«NO (A LOS CUARENTA AÑOS SOÑAR COMIENZA A SER RIDÍCULO)», UN LIBRO DE SAÏD EL KADAOUI MOUSSAOUI

Termino de leer No (A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo) del escritor, psicólogo y profesor hispano-marroquí Saïd el Kadaoui Moussaoui.

Nacido en Beni-Sidel, desde los siete años vive en España. Había oído hablar de él, y ahora que, por fin, y felizmente, me adentro en su libro, reconozco que me ha sorprendido encontrarme con un autor de narrativa potente y cuidada, y con una persona arriesgada y sincera.

No (A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo) es, en cierta forma, una novela. Una novela camuflada en un libro de ensayo, escondida en una especie de diario, disfrazada tras la conversación que mantiene el narrador protagonista con alguien que escucha pero que no le replica, una novela fraccionada en relatos cortos. Eso hace que el libro sea ágil, fácil de leer, entretenido, a ratos divertido, en absoluto ligero. Al contrario, Saïd el Kadaoui trata muchos temas interesantes, controvertidos y muy actuales.

Me interesa su mirada crítica y lúcida al enfrentarse con la cuestión que gravita en todo el libro: la contradicción del protagonista de la historia entre sus raíces marroquíes y su desarrollo como persona en España, imbuido de la cultura occidental; la dicotomía entre tradición y modernidad; la realidad ante el hecho de que los años pasan (de ahí el subtítulo de esta obra: A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo); el problema de la religión y la familia o el enfrentamiento generacional; el sexo (hay pasajes que me han hecho reír a costa de las aventuras y desventuras sexuales del narrador); el amor y el desamor; la fidelidad; la paternidad o el rechazo al compromiso a ser padre; la literatura; la xenofobia; el peso de la tradición religiosa frente a la visión laica del mundo…

Saïd el Kadaoui me ha embozado con las ideas de su narrador protagonista, un hombre enamorado, sin duda, que huye, sin embargo, de las ataduras. Pero la realidad con la que se enfrenta es que los años se le echan encima, que pasa ya la cuarentena, y que las obligaciones comienzan a ser inaplazables. Ley de vida.

El protagonista es un profesor que trata de obligar a sus alumnos, especialmente a los marroquíes, a que analicen sus propias creencias, su cultura y su visión del mundo. Pero detecto un regusto amargo en sus conclusiones. A la vez, me fascina la defensa de sus principios éticos, que chocan con muchos de sus alumnos, con miembros de su familia, con gran parte de los que tienen su mismo origen.

Mayte. Mayte es el otro personaje crucial de la historia, el amor del narrador, la persona que le va a plantear la cuestión fundamental que hará tambalear su mundo. Hay obligaciones que el protagonista desea soslayar. Y eso también da un juego para que el autor plantee cuestiones familiares, sociales y conyugales que pasan a formar parte del juego que nos ofrece en estas páginas.

“…Nunca te he contado con detalle mi primer encuentro con Mayte. Como ya sabes, se produjo en el Institut du Monde Arabe de París. Tuve un impulso, de aquellos que los solteros podemos escuchar. Me apetecía ir a París y la excusa fue una conferencia de Mohammed Arkoun titulada Sociología del fracaso de la modernidad en el Islam.

Nos une el fracaso, nos has oído decir varias veces. En su momento ya te expliqué el motivo. El interés por el fracaso es el origen de nuestra relación. Como ves, no podía ser más premonitorio.

La modernidad ha fracasado en el islam, decía Arkoun, porque decidió marginar las ideas de las mentes más brillantes, desde Miskawayh hasta Averroes, pasando por no sé cuántos nombres más que citó, del siglo X al XIV, todos ellos partidarios de una lectura contextual del Corán. Una lectura histórica y, lo más importante, que liberara el pensamiento de la ortodoxia religiosa.

El dossier de la modernidad, como tantos otros, está esperando que lo desempolvemos, dijo con socarronería Arkoun, pero no está en la agenda de ninguno de los dirigentes de los países musulmanes hacerlo. Sigamos, pues, acusando al resto del mundo de nuestro fracaso.

(…) Regresemos a Mayte. Llegué con tiempo suficiente para pasearme por la librería y la biblioteca del instituto. Ya en la biblioteca, recuerdo estar de camino a una mesa donde se hallaban desparramados varios ejemplares de periódicos de todo el mundo mientras pensaba apenado que lo árabe siempre tenía algo de decadente. Aquel desorden me molestó y decepcionó pero, aun así, quería sentarme y hojear alguno de los ejemplares de Le Monde que asomaban entre la montaña de papel.

Aquel desorden que tanto detesté fue justamente el detonante de la primera conversación que mantuve con ella…”

Todo está trufado por la dualidad de la personalidad del protagonista: es marroquí, pero es español. No se siente ya un nacional marroquí, pero le tienta con tal fuerza regresar a la tierra de sus padres, a su tierra natal, que hay una feroz lucha contra su otro yo español y occidental. Odia la manera en que los gobernantes siguen dirigiendo Marruecos, su atraso, su falta de visión de futuro, su ceguera ante la modernidad, pero siente un amor profundo por ese mismo país. Por otro lado, se siente tan integrado en España que le es casi imposible imaginarse en otro lugar que no sea Barcelona, donde reside. La sempiterna lucha del desarraigado, que tanto me atrae y que forma parte de mi propia obra narrativa. Quizá por ello Saïd el Kadaoui me ha atrapado entre sus párrafos.

SAÏD EL KADAOUI MOUSSAOUI

“…En mi seminario sobre la literatura del otro he querido introducir las ideas de Al Yabri y Laroui sobre el pensamiento árabe antes de leer El pasado simple de Driss Chraibi. Antes de que mis alumnos se enfrenten a un texto que sacude, y de qué manera, el tradicionalismo magrebí, quiero que vean cómo se enfrentan a la tradición dos de los principales intelectuales que ha dado Marruecos.

Les mandé leer dos artículos breves pero suficientemente relevantes. Hemos discutido sobre alguno de los puntos comunes que ambos abordan en su obra: la tradición como algo histórico y no como una realidad absoluta que trasciende a la historia. La necesidad de un pensamiento moderno que venza la lógica regresiva y circular en la que está empantanado el pensamiento árabe y la actitud de repliegue y ensimismamiento de la cultura árabe como reacción a su interacción con la modernidad europea. Resumiendo, hemos discutido sobre el peor de los males del pensamiento árabe actual: su ruptura con el pensamiento racional.

(…) El alumno más brillante es un muchacho marroquí de unos veinticinco años, licenciado en periodismo, carrera cursada en Marruecos. Un hombre crítico, apasionado, racional y, lo más importante, nada suspicaz. No vive a la defensiva, como otros jóvenes nacidos aquí. Critica con una libertad pasmosa tanto la cultura como la política marroquí. Escucharle me proporciona un placer indescriptible. Se enamoró de una cooperante catalana que llevaba a cabo proyectos de ayuda al desarrollo y vive aquí ahora. Creo que trabaja en un periódico deportivo árabe, de Qatar si no recuerdo mal, y vive de ello y de hacer traducciones para no sé qué organismo oficial. En muy poco tiempo se ha soltado con el catalán, lengua materna de su pareja, el castellano, y tiene un dominio envidiable tanto del árabe como del inglés, el francés y el italiano. Lo habrás notado ya: me cae muy bien. Comparto sus ideas, su capacidad crítica y su vasto conocimiento de los dos autores. Se lamenta constantemente del oscurantismo árabe y me ha conquistado definitivamente cuando ha citado a Ortega y Gasset, al que comparado con Al Yabri.

(…) Antes te hubiera dicho que confiaba en los hijos de aquellos campesinos que emprendieron el viaje ansiando un futuro mejor. Yo soy uno de ellos. Pero ahora mi pesimismo es total. Estos hijos, primero, ni tan solo finalizan los estudios secundarios en su gran mayoría y, segundo, los que sí que lo consiguen ocupan buena parte de su energía en defenderse del gran opresor occidental.

La democracia es un invento occidental. Pues nosotros seremos contrarios a su lógica y reivindicaremos el islam.

En este aspecto, Laroui me parece fundamental: la democracia es un logro al que ha contribuido toda la humanidad. Trato de difundir sus ideas e incitar al debate pero no esperarás optimismo de tu amigo, ¿verdad?”

Hay capítulos que me han subyugado especialmente: La magdalena, Tetuán, Mi tío escritor y mi familia rica, Los cuarenta y los miedos, Genealogía del regreso al origen, Peritonitis, ¿Por qué buscar un amigo marroquí?, La boda… Este último relata una anécdota especialmente ejemplificadora de lo que nos está contando Saïd el Kadaoui: la lucha interna del protagonista por no verse atrapado por una sociedad abandonada o entregada a unas tradiciones que no encuentran su acomodo.

He aprendido mucho en esta novela travestida de relatos cortos, de diario o de monólogo. He aprendido con la buena escritura y el rico verbo de Saïd el Kadaoui, autor de una gran calidad, sin duda alguna. He aprendido con sus referencias literarias y con los autores que menciona, algunos los conocía ya y a otros empezaré a leerlos ahora, tras pasar por su libro, tras descubrirlos gracias a él. He aprendido también a mirar desde otra perspectiva el desarraigo emocional y personal, y un nuevo enfoque del “otro”. He aprendido cómo se experimenta la sensación de pertenecer a una cultura que se resiste a abrirse o a la que le cuesta desprenderse de su traje tradicional para incorporarse a este siglo. Y he aprendido que no es nada fácil escribir algo tan bueno como No (A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo).

Sergio Barce, noviembre 2017

No (A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo)

ha sido editado por Catedral (Barcelona, 2016)

 

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3 pensamientos en “«NO (A LOS CUARENTA AÑOS SOÑAR COMIENZA A SER RIDÍCULO)», UN LIBRO DE SAÏD EL KADAOUI MOUSSAOUI

  1. Joana dice:

    También quisiera yo aprender tanto como has aprendido tú, Sergio, leyendo NO (A los cuarenta años soñar empieza a ser ridículo) de Saïd El Kadaoui. Otro catalán -desde los siete años- como yo -desde los diez años- que vinimos desde muy lejos y que en todos estos años hemos tenido que ir afrontando y superando dilemas y situaciones donde en la mayoría de las veces se han visto muy tocados nuestros sentimientos.
    Gracias por esta estupenda recomendación.
    Un beso

  2. Alberto Mrteh dice:

    Me ha resultado profundamente interesante. No me voy a molestar ni en tomar nota en una libreta porque ya ha quedado grabado en la cabeza.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

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