La poetisa Paloma Fernández Gomá, tan generosa siempre, me envió hace unos días un precioso regalo: dos de sus libros. Uno es Las edades del alma (Ediciones Torremoza, 2015) y el otro es el titulado Espacios oblicuos (Devenir, 2015). En este segundo, me encuentro con una sorpresa, de la que Paloma era consciente al hacérmelo llegar: un poema dedicado a Larache. Se titula Atardecer en Larache, y, en ese estilo tan personal de Paloma Fernández Gomá, vuelve a fundir en sus versos la sensualidad, lo enigmático, la mitología y el cromático ritmo de sus palabras. Un poema cargado de simbolismo y que, sin embargo, nos lleva hasta las calles de Larache, mágicamente, sin apenas darnos cuenta.
Sergio Barce, febrero 2017
ATARDECER EN LARACHE
de Paloma Fernández Gomá
El flujo de las mareas acerca vacías conchas
al palacio de las Cigüeñas,
recreando un espacio dormido de arena
y sonámbulas siluetas
que se dilatan sobre las aceras del paseo
junto al eco del agua,
en efímero y lento oleaje,
emanando tamices imperceptibles
que asoman su círculo tatuado
a través de los espejos, reflejándose
en las calles contiguas,
hasta llegar a ceder sus huecos a las estrellas.
Oráculos remotos predicen
el luto de las Hespérides.
La planicie de la noche se traslada
junto al rumor de cavidades marinas
donde son tañidos los crótalos de las estaciones
y anunciada la víspera.
Después agosto emerge desde su arco
de tormenta en declive,
dibujando órbitas sobre algún estanque,
horadando el tiempo con su yunque
de incógnitas y predicciones,
lamentando la erosión del vaho
o invadiendo sombras de vetustos presagios,
enmascarando la estéril línea del progreso
con baratijas de ultramar, parabólicas de azotea
y los tatuajes de Madame Sofí.
Hermosas palabras.Enhorabuena a Paloma,la enhebradora de este collar.
Muchas gracias Luisa. Me alegra que te guste el poema. Sergio ha tenido la amabilidad de sacar el poema en su blog,, donde la literatura y Larache siempre aparecen hermanados.