Ha fallecido el actor francés Jacques Perrin, que tantos buenos papeles nos regaló a lo largo de su carrera, en especial en los años 60 y 70. Pero también ha muerto Totó, el personaje que protagonizó en Cinema Paradiso, ese niño que amaba el cine y que, al hacerse adulto (y ahí aparecía Jacques dándole vida), regresaba a su pueblo tras la muerte del proyeccionista del cine Paradiso, Alfredo (al que interpretó magistralmente Philippe Noiret, que también nos dejó hace unos años).
Para mí, Jacques siempre será Totó, ese hombre que tras asistir al sepelio de Alfredo, por sorpresa, recibía como herencia las cintas censuradas que Alfredo había ido guardando celosamente para él. Luego, cuando regresa a la gran ciudad, se hace proyectar esos fotogramas que fueron en su día mutilados, pero ahora montados uno tras otro.
Esa es la escena que, aunque vuelva a verla una y otra vez, siempre me hace llorar.
Adiós, Jacques. Adiós, Totó. Gracias por haber interpretado con tanta sensibilidad la más bella escena de homenaje al cine.
Sergio Barce, 22 de abril de 2022