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«DE LARACHE A CEUTA», UN ARTÍCULO DE JOSÉ MARÍA CAMPOS

Mi amigo José María Campos ha tenido la deferencia de enviarme este artículo que ha escrito para El Faro de Ceuta sobre el encuentro que tuvo lugar a primeros de este mes en Larache, en el que, gracias al Centro Marroquí de Estudios Hispánicos, en colaboración con el Instituto de Estudios Ceutíes, se acogió en la Casa de la Cultura la conferencia impartida por mi querido y admirado Víctor Morales Lezcano. Lo más llamativo es que, como subraya José María, por fin se organiza un evento de estas características en una ciudad marroquí en colaboración con la ciudad de Ceuta, y me enorgullece que haya sido Larache la que lo haya acogido. 

Desde Larache a Ceuta - JM Campos - Faro de Ceuta-2019-04-11[13021]

 

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LARACHE – ALBUM DE FOTOS 15

Pasan los años, tan aprisa, tan urgentes, que es como si la vida se escapara por entre los dedos, igual que el agua que intentamos atrapar con las manos. Pasan los años, y Larache queda ahí, detenida en ese instante que cada uno elegimos, o quizá es el momento el que nos escoge a nosotros. A veces ocurre que ese momento fue capturado curiosamente por una cámara de fotos, encarcelado para la posteridad. Supongo que este gran album que voy colgando en este escaparate virtual contiene muchos de los eternos instantes que forman parte de nuestras vidas, y es gozoso leer luego los comentarios de asombro, de alegría, de inesperado regocijo cuando alguien se encuentra en una imagen o descubre la de su padre o la de su madre o la de alguien muy querido. Es una extraña sensación la de ver una fotografía cuya existencia desconocíamos, como si apareciese de pronto algo que había estado oculto, por muy sencilla que sea la estampa. Por eso comienza esta página 15 del album con una vieja foto de mi abuela Salud, la madre de mi padre. Jamás la había visto hasta hace unos días, cuando comenté que estaba escribiendo un relato sobre ella. No sé de dónde ha sacado mi padre esta pequeña joya, pero es realmente deliciosa:

Mi abuela Mª Salud Cabeza Aranda

Otra fotografía extraordinaria es la que me hizo llegar Antonio Lozano, en la que vemos este camión con el logo de la compañía Lukus. La sola presencia de ese nombre hace recordar a muchos larachenses…

Y dicho esto, movámonos por el mapa humano de Larache. Primero, algo de niños. La siguiente foto me la envió alguien que formó parte de mi infancia, y yo de la suya, José Miguel Feria, y ahora, tantos años después, internet ha hecho que nos reencontremos. José Miguel aparece junto a su hermano Jesús, era el año 68 ó 69.

José Miguel y Jesús Feria

Y en la maravillosa época de nuestra infancia en Larache, la llegada de los Reyes Magos era algo increible, un momento mágico e irrepetible. En la siguiente fotografía mis hermanas Mónica y Marisol, aún desorientadas después de que mis padres las despertaran porque Sus Majestades acababan de llegar para entregarles sus regalos. Los Reyes estaban «interpretados» por Antonio Rebollo a la izquierda y Jose Luis Ruiz Castro a la derecha (datos facilitados por la inagotable fuente de información Carlos Tessainer-Eduardo Espinosa).

Mónica y Marisol Barce

Unos años antes, en la Plaza de España, Cecilia Molinero paseaba de la mano de su madre. Ocurre como con el Balcón del Atlántico o con el Jardín de las Hespérides, que es raro que no tengamos todos alguna foto en esos lugares emblemáticos de Larache…

Cecilia Molinero y su madre

Colegio de los Maristas, curso 1952-1953. Aquí necesito ayuda de quienes sean capaces de reconocer a los alumnos… Como señala Antonio Lozano, él está situado en la tercera fila de abajo a arriba, siendo el tercero de  izquierda a  derecha. Y Carlos Nieto reconoce en la segunda fila a Otero, 6° y Arciniega 8° por la izquierda. En la tercera fila a Guido Tessainer, 4° por la izquierda. Y en la cuarta fila 2° por la izquierda a Juan Triviño.

Maristas Larache – Curso 1952 a 1953

Otro grupo de estudiantes, en este caso, las alumnas del Colegio Nuestra Señora de los Ángeles, donde estudié el último año que permanecí en Larache… Aquí aparecen: Marta López Matres, que mira a la cámara con mucho descaro, Pili Blanco, Sor Mercedes, el Padre Félix, con el que fui monaguillo, Mati Lopez Quesada, Titi Luna, Maite Bertomeu, Maricarmen Anaya, Irene del Rio, Rosa, Rosa Marí Recio, Maria Jesus Villacorta, Gelen Navarro, Puri Sancha, Ana Maria Cuevas, Conchita Serrano, Mina Amiar, Isabelina Vinuesa… 

Del año 1971, es esta otra fotografía con algunas de las alumnas que veíamos antes, pero ahora acompañadas por varios chicos, y aquí se reconocen a Hayat Bouatiaoui, Miguel Angel Ramirez, Angelines Luna, Conchita Serrano, Marta López Matres, Jose Antonio Gil, Fernando Muñoz, Maria Jesus Villacorta, Maite Bertoméu, Antonio Cabezos, Alejandra Gomendio, Abdelghani Merini, Kristy Nita, Manuel Escalona, Alfonso Santamaría, Puri Sancha, Antonio Velasco, Vicky Fernández Moraga, Aurelio Belmonte, Mustapha Soyer y Noureddine Zobair. Jose Miguel Palarea me aclara que esta foto es del grupo de su curso en la fuentecilla de los HH. Maristas; es una fotografía que pertenece a su colección,  y que compartió a través de Facebook con sus amigos de Larache. Es del curso 1971-72, de 3º de bachiller. José Miguel está en medio, justo detrás de Maite Bertoméu.

Las dos anteriores imágenes están tomadas de la página de Marta López. Recuerdo que ella y su hermana Marina venían con sus padres a mis casa y que Manolo, su padre, siempre me ponía colorado diciéndome que cuál de las dos me gustaba más. Yo tendría once años, quizá, pero tengo grabada esa sensación de no saber dónde meterme. La siguiente foto la comparten nuestros padres con el resto del equipo de fútbol en el que jugaban, formado, de izquierda a derecha, arriba, por Ramírez, Torres, Luis Mellado, Antonio Barce, Jose Luis Amado, X, Luque y Antonio Ares, y agachados, Antonio Peral, Antonio Alberca, Moreno (de Fotografías El Minuto) y Manolo López Gambero.

Aprovecho que ha aparecido mi padre, para añadir otra de grupo con sus compañeros de trabajo de Uniban y algunos amigos más. En la imagen, de izquierda a derecha: Fracisco Ruiz Lagomasini, Antonio Garre, José Luis Vázquez, Mauricio Matamala, Rafael Subizza, Germán Núñez Mendoza, Antonio Barce, Marina Rodríguez, Antonio Alberca, Vicente Chapaprieta, Domingo Vales Leandro, Luis Lladó y, oculto, Jose Luis Amado.

Y como en la anterior no aparece Manolo López Gambero, que solía estar en estas fotos de grupo con mi padre, añado otra en la que se le ve muy entusiasmado bailando con su mujer, Martita. De las otras parejas no recuerdo sus nombres. Claro, es Marta quien lo aclara: <El matrimonio que baila junto a mis padres son Antonia Mascareñas y Roque Vazquez, amigos y vecinos (Padres de Emilia,Puri, Toñi y Roque Jesús).

Manolo López Gambero y Marta Matres

En la fotografía que cuelgo a continuación, que no sé cómo me ha llegado, sólo he reconocido claramente a otro compañero de trabajo de Uniban de mi padre, se llamaba Dukali, es el primero que aparece a la izquierda sentado en segunda fila, de piel morena. Era un hombre serio, siempre bien trajeado, el rostro huesudo y perfilado, y cuando sonreía destacaba su dentadura blanquísima. Un día se marchó a Libia, enardecido por sus ideales, y ya no supimos más de él.

Hace unos años, en uno de mis viajes a Larache, me encontré a una mujer, no sé qué le pregunté, pero una cosa llevó a la otra, y cuando le dije que era el hijo de Antonio Barce, se puso a llorar, ella era la mujer de Dukali y me dijo que había fallecido hacía un tiempo. Me invitó a su casa, hizo el té y me ofreció pastas y dulces, en fin, la hospitalidad larachense que todos conocemos, y estuvimos charlando de Dukali un buen rato, mientras ella me enseñaba fotografías de él.

¿Y si nos vamos ahora al Teatro? En Larache se hacían representaciones tanto en el Casino como en el Teatro España, el Teatro Coliseo o María Cristina, en los centros escolares, en el Teatro Romano de Lixus, y en los últimos años en el Castillo de las Cigüeñas, en el Luis Vives, en el Cine Avenida, en la Casa de la Cultura… En fin, que siempre ha tenido una gran actividad teatral. Botones de muestra tenemos bastantes. La primera foto corresponde a una obra «de romanos» que se representó en el Teatro Cine Avenida, con, entre otros, Vicente Serna -es el que está sobre el pedestal- pero desconozco quiénes forman el resto del reparto. Es increíble la memoria de algunos amigos, pero lo cierto es que Carlos Nieto ha reconocido quizá al más difícil, por su postura, en la foto, precisamente al luchador que está de espaldas, y es Pepe Jurado.

A Larache acudieron a actuar en su Teatro España artistas de la talla de Antonio Machín, Estrellita Castro… Pero hoy andamos con nuestro teatro amateur. La siguiente pertenece a una obra de teatro en la que actúan Juanito Moreno y Luis Mellado, corría el año 1955…

Juanito Moreno y Luis Mellado

Para los actos que se organizaban, ya fuesen obras de teatro o actuaciones musicales, también contaba Larache con buenos presentadores, como los que aparecen en la fotografía que podéis ver a continuación, donde los maestros de ceremonia fueron Maria Carmen Columé y Requena.

Esta otra obra, se representó en el Colegio de los Maristas, y actuaban, pese a lo difícil que resulta recnocerlos por sus «espectaculares» maquillaje y vestuario, Javier Lobo y Archi Ford.

Ya más reciente, en el Día de Larache en Sevilla, que organizamos en 2008, Larache en el Mundo contó con las actuaciones de la malograda Fadela Tadlaoui, y Abdelhay el Haddad, Amin Chentouf y las chicas de la Asociación Chrif Idriss

Fadela Tadlaoui, Abdelhay el Haddad, Amin Chentouf y las chicas de la Asociación Chrif Idriss

  En ese mismo encuentro, los niños larachenses que forman parte de la Asociación Cultural Chrif Idrissi hicieron un trabajo fantástico, con una actuación llena de emociones.

Y aquí vemos a nuestro paisano Morad Jah ensayando la última obra que representa, y que, según las noticias que llegan, se ha revelado como un gran actor.

Morad Jah

El teatro en Larache está tomando una gran relevancia en los últimos años, de ahí que la prensa se haga eco de los últimos festivales celebrados en la ciudad, como el Festival Lixa.

El pasado mes de Julio, como decía, se celebró en el Teatro Cine Avenida, el Festival de Teatro LIXA, del que Mounir Kasmi hizo un detallado y ardiente artículo que ha circulado por toda la red. La siguiente imagen también pertenece a este festival larachense, donde los actores más jóvenes tuvieron especial éxito… Como bien me indica Abdeslam Kelai, el hombre que vemos entregando las flores a la niña vestida de traje tradicional de yebala, es el gran dramaturgo, escritor y actor maroquí Abdelhak Zerouali.

Tras este pequeño repaso a nuestro teatro amateur en Larache, demos un pequeño salto atrás, buceando en algunas otras imágenes de nuestros paisanos. 

Ya que abría este álbum con una imagen antigua de mi abuela Salud, ahora incluyo el de la abuela de Ange, María Pérez, otra estampa realmente fantástica.

María Pérez

Curiosa foto de grupo: los profesores del Colegio Yudah Levi de Larache. Desconozco el año en que fue tomada esta instantánea, muestra más de la pluralidad de nuestro pueblo.

Nueva foto de grupo, en este caso, del Colegio de los Maristas, perteneciente al Curso 1960-1961, y se agradecería que si reconocéis a alguien lo hagáis saber… Cristñobal Ramírez no ha tardado ni cinco minutos en aportar todos los nombres, qué envidia de memoria (desde arriba y de izda a dcha): Guevara, Caballero, Pepe Martinez, Molina, Luis Pavón, Perico Vasallo, Fernando Espinosa, Paco Muñoz, Cecilio, Fernando Montero, Ramirez, Otaduy García, Pepito, Fernando Sarria, Avilés ,Pepe Osuna, Aragonés, Sostres ,Manuel Saja, Mike, Jeromin Cabezas, Ramón, Rebollo, Chete, Alfredo Moreno, Paco Baeza, Berenguer y Gómez Uría.

Ahora viene otro de esos equipos de fútbol de Larache llenos de nombres conocidos y muy queridos para mí. De izquierda a derecha, arriba: X, X, Miguel Alvarez, Jose Mª Gil, X, Julián Aixelá, X, Mesod Obadía, Manolo Alvarez, X, Redouan Riahi El eterno aprendiz, Juan Cuevas, Emilio Pérez, Moussa Rezouk, Manolo Alvarez, Mohamed Bourba, Hassan Ghailani, J Aixelá y  Eduardo Espinosa.

Y para terminar esta página número 15 del album de Larache, lo hago en recuerdo de mi primo Manuel Abad, y con todo mi cariño a su hermano Antonio, que es cmo si fuera también mi hermano. Aquí le vemos en su querida Larache, en su playa, y junto a sus amigos (de izquierda a derecha): Manuel Abad Romero, Pedro Olmos Martinez, Ricardo De Juana, Miguel Angel Matamala, Alfonso Ariza, Enrique Osuna, Pedro Barranco, X  y Manuel González Mendoza.

Espero que este pequeño paseo por entre tantos amigos y conocidos, haya sido entretenido. La próxima entrega, más.

Sergio Barce, octubre 2012

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LARACHE vista por… DRISS SAHRAOUI – Nostalgias II – El Zoco Chico y la Alcazaba

Última entrega del hermoso relato que Driss Sahraoui nos ha ido regalando últimamente. Ahora nos sumerge en el barrio de la Alcazaba y nos lleva por los callejones, devolviéndonos estampas e imágenes íntimamente ligadas a todos. Pero noto a Driss más combativo, más comprometido, y supongo que se debe a que habla del barrio de su niñez y le duele especialmente todo lo que le afecta, todo lo que se va perdiendo sin remisión. Me ha encandilado esta parte de su relato, me ha desbordado, me ha tocado el corazón. Por eso lanzo un aviso a navegantes, especialmente a los navegantes larachenses que vayan a leer este texto: os va a emocionar, os va a abrir las carnes, os va a hacer temblar. A mí me ha provocado todo eso. ¡Qué relato tan sencillo pero a la vez tan humano y entrañable! Y ahora sólo quiero volver a releerlo con vosotros…

Sergio Barce, julio 2012

Driss Sahraoui

Al franquear la puerta de la Alcazaba, cuyo arco tiene forma de herradura, encontramos a la derecha una antigua barbería propiedad de un conocido y respetable larachense que llevaba el nombre de Hach Alaui y, una vez dentro, atravesando el umbral, techado de unos tres metros, encontramos dos tiendas de dos hebreos que vendían al por mayor mercancías diversas, higos secos, dátiles en el mes de Ramadán y otras cosas como garbanzos, lentejas, alubias y otras cosas. Uno se llamaba SONEGO, cuyo hijo era amigo mío, junto con BENSASON que era sastre, ubicado en el principio de la calle Real, en la esquina donde empiezan las largas escaleras que conducían al mar. Al lado se hallaba una tienda de comestibles de un Susi que hacía esquina con la calle Gnaua.

Hay que recordar que en Larache el 95 por ciento de las tiendas, sobre todo de comestibles, pertenecían a  SUSIS, procedentes de la región del Sus mas allá de Marrakech. Una anécdota: De niño mi madre me decía: vete al Susi y compra tal cosa…, porque todas las tiendas eran susis. Es como si me dijera vete a la tienda o al bacalito y compra tal cosa.

Aquí nos encontramos con una bifurcación de tres calles: la izquierda de la ya mencionada calle Gnaoua, la de enfrente que es la de la casa del Niño, y la de la derecha que es calle Aztot y que llega al Mechuar y a la Comandancia General. La izquierda empieza por la esquina del citado bacalito seguido de una escuela coránica del  Fakih BENHLIMA, por donde pasaban casi todos los niños del barrio en edad preescolar, y siguiendo hallamos un antiguo horno para cocer el pan de todos los vecinos del barrio; curiosamente el dueño, que era una persona respetable, no era panadero de profesión y la tarea de cocer el pan corría a cargo de un profesional  llamado Maalem Abdeslam. La gente amasaba el pan en casa y lo llevaba al horno  en una tabla de madera en las que cabían 3 a 5 panes o tortas. La mayoría de las mujeres no salía de la casa; si después de amasar el pan no hay nadie en casa, sacaba la tabla con el pan y lo dejaba en la puerta, dando a la calle, el primero que pasa, hombre o jovencito, cogía la tabla y la llevaba al horno, sin que el Maalem le preguntara de quién es el pan. El Maalem sabía a la perfección a quién pertenecía cada tabla.  

En la hora punta, cuando la gente venía a recoger el pan, le preguntaban al Maalem y este les indicaba cual era la tabla suya, él sabia mejor que ellos sus tablas de pan. Era increíble.

En el horno solía estar un jovencito que llevaba estas tablas con el pan ya cocido a sus respectivas casas con las que ha concertado sus servicios, mediante el pago con la mitad o la cuarta parte de una torta según el tamaño. Había mujeres que, al amasar el pan, añadían una torta pequeña destinada a este portador. Enfrente, había un bacalito, que hacía excepción. No era Susi. Era hijo del barrio.

Seguimos y encontramos que se trata de una larga calle, teniendo a su derecha e izquierda muchas calles adyacentes, cortas y sin salida, que desembocaba en la Torre, teniendo a su izquierda el Ye-biyel, Este era un rinconcito en la esquina de esta calle llamado así porque en este rincón había una roca en forma de montaña que en árabe quiere decir Yebel, lo cual en diminutivo es Yebiel. Aquí  había no más de dos casas y la panadería de DEMGA, este era maestro de escuela; tenia familia en Ceuta y en tiempos de la guerra civil española fue encarcelado junto con otros, entre ellos hebreos, acusados de comunistas. En este lugar había unas escaleras exiguas y muy pendientes que permitían  la comunicación rápida con la Calle Real. La calle de al lado de Ye- biyel era una simple escalera muy larga, ancha, adoquinada, y que bordeaba la parte lateral de la Comandancia de Marina, llegando a la antigua Aduana y al puerto.

Volvemos a nuestro punto de partida para coger la calle de la derecha, llamada calle Aztot. Antes de empezar esta calle hay que decir que existía el cuartel de la Meha-la Jalifiana a su derecha. Este era un ejército simbólico, jalifiano, con su uniforme especial, al estilo marroquí, una vestimenta muy vistosa por cierto. Era diferente a los demás ejércitos en todo, hasta en su marcha militar, que era lenta y con una música militar adecuada para ello. Destacaba en esta Mehala un oficial llamado el Caíd Chiadmi, cuyo hijo fue Coronel en el ejército marroquí actual. Este cuartel constaba de grandes espacios para el entrenamiento, una cuadra para el cuidado de la caballería, una enfermería, una carpintería para las necesidades del cuartel y varias dependencias. La parte administrativa constaba de dos plantas. La calle Aztot empieza teniendo a su derecha el citado Cuartel Jalifiano y a la izquierda la antigua prisión. Esta era amplísima con grandes y gruesas columnas y con una distribución extraña. Habían celdas y lugares para la corrección corporal de los presos, en algunos lugares había unas cadenas gruesas en la pared y columnas, yo lo visité de muy niño cuando era asilo para las personas mayores sin recursos ni familia y se me quedó la estampa grabada; fui con un vecino mío de mi edad, acompañado de su padre para visitar a una mujer. A decir verdad, me entró miedo durante mi visita a este centro por el aspecto y la tristeza del lugar, donde había poca luz y en algunos sitios ninguno, el sol apenas entraba, y como complemento el triste ambiente de los asilados que vivían de forma desordenada, cada una cerca de una columna con sus cosas y enseres. Eran pocas en un lugar tan inmenso. Para ellas, esto era la cárcel no el asilo, de hecho cuando podían se escapaban de este centro que era solo para mujeres. Durante y después de la visita pasé miedo por lo que he visto y por el efecto psicológico a mi edad de niño.  

Antes de la entrada de esta prisión había una forma de puerta de almacén que no abría nunca, luego resulta que formaba parte de la prisión; actualmente ha sido derribado y en su lugar se ha levantado un edificio de varias alturas, rompiendo totalmente con la estética del lugar y del barrio en general. Se han levantado muchas quejas en las que se ha implicado el Delegado de Cultura, pero hasta ahora el inmueble sigue ahí con el cartel de <se venden pisos>. Lo más curioso de todo esto es que el propietario de esta construcción es un puro Larachense, nacido y crecido en este mismo barrio durante toda su juventud, se trata del Sr. BUSABUN. ¿Dónde estás, conciencia?

Subiendo, a su derecha, existía una calle sin salida en la que vivía e impartía justicia cheránica el mismo juez Aztot, cuya calle lleva su nombre. Enfrente estaba el Mechuar donde había un pequeño jardín con árboles y largos bancos construidos en firme y alicatados con bonitas lozas andaluzas. Aquí pasaban la hora de recreo los alumnos de la escuela Franco-Árabe que estaba muy cerquita. Al otro lado había también grandes bancos construidos en firme y alicatados igual que los otros, pero estos estaban cubiertos. Este Mechuar servía para venir a pedir justicia o asistir a la audiencia de la misma. La casa del Bajá BENEICH, que impartía la justicia, estaba detrás. Hay que recordar que entonces la justicia era expeditiva, por lo que no había abogados ni apelación a la sentencia. En la que era casa del Bajá se había construido una especie de monolito en forma de los del Soldado Desconocido, donde la bandera española se izaba y bajaba por las mañanas y tardes a cargo de los militares afectados a la Comandancia General. En este monolito estaban instalados los dos célebres leones donde, a escondidas de los soldados, subíamos encima con gran alegría, éramos niños…

El Bajá, después del derribo de su casa, se trasladó al Fondak Alemán, cerca del Cuartel de la Guardia Civil y enfrente de la cuesta del Aguardiente, donde casualmente hemos sido casi vecinos, al comprar mi padre una huerta, junto al citado Cuartel. En tiempos de la guerra Civil española fue nombrado el Baja RAISUNI.

Casa de la Cultura, antigua Comandancia – foto de Javi Lobo

Enfrente se hallaba la Comandancia cuya arquitectura es puramente árabe, aunque recibió pequeñas modificaciones, como el reloj y algunas cosas. Por dentro era una maravilla con sus espacios anchos todos alicatados con bonitas lozas y esos alegres patios y escaleras. Era un verdadero Alcázar árabe. En el balcón que está encima de la puerta principal había una larga escritura en árabe que decía:  < Este palacio ha sido construido en la era del malik…>

La ultima vez que estuve en Larache y visité la Comandancia, esta escritura ya no estaba, me extrañé, le pregunté a uno que estaba ahí y que pertenecía a la Delegación de Cultura, me contestó que no tenía ni idea.

Castillo de las Cigüeñas

Detrás de la Comandancia, en su lado izquierdo, está el Castillo de las Cigüeñas, que, con su forma triangular, termina, limita y se asoma al jardín de Las Hespérides. Enfrente estaba el castillo del Judío, actualmente Museo Arqueológico. Este castillo en un tiempo estuvo abandonado. Los niños del barrio jugaban aquí subiendo a la azotea del mismo; después, el Baja Beneich se lo cedió a unos familiares suyos de Arcila que han vivido ahí durante mucho tiempo. Al lado había un muro de contención cuya parte final superior servía de balcón para asomarse a la Torre, ésta era en un tiempo un gran jardín y después una explanada con eucaliptos. Aquí se celebraban algunas fiestas, algunos bailes, los circos se instalaban aquí, como el Circo Amar que era célebre en esos tiempos. En la fiesta de la Achura, como complemento, se encendía una hoguera, al estilo de la fiesta de San Juan, cada barrio competía con el otro para saber cuál era la mejor hoguera. Algunas veces, en tiempo de verano, abría aquí un Café con muchas sillas y en tiempos vagos jugábamos al fútbol con pelota de trapo, porque el balón entonces era un lujo en esos tiempos de crisis. Los que han vivido los años de la guerra civil española saben algo de esto, cuando el pan y los  artículos de primera necesidad estaban sometidos a racionamiento. Por no haber, no había ni dinero, la gente utilizaba sellos de Correos como dinero y algunas tiendas imprimían cartulinas en forma de tarjeta de visita y las hacían circular como moneda. Esta explanada de la Torre contaba con una carretera que venía de la Comandancia, atravesando toda la parte derecha de la misma, teniendo ahí un gran jardín bien cuidado y donde había una fuentecita salvaje que llamábamos en árabe LAAUINA, que despedía agua continuamente. Al final, y al borde este jardín, se encontraba una carretera que conducía al puerto, llamada Cuesta del Alemán, en alusión al consulado de Alemania que se encontraba ahí. También llamaban esta carretera la de Renschawssen, creo que era el nombre del Cónsul alemán que existía entonces. Este, además de su cometido de diplomático, se daba al comercio y era un gran importador de mercancías, como harina, aceite, azúcar y algunas cosas más. En la parte izquierda del citado jardín, había unas escaleras, bordeando la otra parte lateral de la Comandancia de Marina y que terminaba frente al Consulado  de Alemania.

Torre del Judío

Nos queda por describir la calle de enfrente, que es la de la Casa del Niño. Esta empieza por la izquierda con la que era Escuela Hispano Árabe y después Comisaría de Policía; a la derecha había una calle sin salida donde estaba la Casa del Niño, subvencionada y mantenida por la Duquesa de Guisa, una señora que ha hecho mucho bien en Larache, en obras caritativas. En esta calle vivía la gran familia de Almanzor, muy apreciada, cuyo  hermano mayor era un gran intérprete en la administración española. Era español, pero integrado de tal manera que era un marroquí más, toda la familia hablaba perfectamente el árabe. Ha causado sorpresa  –no rechazo-  que se casara con una musulmana, Cherifa Aarosya, de familia conservadora con la que tuvo muchos hijos, todos respetados, queridos y bien posicionados. Esta familia era muy grande y parte de ellos estaban en Alcazarquivir, uno fue director del Banco Inmobiliario y Mercantil de Marruecos en Alcazarquivir  y Larache, el otro era comerciante y últimamente funcionario en el Consulado de España en Uxda. También, en esta misma calle, vivía la familia Buhorma que tenía mucho parentesco con la anterior y era numerosa. Cuentan que aquí nació o se crió la simpática actriz española Concha Velasco, yo no tengo constancia. En esta calle han vivido muchos notables de la ciudad como El Hach Mailud, El Hach Wakrim, la familia Crucho, la familia Jammal, la familia Jannira, la familia Ejnachar, la familia Habbasi, y la familia Aamiar; este último era un hombre adinerado que vivía a lo príncipe; en su casa siempre había huéspedes y todos los viernes había una orquesta de música andalusí, al estilo de los palacios reales. Tenía muchos hijos con mujeres distintas porque estaba casado con varias. Uno de ellos, Abdelwahed, fue amigo mío de la infancia y compañero de clase en la escuela Franco Árabe que estaba muy cerca de nuestras casas.

Seguimos y encontramos un cruce de tres calles: la derecha, la izquierda y la de enfrente. La izquierda es una calle ancha, muy corta y sin salida llamada calle BURBAB. Solo había tres casas, en una de ellas nací un 25 de agosto de 1929. Teníamos como vecinos a una familia musulmana y otra hebrea. Esta ultima se puede decir que fue la que me crió, pues estando todavía en pañales, venían, me cogían y más tarde me llevaban a su casa; después de gatear y ya casi andando me llevaba en brazos la YEMULA, única hija que tenían entre cinco hermanos, más tarde me llevaba a la  tienda y me compraba cosas. El padre se llamaba Majluf, la madre Bahida, y tenían cuatro hijos varones, uno era joyero. El padre tenía un negocio de chatarra y pieles para curtir, situado en la cuesta que, bajando por el último garaje de la Valencia, cerca de la Comandancia y que  desemboca en las Electras Marroquíes, quedando este local a mitad de camino. Recuerdos imborrables y ejemplo de la sana  convivencia que existía entonces en esta ciudad.

Entramos en la calle de enfrente. Hallamos la casa donde nació y se crió el desaparecido Abdessamad El Kenfaui, escritor- dramaturgo de relieve. Al lado vivía un comerciante adinerado llamado BENZAINA, tenía varios hijos, el benjamín naturalmente estaba muy mimado y se llamaba Susan. Había otras dos familias, entre ellas la de BENDRISS, que era policía. Esta calle no tenía salida y se asomaba a la Torre.

La calle de la derecha es relativamente larga pero solo había dos casas teniendo enfrente una calle con dos direcciones, la izquierda donde había unas cinco casas y terminaba en la Torre, a la derecha se encontraba la Escuela Franco-Árabe y cuatro casas más: una, de una familia hebrea, con un hijo, bajito y muy inteligente, de cuyo nombre no me acuerdo, era empleado con José Gallego, creo que administraba  los asuntos del Cine Ideal porque siempre lo veía entrar y salir del Cine en plan de trabajo. Al seguir, nos encontramos con Sidi Abdelkrim, la mezquita de YAMAA ANUAR y ya el Mechouar y la Comandancia General.

Aquí, muy a pesar mío, termina esta historia, que no quisiera que terminase nunca, y que siga reviviendo esos sueños reales, que, cada vez que los recuerdo, me dan vida, alegría, entusiasmo, ganas de vivir, pero de vivir como en esos tiempos nuestros, donde todo era sano: la amistad, el compañerismo, la vecindad, todo. No se conocía la hipocresía, el engaño, el de si te he visto no me acuerdo. Esta cultura llevaba el nombre de:

MADE IN LARACHE

Porque solo los larachenses viven de esta forma, nadie se los enseñó, lo han amamantado desde el nacimiento, prueba de ello cada vez que leemos u oímos algo sobre Larache nos llena de alegría y satisfacción, que no son pasajeros sino de recuerdos eternos, es como decir para toda la vida. Son forzosamente inolvidables esos tranquilos paseos en NUESTRO PASEO, esos primeros de Mayo en los viveros, ese Balcón del Atlántico, ese… Bueno, aquí paro, muy a pesar mío como he dicho al principio, guardando mis recuerdos que, ojalá, fuese posible llevarlos conmigo a la tumba, que por cierto la tengo reservada en Lalla Menana El Mesbahya…

Driss Sahraoui

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Otros libros: HISTORIA DE MARRUECOS de VICTOR MORALES LEZCANO

Cuando esta obra se presentó en la Casa de la Cultura de Larache, en un acto organizado por el Centro Marroquí de Estudios Hispánicos, hace ya unos cuatro años, tuve la fortuna de estar en la mesa y presentarla en nombre de “Larache en el Mundo”.

Presentación de HISTORIA DE MARRUECOS en la Casa de la Cultura de Larache

Fue entonces cuando conocí al profesor Don Víctor Morales, y también a Víctor. Un pequeño incidente antes del inicio de nuestra exposición, me demostró su valía como persona y su inmensa generosidad. Siempre le estaré agradecido por aquello.

 Publicado por La Esfera de los Libros, en 2006, “Historia de Marruecos” es un compendio minucioso, pese a tratarse de un manual, que sintetiza toda la historia del país en un único volumen, y en el que estudia la construcción de las sociedades magrebíes, la evolución con la época de los sultanes, el pueblo de los territorios del imperio de los cherifes y la relación con Europa, especialmente con España. La obra es intensa, porque su estudio se comprime en ese único volumen, pero sinceramente su lectura es amena y llena de matices, y para quien no conozca la historia de Marruecos probablemente sea el libro que pueda iniciarle y abrirle las puertas a ella de una manera más clara y, creo, fiable.

Cuando intervine en aquella presentación en la Casa de la Cultura, hice una pequeña broma, diciendo que no cabía la menor duda de que se trataba de una gran obra ya que la primera ciudad marroquí que se nombraba en ella era Larache. Dejando ese guiño a un lado, “Historia de Marruecos” es tan recomendable como imprescindible.

Víctor Morales Lezcano

 Víctor Morales Lezcano, nacido en Las Palmas, es doctor en Historia, Becario del Consejo Británico y de la Comisión Fulbright en Londres y Estados Unidos. Es, además, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Madrid.

     En mayo de 2010, le ofrecimos un sencillo homenaje en Madrid, en el Centro Hispano-Marroquí, en el transcurso del cuál se le hizo entrega de una placa conmemorativa, quizá modesta para la altura intelectual y humana de Víctor Morales Lezcano, pero que Ange Ramírez entregó en nombre de todos con la admiración y el afecto que le profesamos.

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