Qué curiosa es a veces la vida. Anoche veíamos en casa Cautivos del mal (The bad and the beautiful, 1952) de Vincente Minnelli. Un drama de los de antes. Y anoche Kirk Douglas, su protagonista, murió.
Hace un par de días, despedíamos a José Luis Cuerda. Hoy, quien nos dice adiós, es Kirk Douglas. Y Kirk Douglas para mí fue alguien que me marcó: como actor, como persona, como símbolo. Leía no hace mucho que, en los últimos años de su vida, él y su mujer se dedicaban a donar grandes cantidades de dólares para arreglar los patios de recreo de los colegios de la ciudad en la que vivían y que, cuando asistían a la inauguración de las nuevas instalaciones, Kirk se deslizaba por el nuevo tobogán o se mecía en los columpios. Lo hacían por devoción. No sé de qué pasta estaba hecho Kirk Douglas, pero siempre fue un tipo muy consecuente, y su encono personal para poner en pie el proyecto de Espartaco (Spartacus, 1960) no es más que el destello de su arrolladora personalidad, rebelde y libre.
Ya hay decenas de artículos publicados en las redes sobre él, así que no voy a ser repetitivo. Os invito simplemente a que, si os apetece, leaís dos textos que escribí sobre Kirk Douglas hace años. El primero se titula Solo nos queda el viejo esclavo Espartaco, que publiqué en abril de 2011, y el segundo Yo soy Espartaco, en diciembre de 2014. Creo que los disfrutaréis. Aquí tenéis los enlaces para leerlos:
SOLO NOS QUEDA EL VIEJO ESCLAVO ESPARTACO
https://sergiobarce.blog/2011/04/01/cuaderno-de-cine-solo-nos-queda-el-viejo-esclavo-espartaco/
YO SOY ESPARTACO
https://sergiobarce.blog/tag/yo-soy-espartaco/
Aún me sigue poniendo la piel de gallina ese grito de los esclavos cautivos: ¡Yo soy Espartaco! Qué grande era este tipo.
Sergio Barce, febrero 2020
Gracias por compartir con nosotros los textos que dedicaste a Kirk Douglas.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Lo hago, porque me encanta. Abrazos