Nueva entrega de viejas estampas de principios del pasado siglo en Larache… Las primeras imágenes de la plaza de España, del puerto y de la aduana, la avenida Mohamed V cuando fue la Avenida de la República, primeras imágenes del zoco chico y del Balcón del Atlántico, Auto Radio… También he incluido alguna imagen de Larache tras la guerra civil, que no dejan de tener una sombra siniestra.
***
***
***
***
***
***
El nombre de Ain Chakka proviene de los diferentes manantiales de agua dulce, fresca, ligera y límpida que brotaba de la tierra o surgía entre las rocas situadas más arriba del litoral marino (en àrabe, ain = manantial y chakka = fisura). Desde el Balcón del Atlàntico podíamos ver jóvenes y mujeres, generalmente pobres, lavando la ropa sucia o la lana en aquellos manantiales, pisoteándolas con fuerza y pronunciando constantemente la palabra stuff !!!, stuff !!!.
Un poquito más arriba donde apenas llegaba el agua durante la marea alta, había varias cavernas formadas hace siglos por la acción del oleaje y del viento sobre los acantilados y mucho antes del regreso del mar a su posicion actual. Dentro de aquellas cavernas, podrías encontrarte con mujeres, generalmente de edad más o menos avanzada, sentadas sobre las rocas, con vestidos morunos multicolores, como si fueran unas viejas sirenas que perdieron belleza y atracción. Las llamábamos <harrudas>. Estas vendían unos minutos de placer (agachándose) por varias pesetillas. Al mismo tiempo, dispersaban muchas enfermedades sexualmente transmisibles entre los jóvenes de la ciudad, sobre todo la blenorragia, si no sea la sifilis. Menos mal que no había SIDA
Más arriba, al norte de Ain Chakka, un poco debajo de la antigua muralla de Larache, se encontraba un pequeño morabito sin tumba, llamado Sidi Buknadel (el santuario de las Candilejas). Las mujeres lo visitaban continuamente, encendiendo velas o colgando largos trozos de tela de diferentes colores y tejidos, logrando a Dios que satisface uno o varios de sus deseos, entre ellos, casarse pronto o que permanezca el marido fiel o que obedezca a su mujer sin condiciones algunas.
Mas allá de este morabito y siempre al norte de Ain Chakka, cerca de la entrada del puerto, había una roca <sagrada> siempre blanqueada con cal, llamada Lalla Zouaina (la señora bonita). Unicamente las mujeres se bañaban con la ropa interior en las aguas del mar, situadas alrededor de dicha roca. Y muchas veces les llevaba el mar.
Los visitantes de Ain Chakka fueron los larachenses de distintos barrios: Guebibato, calle Hospital (los dueños por excelencia de la región), Alcazaba, Laghrisa, Bab el Bhar, calle Barcelona, Las Navas, Barrio Nuevo… y de distintas religiones: musulmanes, cristianos y judíos. Era un espacio de recreo, de diversión, de contactos con niños de diferentes barrios, y de esparcimiento. Es allí donde habíamos aprendido a nadar, a saltar (saltos àngel, carpa, mortal) desde las altas rocas, a recalar debajo de la cristalina agua y a tener contacto con el mar y con sus <bichos>.
Una vez terminada la bañada, nos dirigíamos hacia la superficie plana de una de las rocas para secarse (no había la necesidad de poseer toallas) y para recuperar nuestra ropa. La sorpresa era grande cuando nos enterábamos de que la correa había desaparecido del pantalón, je, je…
Ain Chakka estaba formada de una serie de acantilados y rocas de arenisca calcárea alrededor de agua marina y fondo formado de arena, grava, pedazos de coral, conchas y otros restos de organismos marinos que habían sido transportados por las corrientes y el oleaje hasta la playa. Había varias pozas (llamadas asi debido a su forma de charca rodeada de rocas): la primera poza, la segunda (la màs visitada), la tercera y la cuarta. La playa de las olas venía antes de la primera poza, en dirección de la otra banda.
Ain Chakka, por Ahmed Chouirdi
***
***
***
***
***
***
***
***
***