El próximo día 24 de Noviembre, presentaré en Málaga el libro de Pablo Martín Carbajal Tal vez Dakar (M.A.R. Editor, 2016). Es una novela de intriga, pero hay un ensayo en sus páginas y también un libro de viajes, y a la vez es un relato de aventuras. Es un viaje a Dakar, al África negra, y es un viaje al París de primeros del siglo pasado. Es una aventura en medio de un país lleno de misterio, y es una aventura entre poetas y artistas del surrealismo.
¿Es posible verse envuelto en un viaje a Senegal que termina en Abiyán, en un viaje hecho en nuestros días pero en el que aparecen Aimé Césaire y Leopold Sedar Senghor, Jean-Paul Sartre y Pablo Picasso, en un viaje en el que hay una máscara misteriosa, en un viaje en el que descubres una mujer soñada, es posible que ese viaje nos hipnotice, nos descubra lo que significa la Negritud y, a la vez, nos sumerja en una intriga llena de magia?
Pablo Martín Carbajal hace todo eso en Tal vez Dakar.
“…Salí desnudo del baño, me miré al espejo, comprobé los efectos del gimnasio que empezaban a notarse en mi cuerpo un poco más moldeado, y me senté sobre la cama cogiendo las hojas dobladas que Musa me había pedido que no leyera hasta la noche. Las fui abriendo poco a poco, un pliegue, dos pliegues, leí en la primera hoja la frase que había escrito yo, <estoy por primera vez en Dakar> -y al igual que pensé en el momento de escribirla no me pareció nada original-, saqué de detrás la hoja de Musa y la leí también: <buscando un arma milagrosa>. Cogí las dos hojas y las puse sobre el escritorio, la una junto a la otra, ese cadáver exquisito al que jugaban los surrealistas, <estoy por primera vez en Dakar, buscando un arma milagrosa>. La leí en voz baja, intentando encontrar algún significado a esa frase perfectamente coherente, como si la hubiese escrito una misma persona y no dos. Me interrumpieron de mi ensimismamiento dos golpes que sonaron en la puerta de la habitación, me puse unos vaqueros sin calzoncillos, una camiseta que me quedaba un poco ajustada, y caminé descalzo sobre la moqueta gris oscuro. Cuando abrí la puerta me encontré de frente con aquella mujer: los ojos almendrados, las pupilas negras, los rasgos rasgados casi asiáticos, las largas pestañas; abrí la puerta de la habitación y me encontré con aquella mujer intensa y exótica, distinta y atrayente; abrí la puerta de la habitación y allí estaba aquella mujer frente a mí, como si fuese la conclusión o una pieza más del puzzle de esa jornada extraña y surrealista, la última sorpresa del día cuando pensé que ya éstas habían acabado…”
Saul Bass usó una espiral para crear los títulos de la película Vértigo de Hitchcock, Pablo Martín Carbajal usa una espiral para narrar. Es una sensación de hipnotismo, igual que la que produce esa espiral que comienza a girar y no dejamos de observar hasta caer en trance; pero aquí son las palabras, las frases, las que giran una y otra vez, concéntricas, hechizantes, devolviéndonos al punto de inicio para volver a avanzar, atrapándonos en un mundo lleno de secretos, rodeándonos de sospechas y de espíritus, de los djinn.
“…el marabout se quedó callado, no me opbservaba, sino que miraba hacia el suelo, como si estuviese meditando. Me fijé en su rostro bajo el gorro rojo que se le adaptaba en círculo perfectamente a la forma de la cabeza, debía superar los sesenta años, su expresión era serena, profunda pero serena, tras unos segundos que me parecieron eternos rompió el silencio.
-Los djinn están por todas partes -me dijo sin mirarme a los ojos, mirando hacia un lado, su voz era suave y pacífica-, son una creación de Dios, el Corán dice: Dios creó al hombre del barro de la tierra, a los ángeles de la luz celestial, y a los djinn del fuego sin humo. La sura 72 está dedicada a los djinn.
-¿Entonces usted también cree que se me ha aparecido un djinn?
-Por lo que me cuenta, es muy probable…”
Todo parece aún por hacer. Pablo Martín Carbajal nos desvela un mundo distinto, el de un África sumida aún en el desconcierto, con las rémoras de la colonización y de la descolonización a sus espaldas, y el espectro de lo que se vino en llamar la Negritud deambulando por las calles de un Dakar que también se nos muestra desde diferentes prismas, desde la visión de un blanco que llega por primera vez y desde la visión de un senegalés que ama profundamente sus raíces. En este decorado, construye varias tramas, varias historias, varios estratos que se superponen y luego se entrelazan y más tarde se deshacen, y es el misterio y el miedo a lo diferente lo que hace girar esa espiral de sus frases para dejarnos enganchados página a página, sumidos en la curiosidad por ir conociendo la Negritud a través de los poetas Césiare y Senghor, por ir fascinándonos con el arte africano y el surrealismo, por ir descubriendo si Musa traicionará al protagonista, Álvaro Camino, por ir persiguiendo una máscara enigmática, por ir desnudando los secretos más íntimos de Mariama… Hipnotizados, arrastrados por las frases circulares, sacudidos por la realidad impregnada de magia que nos conduce a la excitación de lo desconocido… Un viaje fascinante. Magia negra en un escritor blanco.
Sergio Barce, octubre 2016
Pablo Martín Carbajal nació en Tenerife en 1969. Economista, desde 2007 ocupa la dirección general de relaciones con África en el Gobierno de Canarias. Además de Tal vez Dakar, ha publicado otras tres novelas: Tú eres azul cobalto (2006), La ciudad de las miradas (2010) y La felicidad amarga (2013).