese tipo delgado y huesudo que, cuando estaba de buen humor, podía mostrarse todo lo generoso que su carácter le permitía. No la trataba peor que esos cabrones del casino, los prestamistas que se la cepillaban en los servicios a cambio de unas pesetas que sólo le servirían para un par de jugadas más. Pero Augusto Cobos, aunque era otro putero, al menos la hacía sentirse como una mujer de verdad y no babeaba buscándola luego como un perro apaleado.

-Tú te lo pierdes… -refunfuñó, guasona.

-Ya encontrarás algo que echarte a la boca…

-Eres terrible, August… -y arqueó una ceja antes de añadir: Un día tendrás que contarme qué te hace esa doña para tenerte así de shalado

Si había algo que admirase de Esther, y quizá fuera una de las razones por la que la consideraba una amiga, era esa ausencia de orgullo o de dignidad, esa inconsciencia que la hacía inmune al sarcasmo…” 

Sergio Barce Gallardo (1961). Escritor malagueño y larachense. Licenciado en derecho. Autor de las novelas En el jardín de las Hespérides (Editorial Aljaima – Málaga, 2000), Sombras en sepia (Editorial Pre-Textos, Valencia – 2006) con la que obtuvo el Primer Premio de Novela Tres Culturas de Murcia de 2006, Una sirena se ahogó en Larache (Editorial Círculo Rojo, Almería – 2011) con la que resultó finalista del XVIII Premio de la Crítica de Novela de Andalucía 2012, El libro de las palabras robadas (Editorial Círculo Rojo, Almería – 2013 – 2ª edición por Ediciones del Genal, Málaga -2016) y La emperatriz de Tánger (Ediciones del Genal, Málaga – 2015), obra finalista del Premio de Novela Vargas Llosa 2012 y que también resultó finalista del XXII Premio de la Crítica de Andalucía. Es autor de los libros de relatos Últimas noticias de Larache y otros cuentos (Editorial Aljaima – Málaga, 2004) y Paseando por el Zoco Chico (Jam Ediciones – Valencia, 2014; libro Reeditado por Ediciones del Genal – Málaga, 2015). Otros relatos y cuentos aparecen en varios libros colectivos:  Sesión continua (Jam Ediciones – Valencia, 2013), Animales en su tinta (Jam Ediciones – Valencia, 2013), Último encuentro en BiblioCafé (Jam Ediciones – Valencia, 2014), Por amor al arte (Jam Ediciones – Generación Bibliocafé – Valencia, 2014), La narrativa tenía un precio (Playa de Ákaba – Almería, 2016) y Me estás pisando el Chéjov (Espai Literari – Barcelona, 2016).

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Sergio Barce

 

 

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MADRID – 19 DE MAYO – PRESENTACIÓN DE «LAS SEMILLAS DE ANNUAL», NOVELA DEL ESCRITOR LARACHENSE LUIS MARÍA CAZORLA

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El escritor larachense Luis María Cazorla presenta en Madrid la novela con la que cierra su trilogía: Las semillas de Annual.

Pero no puedo evitar, aprovechando esta ocasión, transmitirle de nuevo a Luis, el amigo, mi afecto y cariño en estos momentos tan difíciles tras la inesperada pérdida de su hermana Soledad Cazorla, una mujer que ha gozado de la admiración y respeto general por su incansable trabajo como Fiscal de Sala de Violencia contra la Mujer.

Dicho esto, que me parecía de rigor, regreso a su libro.

Siendo Las semillas de Annual la continuación de este detallado estudio histórico de la época que enfrentó a Fernández Silvestre y Raisuni, y una narración minuciosa de todo lo que llevó al desastre de Annual, también es, de nuevo, como en sus anteriores libros La ciudad del Lucus y El general Silvestre y la sombra del Raisuni, todas ellas publicadas con la editorial Almuzara, una crónica de la evolución de Larache.

LAS SEMILLAS DE ANNUAL de Luis Cazorla

Gracias al personaje de Pozo, que regresa a la ciudad, comprobaremos los cambios que se han ido produciendo en sus calles y en sus gentes tras el tiempo transcurrido desde que este personaje apareció en la trilogía. Sin duda, y al fragmento del libro que he escogido me remito, para los larachenses, una manera muy amena y ventajosa de conocer los pormenores de esa evolución urbana y arquitectónica que nos hace conocer un poco más la pequeña historia de Larache que corre en paralelo a la Historia con mayúsculas que Luis Cazorla nos relata tan cuidadosamente. Para el resto de lectores, una novela histórica llena de aventuras, intrigas y todo lo que los amantes de este tipo de literatura espera encontrar.

Sergio Barce, mayo 2015

“Pozo salió de la comandancia general, donde, a su llegada, Barrera le había asignado una amplia habitación, vestido de uniforme coronado por el tricornio y rematado por las tres estrellas de seis puntas propias de capitán. Era el primer sábado que pasaba en Larache y le apetecía tener un primer contacto relajado con la ciudad.

Muy madrugador, las primeras horas del día le revitalizaban y le disponían a dar lo mejor de sí. En aquel plácido día, cuyo sol empezaba a ahuyentar los cendales mañaneros que trepaban desde el Lucus, su cuerpo y su mente le pedían sosiego.

Dejó atrás el cuartel de la policía indígena donde se alojó en su anterior estancia larachense, atravesó un Zoco Chico que se desperezaba de su letargo nocturno, y acabó plantándose en la explanada que lucía todavía con más ruido que nueces el nombre de plaza de España. Allí observó cómo los destartalados barracones que salpicaban aquel espacio llamado a mayor gloria arquitectónica estaban siendo barridos a marchas forzadas, en primera línea por edificios de equilibrada arquitectura hispano-nazarí y a lo lejos por edificaciones más modestas de dos plantas, que empezaban a ser ocupadas por la despuntante burguesía, principalmente española, que tendía a abandonar la medina en busca de viviendas dotadas de comodidades. Embocó lo que en su día fue arranque del camino de Alcazarquivir. Allí la transformación era ya notable. La superficie polvorienta había sido desplazada por una pista con firme de asfalto, y reemplazada más arriba, en lo que ya era conocido por los Cuatro Caminos, por una carretera bien asfaltada que se prolongaba algunos kilómetros. Todavía desparramados y sin continuidad, varios hotelitos de dos alturas, que recordaban algo a los de las colonias que surgían en aquellas fechas alrededor de Madrid, surcaban el panorama.

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En los primeros metros de la antigua pista de salida hacia Alcazarquivir, que había abandonado tan imprecisa denominación por la pomposa de avenida de la Reina Victoria, a la derecha, según se subía desde la plaza de España, reparó en dos edificios ya terminados y un tercero en construcción anunciadores de lo que acabaría siendo un notable conjunto arquitectónico donde los rasgos del estilo neonazarí se mezclarían con incrustaciones de racionalismo e incluso modernismo.

Se sentó para desayunar tranquilamente en la terraza del hotel España situado en el primer tramo de la avenida de la Reina Victoria, mientras aguardaba su instalación definitiva en la popularmente conocida como calle Chinguiti, Canalejas con más propiedad.

La misma propietaria, la respetada doña Amparo Mas, lo atendió con el esmero que haría leyenda en la ciudad del Lucus. Presumía ella de que en su establecimiento se podían disfrutar de las mismas exquisiteces que en los mejores de Tánger.

Doña Amparo, satisfecha por la atención que Pozo prestaba a su negocio, le sirvió ella misma el café con leche que había pedido acompañado por tostadas de pan con aceite y sal. Aprovechó la oportunidad para interesarse por si era recién llegado a Larache, y apostillar con el conocimiento de las personas que le singularizaba que .

Cuando la propietaria se fue, dio un sorbo del café que todavía humeaba. Con la vista perdida en el horizonte, empezó a dar rienda suelta a sus recuerdos atraídos por el silencio y el adormilamiento de una ciudad que no acababa de sacudirse el sueño…”

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«LAS SEMILLAS DE ANNUAL», NUEVA NOVELA DEL ESCRITOR LARACHENSE LUIS MARÍA CAZORLA

Las semillas de Annual es la nueva novela de mi amigo y paisano Luis María Cazorla, y que cierra la trilogía de la que forman parte sus dos anteriores títulos La ciudad del Lucus y El general Silvestre y la sombra del Raisuni, todas ellas publicadas con la editorial Almuzara.

LAS SEMILLAS DE ANNUAL

Con una portada muy sugerente y una cuidada edición, esta nueva obra nos narra los acontecimientos históricos que condujeron a la sangrienta derrota del ejército español en Annual en 1921. La historia arranca cuando el general Silvestre vuelve a empuñar las armas en Marruecos ya siendo comandante general de Ceuta. El pulso entre Silvestre y Berenguer enfrenta a estos dos personajes claves de la presencia española en Marruecos: mientras Silvestre es elevado a la categoría de héroe tras la ocupación del Fondak de Ain Yedida, el general Berenguer, nombrado cuarto alto comisario en Marruecos, desconfía de él y se obsesiona con derrotar definitivamente a El Raisuni. Paralelamente, la novela detalla los avatares de los otros personajes que ya protagonizaron las anteriores novelas de esta trilogía: el comerciante Pedro Robi, el capitán de la Guardia Civil Carlos Pozo, que regresa a Larache para aclarar la misteriosa muerte de un hermano lego franciscano, e investigar también una presunta trama de corrupción en los suministros al ejército, Meriam, Amparo, Abraham Muchatiel, López Rienda… Por supuesto, Larache, ciudad natal de Luis María Cazorla, sigue siendo protagonista principal, una ciudad que es testigo de las pasiones de Silvestre y de las pequeñas historias humanas que se desarrollan en sus calles pero también de los grandes acontecimientos históricos que marcarán los años venideros tanto de España como de Marruecos. Botón de muestra es el comienzo del capítulo titulado Los proyectos del Hotel España y del Teatro España.

Sergio Barce, marzo 2015

Pozo, después de despedir a López Rienda, se quedó a comer en el hotel España.

Estaba degustando el delicioso atún de la cercana almadraba cuando apareció la propietaria del establecimiento para interesarse por cómo iba todo. Las alabanzas de la comida que recibió le dieron pie para entablar conversación y arrancarse a explicar sus proyectos de ampliación. Pozo puso cara de interés por lo que escuchaba y dejó caer un inflado “¡Ah!, ¡sí?, de modo que va ampliar el negocio”. Estimulada por la pregunta, desmenuzó hasta extremos excesivos la próxima construcción de un espacioso edificio en los primeros metros de la calle Chinguiti, subiendo a mano derecha. Al preguntar él por el estado del proyecto, aclaró con mueca de disgusto que estaba retrasado “por los papeleos de la junta de servicios locales”, para añadir “y ya sabrá usted, y si no lo sabe todavía lo comprobará enseguida, que entre el bajá que la preside y no se entera, y el cónsul de España, don José Triviño, su vicepresidente, que ha llegado hace poco y ya está preparando su marcha, los politiqueos de los vocales velando cada uno por sus propios asuntos, la pugna entre los distintos pareceres de los ingenieros militares y civiles, y los criterios del arquitecto municipal, forman un tinglado que lo retrasa todo”.

Interior TEATRO ESPAÑA de Larache

Interior TEATRO ESPAÑA de Larache

-Cuando usted habla de tinglado, ¿se refiere también a conveniencias económicas? –interfirió Pozo para lanzar el anzuelo a la hotelera.

Doña Amparo se paró en seco y se llevó la mano derecha al compacto moño que coronaba sus distinguidos trazos faciales, como si quisiera descubrir allí la respuesta más adecuada.

-Yo no sé exactamente, pero se lo puede uno imaginar. Con la expansión urbanística se está moviendo mucho dinero, y esto aquí y en cualquier parte del mundo da alas a los manejos económicos. Algunos hacen mucho dinero fácil en Larache, que después gastan en Tánger y en la península –repuso con habilidad que no dejó cabo suelto del que tirar, y siguió detallando la iniciativa en la que tanto esfuerzo estaba volcando.

-Confío en que con la llegada del nuevo cónsul don Emilio Zapico, que ya tiene conocimiento de mis planes y se ha comprometido a apoyarlos porque quiere dotar a Larache de un hotel de la máxima categoría, todo se acelere y pronto podamos empezar a levantar el edificio. El nuevo hotel España va a ser muy importante para la ciudad y va a coincidir con otra iniciativa no menos importante.

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-¿De qué se trata? –preguntó con cierto hartazgo Pozo, incapaz de encontrar un hueco para hincar el diente a la apetitosa bandeja de dulces marroquíes que lo reclamaba.

Con premiosidad que buscaba poner de relieve la pujanza de Larache, ella se entregó con denuedo a exponer los planes de Emilio Sánchez Pescador de construir en el solar contiguo al que iba a ocupar el hotel España un sobrio coliseo teatral. “No llegará a la grandiosidad del teatro Cervantes de Tánger –precisó-, pero será muy digno y capaz de acoger las representaciones que visiten esta ciudad y Tetuán, y que así podrán recalar igualmente en Larache. También podrá servir como sala de cine, ¡por fin podremos ir al cine sin tener que acudir al barracón inmundo de ahora!”, exclamó impulsada por los aires renovadores que querían apuntalar la ciudad del Lucus como la segunda del protectorado español.

-¿Y las autoridades como ven el proyecto del futuro teatro-cine, que no sé si tiene ya nombre? –terció Pozo, siempre atenazado por una curiosidad sin límites por todo lo que pudiera redundar en su trabajo.

-Sí, claro que tiene nombre: teatro España, qué bonito ¿verdad? Dentro de poco, en las inmediaciones de la plaza de España, el hotel España y al lado el teatro España; solo pensarlo se me pone la piel de gallina –reconoció doña Amparo con la ensoñación albergada en sus pupilas.

-Le preguntaba por la opinión de las autoridades, ¿les parecerá bien un teatro con esas aspiraciones aquí? –insistió él poniendo el foco en el punto que le interesaba.

-Eso se lo tiene que preguntar al señor Sánchez Pescador, pero, hasta donde yo sé, el proyecto cuenta con el apoyo del general Barrera, y la del próximo cónsul de España, señor Zapico, que ya ha prometido su respaldo a esta iniciativa cuando sea destinado aquí. Bueno –concluyó cansada de permanecer tanto tiempo de pie y reclamada su atención por otros menesteres-, discúlpeme por haberlo interrumpido, pero el futuro hotel España me ilusiona tanto que pierdo el sentido de la medida. Ya sabe que estamos siempre a su disposición en esta casa en la que queremos servirle como usted se merece. –Se alejo con una ligera inclinación de la cabeza para dirigirse a otros comensales.

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MADRID – FERIA DEL LIBRO / RECORDATORIO: ESTE VIERNES FIRMA LUIS MARÍA CAZORLA

Aurelio Menendez. madrid 21.12.10

Os recuerdo a todos

la primera cita que tenemos

en la

Feria del Libro de Madrid

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Este Viernes, 31 de Mayo,

a partir de las 19:00 horas

en la Caseta nº 139

de la Editorial Almuzara,

el escritor larachense

Luís María Cazorla

firmará ejemplares de su novela

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