Ayer apuñalaron a Salman Rushdie cuando iba a impartir una conferencia en Chautauqua, una localidad del estado de Nueva York, y, según las últimas noticias, su estado es grave. Llevaba 33 años condenado a muerte por una fatua de Jomeini que decidió que el escritor había insultado al Islam; y la prensa iraní, haciendo gala de su ignorancia y de la intransigencia heredada de los ayatolás, ha aplaudido la salvaje agresión cometida por un descerebrado.

Como bien ha expresado mi amigo, el realizador de cine Abdeslam Kelai, “Estoy seguro de que, el que lo apuñaló, no leyó su novela, y el que apuñalaba a Naguib Mahfouz no leyó la novela <Hijos de nuestro barrio>. ¡Porque el que lee no apuñala!”.
Habría que recordar que, en 1989, el azote de los infieles y pecadores, el impresentable Jomeini, también dictó una fatua condenando a muerte al más famoso de los novelistas marroquíes, Mohamed Chukri.
Dos condenas a muerte por escribir. A Rushdie por Los versos satánicos y a Chukri por El pan a secas. Qué miedo tienen estos guías espirituales a la libertad de pensamiento. Ellos que creen ser los portadores de una verdad manipulada que es su mentira. Ellos que utilizan a los más ignorantes. Ellos que prohíben libros. Ellos que solo siembran el odio.
La libertad de expresión, de opinión, de conciencia y de creación debe ser preservada contra todo y contra todos. Uno puede sentirse cómodo o incómodo con una novela, un poema, una obra de teatro o una película, con un autor en concreto o con alguna de sus creaciones, estar o no de acuerdo con sus opiniones o puntos de vista, pero eso no da derecho a que se pueda prohibir o censurar su trabajo, menos aún a cercenar su vida. Al contrario, da derecho a conocer sus trabajos y a poder debatirlos, a cambiar impresiones y a cruzar ideas, en definitiva, a enriquecernos como personas.

Pienso que detrás de esa actitud hay un deseo de presentarse como víctimas de todo lo que no sean sus seguidores, como decían algunos los «beni-oui». Respecto a Chukri qué te voy a decir Sergio, de alguna forma fui su descubridor cuando nadie le conocía. Un abrazo.
Cierto lo que dices, Fernando. Tiempos duros los que se avecinan. Un abrazo
Excelente comentario
La libertad de expresión es la lucha constante de vosotros que dais un ejemplo de lucha valiente.
Abrazos
Es la lucha de todos, Moisés. Un abrazo
la mayoria de los que matan en defensa de la religion no saben de la relgion ni lo minimo, es triste tener miedo por expresar libremente lo que piensa uno.
Así es, Abdel.
Después de tantos años no pensé que esto sucedería, estoy consternada y triste. Qué pobres de espíritu los que llegan a cometer estos actos que nada tienen que ver con la religión.
Lo dices muy bien, Sergio.