LARACHE vista por… DRISS SAHRAOUI – Nostalgias I – El Zoco Chico y el Barrio de la Alcazaba

Si sus anteriores escritos nos hicieron viajar al Larache de su infancia y juventud, en concreto a la Plaza de España, ahora Driss Sahraoui nos deleita, incluso más, con este nuevo regreso al Zoco Chico de esos años. La verdad es que sus Nostalgias, como Driss las titula, van subiendo de quilates, la narración se hace más fluida, y sus descripciones, el detallado mosaico que reconstruye con imágenes, calles, plazas, en este caso, con el Zoco Chico y sus calles adyacentes, junto al paisaje humano, fundamental para dotar de vida a sus relatos y remembranzas, hace que nos encontremos ante un regalo impagable. Leerlo es disfrutarlo.

Sergio Barce, julio 2012

NOSTALGIAS

Primera parte

 EL ZOCO CHICO Y EL BARRIO DE LA ALCAZABA DE  LARACHE

   Por Driss Sahraoui

Al atravesar la puerta de la Medina nos encontramos en el umbral del Zoco Chico  y tenemos dos calles una a la derecha y otra a la izquierda. La primera es una calle estrecha que a partir del atardecer se convertía  en pescadería. Todos los pescadores de caña exponían  sus productos a la venta y a decir verdad eran muchos, ya que el mar y las rocas estaban a dos pasos, pero también la riqueza del mar era muy  abundante  en esos tiempos, este lugar estaba muy animado entre el atardecer y el último rezo del día Al ichaa. Subiendo encontramos una serie de talleres tradicionales de herrería para  fabricación de puertas, ventanas, y otros objetos de hierro. Se encontraba igualmente unos puestos de ventas de material  usado, más bien chatarra. Había también algunas viviendas, entre ellas la de un comerciante adinerado, su padre era de origen tunecino y poseía la nacionalidad italiana, se llamaba TRABELSI y del cual hablaremos más adelante. Esta calle, estrecha, se encontraba en la parte trasera de las arquerías de la Plaza de España: la Junta Municipal, la Valenciana, los Almacenes Pulido y otros. La calle de la izquierda era similar a la anterior, aquí se encontraban dos restaurantes y un café ordinarios, pero siempre concurridos, se vendía aquí igualmente muebles viejos o de ocasión y hasta chatarra. Esta calle  es más larga que la anterior y desembocaba en  la Larrucea. Ambas calles se llamaban Eskala.

Dejamos esta última calle y, a nuestra izquierda, ya en el Zoco Chico, se hallaba un Instituto interno de estudios islámicos, por el que han pasado mucha gente de las Letras, como Abdelmalek Ben Lefkeh, Emfedal Imlahi, los hermanos Chentuf y otros. Era amplísimo y contaba con un gran patio. A la derecha e izquierda de la puerta de entrada del mismo se encontraban dos tiendas de comestibles y dos peluquerías, una de HACH GIBER y la otra de EL MEZURI.

 En la misma esquina de este instituto se encontraba la puerta de la calle Elguebibat que nosotros llamábamos también calle del Hospital, por la sencilla razón de que éste se encontraba al final de la misma, por la otra parte de esta entrada existían dos comercios de comestibles y la  PUERTA DEL MAR  (Bab El Bhar) llamada así porque conducía directamente a la playa y al mar.; con unas  largas y anchas escaleras adoquinadas, encontrándose a su izquierda la casa de BEN THAMI, un notable de la ciudad y cuyo pasaje llevaba su nombre; seguía otra casa del también notable Hach BENMUSA, de situación acomodada, y que se quedó ciego a causa de una pandemia de viruela que invadió  la región de Larache en algún tiempo y donde la Sanidad era bajo mínimos. Pero esto no le impedía salir a la calle, para hacer  sus negocios, también le gustaban los pleitos, que en paz descanse. En su casa se han hospedado  grandes figuras de la política que se habían refugiado en Larache antes de la independencia huyendo de la zona francesa, como Abdelhadi Butaleb, Ahmed Bensuda y otros. Al lado se hallaba un antiguo hotel y la entrada de una calle  oscura,  ya que incluso el techo estaba cerrado no recibiendo luz por ninguna parte salvo la entrada y salida, se llamaba EDI-UAN y desembocaba cerca de la Mezquita Mayor.         

El Zoco Chico consistía en una explanada muy ancha y relativamente larga, teniendo en su mitad primera a la derecha e izquierda unas arquerías con tiendas adosadas. En la parte derecha había joyerías y tiendas de tejidos, estas ultimas eran propiedad de musulmanes y hebreos, casi al cincuenta por ciento; entre los musulmanes destacaban Si Ludiye y Si Hassan Yebari, cuyo hijo fue empleado de Banca y fue el que abrió el primer Bazar, primero en el local de la antigua Ferretería Córdoba, frente al Yunque, y después en lo que era la Bandera Española, este último sigue funcionando actualmente en manos de su hijo El Hachmi, y otros. Entre los comerciantes hebreos destacaba uno muy conocido y apreciado que contaba con mucha clientela y se llamaba EL YAHU. Un tal Benhayun rompió con esta armonía de tiendas de tejidos y oro,  abriendo una de comestibles, la tienda era el doble, en espacio, que las demás y estaba fuertemente surtida en comestibles y cosas variadas, incluyendo ferretería.

Terminadas estas arquerías había  una hilera de tiendas, la mayoría de comestibles, y un Café, el único que existía en todo el Zoco Chico, terminando con una tienda de quincalla y mercería, propiedad de un hebreo de nombre JOSE HAZAN, que tenía dos hijos, el mayor era Carabinero en esos tiempos; este local hacía esquina con la calle Italia que conducía a Torres Quevedo y la Avenida de España, hoy Avenida Mohamed V. En el principio de las arquerías de la izquierda había un importante almacén de comestibles, algunas tiendas de género variado y un almacén de aceite de oliva para venta al por mayor del ya citado TRABELSI, cuyo hijo era compañero mío en el Banco de Marruecos. Seguido había unas tiendas no de mucha importancia. Aquí terminan las arquerías de las dos partes, derecha e izquierda, pero el Zoco Chico sigue.

Por la izquierda, la MEZQUITA MAYOR (Yamaa el Kebir) la más antigua y la más importante en aquellos tiempos, es amplísima, tiene otra puerta por la parte trasera, más grande y más vistosa que la del Zoco Chico. En un tiempo esta mezquita contaba con agua caliente permanentemente para facilitar la ablución en tiempos de frío a los fieles, ya que es condición indispensable antes de emprender el rezo. Seguimos y hallamos tres tiendas de género distinto, y la famosa escuela AL MADRASSA AL AHLYA, era primaria pero con unos programas muy sólidos, por aquí han pasado la mayoría de los jóvenes de la ciudad. Tenía como director a un tal MECHBAL y varios profesores, entre ellos Si Ahmed TADLAUI, que era  muy aficionado al teatro, y de hecho escribía y dirigía muchas piezas teatrales, interpretadas también por algunos de sus alumnos a los que  había inculcado este arte. Siguen unas cuatro tiendas; todas de comestible, y terminaba donde empieza la Calle Real.

Hemos visto todo lo que es el Zoco Chico en lo que respecta a sus laterales, derecha e izquierda, la parte trasera de la misma, que da a la  calle Guebibat o calle del Hospital, pero nos queda por ver el centro del mismo  y la parte delantera que es el final y donde se encuentra la puerta de LA ALCAZABA.

El centro del Zoco Chico, en sus laterales derecha e izquierda, y al borde de la acera, se ponían  gente que vendían  hierbabuena, perejil, flores de azahar para el té, una hilera de mujeres vendían pan de toda clase; un tal AMMI RAHAL vendía carne cocida al vapor, era muy simpático con su gran barba que le cubría todo el pecho, también vendía a granel pedacitos de esta carne a la que añadía una mezcla de especias, pimentón, comino y otros ingredientes que la hacia más sabrosa. No faltaban los que vendían dulces y golosinas para los niños, como Yaban Culuban y otras chucherías, y en la Eskala la gente comprando pescado a escoger  Al atardecer se celebraba la delala, o venta a la subasta, de esta forma se vendía de todo, desde una alfombra a una chilaba o babucha hasta un pequeño borrico, era un verdadero espectáculo en su hora punta, esto había que verlo; y duraba poco más de dos   horas. A los que  se dedicaban a esta forma de venta le llamaban DELLAL o  pregoneros, que son los que anunciaban a alta voz las licitaciones, y demostraban sus artículos objeto de la subasta, moviéndose de un lado a otro para animar la puja,  en un cuadrilátero de unos diez metros; los más conocidos eran un tal AMMI BARCA, cuyo hijo tocaba el acordeón en la Orquesta Nacional de Rabat, y fue alumno del famoso y querido profesor de música Don AURELIO, el otro era un tal BEN ACHIR cuyo hijo fue empleado en Obras Públicas. En una parte donde empezaban las arquerías de la izquierda se ponía un Faquir al que irónicamente llamaban EL FEKIH EL HARTAZ, para leer cuentos y fábulas a una muchedumbre adicta a este espectáculo, generalmente gente adulta que venía de todas partes, mediante la donación, a última hora de una perra chica o gorda de entonces <fracción de la Peseta>, siendo ésta voluntaria. Este hombre tenía una voz y una garganta propicias para la exclamación de estas fábulas, además de la interpretación tanto mímica, corporal como teatral, con lo que hacía incendiar a sus oyentes. La voz que tenía le ayudaba mucho. De vez en cuando les servía a sus oyentes platos fuertes de estas fábulas, como cuando dice: <Llegó el héroe, sacó su largo sable y le cortó la cabeza a su enemigo  dejando la sangre correr por el suelo…>. Esto duraba hasta el último rezo, Al Ichaa. La máxima audiencia se registraba entre el Magreb y el Ichaa. 

El ambiente del Zoco Chico era especial, en la hora punta esto era un hormiguero de gente de toda clase, cada uno a lo suyo. A juzgar por la  prisa para encontrar lo que hay que comprar, parecía que no existía el mañana y que  todo hay que hacerlo  hoy.

En la víspera de la fiesta de AACHURA que tiene algo que ver con la fiesta de los Reyes Magos  el Zoco Chico se convertía en un gran mercado lleno de tiendas y mesas en las que se vendían panderetas, flautas, pitos, petardos,  dulces tradicionales, frutos secos, y  garbanzos, cacahuetes y almendras tostadas e infinidad de cosas propias de esta fiesta. De entre estas tiendas destacaba un especialista en la venta de perfumes orientales, se llamaba HASSAN EMRANI, era muy conocido y apreciado en la ciudad. Por su forma de hablar, sus chistes y modo de bromear, porque era muy bromista, le pusieron el nombre de Hassan CHATO, aunque el hombre de chato no tenía nada, tenía una nariz la mar de normal. Este se especializó en la perfumería oriental de joven. Por los años cuarenta ya estaba instalado en España, concretamente en Madrid, vendiendo sus productos de Perfumes Orientales y se ganó la confianza de sus clientes hasta hacerse  popular y conocido por todo el mundo. Su  popularidad fue tal que los servicios de la Radio Nacional de España se han interesado para hacerle  una entrevista en la que contestaba en un buen español, de esta entrevista se había hecho un programa especial dedicado  al mismo. Volvió a Larache por imperativos familiares, donde siguió siendo un larachense ejemplar, colaborando en algunas cosas, sobre todo en el teatro del que fue gran aficionado y actor. Descanse en paz Si Hassan.

La celebración de esta fiesta de Achura, con el Zoco Chico completo de tiendas, carros y mesas,  llenas de mercancía de la cual ya he dado detalles, me recuerda algo parecido que he visto en algunos pueblos de España, sobre todo en Algeciras, con un mercadillo improvisado, donde se vendía casi lo mismo que lo del Zoco Chico y con un panorama y ambiente idéntico. Esto ocurría en la celebración del día de Todos los Santos. Este recorrido por el Zoco Chico nos ha llevado hasta la misma puerta de la Alcazaba, pero antes de atravesarla me he fijado en una fuente que está a su izquierda y que forma parte del mismo Zoco Chico, situada en la esquina que lleva a la calle Real. Se trata de una fuente, que en un principio era una gran roca despidiendo agua sin cesar; entonces se construyó en forma de un local, teniendo toda su fachada como puerta. Esta fuente estaba lujosamente alicatada con lozas  y con tres grandes grifos despidiendo agua a todas horas y a placer, el agua era fresquita y la gente venía a beber y refrescarse,  yo creo que nadie conocía la procedencia de esta agua y no sé si todavía sigue o ha corrido la suerte de tantos y tantos lugares históricos desaparecidos. Ahora sí, vamos a entrar en el barrio de la Alcazaba…

                                                                                                  Continuará…

DRISS SAHRAOUI

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14 pensamientos en “LARACHE vista por… DRISS SAHRAOUI – Nostalgias I – El Zoco Chico y el Barrio de la Alcazaba

  1. Fran Morgar dice:

    Verdaderamente, he disfrutado mucho con este interesante documento histórico – a pie de calle – que el autor hace de La Alcazaba y El Zoco Chico. La descripción pormenorizada y con todo lujo de detalles del paisaje urbanístico y humano, es vibrante y sugestiva…su prosa ágil y colorida, hace que todo cobre vida de nuevo. Un deleite para los sentidos.
    En especial, he quedado fascinado con el personaje del fakir «El Hartz», quien, al parecer, provocaba llamaradas de admiración, entre los oyentes, con sus cuentos y fábulas declamadas a viva voz. Cúanto me hubiese gustado verle y oírle de niño, permitiendo boquiabierto que mi cabecita prendiese en llamas con sus historias y aplaudir el incendio.
    Sr. Driss Sahraoui, gracias por compartir con nosotros este hermoso relato.

  2. Abdeslam Boubel dice:

    Buenos y eternos dias, señor Driss. Primero le felicito por su comentario sobre nuestra ciudad que es LARACHE ( Lahbiba )… Fué una narracion muy vivida, al leer todo sobre LARACHE, y sus nostalgias. Pues reviví el antaño cariñoso y simple. Recordando gente que nos rodeaba, entre el Zoco Chico – Calle Real – Alkazaba – Diuán Maftuh y Maghluk – Báb Albahr y Lagbibát o Sadr Al Ahdam…Y cómo no , Bab Almadina – Sakala y La Rusea … Fué un entorno familiar y alegre …

  3. Elena santamaria dice:

    Me ha encantado leerlo, que recuerdos mas bonitos de mi tierra!, cuanto la añoro!

  4. Jos,e García Gálvez dice:

    Leer sobre Larache es una de las cosas más amenas que coozco. ¡Felicidades Driss!

  5. Carlota dice:

    Gracias Señor Driss, su relato impresionante, fluido y sensible a nuestras añoranzas, para los que hemos nacido allí es un deleite leerlo.

  6. angelita dice:

    Entrañable relato ,disfrutas de cada uno de sus párrafos y más aún cuando hace unas semanas que volvi a pasearme por zoco chico ,medina y sus calles con sus tiendas ,por cierto compramos una couscousera de plata como mi tetera y bandejas que conservo de los años 70. Gracias Driss

  7. Joana dice:

    Cuántas cosas nuevas que no sabía he podido aprender en sus «Nostalgias» y otras que, a medida que iba leyendo, lograba visionar a todo color y así recordar el lugar donde de pequeña pasaba muchas temporadas inolvidables para mí. Fantástico su relato, Sr. Driss Sahraoui, ahora solamente espero poder entrar muy pronto de su mano al barrio de la Alcazaba…
    Tenemos la inmensa suerte de leerlo gracias al espacio de Sergio, quien nos alimenta de maravillosos relatos haciéndonos vivir felices momentos.

  8. Driss Sahraoui dice:

    Gracias JOANA. No te preocupes, muy pronto te llevare de la mano al barrio de la Alcazaba, barrio donde naci. Gracias

  9. Driss Sahraoui dice:

    Gracias FRAN MORGAR por tu comentario que verdaderamente es un analisis detallado de mi escrito. No me esfuerzo en nada para escribir mis relatos, porque se trata de cosas y hechos que he vivido, visto y oido, por lo que la descripcion es completamente natural distada por la memoria y que para mi es un gran placer compartir todo esto con mis paisanos. UN ABRAZO

  10. Carlos TESSAINER Y TOMASICH dice:

    Señor SAHRAOUI, usted ha conseguido con su relato y descripciones que en cuerpo y alma «estuviese» y volviera al Zoco Chico. Todo ello, debería quedar impreso, porque merece la pena; porque es parte de la HISTORIA de nuestra ciudad, y si no queda recogido, con nosotros morirá. Esto no deberíamos permitirlo. Gracias por. su minuciosa descripción.
    Un afectuoso abrazo,
    CARLOS

  11. Driss Sahraoui dice:

    Gracias CARLOS TOMASICH por tu minucioso comentario, me alegro mucho que te haya interesado y gustado. Como dices si nosotros no guardamos estos recuerdos de nuestra Larache querida; esto se perdera. Un abrazo CARLOS.

  12. Raquel dice:

    Mi estimado Sr Sahraoui, este relato me ha emocionado mucho, sentí que paseaba por el Zoco Chico recorriendo los puestos de frutas y verduras, olores y aromas a especias, a hierbabuena y azahar, llegan a mi, las aceitunas apiladas y coloridas, los frutos secos, todo es un mar de colores, olores y recuerdos….
    Lo felicito de verdad y ojala que esta unión de comentarios que cada vez que Sergio pone un nuevo escrito o una nueva noticia, sean símbolo de la unión fraternal que existió en Larache por mucho tiempo.

  13. Driss Sahraoui dice:

    Gracias Si Abdeslam B. por tu comentario tan interesante que reflejael interes y carino por las cosas de Larache
    . Lo menos que posemos hacer es recordar y sacar recuerdos, que son muchos de nuestra Larache querida. UN ABRAZO

  14. Alan Oliver dice:

    Senor Sahraoui muchisimas gracias , mi tio Hassan Chato si era una persona de mucho talento , el mas grande era la facilidad de amar a toda la gente alrededor , me acuerdo del dia que regreso a Larache de Espana , creo que yo tenia unos diez anos , estaba muy feliz , muy encantado de haberle visto . Regrese de Australia a Larache en el ano1982 de visita , y lo lleve a Casablanca para un matrimonio de mi sobrino , pase con el las mas bonitas dos semanas de mi vida . Lo quiero muchisimo . Saludos and take care

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