Anronio Lozano me envió este relato de nuestro paisano José Luis Vázquez dedicado a los limpiabotas que vio trabajar en su juventud. Luego, el propio Pepe me ha comentado que este escrito apareció por primera vez en la página de HHH, pero que le parecía bien que lo colgara en este blog. Como es una pequeña y entrañable narración, creo que merece la pena que la leáis porque refleja fielmente la estampa que ha ido perdurando en Larache de esos niños limpiabotas. Me ha hecho mucha gracia la escena final porque es reconocible, y porque era así, el famoso salivazo final que ponía el broche de oro al trabajo concienzudo del modesto limpiabotas.
Como dice Pepe, es una lástima que no se conserven imágenes de ellos, y de lo que he alcanzado a encontrar solo he dado con la fotografía que Antonio Lozano me ha hecho llegar de su padre en el acto de homenaje al mejor limpia de Larache de aquellos años, una imagen realmente curiosa, y otra que hice en Larache hace unos años a mi amiga Chari, junto a los limpiabotas que trabajan tan duramente y a los que ella trataba de echar un cable en cuanto podía. Y he insertado también un fotogramas de la película <Happy day> de Abdeslam Kelai, de manera que hay aquí una inesperada colaboración entre un fotógrafo y un realizador larachenses para hablar de los limpiabotas de la ciudad…
Sergio Barce, marzo 2013

1957: Homenaje al limpia más famoso de Larache (en la foto el padre de Antonio Lozano haciendo entrega del premio)
LOS LIMPIABOTAS
Aclarado ya el “trilema” de esta calle que se “apropiaron” los limpiabotas de Larache, sabemos que su nombre oficial era Pasaje del Teatro. ¿Recordáis? Era donde estaba El Pozo, en el sótano del Bar Central, Carmelo Rosendo, Español, Estanco Ortiz, etc.
Pero en estas líneas, pasados tantos años desde los cuarenta del siglo pasado, queremos dejar constancia que el paisaje de la calle lo dibujó con personalidad el gremio que en el ejercicio de su profesión catalizó el mayor protagonismo fueron los limpiabotas por lo que se hacían notar, merecedores por ello de este espacio como modesto homenaje de recuerdo en ese pequeño escenario de la calle Chinguiti entre las esquinas del Café Central y el Restaurante El Cocodrilo, frente al Teatro España. Sigue leyendo