Archivo de la etiqueta: Mohamed Chukri

NUEVOS LIBROS CON AMIGOS

Nuevas imágenes pertenecientes a mi biblioteca en las que alguna de mis obras acompaña a los títulos de buenos y queridos amigos escritores.

Hoy: mi novela La emperatriz de Tánger, posando con otros títulos muy tanyauis: Mohamed Chukri, de Rocío Rojas-Marcos;  Los irregulares de Tánger, de Santiago de Luca, y a Un cierto Tánger, de Fernando Castillo. 

Mi libro de relatos Últimas noticias de Larache y otros cuentos, junto a Crónica del Norte (Viajeros españoles en Marruecos), del añorado Abdellah Djbilou, y junto a Del Rif a Madrid (Crónica sarracina de un hispanista marroquí), de Mohamed Abrighach.

Y algunos de mis relatos en libros colectivos en los que he participado junto a un gran número de autores (a muchos guardo especial cariño), pero que no voy a poder enumerar por ser numerosos, aunque ellos saben quiénes son: mi cuento «Cien rifles», dentro de La narrativa tenía un precio, que coordinó Mario Sanz Cruz para Carboneras Literaria, de Playa de Ákaba (Almería); mi relato «La librería del tío Hugo», formando parte de Me estás pisando el Chéjov, para Espai Literari (Barcelona), y otro de mis cuentos titulado «La Venus de Tetuán», en el libro Por amor al arte, que coordinó Mauro Guillén, para Generación BiblioCafé, con Jam Ediciones (Valencia).

 

 

***
***
Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

FRAGMENTO DE «ZOCO CHICO», DE MOHAMED CHUKRI

“Me compro un reloj. A veces, mi cuerpo parece nuevo, como este reloj. He tardado veinte minutos desde el Zoco Chico hasta el bulevar Mohamed V. Una mujer bajita y embarazada me adelanta apresuradamente. Luego, un hombre y una mujer, que caminan también deprisa y hablando muy alto. Él es barrigudo y ella culona. Un anciano me tiende la mano derecha:

-¡Una limosna por Dios, hijo!

Le doy una moneda. En la mano izquierda sostiene un pañuelo rojo moteado de blanco y negro. Tiene los ojos enrojecidos y enfermos. La enfermedad de sus ojos se refleja en los míos. Unas punzadas y lágrimas me turban la vista. Preferiría morir antes que acabar como este viejo. Dos hombres, uno vestido con chilaba y el otro con camisa y pantalón, caminan muy juntos, cogidos de la mano. ¿Será por solidaridad? ¿Por confraternidad religiosa? ¿O son unos campesinos que temen extraviarse en la ciudad? ¡Quién sabe! Dos jóvenes se besan. Caminan con pasos inciertos. Ella lo abraza, se recuesta en su hombro, lo acaricia con las manos. No existen más que ellos dos. Llaman la atención de la gente. A ratos, se paran y se abrazan. Sonríen. La chica parece más convencida, más apasionada.

Han pasado diez minutos desde que llegué al Bulevar. Contengo la respiración para sentir la asfixia del tiempo. Mi tórax es como el parche de un tambor, con la piel tensada mientras pasan los segundos y se pierden, como esas partículas de polvo flotando en los rayos de luz que penetran en una habitación sombría a través de algún resquicio. Es imposible atrapar y detener el tiempo, como si fuera un juego de niños, del mismo modo que el hombre retiene sus excrementos o el ruido de sus tripas. El tiempo existe. Me atraviesa, y absorbe mi cuerpo, lleno de órganos cuyas inmundicias me repugnan, cuyas formas me intimidan. Sienta o no el tiempo, ello no influye en su transcurrir. No recuerdo cuándo empecé a pensar en el tiempo por primera vez. Cierto día oí a dos hermanos, uno de tres años y el otro de cinco, hablar entre ellos. El menor preguntó:

-¿Cuándo iremos a Tánger?

Su hermano le contestó:

-Cuando durmamos y nos despertemos. Durmamos y nos despertemos. Luego, iremos a Tánger.

Quizá yo también de niño entendía el tiempo de esa manera. Tengo un recuerdo nítido de ello.

Con miedo, pregunté en la oscuridad:

-Madre, ¿cuándo callarán esos gritos y ladridos?

-Duerme, y desaparecerán los gritos y los ladridos. Duérmete. No tengas miedo, estamos contigo.

Entendí de las palabras de mi madre que el sueño mata el miedo. El miedo existe si se piensa en él. La voz de mi madre bastó para defenderme de los gritos y de lo ladridos en la noche, y hasta los hizo callar…

Magnífico fragmento perteneciente al libro Zoco Chico (Editorial Cabaret Voltaire, edición de 2016) del gran Mohamed Chukri, con traducción del árabe de Karima Hajjaj y Malika Embarek López.

Sergio Barce, 27 de noviembre de 2022

 

Etiquetado , , , , , ,

MOHAMED Y SALMAN

Ayer apuñalaron a Salman Rushdie cuando iba a impartir una conferencia en Chautauqua, una localidad del estado de Nueva York, y, según las últimas noticias, su estado es grave. Llevaba 33 años condenado a muerte por una fatua de Jomeini que decidió que el escritor había insultado al Islam; y la prensa iraní, haciendo gala de su ignorancia y de la intransigencia heredada de los ayatolás, ha aplaudido la salvaje agresión cometida por un descerebrado. 

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es salman-rushdie.jpg

Como bien ha expresado mi amigo, el realizador de cine Abdeslam Kelai, “Estoy seguro de que, el que lo apuñaló, no leyó su novela, y el que apuñalaba a Naguib Mahfouz no leyó la novela <Hijos de nuestro barrio>. ¡Porque el que lee no apuñala!”. 

Habría que recordar que, en 1989, el azote de los infieles y pecadores, el impresentable Jomeini, también dictó una fatua condenando a muerte al más famoso de los novelistas marroquíes, Mohamed Chukri. 

Dos condenas a muerte por escribir. A Rushdie por Los versos satánicos y a Chukri por El pan a secas. Qué miedo tienen estos guías espirituales a la libertad de pensamiento. Ellos que creen ser los portadores de una verdad manipulada que es su mentira. Ellos que utilizan a los más ignorantes. Ellos que prohíben libros. Ellos que solo siembran el odio. 

La libertad de expresión, de opinión, de conciencia y de creación debe ser preservada contra todo y contra todos. Uno puede sentirse cómodo o incómodo con una novela, un poema, una obra de teatro o una película, con un autor en concreto o con alguna de sus creaciones, estar o no de acuerdo con sus opiniones o puntos de vista, pero eso no da derecho a que se pueda prohibir o censurar su trabajo, menos aún a cercenar su vida. Al contrario, da derecho a conocer sus trabajos y a poder debatirlos, a cambiar impresiones y a cruzar ideas, en definitiva, a enriquecernos como personas. 

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es chukri-foto-diario-el-pais.jpg

De los dos autores condenados a muerte, siento especial debilidad por Chukri, por muchas razones. Y será a él a quien utilice como ejemplo de que los fanáticos jamás vencen. 

Chukri, desde que tuvo conocimiento de la fatua de Jomeini, llevaba un cuchillo encima y no se arredró, siguió defendiendo su concepción de la vida. No lo doblegaron. Sus obras le han sobrevivido y siguen ahí, en todas las librerías del mundo. Su figura crece cada año. Y ésa es su gran victoria frente a Jomeini que ya no es más que polvo olvidado en el desierto. 

No sé si Rushdie sobrevivirá o no, espero que sí. Pero este atentado a su vida hará que sus libros se vendan más, que llegue aún a más gente, que su obra se defienda con más vehemencia por quienes detestamos la intolerancia y la intransigencia, la imposición de las ideas o de la religión. Que, como Chukri, venza. 

Mohamed y Salman. Si Dios existe, no tengo ninguna duda de que está con ellos. 

Sergio Barce, 13 de agosto 2022

Etiquetado , ,

AYER PRESENTAMOS EN MÁLAGA LA BIOGRAFÍA DE MOHAMED CHUKRI, ESCRITA POR ROCÍO ROJAS-MARCOS

Ayer tuve la fortuna de presentar la biografía de Mohamed Chukri, escrita por mi amiga Rocío Rojas-Marcos, profesora de la Universidad de Sevilla y especialista en la literatura sobre Tánger y de la propia ciudad de Tánger, ahí están sus dos libros Tánger, segunda patria y Tánger, la ciudad internacional; manuales imprescindibles. La presentación tuvo lugar en la Librería Áncora de Málaga, con aforo completo. El acto se abrió con unas palabras de Carlos Font, de Zut Ediciones, que ha publicado el libro dentro de la colección «Vidas térmicas». 

Rocío y yo habíamos estado juntos la pasada semana precisamente en Larache y en Tánger, donde ella intervino en una mesa redonda en torno a la figura de Carmen Laforet en el Instituto Cervantes, junto a Marta Cerezales, Javier Rioyo y Miguel Ángel Moreta-Lara, que también asistía a esta acto en Málaga (así que nos reencontrábamos al otro lado del estrecho). De manera que, como ya hemos coincidido en varios eventos, la charla fue muy amena y distendida, y los presentes intervinieron muy activamente en el debate que alentamos desde el arranque de la presentación. Además, la mayoría de los asistentes son buenos amigos y conocedores de Chukri y de Tánger (amén de Miguel Ángel Moreta-Lara, ya mencionado, también estaban Pablo Macías, Maritina Romero, Andrés Hidalgo, Emilio Andrade, Víctor Pérez, Ildefonso Fernández, Sebastián Camps, Bernardo Vila…). De esta manera recorrimos la vida de Mohamed Chukri desde su dura infancia hasta su muerte, y discutimos sobre su obra, sobre las dudas acerca de la existencia o no de un primer manuscrito y las distintas traducciones de su novela El pan a secas, así como de su relación con Paul Bowles, sobre su transformación de analfabeto a escritor después de aprender a leer y escribir cuando ya era mayor de edad… En fin, que Rocío Rojas-Marcos no dejó cabo suelto en esta magnífica radiografía que ha escrito sobre este autor revolucionario (literariamente hablando) y fascinante. Una jornada fructífera llena de literatura y de pan duro.

Sergio Barce, 1 de diciembre de 2021

**
**
**
**
**
**

Etiquetado , , , , , ,