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VALENCIA – LA ESCRITORA SUSI BONILLA PRESENTÓ «TODO ACABA EN MARCELA», NOVELA DE SERGIO BARCE

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«Pese a su llamativa portada, casi de cómic,  realizada por la ilustradora Ángela Martín Salinero, no estamos ante un libro. Estamos ante una película. Y no de esas que los fines de semana nos inducen a la siesta. Una película de Goya, de Óscar o de cualquier premio que se tercie. 

Han pasado bastantes años desde que conocí el trabajo de Sergio y, nada más comenzar a leer este, me invadió un intenso deseo de que llegase a Valencia para comprobar que era la misma persona caballerosa y elegante que yo recordaba. Tan solo con las primeras páginas de esta novela experimenté una sensación muy inquietante.  Este no es mi Sergio, me lo han cambiado, pensé. Pero NO. Sergio no cambia, Sergio crece y cuando has leído una obra suya que te parece insuperable llega la siguiente, se adueña del más difícil todavía y te demuestra que lo es.

Hasta ahora, Malabata era su novela más dura. Una trama policial descarnada y salpicada de sangre a la que Marcela ha superado con una crueldad que te araña en cada página. Con Marcela se ha rebautizado. En lugar de Sergio Barce yo le llamaría Sergio Sangre o cualquier nombre similar que nos llevase a la figura de un vaquero del lejano oeste que atrapa al malvado más malvado de todos los malvados. Un bautizo en el que no se derrama agua bendita sino sangre, sangre a borbotones. 

En solo dos páginas sentimos asco, odio, horror y una rabia intensa que sigue con nosotros durante toda la historia. Solo quieres correr hacia un objetivo, necesitas castigar, incluso torturar. Necesitas ajusticiar. No sientes que lees, sientes que conduces por las carreteras de Málaga, conduces mientras rebuscas en tu interior la brújula que te devuelva a ese antes del instante en el que toda tu vida cambió para siempre. 

La novela comienza fuerte, con sangre, martillazos, un rostro desfigurado y un dolor físico y psíquico que te estrangula el alma mientras te preguntas si puedes seguir sintiendo tanto malestar. Y sí. Sergio mantiene el ritmo y la tensión te invade durante toda la narración. Ya no tienes paz. Pese al brutal comienzo, el ritmo se mantiene trepidante hasta el final. Nos atrapa con secuencias, escenas encadenadas con planos perfectamente encajados y diálogos integrados en el texto. Un texto tremendamente ágil y adictivo. 

La historia consigue centrar nuestra mente en el momento presente, algo muy valioso como entrenamiento para nuestro bienestar mental. Nos focalizamos en la trama y nuestra atención permanece en ella sin distracción alguna pues nos sentimos partícipes de lo que va ocurriendo a través de la sensorialidad que envuelve cada pasaje. 

El maltrato a la mujer aparece en la obra de un modo que yo no había experimentado hasta ahora. Sin extenderse demasiado en ello aborda todas sus caras, desde el más sutil daño psicológico hasta llegar a la violencia del asesinato pasando por la crueldad verbal y física. La palabra maltrato queda muy pequeña en esta historia y sentimos en cuerpo y alma el desgarro de la violencia de género. Es una novela de venganza, articulada con muchas piezas, el maltrato es una de ellas y la forma de mostrarlo consigue introducirlo en nuestras vidas como en la vida real, casi sin darnos cuenta, en muchas ocasiones pasando desapercibido hasta que es demasiado tarde. Sientes en tu interior la vejación, la impotencia, el miedo, el dolor, el desconsuelo, la rabia, la ira y el vacío que deja una mujer en la vida de sus allegados. Una mujer que deja de tener una identidad para convertirse en un número. A Marcela le roban la vida y la humanidad. En dos páginas se convierte en la 59 y tú sientes un odio que, quizás, nunca antes habías sentido, un odio y una repulsión sin límites hacia Teo, el bizco. Y ya se desencadena el entramado interno que va a zarandearte durante toda la lectura. ¿Dónde están los límites? ¿Cuáles son nuestras líneas rojas? 

Y es que, aunque estamos ante una novela de género negro que cumple con disciplina todos los requisitos como tal, lleva impreso el sello Barce y eso hace que nos encontremos con personajes nada simples, con seres con múltiples aristas tan reales como cualquier ser humano y es a través de estos personajes cuando junto al maltrato y la venganza encontramos otros temas que interesan al autor y que aparecen en otras de sus obras como la corrupción, el paso del tiempo, la figura de la madre, la relación paterno filial, las relaciones de pareja y el arraigo a nuestra infancia y nuestras raíces. 

El sello Barce nos regala una narrativa sensorial y cuidada con mimo. Sergio es un creador de atmósferas. Sientes olores,  temperaturas y escuchas sonidos. El garaje, el interior de los vehículos, el granero, las casas, los bares… Aparece otra constante del autor que es la atracción por los ambientes cargados de humo, de hecho, llama la atención que muchos personajes son fumadores. Unos ambientes que siempre me parecen metáfora de nuestra existencia, como seres que estamos en constante búsqueda de claridad. Encontramos guiños traviesos al arte. El cine y la música salpican el texto y le dan verosimilitud. También guiños hacia la literatura, nombrando alguna de sus obras anteriores. En este caso es Malabata la que aparece en el texto, quizá por destronada o por agradecimiento a ser la precursora de un Sergio muy negro. El detallismo aparece como en obras anteriores enriqueciendo la historia y dotándola de gran verosimilitud. Las ciudades son tratadas como un personaje más, con sus luces y sombras, y también el héroe de Sergio en esta novela dista bastante de ser todopoderoso e invencible. Iván muestra la disciplina y la fragilidad, la pelea y la vulnerabilidad. Un personaje con cicatrices y límites que pueden llegar a ser borrados. Esa humanidad lo hace muy real y lo acerca al lector.

Inicialmente me sorprendió que no fuese Tánger el escenario elegido para esta novela. Es Málaga, aunque, como no podía ser de otro modo, Sergio acaba desembarcando en Tánger y llegando a Larache. También entre Málaga y Tánger transcurre otra novela de Sergio: El libro de las palabras robadas.

Es mágico sentir como nada más pisar suelo tangerino hay algo que suaviza nuestro interior a pesar de que la trama sigue siendo desalmada. Sentimos cierto refugio, como si volver al hogar, a nuestra niñez, nos acunara de algún modo. Tánger dulcifica sin que la trama pierda ni un ápice de su ferocidad. Y en este escenario aparecen otros olores, otros sonidos y de nuevo el valor del arraigo, en los platos típicos, en los reencuentros, en los viejos lugares.

Viajamos por las carreteras de Málaga y, al mismo tiempo, realizamos un viaje interior en el que nos preguntamos cómo un ser humano puede convertirse en un monstruo, cuáles son nuestras líneas rojas para pasar al lado oscuro y cuantos monstruos podemos tener a nuestro alrededor sin saberlo.

Sergio no puede disimular su sello. Tiene una voz propia, aunque asesine de modo cruento, muestre hombres que huelen a carburante o coches que rezuman orines. Su elegancia narrativa es inigualable. Sergio trenza, y va intercalando emociones, luces y sombras, cambio y permanencia, pérdidas y encuentros, música y letra. Trenza con agilidad y precisión sin dejar ningún cabello despeinado.

Pese al título de la novela, os aseguro que todo empieza con Marcela. El dolor convierte a las personas en fieras heridas y una fiera herida solo ataca, aunque te acerques para ayudarla. En ese momento en que el dolor es insoportable se desdibujan los límites del bien y del mal y la venganza ciega y anula. Es entonces cuando nos cuestionamos la ley y la justicia, a todo y a todos, incluso a nuestro propio yo. ¿Dé que seríais capaces si os arrebatan a un ser querido? ¿Podríais torturar?  ¿Hacer daño sin ningún remordimiento? ¿Dónde queda la empatía? ¿Dónde queda el humano que deja de serlo? 

Como dijo un personaje de Malabata : “Un hombre no sabe lo que puede hacer hasta que se enfrenta a una situación extrema. Llevamos la semilla del mal larvada en nuestra alma. De eso no tengo ninguna duda”

Marcela os obligará a evaluar cómo y cuándo vuestra semilla podría germinar.

Susi Bonilla»

Estas palabras de Susi Bonilla planearon por entre los asistentes a la presentación de mi novela Todo acaba en Marcela (Ediciones Traspiés) el pasado 27 de abril, para encandilarlos y seducirlos. Como me ocurriera en Barcelona, con Youssef El Maimouni, en Valencia, con mi querida Susi Bonilla, sabía que todo iría sobre ruedas, que nadie como ellos para hacer que mi libro fuera mejor de lo que es. Y releyendo todo lo que destripó Susi de esta historia negra, descubro que ha sido un análisis minucioso y admirable. No puedo estarle más agradecido.

Estuve rodeado de muy buenos amigos, Susi, Celia Corrons (responsable de estas buenas imágenes que acompañan a este post), Alicia Muñoz Alabau, Tina Suau, Rafael Tormo, José Luis Rodríguez, Francesca Sergi (que es quien ha traducido algunos de mis cuentos al italiano y que trabaja en mis novelas), Nieves Martínez, Marisa Ramón (mi fiel lectora) o Mauro Guillén con quien compartimos luego una cena en la que brindamos por el nacimiento de su nueva nieta: Claudia. El mejor día para esta celebración.

Impresionante el ambiente de la Feria del Libro de Valencia. Y feliz por esta hermosa presentación y la posterior firma en la caseta de Librería BiblioCafé.

Sergio Barce, 5 de mayo de 2024 

  

Cena la noche antes con mis amigas Nieves Martínez y Francesca Sergi
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José Luis Rodríguez, de BiblioCafé, de anfitrión perfecto
SUSI BONILLA, genial, como siempre
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Firmando para mi amiga Alicia Muñoz Alabau. Ella me firmó su nueva novela. Nos leemos.
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Entre mis amigias Susi Bonilla y Celia Corrons
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Con Francesca Sergi, mi traductora al italiano
Con Tina Suau, siempre hablando de Tánger cuando nos vemos
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CALENDARIO FIRMAS Y PRESENTACIONES – SERGIO BARCE

BARCELONA – SÁBADO, 20 DE ABRIL

A LAS 12:00 HORAS -LIBRERÍA FAHRENHEIT 451 – Carrer de la Ribera, 8 

Presentación de la novela TODO ACABA EN MARCELA de la mano del escritor YOUSSEF EL MAIMOUNI

 

BARCELONA – DOMINGO, 21 DE ABRIL

A LAS 14:00 HORAS – en SANT JORDI de POBLE SEC con CANDAYA

Firma de ejemplares por SERGIO BARCE

 

MÁLAGA – MARTES, 23 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – LIBRERÍA PROTEO

Club de Lectura con el libro EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS organizado por la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes

 

GRANADA – MIÉRCOLES, 24 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – CASETA 57 DE LIBRERÍA BALQIS – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemplares de la novela TODO ACABA EN MARCELA

 

VALENCIA – SÁBADO, 27 DE ABRIL

A LAS 18:00 HORAS – EN ESPAI NOU – FERIA DEL LIBRO

Presentación de la novela TODO ACABA EN MARCELA de la mano de la escritora SUSI BONILLA

 

VALENCIA – SÁBADO, 27 DE ABRIL

A LAS 19:00 HORAS – EN CASETAS 95-96 BIBLIOCAFÉ – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemplares de TODO ACABA EN MARCELA

 

MÁLAGA – VIERNES, 3 DE MAYO

A LAS 19:00 HORAS – EN CASETA LIBRERÍA PROTEO – FERIA DEL LIBRO

Firma de ejemlares de TODO ACABA EN MARCELA

 

MÁLAGA – JUEVES, 16 DE MAYO

A LAS 19:00 HORAS – EN ATENEO DE MÁLAGA

La narrativa de SERGIO BARCE por los escritores JOSÉ SARRIA y FRANCISCO MORALES LOMAS

  

 

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«EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS», DE SERGIO BARCE, SEGÚN SUSI BONILLA

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El 14 de diciembre pasado, Susi Bonilla presentó mi libro El mirador de los perezosos (Ediciones del Genal) en Valencia, acompañada de Mauro Guillén y organizada por Carlos Salazar, responsable de Cultura en el Colegio de Arquitectos de Valencia, y con la colaboración de Librería BiblioCafé.

Por circunstancias que no vienen al caso, Susi no ha podido enviarme el texto de su preciosa intervención hasta el día de hoy, y, aunque me fascinó ya al escucharla, leerla con tranquilidad me reafirma en mi sensación de entonces: sus palabras hacen mejor El mirador de los perezosos.

Os invito a leerla, porque merece la pena:

EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS, de Sergio Barce, por Susi Bonilla: 

Me cuesta elegir cómo comenzar a hablar de este libro. Hay tantas propuestas valiosas en él que me he visto tentada a leerlo repetidas veces y, en cada una de esas lecturas, me ha llevado por caminos que me ha encantado transitar.

En el mundo en el que estamos inmersos donde prevalece la inmediatez y la celeridad, aparece Sergio y en sus 200 páginas agita nuestras neuronas y consigue que abandonemos nuestras prisas diarias y nos entreguemos a la pereza. No a esa pereza estéril del que procrastina o deja pasar el tiempo sin más. Sí a la pereza del que viaja a una ciudad sin coger el avión o del que camina por sus calles sin mover un solo pie. También la pereza del voyeur, del que observa y se observa en un juego de sentir y sentirse.

Como dice la abuela Latifa a sus nietos en uno de los relatos (Hafa): “Leer os hará viajar”.

Con la pericia de un experimentado piloto maneja la narrativa hasta que aterrizamos en Tánger y sin soltar nuestra mano nos hace partícipes de diez historias, con tal intensidad que al llegar al final sentimos como nuestro ánimo se rasga exactamente como cuando nos despedimos de donde no queremos irnos.

Es un libro de alquimia, agita y mezcla multitud de elementos que consiguen agitarte a ti. Y todo desde la más provocadora sensibilidad que caracteriza a la narrativa de Sergio.

Es una obra de detalles. Tratada con mimo de principio a fin. Comenzando por la cubierta con el óleo de la pintora Consuelo Hernández, la cuidada edición con tapa dura, el tamaño de letra amable con los ojos menos jóvenes, los títulos de los relatos que te guían por esa ciudad que te va a engullir, el poema de Isaak Begoña al comenzar el libro y los recuerdos que se van hilando a través de los relatos consiguiendo una atmósfera sensitiva inigualable al utilizar de modo impecable la memoria sensorial.

Es una de las líneas maestras de la obra. La memoria. Como nos configura lo vivido y el desasosiego de olvidar. No es casualidad que el autor dedique esta obra a la memoria de una persona que ya no pudo reconocerle.

Y tras esta dedicatoria, el primer relato nos traslada a Tánger en primavera y nos da la bienvenida a la ciudad adelantando lo que nos va a ofrecer este viaje. Los lugares que vamos a transitar, los guiños a otras obras del autor, en este caso a La emperatriz de Tánger, el proceso de crear y la sensualidad que va a ser una constante en cada página. Una sensualidad construida con ese detallismo tan personal que Sergio extrae cada vez que se arranca un pedacito de sí mismo.

Así llegamos a Tánger, somos acogidos y nos encontraremos con nosotros mismos. Ese ESTAR en Tánger nos va a posibilitar SER con mayúsculas y nos vamos a encontrar con esas inquietudes que todos tenemos, con las preguntas que nos hacemos al mirarnos al espejo, con las dudas que nos asaltan y nos roban el sueño y también con la nostalgia de lo perdido. Una nostalgia que Sergio consigue que sintamos con la misma habilidad que consigue que la sustituyamos por ilusión a través de una mirada, un guiño de ojo o un roce sutil. Porque, como se plasma en el segundo de los relatos, Tánger es la ciudad de las quimeras. Unos giros anímicos que son extraordinario ejemplo de gestión emocional.

Tánger es la gran protagonista femenina que planea sobre las diez historias y permite que sus personajes nos muestren sus luces y sombras. Tánger deja de ser ciudad y se convierte en la mujer amada, en esa amante que ha cambiado con el paso de los años pero que conserva el magnetismo de guardar tus secretos y que te hace volver a ella una y otra vez.

Si hay algo que me fascina de los libros de Sergio es su capacidad de hacerme sentir no solo durante su lectura sino también como efecto secundario a ella. Sus palabras y sus silencios te dejan sabores que no puedes evitar seguir paladeando.

Las mujeres de Sergio huelen a jazmín y a miel, a limón dulce y canela, a azahar, a espliego o a henna, chasquean la lengua, rozan con la cadera o dibujan miradas juguetonas. Las calles de Sergio huelen a pinchitos morunos, a salitre, a eucalipto, a especias o a humedad agria. Sus personajes no toman cualquier marca de cerveza o fuman un cigarrillo al azar. Toman una Flag o fuman un Soraya o un Tokat. No suena música en los locales de Sergio, Suena Elton John o KC & the Sunshine band. Ese es el detallismo genuino con el que nos seduce y nos lleva de la mano, como cuando narra el ritual que hacía en su niñez cuando iba a Tánger al oculista o al odontólogo con su padre mientras su madre iba a la peluquería. Una envolvente telaraña de vivencias personales que configuran uno de los grandes atractivos de las obras de Sergio.

Y así nos secuestra con su hechizo y sientes que su libro te ha encontrado cuando más lo necesitabas para recordarte que sigues siendo el niño o el adolescente que fuiste, aunque el paso del tiempo te mire desde el espejo. Y, sobre todo, te anima a que busques el juego y la ilusión en cualquier momento de tu vida.

Es una lectura de contrastes, cambio y permanencia, de nostalgia y búsqueda de identidad, nos habla de pérdidas (juventud, seres queridos, lugares que ya nos son lo que eran) y de reencuentros. Del miedo al SER y al dejar de SER. Un dejar de ser físico y mental. Una lectura de contrastes y de una profunda inteligencia emocional que nos recuerda el poder de la evocación y nos aviva la ilusión recordando que sentirnos atraídos y atractivos nos salva cuando sentimos anestesiado el corazón.  

También habla de pertenencia, de la importancia del arraigo para dar sentido a nuestra vida, el valor de sentirse en el hogar tanto por el lugar en el que has vivido gran parte de tu vida como por la familia que te ha dado valores y amor incondicional.

“El hogar está en la tierra de tu niñez. No somos dueños de ella, pero envuelve para siempre con tibieza el corazón del niño que fuimos”

Y habla de personas, de las que nos acompañan y de las que ya no están pero siguen siendo un pilar fundamental en nuestra vida. La figura de la madre se muestra de un modo tan presente hasta en su ausencia que llama la atención que en una gran mayoría de los relatos se hace alusión a una madre que ya no está. Otro de los temas que me ha sobrecogido especialmente por lo identificada que me he sentido en muchos pasajes.

Junto a la figura materna también las mujeres sazonan los textos y los salpican con una sensualidad tan delicada como desgarradora pero sin perder en ningún momento la delicadeza. Como en otros libros de Sergio, he querido convertirme en una de esas protagonistas que tan solo con la fragancia que dejan al caminar son capaces de hacer posible lo que ya nos parece imposible.

A través de la edad de estas mujeres los protagonistas masculinos van desnudando sus miedos ante el paso del tiempo. Curiosamente todas las mujeres son mucho más jóvenes que sus compañeros de juegos a excepción de dos de ellas que le sirven al autor para mostrarnos otras dos líneas argumentales:

1.- La protagonista de Dar Niaba, uno de mis relatos favoritos, es 20 años mayor que su compañero. Un relato de erotismo que trabaja delicadamente la progresión desde la atracción hasta la pasión desatada y que nos habla de tentaciones y límites. Del deseo y la idealización de lo que no tenemos. Los límites nos hacen sentir prisioneros pero el castigo de rebasarlos mata la magia. Un relato magistral que nos convierte en una esponja henchida de deseo y nos escurre hasta sentir el vacío seco de la decepción.

“Con un arte milenario, se arremangó el borde del caftán y me dejó ver la pantorrilla derecha, tallada en marfil, antes de calzarse la babucha color azafrán. La artimaña la repitió con los siguientes modelos y, cada vez que introducía el pie en otra nueva babucha, mostraba algo más de su pierna interminable. Una torturadora.”

2.- La otra mujer que supera en edad a los protagonistas es la propia Tánger que personifica sueños e ilusiones.

Los relatos están plagados de guiños cómplices que salpimentan los párrafos en un juego metafórico que nos lleva a esos guiños de ojos inesperados que nos devuelven la sonrisa y la fantasía, guiños al cine, al arte, al proceso creativo, a la soledad del escritor y a su espíritu mirón, a las enseñanzas familiares, a personajes reales de la vida del autor, familia y amigos, y también a lugares frecuentados por él en muchos momentos de su vida.

No conforme Sergio con cumplir y superar las expectativas de los que conocemos su sensibilidad narrativa nos sorprende con tintes paranormales/oníricos al hacer que los personajes traspasen un cuadro e incluso a trabajar la intriga en el relato Hotel Rembrandt (otro de mis favoritos) en el que te invade desde el desasosiego hasta el horror de perder tu identidad y en donde aparece otro guiño a una obra del autor a través del libro del protagonista, Delio Blázquez, “Una ventana pintada de verde” (Una puerta pintada de azul).

Como veis, un libro que reivindica la memoria que da sentido a nuestra vida. Nuestros recuerdos. En palabras de uno de los personajes:

“Tener una memoria que lo guarda todo es como llevar un erizo en el bolsillo, cada vez que se remueve clava sus púas y te hace sangrar”

Yo no os recomiendo que leáis este libro, os lo receto por prescripción facultativa. Necesitamos sentirnos vivos en cualquier etapa vital en la que nos encontremos y estos relatos son píldoras que te despiertan los sentidos dormidos. Recorremos la piel de Tánger como ese amante del que gozamos en presencia y ausencia. Nos convertimos en adictos a su sensualidad hasta que nuestro ánimo se desgarra al separarnos hasta llegar a identificarnos con la voz del narrador que en uno de sus relatos (Beit Hahayim) dice lo siguiente:

“Me quedaría aquí unos días más. Necesito comprender por qué razón estar en esta tierra me transforma en otro, quizá en el que soy de verdad o en el que creo ser y no soy”

Una vez más, Sergio me ha hecho mimetizarme con sus personajes y convertirme en voyeur, en joven de piel canela, en la prostituta que huele a espliego y a locura y hasta en ese anciano de 86 años que se ha salvado de muchas adversidades, pero nada puede salvarlo de la muerte. Como siempre, me refuerza la creencia de que la magia existe.

Una magia que se debe a su generosidad. La generosidad de un escritor que se desnuda y comparte con los lectores su mundo interior. Algo no muy frecuente pero tremendamente atractivo.

Gracias, Sergio. Estoy recién llegada de Tánger y ya deseo que me invites a volver. 

Susi Bonilla

 

Sí, son ellos: CARLOS SALAZAR Y SUSI BONILLA
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IMÁGENES DE LA PRESENTACIÓN DE «EL MIRADOR DE LOS PEREZOSOS» EN VALENCIA

 

El pasado miércoles, 14 de diciembre, poco antes de que Marruecos se enfrentara a Francia en la semifinal del Mundial de Fútbol, presentamos en Valencia mi libro El mirador de los perezosos. Parecía que Marruecos debía ser el protagonista del día. El acto se desarrolló en el Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, gracias a la idea y a la decisión de Carlos Salazar, que hizo de cicerone y de maestro de ceremonias. José Luis Rodríguez montó el punto de venta de Librería BiblioCafé, con su amabilidad y disposición que siempre demuestra. Luego, Mauro Guillén, nuestro «boss» en Generación BiblioCafé, hizo una breve introducción, para que a continuación, Susi Bonilla, también escritora, desgranara mi libro. Y cómo lo hizo. La verdad es que nos quedamos todos asombrados por su capacidad para exprimir todo lo que mis relatos representan, encierran y transmiten. Me hizo descubrir detalles que ni yo mismo era consciente. Estuvo realmente genial. Y eso contagió el ambiente de calidez y cercanía, en la que resplandecía en una gran pantalla la cubierta del libro, ese magnífico cuadro de Consuelo Hernández. También el poema de Isaak Begoña, que abre el libro, se leyó por Susi, como invitación a que todos se sumergiesen en sus páginas. Estar rodeado solo de amigos entre quienes te presentan y quienes asisten, hace todo más fácil, y eso se notaba en cada instante. Nos reímos y pasamos una jornada que acabó siendo una gozada. Lo podéis comprobar en las imágenes que acompañan a esta breve crónica, en la que nuestras caras lo expresan claramente. (Las fotos del evento son de Celia Corrons).

 

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Carlos Salazar y Susi Bonilla
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Sergio y Susi
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Mauro Guillén y José Luis Rodríguez
Carlos Salazar
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Con Marisa Ramon
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Con ANA AÑÓN
También estuvimos en la radio – Mauro, Susi y Sergio
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