En el número 31 de la revista Al-Motamid, que en unos días escanearé completa para todos vosotros, se recogen tres poemas dedicados a Larache, escritos por Trina Mercader, bajo el título «Tres poemas a una sola ciudad: A Larache». El primero de esos poemas, como una premonición del futuro de la ciudad que Trina ya intuyó en aquel año de 1955, dice así:
Aún quedas, aún estás
manteniendo la yerba
diminuta del arco;
la bugambilia espesa de los muros,
lo sombrío del párpado.
Aún quedas, aún estás
conmigo en pie, vencida
vencedora del tránsito.
Aún sostienes, alientas
tu pared de cansancio.
La herrumbre reverdece
tu cal, por donde el llanto
resbala, detenido
sobre el último tramo.
Aún quedas, aún estás
con tu jazmín crispado
aroma que retiene
desesperadamente
mejillas, ojos, labios.
Trina Mercader
TRINA MERCADER en el Balcón del Atlántico de Larache