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MIS ACTRICES DE LOS 60 (ACTUALIZADO)

En 2011, un amigo me escribió un mensaje que, más o menos, decía así: “Mucho Larache, mucho Marruecos, mucho relato, mucha novela… ¡A ver si hablas de mujeres!”.  Me sentí entonces obligado a complacerle. Hoy repaso ese post, y me doy cuenta de que había algunas lagunas importantes, así que voy a recomponer ese viejo artículo, añadiendo los vacíos que me parecen imperdonables. También aprovecharé para introducir varias correcciones y, por supuesto, eliminar lo que me parece ahora prescindible.

Aclaro que nací en el 61. Lo reseño para situar temporalmente mis comentarios como cinéfilo empedernido. Creo que es un detalle importante para comprender lo que narro a continuación.

Me gusta el cine. Pertenezco a esa generación que ha crecido con James Bond, con Clint Eastwood y con ese cine maravilloso de los sesenta y setenta; pero también somos los que hemos pasado las tardes de los sábados viendo en la televisión viejas películas de aventuras (Tarzán, Errol Flynn, Sabú, Robert Taylor, Virginia Mayo, John Wayne o Tyrone Power), los ciclos que ponían los martes por la noche de Bogart, de John Ford o de Hitchcock, de los que nos asomábamos a “La Clave” para descubrir los mensajes que encerraban las películas clásicas, hemos sido los dueños de las sesiones dobles, de los spaghetti-westerns, fans irreductibles de Leone al que ya veíamos como el clásico que es ahora, y espectadores ilusionados de los cines de verano (cómo olvidar el sonido de las películas en esas salas al aire libre), hemos imitado a Bruce Lee y nos impactó en su día “El luchador manco”, nos inquietaba Drácula con el físico de Christopher Lee, o su Fu-Manchú, y la noche de Walpurgis con Paul Naschy, nos hemos escapado a los cine-clubs para ver los films de Bergman, Kurosawa, Fellini o Fassbinder (pero también, y sobre todo, a las primeras salas X, y nos tragamos “Cuerno de cabra” y admiramos a “Emmanuelle”); y luego llegaron en los setenta Coppola con su padrino, Scorsese con su taxista, Spielberg con su tiburón y Lucas con sus galaxias, seguimos a Truffaut, a Visconti, a Godard, y mientras éramos testigos del envejecimiento de Henry Fonda, Burt Lancaster o Robert Mitchum, veíamos madurar a Paul Newman, Seran Connery o Marlon Brando, y surgían Pacino, de Niro, Meryl Streep, la Keaton, Woody Allen y Nicholson, y más tarde llegaba gente como Lynch, Kusturica, Parker, Tarkovski, de Palma, Kieslowski, Ridley Scott, Tornatore y hasta nos fuimos de París a Texas con Wenders… y hemos seguido yendo a las salas, y nos hemos convertido en la única generación a caballo entre el cine más clásico y el cine más moderno y actual, de Berlanga a Amenábar, sí, lo hemos visto todo… Ahora, incluso el nuevo cine en plataformas. Desde pequeño me han llevado a ver películas. Mis padres lo hacían en Larache cuando aún estaba en el capacho, así que es como si lo hubiera mamado desde la cuna.

Iba a hablar de mujeres, de mujeres de película, pero me he dado cuenta de que hay tantas que me han fascinado por alguna u otra razón (su talento, su belleza, su calidad artística, su sensualidad, su encanto personal, su mirada, su aportación creativa, su atractivo) que he decidido cortar por lo sano, y este primer capítulo sobre mis musas de celuloide se lo dedico a las que llenaban las pantallas de los años sesenta… 

Trataré de marcar a cada actriz con alguna de sus películas emblemáticas de ese decenio alocado.

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Ya he dicho que crecimos con James Bond. Y, junto a este personaje de Ian Fleming, están las “chicas Bond”. Entre todas ellas, hay una efímera (por el corto tiempo que está en pantalla, en concreto en “Goldfinger” (1964)), pero que a los cinéfilos nos marcó de alguna forma: Shirley Eaton (n.1937). Era preciosa. Aparece al comienzo del film “Goldfinger” pero, a las primeras de cambio, la asesinan de la forma más cruel pero también original –cinematográficamente hablando-: bañándola en oro…

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Ese cuerpo desnudo cubierto de púrpura es una escena imborrable; como el bikini (eso es un eufemismo, en realidad el atuendo era lo de menos y lo importante era el “cuerpo”) de Ursula Andress (1936) al salir del mar en “James Bond contra el Dr. No (Dr.No, 1962).

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Honor Blackman (1925-2020) era otra chica Bond de “Goldfinger”, quizá la que más me impactó: atractiva, inteligente, resolutiva, aquellos ojos suyos. Sean Connery tuvo la fortuna de trabajar con todas ellas.

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Pero como le ocurre al personaje de Tim Robbins en “Cadena perpetua” (The Shawshank redemption, 1994), me quedo con la rotunda Raquel Welch (1940) de “Hace un millón de años(One Million years B.C., 1966), con aquella ropa prehistórica de diseño, que nos hacía soñar con esas mujeres primitivas que luego la productora Hammer exprimiría en pequeñas películas baratas.

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Y así, gracias a la estela de Raquel, llegaron Martine Beswick (1941) (chica Bond tanto en “Dr. No” como en “Desde Rusia con amor”, y que acompañaba a la Welch en sus aventuras entre dinosaurios);

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o Caroline Munro (1949) (vista en “Casino Royale” -1966- y que fue una de las habituales de los films de terror de esos años);

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y también la exótica actriz israelí Daliah Lavi (1942-2017) (otras de las chicas de “Casino Royale”, e inolvidable en “Lord Jim”- 1964-);

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y, por supuesto, Linda Harrison (1945). Charlton Heston encontró a Linda en un bosque mientras huía de los monos en “El planeta de los simios” (Planet of the apes, 1968), y se convirtió en otra imagen grabada en nuestro subconsciente, con sus enormes ojos que miraban atónitos a ese hombre que pensaba y hablaba como si fuera otro simio…

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Y nos inflamaban la imaginación las míticas B.B. y C.C.; así llamábamos a Brigitte Bardot (1934) y a Claudida Cardinale (1938).

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Inolvidables una en “La verdad” (La vérité, 1960) y la otra en “Los profesionales” (The profesionals, 1966) y, sobre todo, en “Hasta que llegó su hora” (Once upon a time in the West, 1968) de Leone, donde la Cardinale pasó a ser una de mis actrices fetiches. Aunque hubo muchas más películas con ellas, por supuesto. Hasta que en el 71 rodaron en España un film juntas: “Las petroleras”. 

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En Argentina triunfaba por entonces una mujer que representaba el pecado, la tentación, la lujuria: Isabel Sarli (1929-2019). Todos la llamaban «la Sarli». Dirigida en general por su marido Armando Bo, explotaba su físico hasta la saciedad. En los sesenta es cuando su nombre y su cuerpo saltó a la fama con títulos tan explícitos como «Los días calientes» (1966), «Carne» (1968) o «Fuego» (1969).

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Sylvia Miles (1924-2019) pertenecía a la contracultura, al cine independiente, y saltó a la fama como mujer sensual y sexual por su papel de prostituta que le saca dinero al inocente de Jon Voight en la magnífica «Cowboy de medianoche» (Midnight cowboy, 1969). Su desnudo en la película, apenas visto unos segundos, fue entonces casi un escándalo. Luego, explotaría esa faceta en varias películas para la factoría de Andy Warhol en la década siguiente.

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Pero fue antes, en 1967, cuando Anne Bancroft (1935-2005), una de las grandes actrices americanas, rompió muchas de las limitaciones de la censura y la moral imperante con su maravilloso papel como la señora Robinson en «El graduado» (The graduate). Imborrables sus artimañas para seducir al joven que interpreta Dustin Hoffman, novio de su hija. De esos films que no se olvidan. La Bancroft fue nominada al Oscar por ese papel, aunque ya lo había conseguido por su otro magnífico trabajo en «El milagro de Ana Sullivan» (The miracle worker, 1962). En los sesenta además protagonizó films como «Siempre estoy sola» (The Pumpkin Eater, 1964), que le supuso otra nueva nominación, o «Siete mujeres» (7 women, 1966), el último film dirigido por John Ford. Una impresionante actriz Anne Bancroft.

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Opuesta a la señora Robinson de la Bancroft era la Marnie que Tippi Hedren (1930) interpretaría para Alfred Hitchcock en otra de sus obras maestras: «Marnie, la ladrona» ( Marnie, 1964), donde el tema de la cleptomanía y la frigidez sexual a causa de un trauma convertían a esta cinta en audaz y adelantada a su tiempo. Tippi Hedren venía de interpretar otro clásico de Hitchcock, «Los pájaros» (The birds, 1962), y en las dos cintas el realizador británico quiso subrayar la sexualidad gélida de esta actriz, lo que consiguió. Pese a estas dos grandes películas,…

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TÁNGER EN EL CINE – 4ª ENTREGA

Tánger, como escenario o lugar de rodaje de películas de distintas nacionalidades, ha sido siempre recurrente desde principios del siglo pasado. En las anteriores entregas, nos habíamos detenido en 1968. Hoy continuamos este peregrinaje…

ANTES AMAR, DESPUÉS MATAR

Al año siguiente, se estrenó otra curiosa e interesante película americana: Antes amar, después matar (Hard contract, 1969) de S. Lee Pogostin.

Historia de un asesino a sueldo, al que da vida el excelente James Coburn, que, al conocer a una mujer, se replantea su vida. El reparto es magnífico: junto a James Coburn, Lee Remick, Lili Palmer, Burgess Meredith, Patrick Magee, Sterling Hayden, Claude Dauphin, Karen Black y Jesús Tordesillas.

Se rodó en Torremolinos, Bélgica y Tánger. Y en su cartel promocional podemos leer que era «An unmoral picture«…

UNA MALETA PARA UN CADÁVER

De 1970, es la coproducción hispano-italiana Una maleta para un cadáver (Il tuo dolce corpo da uccidere), de Alfonso Brescia.

Thriller que narra la truculenta historia de un hombre que, al descubrir que su mujer le es infiel, la asesina obligando al amante a convertirse en su cómplice, y tras descuartizarla, introducen los restos del cuerpo en dos maletas…

La cinta está protagonizada por George Ardisson, Françoise Prévost, Orchidea de Santis, Eduardo Fajardo y Félix Dafauce. Se rodó entre Roma, Madrid y Tánger.

EL CHERGUI

En 1975, el realizar tangerino Moumen Smihi, dirige El Chergui (Chaqiaw al-çoumt al-’anif` / Le silence violent), producción netamente marroquí.

EL CHERGUI escena

Escena de EL CHERGUI

La cinta se ambienta en los años 50, cuando Tánger aún era internacional y se acercaba la independencia de Marruecos. Su tema es la situación de la mujer marroquí en esos años, la etapa de infancia, las relaciones paternofiliales, la austeridad de la educación, la resistencia clandestina de las mujeres… Aicha, para evitar que su esposo tome una segunda esposa más joven, usa artimañas mágicas. Y como señal de rebelión, se quitará el velo…

Está protagonizada por los actores marroquíes Aicha Chairi, Leila Shenna, Abdelkader Moutaa y Chawki Sail.

DOMINGO NEGRO

Ese año se estrena un thriller titulado Domingo negro (Black Sunday), del gran realizador americano John Frankenheimer. Basado en la novela de Thomas Harris y con guion, entre otros, de Ernest Lehman.

Pese a que contaba con una trama sobre terrorismo internacional, basarse en un best-seller, tener un gran reparto y música de John Williams, no tuvo una buena acogida. Los actores son Bruce Dern, Robert Shaw, Marthe Keller, Fritz Weaver, Bekim Fehmiu, Michael V. Gazzo, William Daniels y Walter Gotell.

Salvo algunas escenas filmadas en Tánger, la mayor parte del rodaje se desarrolló en USA.

Tänzerinnen für Tanger 2

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Tänzerinnen für Tanger 1

También de 1977 es Tänzerinnen für Tanger, una producción alemana del realizador francés Jack Guy. En Italia se tituló Porno tratta per Tangeri.

Es una película de baja calidad influida por un tipo de cine que hacía furor en los años setenta: espionaje, asesinato y sexo. Film que abordaba el tema de la trata de blancas, lo que facilitaba el rodaje de una película erótica y semiporno bajo la excusa de un thriller. Producción de muy baja calidad.

Estaba protagonizada por Gina Janssen, actriz de cine erótico, Esther Studer, Jacques Stany y Erik Falk.

Se rodó entre Canadá, Suiza, Holanda y Tánger.

Tuntematon ystävä

En 1978 se rodó también en Tánger una producción finlandesa, que de todo hay como podemos comprobar. Se titula Tuntematon ystävä, y está dirigida por Lars G. Thelestam.

Una película de intriga sobre una pareja que se dedica a estafar a incautos engañándolos para hacerse con sus pólizas de vida…

La interpretan los actores Kate O´Mara, Bruno O´Ya, Âke Lindman y Anne Marie Pohtamo.

Y se rodó tanto en Helsinki como en Tánger.

Une brèche dans le mur

Escena de Une brèche dans le mur

Ese mismo año de 1978 vio el estreno de Une brèche dans le mur (A breach in the wall), de Jillali Ferhati.

Una nueva película de un realizar marroquí. Jillali Ferhati, director, productor y actor, nació en 1948. Vinculado al teatro parisino, ha dirigido varios films en Marruecos, entre ellos éste que menciono que fue seleccionado para el Festival de Cannes.

JILLALI FERHATI

JILLALI FERHATI

Su argumento es el de un sordomudo que es el personaje-testigo de la vida de los marginados en Tánger…

La película está protagonizada por el propio Jillali Ferhati junto a Bachir Skirej.

En las siguientes entregas nos toparemos con nuevas películas de Ferhati, el director marroquí que más cintas ha rodado en Tánger. Y también lo hallaremos en alguna otra producción en su faceta de actor. 

HABIBI, AMOR MÍO

La coproducción italo-española Habibi, amor mío, de 1981, está dirigida por Luis Gómez Valdivieso.

Está protagonizada por Stefano Patrizi, Simón Andreu, Franco Fabrizi, Massimo Ranieri, Miguel Ayones, Florinda Bolkan, Queta Claver, Roberto Camardiel, Miguel Rellán, Leonora Fani y Stefania Casini.

La música es del gran Luis Bakalov.

Su trama es la siguiente: El gran sueño de Esteban Marcos es el de triunfar como cantante. Al llegar a la capital desconoce que, en ocasiones, para poder alcanzar un sueño, hay que pagar un precio. Muy adecuadamente, el lugar donde se efectúa la transacción no es otro más que la cama, y Esteban debe acceder a los requerimientos del representante Luis Salas. El aspirante a cantante inicia así una carrera que lo llevará al éxito efectuando pocas, pero dolorosas paradas: Andrea, la madre de su único hijo; Inés, una inocente amiga de Andrea; Pablo, hermano de Inés y auténtico amor de su vida; y, al fin, el alcohol y las drogas. (La sinopsis es la que ofrece la propia productora)

Se trata de una película maldita, ya que, pese a su gran reparto, y al excelente equipo técnico, no tuvo buena distribución, aunque cuenta con buenas críticas.

Se rodó en Madrid, Roma y Tánger.

VIDA PERRA

La primera adaptación al cine de la novela tangerina más emblemática, La vida perra de Juanita Narboni, de Ángel Vázquez, la llevó a la gran pantalla Javier Aguirre con Vida perra, de 1981, y que protagoniza Esperanza Roy quizá en su mejor papel.

Como la novela, un largo monólogo de la protagonista que repasa su vida, solterona, decadente y sola, como la ciudad que representa: Tánger.

Escribió Gabriel y Galán para El País: “…Quizá lo más impresionante de esta película sea la interpretación de Esperanza Roy. No es cuestión de hablar aquí de métodos interpretativos. Más vale resaltar que lo que Esperanza interpreta no es un personaje, sino un dédalo de personajes en un extraño festín, en el que hay dudas sobre la existencia de unos y de otros. Es más, la actriz no encarna unas acciones externas: desarrolla, en un insólito espectáculo, unas vivencias internas sin más utensilio que la palabra. Sólo la palabra para permanecer en pie y únicamente la palabra para que todo vaya desmoronándose en una atmósfera inactiva.

Hay que decir, en rigor, que el protagonista de esta película es la palabra (no el texto), independiza da de la novela original. La palabra se hace autónoma, cobra entidad propia y condiciona la tecnología de la interpretación y de la dirección. ¿Cómo decir que esta es una palabra cinematográfica? No estamos ante un ejercicio literario ni en presencia de un bello resucitado. La palabra de Vida perra es genéricamente cinematográfica, así está encarnada; imagen y palabra son la misma cosa.

La base de la interpretación de Esperanza Roy reside en que no trata de sentir un texto al estilo convencional. Aquí parece en cada momento estar siendo la autora de cada palabra, la generadora de frases, ritmos, espacios.

Es esta una interpretación de rostro. Prácticamente se nos instala desde el comienzo en el rostro de Esperanza Roy, incluso cuando la vemos de cuerpo entero. Pero todos los encuadres conducen a su rostro como si éste fuera el espacio propio de la película. Así, el festival de ambigüedad que es este filme queda maravillosamente reflejado en el semblante múltiple de la actriz. No hay aspavientos, dislocaciones del dramatismo; todo es sereno, modesto, cada rictus, cada visaje; las violencias van en profundidad, los diferentes rostros se suceden a sí mismos casi sin que nos demos cuenta.

Por otro lado está el tiempo, para que su sutil juego de espejos ponga las cosas más difíciles. Si hasta ahora he concluido que Juanita Narboni vive rodeada de habitantes en una casa deshabitada, y que está en cuarentena su propia identidad, desde el punto de vista temporal, la relación pasado/presenté adquiere tales contrastes que a veces parecen destruirse mutuamente. La palabra no ayuda a clarificar. La. utilización de un presente engañoso secuestra las posibilidades de pasado y futuro….”

TANGIER

Tangier (1982) del realizador británico Michael E. Briant, entre cuyos trabajos se cuentan treinta episodios de la mítica serie Dr.Who

Film de espionaje sobre los avatares de un exagente de la CIA al que obligan a hacerse pasar por un contrabandista conocido en los bajos fondos. Se rodó en Londres, Gibraltar y Tánger.

Cuenta en su reparto con Ronny Cox, Billie Whitelaw, Jack Watson y Ronald Fraser.

HÉCATE

También de 1982 es Hécate, otra producción francés dirigida por el suizo Daniel Schmid, y basada en la novela de Paul Morand.

Argumento: Marruecos en la década de 1930. Ambientada en Marruecos, la película explora la pasión de un hombre por una mujer enigmática, que parece alejarse cada vez más de él a pesar de consentir sus avances físicos. Cuando Julien Rochelle conoce a Clotilde en un evento social, ella está esperando que su marido, un oficial francés, regrese de una misión en Siberia. El vínculo que nace entre ellos no será al principio más que una manera de pasar el tiempo, un antídoto contra el aburrimiento, pero pronto se convertirá en un romance apasionado que convierte a Julien en una criatura dependiente y enferma y, finalmente, lo lleva al borde de la locura.

Rodada en Tánger y Suiza. La cinta está interpretada por Lauren Hutton, Bernard Giraudeau, Jean Bouise, Jean-Pierre Kalfon y Mustapha Tsouli.

DERNIER ÉTÉ À TANGER

De 1987 es Dernier été à Tanger, de Alexandre Arcady

Un drama interpretado por Valeria Golino, Roger Hanin, Anna Karina, Thierry Lhermitte, Vincent Lindon, Jacques Villeret y Howard Vernon.

En el verano de 1956, con la ciudad de Tánger perteneciendo ya al reino de Marruecos, Richard Corrigan, un detective privado francés residente cerca del puerto, recibe el extraño encargo por parte de un abogado suizo para quien, a cambio de una fuerte suma, ha de entregar un sobre a una joven. Como Corrigan está cargado de deudas, acepta este trabajo. Este servicio le pondrá en contacto con Carla Morelli, una sensual italiana, que es la identidad falsa bajo la cual Claudia Marchetti se mueve por Tánger con el objetivo de vengar a su padre, asesinado por William Barrès, el capo mafioso que controla el mundo del crimen en esa ciudad.

007 ALTA TENSIÓN

En 1987 se estrena la primera película de James Bond que se rueda, en parte, en escenarios tangerinos: 007 Alta tensión (The living daylights), de John Glen, y con Timothy Dalton como el famoso agente.

Además de Tánger (las localizaciones fueron en el Hotel Ville de France, en el Museo Forbes, en el Palacio del Menddoub, etc…) este film se rodó también en escenarios marroquíes de Ouarzazate y del Atlas, y en Gibraltar, Austria, USA, Italia y Gran Bretaña.

Junto a Timothy Dalton, actuaban en el reparto Maryam D´Abo, Jeroen Krabbé, Joe Don Baker, John Rhys-Davies, Art Malik, Walter Gotell y Nadim Sawalha.

La trama, otra aventura del famoso agente británico contra agentes del KGB con armas nucleares de por medio…

SPECTRE

Doy un salto en el tiempo para seguir con James Bond, que regresó a Tánger ya con el rostro de Daniel Craig en 2015 en la película Spectre, de Sam Mendes.

A Craig lo acompañaban en esta ocasión Christoph Waltz, Léa Seydoux, Ralph Fiennes, Monica Bellucci, Jesper Christensen, Naomie Harris y Ben Whishaw.

Además de en la medina de Tánger, Spectre se rodó en otros escenarios marroquíes como Erfou y Oujda, y también en Austria, Italia, Ciudad del Vaticano, Gran Bretaña y Mexico.

Los mejor de este film, quizá, la sensual presencia de Monica Bellucci.

Sergio Barce, julio 2020

SEGUIRÁ – To be continued…

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