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LARACHE – ALBUM DE FOTOS 9

Página 9. ¿Y si vamos en barca? No sería mala idea irnos hasta la otra banda, coger una de las barcas, y que nos lleven hasta la escalerilla del embarcadero… Y, desde allí, cruzar el puerto, y subir por la calle Real… Mohamed Guennouni viene en nuestra barca, es un deportista nato, cada mañana os lo podéis encontrar corriendo, muy temprano. Le encanta correr maratones. Y Guennouni, qué buena gente es, le pide el barquero que le deje uno de los remos y aquí está, en plena acción, bogando para llevarnos al embarcadero…

Y ya en Larache, siempre en este juego malabárico de épocas que se cruzan y que van y vienen igual que las olas que lamen las escalerillas del puerto, comenzamos a reencontrarnos con otros paisanos, con viejos amigos, con rostros que hemos olvidado pasajeramente, pero que siguen en alguna parte de la memoria…  En las tres siguientes fotos, decubrimos, en la primera de ellas, a los empleados de Uniban echándose unas copas y un buen picoteo, de izquierda a derecha: Eusebio Garre, Manolo López Gambero, Rafael Subiza, Mauricio Matamala, Germán Núñez Mendoza, Francisco Ruiz Lagomazini, Domingo, Vicente Chapaprieta, Antonio Alberca, Jose Luis Amado, Julio de las Marinas, Antonio Barce (mi padre) y Luis Lladó. En la segunda foto, en los jardines del Balcón del Atlántico, mi hermana Marisol Barce flanqueada por Paqui y Juan Antonio Martín. Y en la tercera imagen: el fotógrafo Enrique Vázquez con Juan Manuel González, y atrás Joaquín Arriado Cardosa acompañdo de algún amigo.

Ya que he mencionado el fotógrafo Enrique Vázquez, esta bella imagen con el local en elque ocupaban los Estudios Vázquez. de fondo…

Hace unos años, en 2005, nos reunimos en Madrid una gran cantidad de larachenses al constituirse la aociación cultural Larache en el  Mundo. Aquí posamos juntos: Choni, Vindemial Aldea, María Gutiérrez, Abdul, Carmen Allué, José Luis Gómez, Pilar Ascaso, Antonio Mesa, Pepe Edery, José Manuel Galindo, Latifa, Sergio Barce, Victoria, Angeles Ramírez <Ange>, Abderrahman Lanjeri y Paco Muñoz.

Para los de más edad, supongo que ver algunos rótulos o nombres les traerá recuerdos imborrables. En la página de una revista gráfica del año 1940, se anunciaban los siguientes negocios de Larache:

Posiblemente en este pequeño viaje de paseo por la ciudad, volvamos una vez más a la Hípica. Y más en estos días, en los que nuestros paisanos, contra viento y marea, tratan de impedir que la vieja Hípica, el pequeño reducto de arbolado, lo que queda de aquel hermoso lugar, no se pierda irremediablemente. En esta fotografía, de 1952, Jacob Cohen con sus dos hijos: León y David Cohen Mesonero.

Me  gusta construir este album porque creo que supone un instrumento de unidad, de vínculo, una forma de reunir a cuantos larachenses conozco, directa o indirectamente. Aunque, por lo general, suelo traer a quienes trato o he tratado de manera personal. Por lo general, se construye un invisible vínculo de afecto. Por eso suelo traer los rostros de quienes actualmente están en Larache, una manera muy discreta de decir que Larache no es sólo el que vive en la memoria o en la nostalgia de muchos, sino, y sobre todo, el Larache actual. Por eso, al pensar en quienes suelo encontrarme por sus calles cuando regreso, me he acordado de Morad. No es difícil encontrarse por Larache con Morad Jah, que hace muy poco me enviaba un amable y cálido  mensaje. En esta fotografía, junto a su amigo Youssef Elaroubi.

La siguiente fotografía es muy curiosa. Parece una estampa de una época lejanísima en la que un grupo toma té. Lo curioso de la imagen es que, la chica que aparece a la derecha, es mi madre, Maruchi Gallardo Martínez. Siempre me ha encandilado esta fotosuya, tan marroquí.

Me encanta también insertar en el álbum a quienes guardo un cariño especial, como son José Luis Rodríguez y Emilia Souza. No quiero ser reiterativo, pero conocer a ciertas personas, como ellos, te demuestra que hay mucha gente de y en Larache que merecen la pena.

Desde que hemos desembarcado a las escaleras del puerto, hemos recorrido varias calles y lugares de la ciudad. Pero, al subir, al callejear por la Medina, nos hemos encontrado con curiosidades tan nuestras, tan larachenses, como los propios callejeros, algo único en Marruecos, como éste:

Otro de los larachenses que te marcan de verdad, que se convierten en un amigo para el resto de tu vida y a quien sabes que podrías acudir si fuera preciso, es José María López Cobos. Si hay alguien desprendido y generoso, es él.

Pasamos por el Balcón. Viajamos en el tiempo, muchos años atrás, y vemos a Ernesto Coloma con un grupo de amigos bajando las escalerillas…

Joaquín me envía esta instantánea. Después de muchos años, los viejos amigos se reencuentran una vez más, y recuerdan y se apasionan rememorando el Larache de su juventud… De izquierda a derecha: Vázquez, Calbo, Pepe García Gálvez, Pepe Edery, Joaquín García Camúñez, Ricardo Toledo y Antonio Úbeda.

En la imagen de la asamblea de Madrid de 2005, veíamos a Carmen Allué. Pero en esta otra, aparece también ella hace años, cuando era niña, junto a varios amigos. Detrás de ella, la esposa del doctor Dalebrok. Y la propia Carmen explica que es una fiesta de su cumpleños, y reconoce delante suya, en primera fila, a su hermano Kike, y detrás, señalada con una «x», Candidin y a su lado su hermana Mary Pepa Albarracin. Añade Adela Manso que, en primera fila al lado de Kike, están Jose luis y Carlitos, los hijos del Doctor Jose Pérez Azorin, médico militar, que vivían en el Balcón del Atlántico.

En las dos siguientes fotos, vemos, en la primera, a los hijos de José Luis Amado. Y en la segunda, a mis hermanas, Marisol y Mónica Barce, en el salón de casa, creo que en la última en la que residimos en Larache, en el edificio de Uniban, recién despertadas porque habían llegado los Reyes Magos para entregarles sus regalos… Qué recuerdos tan emotivos, tan especiales, tan diferentes… Lo que no sé, en este caso, quiénes eran Melchor y Gaspar…

Todo eso parece ahora tan lejano… Los recuerdos de la infancia, los días de cabalgata por las calles de Larache, los carnavales en el Casino, el tiro al plato en el Balcón, los partidos en Santa Bárbara, la fiesta del cordero, la romería de Lalla Mennana, el Purín, fin de año en el Palacio de la Duquesa de Guisa… Pero ya digo que esto es un continuo salto en el tiempo. Y aquí vemos a Abdeslam Soltani, fotografiado por Itziar Gorostiaga, que nos mira con esa ingenuidad suya, también son esa picardía socarrona. Abdeslam es otra persona fantástica de las que tengo la suerte de conocer.

Y Pepe y Elisa, aquí tan felices en medio de la Medina de Larache… Cómo se les nota que están disfrutando del pueblo… También son especiales, muy queridos.

Y a todos nos vigila Okyanus, el Dios del Océano, representado en las ruinas de Lixus… Como en esta máscara representativa del dios mitológico que parece vigilarnos, mirándonos desde el Olimpo o desde algún lugar no tan lejano, quizá lo haga con el rabillo del ojo, con cierto afecto… Eso espero.

Tal vez, Okyanus mire a tres bellezas larachenses paseando por la antigua Plaza de España… Maite, Maleni y Rafi...

Y quizá se crucen en su paseo con Joaquín García Camúñez, Rafael Andrés Ruz y Fernando Galeote Pérez.

Qué preciosidad de plaza que s eha ido marchitando con el tiempo, igual que las viejas fotografías en blanco y negro que se volvieron sepias…

Y si sales de la misma plaza, ahora de la Liberación, entras en la Avenida Hassan II y llegas en dos pasos al Café Valencia… Y allí te encuentras sentados, tomando su té verde, a Mari Carmen Revilla con su inseparable y querido Ahmed Argal. Por supuesto, Ahmed se levanta y se te acerca enseguida para saludarte, abrazarte y comenzar a contar mil anécdotas de sus años mozos… Qué buen hombre, Ahmed.

Como lo es mi amigo Oualid Alkhou, al que vi en Madrid, y luego en Larache, y otra vezen Larache, y con el que mi hijo Sergio se lo ha pasado tan bien.

Otra debilidad, imposible de soslayar para mí: Faris y Hanan Yakoubi. Aquí estábamos creo que en el salón de arriba del Café Atlántico… Ellos son familia. No sé cómo expresarlo de otra manera. Supongo que es así de simple.

Ya he hablado otras veces de la Galería de Are Lafnar de Larache… Pasamos por su puerta, camino del Zoco Chico. Y en su interior nos encontramos a tres amigos más: Abdelfetah, pintor delicado, del que guardo un precioso dibujo al carboncillo del Castillo de San Antonio, Mohamed, que dirige la galería, y Aziz Bouhdoud, que nos regala tantas imágenes incomparables de Larache…

Otra pareja muy entrañable para mí, y que también son increíbles. Supura Larache por todo el cuerpo. Emilia Vázquez y Alejandro Escoto. Se hacen querer muy fácilmente.

Es posible que nos encontremos en Santa Bárbara algún partido de fútbol… En esta ocasión en el equipo están, entre otros, Rafael Cárdenas, que es el portero, Daniel Calbo, Joaquin García, que es el tercero de arriba desde la izquierda… El resto, no lo sé.

Veo unas figuras correr y juguetear por el espigón… Parece que se han sentado en sus escalerillas, y ahora los distingo: son León Cohen y su hermano David…

El paseo va acabando. Llegamos en barca, con Guennouni remando… Nos marchamos de la misma manera. Y al montarme de nuevo en la barca, dejo todas estas imágenes en el aire, y me alejo en dirección de la otra banda, disfrutando de la brisa y del suave oleaje, oyendo el chapoteao de los remos al hundirse en el agua, pero lo disfruto como algo mágico porque ahora lo hago junto a mi hijo Pablo...

Pero volveremos… Sergio Barce, febrero 2012

 


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LARACHE – ALBUM DE FOTOS 6

Uno de los lugares emblemáticos de Larache ha sido El Jardín de las Hepérides, junto al Castillo de las Cigüeñas. Hubo un tiempo en que era un espacio encantador, con Chita en una jaula y pájaros en otra, con un bar amable donde pasar buenos ratos y también con sombras en la noche, entre sus palmeras y jardines, para permitir a las parejas tener un algo de intimidad en sus paseos.

Cafetería del Jardín de las Hespérides

Hoy no es ni sombra de lo que fue. Una pésima política municipal ha ido degradando durante años este espacio público hasta convertirlo en un lugar semi abandonado, en el que los famosos leones de sus entradas se encuentran encorsetados entre tapias y rejas oxidadas, en el que los viejos cañones que defendieran el castillo andan por los suelos como chatarra, en el que el viejo árbol drago languidece en el olvido. Pero ya digo que fue un lugar esplendoroso, y hasta no hace demasiado, porque cuando me marché de Larache en 1973 seguía siendo un jardín bien cuidado. En su cafetería los larachenses de varias generaciones han pasado horas y horas de charla. En la siguiente fotografía, de espaldas Mimi Abecasis de Castiel, el capitán Pedro Gómez  “Perico” entre Elisa y Sara Fereres; a la derecha, Estrella Abecasis de Medina, y en primer plano, Pepito.

Siguiendo la sistemática de la anterior página de este album, continuamos visitando bares y cafetines de Larache. En esta fotografía, tomada en el Bar Perico, reconozco en primer plano a la izquierda a uno de los mejores amigos de mi padre, Manolo Alarcón. León Cohen reconoce a la derecha a Carmelo Rosendo. Y Carlos Nieto nos revela el nombre del grupo: Junto a Manolo Alarcón está Antonio Balaguer, le sigue Carmelo Rosendo Campanelli y el último Pepe Rodríguez. En el centro de la foto, en primer plano, se encuentra Antonio Ruiz Ortiz (del Bar Perico), a su lado, a la derecha de la foto, Carmelo Rosendo Peremarch (hay dos Carmelo(s) Rosendo(s) en la foto, eran primos) y el último por la derecha, Carlos Fernández Egea.

Y en esta barra de bar, también otros dos de los grandes amigos de mi padre (Antonio Barce), compañeros de UNIBAN, y que aparecen en el centro de la estampa: Juanito Vargas y Manolo Alvarez.  Corría el año 1957. Manolo, que siempre defendía con vehemencia a su Valencia CF, de eso sí me acuerdo, y de su sonrisa.  Mi niñez siempre asocia a  mis padres con los Alvarez, como si hubiésemos formado parte de una misma familia. Antonio Roda Jorge me indica que les acompañan en la fotografía sus tíos Nicolás y Antolín Jorge Mateos.

De Mohamed Sibari he hablado en muchas ocasiones. Es, probablemente, uno de los personajes larachenses con el que prácticamente todos hemos tenido relación, más o menos estrecha, pero es difícil que haya alguien que no le conozca. En esta fotografía estamos en la terraza del Café Central: Sergio Barce, Mohamed Sibari y Rachid Serroukh. Sibari es un autor prolífico que se inspira en la gente de Larache para escribir sus novelas cortas, y Rachid Serroukh regenta la Librería Al Ahram, en la avenida Hassan II, el lugar donde se puede encontrar los libros de los escritores larachenses. Dos amigos a los que tengo especial querencia.

Muchos han sido los homenajes que se le han tributado a Mohamed Sibari en su ciudad. Uno de los más divertidos fue el que organizamos hace unos años en la Casa de España, en el que, durante la cena, José Luis Gómez, el hijo de don Aurelio, le cantó varias canciones divertidísimas a Sibari, bajo la mirada cómplice y las risas de Guennouni, Mohamed Laabi, Mustapha el Bouthoury, como prueban las imágenes…

Tras este paréntesis «sibariano», damos otro salto en el tiempo y entramos en otro bar de Larache y descubrimos a Luisón y a Luis Vázquez echándose una partida de flipper, creo.

Hay que decir que había otros lugares al aire libre que invitaban a tomarse algo… Por ejemplo, en los chiringuitos de la playa. En la siguiente fotografía Paco Rodríguez, en el centro, pasándoselo bien en el chiringuito de la Otra Banda:

Paco Rodríguez trabajaba en el Taller Automotor, de su familia, otro de los grandes amigos de mi padre. Y aquí aparece de nuevo, no sé si en la calle Chinguiti, esperando que les pongan unos pinchitos: Rafael Andrés Rus, Joaquín García Camúñez, Paco  Rodríguez y otro amigo.


Otro pequeño salto años después. Mi querido Javi Lobo, del que suelo colgar fotografías, y aún tengo varias que me ha enviado para poner en este blog, supongo que en los años 70, aquí junto a Mónica Mijares. Qué buenos años aquellos. Probablemente sea el Casino.

Y menudo grupo el siguiente… Parecen esperar sus bebidas, y vaya cara de cachondeo que tienen. Fernando Muñoz, Padilla, Caravaca y Fufo

Ya en 2004, en el Restaurante Alkhuzaima, de la avenida Mohamed V, nos reunimos muchos larachenses durante las jornadas culturales que organizó entonces Larache en el Mundo. En esta imagen de la cena, un grupo de muy buena gente larachense: Angeles Ramírez, Abderrahman Lanjeri, Larbi Setti, Said Hauat, el poeta Serrojk, el muy querido Dris Sbihi… siempre en mi memoria.

El dar saltos en el tiempo sólo tiene como objetivo despertar vuestro interés, evitar la monotonia de una serie de fotos de los mismos años, y busco con ello interrelacionar a los larachenses de todas las generaciones. Después de llegar al año 2004 vuelvo a los cincuenta, por ejemplo. En la imagen que sigue, en otro bar de Larache, Juan Miguel Columé y Eduardo Rojas con otros dos amigos.

En una revista del año 1940 aparecía el siguiente anuncio:

Y para despedir esta nueva entrega del Album de Larache y los Larachenses, un brindis desde otro local de la ciudad y que nos hacen desde el pasado Antonio Cambil, Pepe Jurado y Mustafa. Esperanza Manso me apunta que el barman es su tío Pepe Osuna,

DESDE LARACHE

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LARACHE: en recuerdo de DON AURELIO – artículo del escritor larachense CARLOS TESSAINER

En Julio de 2006, LARACHE EN EL MUNDO editó el Número 4 de la Gaceta Informativa de Larache. En ese número se incluyó un precioso artículo del escritor CARLOS TESSAINER Y TOMASICH -de quien en pocos días hablaré como novelista y creador larachense- dedicado al músico Don Aurelio Gómez, del que escribía hace unos días. Ese artículo de Carlos venía motivado por el Homenaje que le rendimos durante el I Festival de Guitarra y Cante que organizamos en Larache en 2005, partiendo de una idea de Ahmed el Guennouni. Aquel acto fue uno de los más emocionantes que he vivido en Larache. Aún recuerdo la febril actividad de Ahmed el Guennouni, obsesionado por cumplir una promesa, y cómo nuestra amistad se fue reforzando con el paso del tiempo y de nuestro empeño por sacar cada año ese festival, y ese día especialmente aquel grupo de larachenses que había regresado a la ciudad sólo para asistir al acto, y cómo la emoción los embargaba recorriendo las calles de la que fuera su ciudad más querida.   Sergio Barce, diciembre 2011.

 Así lo contaba Carlos Tessainer:

Larache:

en recuerdo de Don Aurelio

por Carlos Tessainer

Cuando hace algunos años alguien que dijo ser de Larache me hizo llegar su tarjeta de visita con el encargo de que me pusiera en contacto con él, estuve un tiempo dudando. Aquella persona se apellidaba Gómez y por más vueltas que le daba no recordaba a nadie conocido de mi ciudad que tuviese ese apellido. Aproximadamente una semana después volvió a mandarme su tarjeta, pero esta vez con una anotación tras su nombre y apellidos que rezaba: Soy el hijo de Don Aurelio. ¡No hizo falta más!  

Jose Luis Gómez

 Poquísimos larachenses de nacimiento o adopción debe haber –de la década de los años veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta y aun de los primeros setenta del siglo XX- a los que el solo nombre de Don Aurelio no les sea suficiente para saber a quién se hace referencia y, si además, se añade “el músico” no hay ya lugar para la duda. 

DON AURELIO, rodeado de la Banda de Música

 Como más adelante se detallará, y dentro de la I Edicióndel Festival de Guitarra y Cante celebrado en la ciudad de Larache en Agosto de 2005, se ha rendido homenaje a la figura de Don Aurelio por su aportación valiosa y continuada durante tantos años a la vida cultural larachense.

Don Aurelio Gómez Paños nació en el pueblo de La Gineta (Albacete) el 1 de Octubre de 1.903. Ya en los primeros años manifestó su inclinación y talentos musicales, iniciando estudios de solfeo y clarinete en su pueblo de nacimiento (bajo la dirección de Don Antonio Guzmán), pasando posteriormente a Albacete para cursar estudios de piano con Don José Espinosa.

Ahmed el Guennouni

Pero, no obstante, como suele ocurrir con las personas especialmente dotadas para las artes, puede afirmarse, sin lugar a dudas, que Don Aurelio fue esencialmente un autodidacta. Llegó por primera vez a Larache para realizar su servicio militar en 1.924, finalizándolo en 1.927. Ya convertido en civil, comenzó a ejercer en la ciudad como pianista, compaginando su trabajo en la primitiva sala de cine que hubo en Larache Cinema X (entonces el cine era aún mudo) con otro en el Café Marroquí.

Regresó a La Gineta en 1.928, pero su destino parecía estar echado para quedar unido a la ciudad del Lukus. En 1.929 el propietario del Cinema X, Don Isaac Benasuly, fue a buscarle a La Gineta y con él regresó a Larache. En esa ciudad ya había conocido a la que luego sería su esposa, Catalina Díaz Bosch, hija de un militar allí destinado, por lo que a una buena oferta laboral, sin duda contribuyó también a su regreso el romance que allí había dejado. Lo cierto es que en 1.929, el año de su vuelta a Larache, contrae matrimonio con ella en la antigua Iglesia de San José, situada al final de la calle Real. El nuevo matrimonio se estableció en el primer piso del edificio situado en la calle Daisuri número 11, donde nacerían sus doce hijos y donde vivirían hasta el final de su larguísima residencia en Larache.

Para el mantenimiento de su familia y de los numerosos hijos que pronto comenzaron a nacer, Don Aurelio contaba con un arma esencial, con aquella facultad para la que estaba sobradamente capacitado: la música. Pero es necesario trabajar duro, por lo que comenzó a ejercer su profesión –en agotadoras jornadas laborales- allí donde su presencia era reclamada.

Construido el Teatro España –que fue inaugurado por el dictador Miguel Primo de Rivera- Don Aurelio se convierte en su primer pianista. Ello lo simultaneaba con su trabajo –siempre como músico- en el Café Marroquí y en el Dancing Florida, cabaret para selecta clientela militar situado en el Barrio de Nador. Luego, ya en casa, impartía clases particulares a alumnos de Magisterio que necesitaban preparar la asignatura de música.

Los hijos seguían naciendo, pero nada arredraba a este trabajador infatigable para quien la música no fue sólo su pasión, sino el arma que le permitía, de manera digna, mantener el modus vivendi de su familia. Su fama crecía y los trabajos no hicieron sino aumentar. En 1.934 fue nombrado director de la Escuela Hispano-Árabe de Música de Larache, de la que surgió lo que fue comúnmente conocida como Banda Municipal; en 1.942 el Coronel San Martín le contrata para que forme a la banda de música de la Mehal-la Jalifiana, de la que fue también director hasta la independencia.

Tal fue la labor pedagógica de Don Aurelio en ambos casos que, tras la independencia de Marruecos en 1.956, un 50% de la Orquesta Real de Rabat estaba compuesta por antiguos alumnos de él, entre ellos Sidi Hassan Aidan, que llegó a ser director de la mencionada orquesta. Entre sus alumnos figuran además músicos de la categoría de Camiri (recientemente fallecido) y Sidi Driss Cherradi.

Al respecto, cabe destacarse el hecho de que, cuando en 1.956 el entonces Sultán Mohammed V visitó Larache, tras interpretarla Banda Municipal los preceptivos himnos y marchas, el soberano se dirigió a Don Aurelio preguntándole con verdadero interés si los músicos marroquíes tocaban los respectivos instrumentos utilizando partitura, pues en aquella época era algo inusual. Lo cierto es que los alumnos de Don Aurelio llevaban haciéndolo mucho tiempo. 

Público en el Festival de Larache, Castillo de las Cigüeñas

A los trabajos y cargos anteriormente reseñados, hay todavía que añadir algún otro. Fue también profesor de solfeo y piano en el Colegio Israelita Yudá Leví y, durante muchos años, profesor particular de Isabel de Orleáns, Duquesa de Guisa, trasladándose al palacio para impartir clases a la señora. 

Sergio Barce y Ahmed el Guennouni, presentado el festival

Fue en reconocimiento a su labor que el Jalifa Hassan Ben El Mehdi le condecoró con la Orden Mehdauía. 

Asistentes en el Castillo de las Cigüeñas

 Tras la independencia de Marruecos, algunos de los puestos que había desempeñado desaparecieron, por lo que su vertiente profesional sufrió cambios. Fue en estos años cuando formó una orquesta junto a algunos de sus hijos, conocida con el nombre de Don Aurelio y sus muchachos que acudían a interpretar  distintas piezas musicales allí donde su presencia era solicitada, destacando sus actuaciones en la Plaza de Toros de Tánger. 

Momento de la actuación de Ahmed el Guennouni

 En 1.959 fue nombrado profesor de música del Conservatorio de Tetuán, cargo que desempeñó durante cinco años en que regresó de nuevo a Larache. Es entonces cuando, bajo los auspicios de la Misión franciscana, Don Aurelio funda la Rondalla del Pilar en la que numerosos niños y niñas recibieron formación del maestro en diversos instrumentos musicales.  

Sergio Barce y Abderrahman Lanjeri

Día tras día ensayaban en el salón de actos de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. Con frecuencia, se trasladaban a diversas ciudades <Tánger, Tetuán, Arcila, Rabat, Ceuta> tanto para actuar como para participar en concursos, obteniendo varios premios. Junto a ello, Don Aurelio seguía impartiendo clases particulares en su domicilio, y en la Iglesia de Larache tocaba el armonio que era de su propiedad.

Algunos de sus hijos heredaron el talento musical del padre, pudiendo vivir de la música, entre ellos Aurelio que fue, durante varios años, pianista de la Orquesta Real de Rabat en el reinado de Hassan II; o Fernando <ya fallecido> que fue director de la Banda de Regulares número 4 de Larache <con acuartelamiento en Alcazarquivir>. Otros, como José Luís, heredaron también el talento musical pero orientaron su vida profesional hacia otros campos. Destacar también el que su hija Araceli, enfermera comadrona, fuese, hasta su matrimonio, enfermera de la <Casa Real Alauí>, asistiendo en tal calidad a algunos de los nacimientos de los hijos de Hassan II.

Don Aurelio Gómez Paños se marchó de Larache en 1.973, no sin antes recibir un caluroso homenaje de despedida. Tras una breve estancia en Novelda, fijó, junto a su familia, residencia en Alicante. Era ya anciano; se ofreció a colaborar gratuitamente con la Banda Municipal, con las parroquias más cercanas, pero su tiempo parecía haber pasado. No obstante como trabajador infatigable que siempre fue, impartía en su domicilio clases particulares de acordeón. Poco tiempo vivió fuera de su querida Larache, pues falleció en Alicante el 1 de Noviembre de 1.974.

Pero Larache no le ha olvidado y quizás sea éste el mejor regalo para Don Aurelio, aunque hayan transcurrido ya muchos años desde su desaparición. Como ha quedado reseñado con anterioridad, la asociación marroquí LARACHE AL MADA en colaboración con la Delegación de Cultura del Ministerio de Cultura de Marruecos en Larache, organizó entre los días 11 al 14 de Agosto de 2.005 la I Edición del Festival de Guitarra y Cante que tuvo como escenario el Castillo de las Cigüeñas <Laqáliq> o de Nuestra Señora de Europa. También colaboról a Asociación Cultural LARACHE EN EL MUNDO, cuyo presidente es Sergio Barce. 

Miembros de Larache en el Mundo – Carmen Allué, Jose Luis Gómez, Pilar Ascaso, Antonio Mesa, Jose Manuel Galindo, José Edery, Sergio Barce, Abderrahman Lanjeri

Pero lo que cabe sobre todo destacar es que en el marco de ese I Festival, se rindió homenaje a la figura tanto de Don Aurelio Gómez Paños como a la del músico larachense Sidi Driss Cherradi, que fue alumno suyo. Lo emocionante es que la iniciativa del homenaje a Don Aurelio partió de Ahmed El Guennouni, presidente de LARACHE AL MADA. Resulta aún más emotivo porque este músico larachense no fue ni tan siquiera alumno de Don Aurelio. Pero en una bonita y fantástica historia que él mismo cuenta, tiempo atrás se la había aparecido en sueños el mismísimo Don Aurelio, entablando con él <conversación>. Conocedor de lo que el difunto había hecho por la música en Larache, se dolió de no haber sido alumno suyo, comprometiéndose en el mismo sueño con el viejo profesor a que su nombre –de cuyas manos tantos músicos habían salido- tenía que ser recordado de nuevo en Larache. Los posteriores contactos con la familia y con la asociación LARACHE EN EL MUNDO materializaron el homenaje. 

Aurelio actuó en homenaje a su padre

 Dentro del programa del Festival, destacar entre otras muchas e importantes actuaciones –sobre todo por lo emotivo de su carácter- la del hijo del homenajeado: José Luís Gómez Díaz. La asociación LARACHE AL MADA entregó diplomas, preparados en colaboración con LARACHE EN EL MUNDO, de agradecimiento a todos los músicos participantes y, a la familia del homenajeado, de manos de sus hijos Aurelio y Cecilia en representación de todos ellos, hizo entrega a la asociación en muestra de agradecimiento de una placa de plata. No era para menos, pues gracias a las gestiones de Ahmed el Guennouni ante el Ministerio de Cultura de Marruecos y a la Municipalidad de Larache, se logró también lo que la familia deseaba desde hacía bastante tiempo: que en la fachada de la calle Daisuri 11, en que Don Aurelio vivió durante cuarenta y cuatro años, fuese colocada una placa que, en árabe y en español, recordaba al músico desaparecido. Con la asistencia de la casi totalidad de los descendientes de Don Aurelio, que para la ocasión se trasladaron a Larache, el viernes 12 de Agosto de 2.005, sus nietos descubrieron la placa conmemorativa en medio de una gran emoción. 

En el Colegio Luis Vives se hicieron varias actividades – Antica, Sergio Barce, Maria Luisa Diéguez, Ange Ramírez

 Sirvan pues estas líneas para dejar constancia del merecido homenaje para recordar a una persona tan significativa y entrañable en esta ciudad, sin la que la historia cultural de Larache, en su vertiente musical, no hubiera sido posible, y a cuya memoria dedico afectuosamente este artículo. 

Una de las actuaciones en el Castillo de las Cigüeñas

 Carlos Tessainer y Tomasich es profesor y escritor nacido en Larache. Es autor de “Los pájaros del cielo” (Edic. Sarriá – Málaga, 2.001) y de  “El Raisuni” (Edit. Algazara – Málaga, 1.998), entre otras obras.

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