Archivo de la categoría: COMUNICADOS, EVENTOS Y NOTICIAS

MÁLAGA – 11 DE DICIEMBRE – PRESENTACIÓN DE «LA LUNA EN EL ESPEJO», UN LIBRO DE MIGUEL A. MORETA-LARA

**

Nacido en el Marruecos y criado en el Sáhara, el filólogo, escritor, catedrático jubilado de literatura, crítico y viajero Miguel A. Moreta-Lara, amigo, asesor y colaborador de El Tercer Piso de Proteo, llega ahora como protagonista del show. Presentamos su libro La luna en el espejo (Espejismos, marroquismos y otros exotismos), publicado por Diwan Mayrit, obra que refleja su profundo amor y conocimiento de la cultura y literatura marroquí, y que desmonta todos los tópicos orientalistas y enfrenta la realidad con la visión que de la literatura marroquí se ha tenido desde el exterior, a lo largo de varios artículos o ensayos cortos. Será este jueves 11 de diciembre a las 19:00, con la participación del autor y de sus amig@s y destacad@s filólog@s y traductor@s: Marta C. Laforet y Antonio Álvarez de la Rosa. Modera el director del Tercer Piso, Héctor Márquez. Patrocina Fundación Unicaja. Entrada libre. Librería Proteo de Málaga, EL TERCER PISO.

Etiquetado , , , , , , ,

LA TIERRA DE AMIRA, de ROBERTO JIMÉNEZ, YA EN CINES

«La tierra de Amira», dirigida por Roberto Jiménez, ya en cines.
Protagonizada por Mina el Hammani, Manolo Morón, Pilar Gómez, Ana Peregrina, Joaquín Núñez y Jorge de Juan. Con producción de Antonio Hens, César Martínez Herrada y Miguel Torrente.
Montaje de Pablo Barce.

 

Etiquetado , , , , , , , , , , , , ,

CARLOS BAEZA Y SU CIUDAD DE LAS CÚPULAS

 

*
*

 

CARLOS BAEZA Y SU CIUDAD DE LAS CÚPULAS

Sergio Barce – 2 de diciembre de 2025

Hace ya casi diez años que tuve la suerte de ser invitado a Melilla, la ciudad en la que nació mi abuela materna, para dar una conferencia sobre mis novelas ambientadas en Larache y en Tánger. Un viaje inolvidable para Berry (mi mujer) y para mí por muchas razones. Entre otras, la de haber podido adentrarnos en profundidad en la ciudad. Sus edificios modernistas y su sabor añejo nos sorprendieron y nos cautivaron.

Hoy, volvemos a Melilla de la mano de Carlos Baeza, al que conocí en aquel encuentro literario, y de quien tanto Berry como yo nos declaramos seguidores acérrimos.

Su obra plástica es extensa y múltiple. Pero hoy voy a centrarme en sus dibujos y en su pintura. Más concretamente en ese proyecto original y faraónico (en el mejor sentido de la palabra) que es “La ciudad de las cúpulas”, en el que viene trabajando desde hace años.

Francis Ford Coppola ha tratado de legarnos una obra cinematográfica digna de un genio. Lo ha logrado a medias, gracias sobre todo a su trilogía de “El padrino”, pero desgraciadamente lo ha dilapidado con su última y megalómana cinta titulada precisamente “Megalóplis”.

Carlos Baeza, desde su modestia y su humanidad tan cercana y cálida, quizá sin ser consciente, también pretende dejar un legado majestuoso con “La ciudad de las cúpulas”, pero él lo ha logrado. No le ha vencido la megalomanía porque le empuja el amor por una ciudad.

En efecto, Melilla le ha inspirado, le inspira y le inspirará, y en esa búsqueda que es el regreso a una ciudad que ya no existe se levanta su desbordante entusiasmo. Un entusiasmo que es contagioso.

¿De qué hablamos cuando hablamos de “La ciudad de las cúpulas”?

Cuando descubrí sus “Skyllines” (en lápiz sobre papel) y sus tres particulares versiones de “Ciudad de las Cúpulas”, me impresionaron esos edificios oníricos y surrealistas gravitando sobre el mar, me deslumbró esa ciudad que flota sobre una gigantesca balsa de piedra, me atrapó esa ciudad que transpira magia bajo una melancólica luz de ocaso. Y pensé de inmediato en qué hermoso paisaje para escribir una novela de género fantástico.

Luego, al profundizar en estos trabajos de Carlos Baeza, te das cuenta de que no se trata de un mero paisaje. De que, tras esas calles, tras esos muros, tras esas puertas y ventanas cerradas, se esconde algo más.

A diferencia de las obras de Canaletto (y voy a ser aquí un poco osado al pensar que pueda existir alguna influencia de este pintor italiano en el trabajo de Carlos), que plasmó la Venecia del siglo XVIII, Carlos Baeza suprime por completo el elemento humano.

Su ciudad es una ciudad en la que habita el silencio, el color y la nostalgia, también el sosiego del recuerdo y el eco del olvido. Sus habitantes no son de carne y hueso, sino fantasmas que nadie puede ver, que viven escondidos al otro lado del tiempo. Porque lo que pinta Carlos Baeza en “La ciudad de las cúpulas” es Melilla, pero no esa Melilla que conocemos el resto del mundo, sino la que habita en su memoria y en su imaginación, una Melilla reconstruida y mantenida desde el recuerdo de la infancia y de la juventud, una Melilla abierta en canal.

También una Melilla henchida de belleza, bañada por un mar que es cruce de culturas y huella de otras lenguas y de otras religiones. Por eso hay cúpulas de edificios públicos, de viviendas y de mezquitas, y cúpulas de palacios, de iglesias, de fábricas y de sinagogas. Una pintura urbana que late al ritmo de un corazón nostálgico, pero no melancólico.

Y ahí es donde nuestros caminos se cruzan de alguna manera. Mis relatos y novelas ambientados en Larache reconstruyen una ciudad que existió y que desaparece lentamente ante mis ojos. Las pinturas de Carlos reconstruyen una ciudad que existió y que desaparece lentamente antes sus ojos. Los dos mantenemos vivas a una y a otra tal y como las desearíamos ver.

Carlos Baeza suele hablar de “la belleza de la decadencia”. De eso se trata. Y de una batalla contra el inexorable tiempo que lo arrasa todo.

Me detengo ahora ante “Las puertas de la ciudad de las cúpulas”. Puertas, en un entorno modernista, que parecen labradas por antiguos artistas llegados de Fez y de Marrakech. Puertas que, de la mano de Carlos Baeza, alcanzan lo sublime. Pintadas con tal primorosidad que uno tiene la tentación de tratar de abrirlas por descubrir qué se esconde tras ellas. Probablemente hallemos el mismo silencio y el mismo equilibrio emocional que se respira en “La ciudad de las cúpulas”.

Y ahora, desde la cubierta de la Gran Mezquita, observo las calles de Melilla. Vacías, silenciosas, plácidas. Todo embozado por la luz rojiza y marrueca del atardecer. Y pierdo la vista por las arterias que delimitan los edificios levantados por Carlos Baeza año tras año. Melilla ingrávida, desplazándose por el Mediterráneo como un bajel pirata. Escudriño hipnotizado, hasta que, de pronto, oigo unas pisadas que rompen la paz del instante. Se trata de un niño de corta edad que aparece al final de una avenida. Viste pantalones cortos y camisa blanca inmaculada. Lleva un cuaderno y un lápiz en las manos. Lo veo detenerse ante la entrada de uno de los edificios modernistas de Enrique Nieto que ha rehabilitado el pincel de Carlos. El niño emborrona una página, y, tras media hora dibujando, finalmente la arranca con furia y la arroja al suelo. Luego, levanta la vista y se fija en una cúpula, que sólo puede ver él. Frenético y entusiasmado, la plasma a toda prisa en otra hoja. Lo hace apenas en unos minutos, sin esfuerzo. Y, al acabar, esboza una sonrisa.

Es en ese instante cuando intuyo que ese niño podría ser Carlos Baeza con nueve o diez años, imaginando ya su ciudad, la que dejará de existir, grabándola en su cerebro, tallándola para que no se borre de sus recuerdos. También presiento que ese niño acaba de descubrir, en ese mismo momento, cuál será su gran proyecto cuando ya sea mayor. Y piensa en llamarlo “la ciudad de las cúpulas”. Sin saber aún que será uno de los mejores regalos que pueda hacernos a quienes le admiramos.

Etiquetado , , , ,

MÁLAGA, 2 DE DICIEMBRE – PRESENTACIÓN DE «LA CIUDAD DE LAS CÚPULAS», UN VIAJE IMAGINARIO CON CARLOS BAEZA

Este martes, 2 de diciembre, a las 19:30 horas, en la sala de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, en Málaga, tendré al gusto y el privilegio de acompañar al artista plástico Carlos Baeza en la presentación de su proyecto LA CIUDAD DE LAS CÚPULAS. Un trabajo que desarrolla desde hace años para plasmar lo que sólo un artista de su nivel puede imaginar. Será una gozada descubrir qué se esconde tras esta ciudad silenciosa y llena de nostalgia.  

Etiquetado , , , , , ,