La poeta Trina Mercader pasó sus mejores años en Larache, donde, entre otras cosas, dirigió la mítica revista Al-Motamid, revista literaria bilingüe que se publicó entre 1947 y 1956, y que también fue un lugar emblemático de libertad creativa y de pensamiento. Trina Mercader que, al comienzo, firmaba con el seudónimo de <Tímida>, escribió distintas composiciones dedicadas a la ciudad de Larache, como la titulada Balcón del Atlántico, que el profesor Mohamed Laabi recogió en su libro Voces de Larache.
Sergio Barce, abril 2021
Foto: 1952 – DORA BACAICOA, VICENTE ALEXANDRE Y TRINA MERCADER
BALCÓN DEL ATLÁNTICO
Por Tímida (Trina Mercader)
Hoy el paisaje ha cambiado. Me inclino sobre la balaustrada del gran balcón de piedra para contemplar mejor este conjunto de azules tan distintos y tan iguales. El mar es una inmensa llanura azul-verde.
Mira: hay trozos de un azul más intenso que contrasta en la línea del horizonte con este azul diáfano del cielo, la espuma en la orilla, junto a las rocas rugosas y negras, es un encaje maravilloso que continuamente se desgarra dejando jirones blancos en las secas aristas de la costa.
Lejos del horizonte, ya por encima de mi cabeza, pasan las nubes tan blancas, tan altas, divididas en pequeños trozos, que avanzan lentamente al compás de este aire juguetón, tan ingenuo como un niño.
Y luego esta luz en el aire, en las nubes, sobre el mar, en las rocas, en mi pelo, en mis brazos…
El día embriaga hasta el éxtasis. Se siente dentro, muy dentro, una inquietud pequeña que, a la vista del paisaje, aumenta en intensidad y se desborda. Diría que llena los ojos y los labios.
Parece que nos hinchamos de optimismo, de vida. Pero vida de ensueño, de esta misma vida que nos ofrece el paisaje tan generoso y tan dulcemente que dan ganas de llorar.
¡Vivir! Sí, pero con una vida magnífica, plena de armonías insospechadas, de sublimidades sin límites, muy lejos de la tierra, con alas sencillas e inquietas en un vuelo raudo de golondrina viajera. Y pasar sobre los mares y las cumbres…
¡Ay! ¡Quién pudiese cabalgar sobre una nube!
