NUESTROS ABUELOS Y EL COMERCIO «LA BANDERA ESPAÑOLA» DE LARACHE

He recibido de Mª Carmen Martínez, a quien no conocía hasta ahora, un correo en el que me relata su relación familiar, más en concreto de su abuelo Ricardo Fernández Alcalá, con mi abuelo paterno Manuel Barce. Y como es un correo tan entrañable y tan inesperado, con su permiso, lo comparto con vosotros. Seguro que Carlitos Tessainer hará las apostillas pertinentes y completará esta pequeña historia que a mi padre le ha traído algunos recuerdos ya olvidados.

Sergio Barce, febrero 2019

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Permíteme que me presente: Me llamo M.Carmen Martínez. Un saludo cariñoso. Me he tomado la libertad de escribirte este correo y contarte cosas, porque de alguna forma yo me siento parte de aquella ciudad que, sin conocerla, me provoca mucho afecto. Yo soy la nieta pequeña del que fue dueño del comercio en el que trabajó tu abuelo.

Deseo decirte que me ha emocionado leer todo lo que habéis escrito de aquella bonita ciudad, y con el amor entrañable que habláis del lugar donde crecisteis y del que yo sé tan poco. Me identifico con esa forma de sentir porque yo soy también una persona que se siente muy arraigada al sitio de donde procedo, pero también de mis antepasados.

Las cosas de la vida han hecho que en estos momentos esté recopilando recuerdos de mi infancia entre los que se encuentran lógicamente los de mi familia materna. Mi madre, Carmen, nació en Larache en 1919. Tengo algunas fotos del que fue su hogar por bastantes años, y también historias que ella me contó y que he conservado en mi memoria. Ella ya murió hace casi once años y le hubiera encantado contactar con vosotros y cambiar impresiones…. 

Mamá con 13 años en Larache

Carmen, con 13 años, en Larache

Cuando falleció, yo confeccioné un álbum familiar y allí tengo muchas cosas y fotos. Pero algo dentro de mí me impulsó a buscar más datos y no dudé en consultar en internet en donde aparecieron los relatos del blog que tenéis Carlos y tú. Y todo esto ha sucedido porque mi segunda hija me regaló otro álbum para que yo escribiera mi historia y quise saber más….  ¡Lástima no haberlo hecho antes! 

Comienzo mi pequeño relato: Mi abuela materna se llamaba Francisca Garrido Martín de la Mota. La llamaban Paquita y todo el mundo la apreciaba mucho. Sé que se casó con el que fue el primer dueño de La Bandera Española. Ignoro el motivo, pero él murió pronto y de su matrimonio con mi abuela quedaba una nena de tres años más o menos: mi tía a la que llamaban cariñosamente Paquitín. En el comercio había entonces un encargado muy avispado para los negocios y con mucha labia…. Creo que era muy guapo también. Se enamoraron y se casó con mi abuela. Se llamaba Ricardo Fernández Alcalá. Era de Melilla. Desde ese momento, él fue el nuevo y último dueño del bazar, hasta muchos años después. De este nuevo matrimonio nació mi madre Carmen, a la que llamaron casi siempre Carmina. Como he contado antes, nació en Larache y fue una niña muy grande y con mucho peso… Tanto, que parecía que tenía meses, ya que pesó 6,500 K. y dicen que media ciudad desfiló a conocerla.

El chalet de mis abuelos en Larache

Chalet de la familia de Mari Carmen en Larache – actual avenida Mohamed V

La familia vivía en un chalet que estaba cercano a la valla de un cementerio que ya no tenía uso. No conozco el nombre de la calle, pero tengo un par de fotos. Tenían a su servicio a un morito (como le llamaba mi madre) que se llamaba Driss y una morita, que no sé si tenían parentesco, que no recuerdo su nombre, pero parece que hacía unos dulces maravillosos. Tenían un gato muy aventurero que saltaba la valla de ese cementerio y cazaba todo tipo de «bichos» y los traía a la casa y soltaba en medio de la cocina… En más de una ocasión trajo un lagarto enorme y Driss tuvo que matarlo para no escuchar los gritos de las mujeres de la casa.

Mi madre y mi tía se educaron en casa con un profesor. Y cuando eran mayorcitas las llevó mi abuelo a Rabat, a un pensionado francés a estudiar el idioma y a reforzar los estudios generales, que entonces era la costumbre. Estuvieron poco porque parece ser que la comida no era buena y mi tía dejó de abrir la boca y perdió tanto peso que no tuvieron más remedio que sacarlas de allí.

Vivieron en Larache hasta que empezó la guerra en España y se trasladaron a Madrid. No puedo precisar en qué momento. Aquí vivieron en un edificio a cuatro calles que se llama «La casa de las flores», en el barrio de Argüelles, junto a la Moncloa y el Arco del triunfo. Mi tía por aquel entonces estaba recién casada con un militar que fue destinado a Burgos. Tal vez te suene su nombre porque fue el Jefe militar de la casa de Franco y luego al morir del Rey Juan Carlos I: se llamó Ernesto Sánchez-Galiano. Una excelente persona con una brillante carrera militar hasta la máxima graduación que dejó huella en cada destino que estuvo.

Mi abuelo Ricardo siempre se dedicó al negocio y viajaba bastante a Ceuta, Melilla, Tánger… Siempre, en sus viajes a Madrid, yo le escuchaba hablar con mis padres y mencionaba al que creo que era entonces el encargado de la tienda y le suplía en sus ausencias, un señor que se llamaba Barce. Espero no equivocarme si te digo que ese señor debió ser tu abuelo… Por eso he sentido el impulso de contactar contigo.

Mis recuerdos de aquel comercio se reducen a las cosas que él nos traía a mi hermana Isabel, a mis primas y a mí. Entre las chuches, siempre había un exquisito y enorme chicle Bazoca en barra, preparado para ir cortando porciones. Y un regaliz cuya presentación era como ahora dirían «de chef». Era una tira finita de menos de un centímetro, larga y enrollada y en el centro se sujetaba con una estrellita de plástico blanca o verde, y tenía un sabor delicado e inolvidable. Muñecos con tacto de carne, blanditos… También los perfumes que traía a mamá y artículos que llegaban de otros países que tengo la certeza de que éramos casi pioneras en exhibirlos. Me estoy refiriendo a tejidos de nylon, estampados, con relieves, de muchos colores, que se transformaron en preciosos vestiditos para nosotras. En fin, de todos estos detalles me acuerdo y aún conservo un peinador con esa tela de nylon, que nunca se estropea.

La abuelita Paqui estaba delicada del corazón y murió cuando yo tenía unos seis años. El abuelo Ricardo quedó desolado y se aferró al negocio un poco más. Iba y venía a Larache y en esos viajes pasaba uno o dos meses. Se alojaba en el Hotel España. Cuando yo era ya jovencita es cuando decidió quitarlo y venderlo. Quiero recordar que se lo quedó el encargado Sr. Barce. Puede que me equivoque, pero tú me lo podrás aclarar.

Manuel Barce 1

MANUEL BARCE

Esto es, a grandes rasgos, cosas que puedo contarte. Tu abuelo y mi abuelo trabajaron juntos en La Bandera Española. Mi madre creció en Larache y vosotros también. Todos habréis frecuentado los mismos lugares, ferias, playa… y habréis paseado por ese precioso balcón del Atlántico y visto atardeceres maravillosos que a mí tanto me gustan… Y, casualmente, hace como uno o dos años, pusieron una serie en TV que se llamaba «Entre costuras», que se desarrolla casi toda en Tetuán y esa zona. Todo ello me trajo a la memoria la vida y época de mi amada madre en Larache.

Voy a despedirme, no sin decirte que me ha encantado contactar contigo. Yo no soy partidaria de redes sociales y no estoy en ninguna, pero si hay algo que pueda aportarte y ayude en vuestro blog y ese proyecto de inmortalizar vuestra niñez y esa ciudad que os vio nacer, será un placer colaborar.

Una cosa me gustaría pedirte, y es que me aclares por orden de antigüedad, los diferentes nombres de la calle en donde estuvo y está La Bandera Española. ¿Sigue existiendo todavía?

Y esto es todo. Muchas gracias por dedicar tiempo a leer mi pequeña crónica de Larache. Saludos a tu familia y a tu amigo Carlos, y para ti también un afectuoso saludo-

Mari Carmen Martínez

Los abuelos en Larache, 1939

LARACHE 1939 – Abuelos de Mari Carmen

 

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2 pensamientos en “NUESTROS ABUELOS Y EL COMERCIO «LA BANDERA ESPAÑOLA» DE LARACHE

  1. Carlos TESSAINER Y TOMASICH dice:

    Aunque es poco habitual en mí, me he puesto a ver noticias o artículos de fechas anteriores escritos en este blog y me encuentro con este interesante y entrañable correo de Mari Carmen.
    En primer lugar, Mari Carmen, aclararte que el blog es de Sergio y yo solo «de higos a brevas» escribo o comento algo en él.
    Me ha dado una gran alegría encontrarme con la fotografía del abuelo paterno de Sergio, a quien recuerdo tal y como aparece aquí.
    Sin duda Sergio le habrá preguntado a su padre algunos detalles que te habrá hecho llegar en relación con la tienda de la que hablas, su traspaso etc. siendo de las pocas personas que pueden aclararte alguna cuestión concreta que quieras saber .Los de otras generaciones ya se fueron y, en muchos casos se llevaron con ellos multitud de vivencias y recuerdos ya casi imposibles de recuperar
    Yo nací en diciembre de 1956 y me acuerdo perfectamente de este comercio, al que iba con mi madre cuando era pequeño. «La Bandera Española», junto con «El Comercio Español» y los «Almacenes Pulido», eran en esa época los comercios más importantes, mejor abastecidos de género (telas) y confección y mejores que había en Larache. Los otros que recuerdo y cuyos propietarios españoles fueron vendiendo y marchándose a España a vivir, eran, al menos, de menor tamaño.
    «La Bandera Española» se hallaba en la planta baja de un edificio propiedad de la familia GALLEGO. La avenida en la que estaba situada -arteria principal del Larache moderno- se llamó primero Alfonso XIII; ignoro la denominación que le dieron en época de la II República. Tras el levantamiento militar del 18 de Julio de 1936, pasó a llamarse Avenida del Generalísimo y tras la independencia de Marruecos en 1956 se le puso el nombre de Mohamed V, el que mantiene en la actualidad.
    Aunque me imagino que Antonio BARCE (el padre de Sergio) lo sabrá sin duda con mayor certeza, no creo que tu abuelo traspasase el negocio a Manuel BARCE, encargado del mismo y al que recuerdo perfectamente atendiendo a la clientela con la máxima consideración y deferencia.
    Parece que estoy viendo al abuelo de Sergio, que vivía junto a su hijo, nuera y nietos en la calle Mulay Ismail nº 19, saliendo del portal del inmueble todas las mañanas -debía de ser verano, porque sino a esas horas yo estaba en el colegio- para dirigirse al establecimiento.
    Según mis recuerdos, «La Bandera Española» debió de estar abierta hasta 1962 o quizás 1963.
    Hacia 1967-68, en aquel establecimiento fue instalada una Biblioteca pública bajo los auspicios de España, siendo todo su fondo en idioma español. Recuerdo que fue el Consulado de España en Larache (entonces era cónsul Emilio García Ontiveros) el encargado de acondicionar el lugar y dotarlo de fondos. Y en esta operación hubo cierta polémica, pues el Consulado pidió a la «Casa de España» que donase o trasladase los fondos de su biblioteca a la nueva; a lo que se negó la Junta Directiva entonces existente, surgiendo bastante tensión hasta el punto de que «La Casa de España» fue cerrada durante dos o tres días…
    Sin que saliese fondo alguno de «La Casa de España», fue inaugurada la nueva Biblioteca en el amplio local que había ocupado «La Bandera Española», contando con buenas instalaciones y un considerable fondo. El interior del local apenas si fue reformado, conservándose las estanterías de madera maciza y los mostradores del mismo material de la época anterior (continúan existiendo en la actualidad en el conocido «Bazar Yebari»). La Biblioteca era mantenida por el Consulado de España en la ciudad y estuvo abierta unos dos años (1967,1968…). Pero la falta de usuarios y el coste de su mantenimiento condujeron a su cierre. Es poco tiempo después, tal vez hacia 1970, cuando Mohamed Yebari decide instalar en ella un bazar de objetos fundamentalmente de decoración de la artesanía marroquí, aunque en su día también había adornos de importación, sobre todo italianos. El citado comerciante, tenía ya un establecimiento en la conocida como calle «Chinguiti» o Hassan II, junto a donde estuvo la «Confitería Ayuso»; pero este que abrió donde antaño estuvo «La Bandera Española», era muchísimo más amplio y en él había y hay objetos de mayor calidad.
    Según se puede ver en la primera fotografía que ilustra este escrito, su entrada, escaparates y ¡hasta el suelo! siguen siendo los de aquella lejana época. Y como he mencionado anteriormente, estanterías y mostradores siguen siendo los mismos de cuando el negocio de «La Bandera Española» fue inaugurada.
    Espero haber aportado un granito de arena a esta «pequeña historia».
    Un abrazo
    CARLOS

  2. Alberto Mrteh dice:

    Que absoluta maravilla. Yo quiero que esta mujer siga contándolo.
    Es un placer leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

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