En 1968 se estrena El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown affair) dirigida por el gran Norman Jewison. Sus protagonistas, dos de las últimas estrellas a las que se les puede calificar de esta manera: Faye Dunaway, siempre sensual, enigmática y excelente intérprete, y Steve McQueen, carismático y único. Años después se rodó un remake con Pierce Brosnan y Rene Russo, dos buenos actores, pero a años luz de la magia de Faye y Steve.