






Diario de Line
sobre fondo lorquiano
Este es el título que me sugiere la lectura de tu libro sobre García Lorca. Los textos de Lorca traducidos por ti son el telón de fondo para ilustrar tus vivencias y tus sentimientos y sensaciones en determinadas épocas de tu vida. Ayer tarde leí el libro de un tirón y ahora expongo mis impresiones. Si no lo hiciera ahora quizás no lo haría nunca.
Me gusta como relatas tus clases de español como primer idioma y tu relación con alguna profesora, la anécdota que cuentas cuando por vez primera pronuncias “Soy Line” me recuerda a la primera vez en que Mme Chambrette me hizo decir mi nombre y apellido en francés: «Je m’appelle Léon Cohen». Tu descubrimiento de la literatura y de cómo este te aleja del quehacer diario en la casa de tus padres. Tu madre, la mujer del zapatero que decide trabajar en contra de la opinión de su marido León Amselem (un apellido de origen bereber), ese pequeño conservador nacido en 1929 en Larache durante el Protectorado Español, y franquista convencido. Franco, el pequeño dictador gallego, descendiente de los judíos Franco, apellido cuyo origen viene de aquellos judíos que tenían franquicia para salir del barrio judío en Galicia. Ni Franco ni sus seguidores eran bienvenidos en casa de mi abuela Luna, porque ellos fueron responsables de la muerte de su joven hijo Yudá durante la Guerra Civíl, como bien sabes por mi relato: El linotipista del Heraldo de Marruecos. En Larache fueron algunos los judíos fusilados por los franquistas, mi padre y Ruben Benkessus (un vecino de tu padre) se encargaban de enterrarlos en la cárcel.
Me gusta como describes tu descubrimiento de Salamanca «la universitaria» y tu inesperado encuentro con el gran amor. Ese joven flaco cuya presencia trastornó tu vida. También nos cuentas su muerte inesperada cercano a los cuarenta, tan joven. No a todos nos está permitido vivir lo que nos toca. Los muertos en carretera nos lo recuerdan todos los días. Tu soledad, tu dolor, tu duelo, todo ello envuelto en un velo de ternura y de pudor que alcanzan al lector en lo más profundo.
Line la traductora, esa mujer tierna que en palabras suyas, se deja atravesar por el texto a través del filtro de su cuerpo y de su vida. Qué imagen más seductora y que bien expresada en palabras.
Por fin la visita a Larache, con recelo, con desconfianza, además llovía abundantemente, qué mala pata, cuando Larache es sobre todo sol y mar. Larache a la que extrañamente Jean Genet escogió para morir y ser enterrado.
Y Federico de fondo, sus textos como pretexto. Me has hecho recordar que durante mi servicio militar en 1968, en Córdoba, durante el tardofranquismo, un grupo de amigos ensayamos durante meses algunos textos del poeta maldito, algunos incluso con guitarra flamenca de fondo y dichos por jerezanos y gaditanos que les dábamos una fuerza inusual. Como era de esperar no nos permitieron la representación. Uno de esos textos volvió a visitarme en 2011, cuando fui invitado a dar la Lección Inaugural del curso en la Universidad de Cádiz.
Durante toda la lectura, traté de contextualizarte y de adivinar tu edad, te situé en 1960, pero tú misma me informaste de que había cometido un pequeño error de seis años. En 1966, yo tenía diecinueve. Me ha encantado conocerte como escritora y como persona. Creo finalmente que somos dos sensibilidades gemelas.
Leon Cohen, julio 2014