Existe un pequeño romance, que se recoge en el número Uno de la revista literaria “Cincel”, editada en Málaga, en abril de 1.980, titulado
ROMANCE JUDEO ESPAÑOL DE LARACHE
y dice así:
No me echéis de la tierra
sobre su hermosa frente,
que hoy se desparte
de su casa y de su gente.
No me echéis de la tierra
sobre sus ojos pintados;
se van las novias chiquitas,
no crían sus deseados.
Y es que una de las cosas más hermosas que se produjeron en Larache, fue la convivencia entre las tres culturas. En un mismo edificio podían encontrarse vecinos musulmanes, cristianos y hebreos, y cuando llegaban las fiestas de cada una de las tres religiones, eran frecuentes las invitaciones de unos a otros.
La cabalgata de los Reyes Magos cruzaba las calles de la ciudad, igual que el paso de Semana Santa, y se celebraba la fiesta del Purin y éramos invitados a la Fiesta del Cordero. Parece algo imposible, viendo cómo andan las cosas por el mundo, pero así era.


