Lástima no contar más que con esta fotografía o al menos haber podido conservar alguna otra con mejor calidad. Pero es lo único que, de aquellos años, guardo de recuerdo de Mina, la mujer que me cuidó de pequeño en Larache, la que preparaba aquellos platos inolvidables de cuscús, harira y tayine, la que me llevaba al farrán para sentarnos allí hasta que el panadero nos entregaba las tortas recién hechas y los dulces que Mina había preparado previamente en casa y que allí se horneaban sin prisas. En el farrán permanecíamos con las manos enlazadas observando absortos las llamas, y, cuando yo desviaba los ojos para mirarla, el resplandor del fuego se reflejaba en la negra piel de Mina, como si se tratara de una mujer hecha de ébano.
Algo de esto lo narro en Mina la negra, uno de los relatos que forman parte de mi libro Paseando por el zoco chico, larachensemente (Ediciones del Genal – Málaga, 2015 – ISBN-978-84-16021-67-3).

Miguel Alvarez, Sergio Barce, y MINA entre Marisol y Mónica Barce, en el cumpleaños de Mónica
Tardé 32 años en reencontrarme con Mina. Jamás olvidaré ese momento. Tan emocionante, tan triste, tan alegre. Fue una borrachera de sensaciones. Nos mirábamos y Mina no dejaba de sonreírme. Pese a la ausencia, a la distancia, a la frontera del tiempo, y sin ni siquiera ser conscientes de ello, nuestro cariño seguía intacto. Bajo la mtarba que se aprecia en esta segunda foto, detrás nuestra, Mina guardaba el pequeño molinillo de metal con el que me preparaba sus pastas. Treinta y dos años aguardando a que regresara para prepararlos de nuevo.
Mina sigue en mi corazón.
Sergio Barce, marzo 2020

MINA Y SERGIO, 32 años después
Me gustó ese relato sobre Mina y me ha encantado verla en fotos. Se nota que le tienes gran cariño.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Alberto, ella me dio mucho, y la quería. Me alegro que te haya gustado su historia, que fue tremenda. Un abrazo