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ENTREGA DEL PUERTO DE LARACHE A LOS ESPAÑOLES EN 1610

El Semanario Pintoresco Español fue una revista española que se publicó en Madrid  desde 1836 a 1857 con periodicidad semanal.

Fue fundada por Ramón Mesonero Romanos. El primer número salió a la venta el 3 de abril de 1836 y el último el 20 de diciembre de 1857. Constaba de 8 páginas y el precio de la suscripción era de tres reales. A lo largo de su existencia fue publicado por diferentes imprentas: T. Jordan, F. Suárez, V. Lalama, B. González, G. Alhambra , J. Rene y M. Gómez. (Datos obtenidos de Wikipedia)

Ramón Mesonero Romanos

Pues bien, en dicho semanario, se publicó (desconozco el número al que corresponde) un artículo firmado por M.Ramírez y De las Casas Deza, titulado <Entrega del puerto de Larache a los españoles en 1610>, que me ha llegado a través de alguien muy querido. El artículo es curiosísimo y de un gran valor periodístico e histórico, y la verdad es que hasta ahora no lo conocía, así que he creído que una pequeña joya como ésta hay que compartirla.

Sergio Barce, octubre 2012

Transcripción del artículo

<ENTREGA DEL PUERTO DE LARACHE A LOS ESPAÑOLES EN 1610>

publicado en

<El Semanario Pintoresco Español>

La fuerte ciudad de Larache está situada en la costa de África sobre el Océano Atlántico y pertenece al reino de Fez. Los romanos la llamaron Lixa, y J.Solino, Tolomeo y Mármol la mencionan con diferentes nombres.

Los reyes de Portugal y de España desearon apoderarse de esta plaza para seguridad de sus armadas, y por último los españoles al principio del siglo XVII aprovecharon la ocasión  que se les ofreció de hacerse dueños de ella. Muley Jeque, que sucedió a Muley Hamet, con motivo de algunas alteraciones que se suscitaron contra él en su reino, se vió precisado á implorar el auxilio del rey D. Felipe III, para lo cual pasó á España, y por órden de este monarca fué hospedado en la ciudad de Carmona. Arreglados sus negocios, en remuneración del auxilio y gastos con que lo había favorecido el rey católico para ponerlo en posesión de su reino, se convino en cederle la plaza de Larache quedando en Ceuta y Tánger dos hijos de Muley en rehenes para seguridad del tratado. Entonces mandó el rey D. Felipe que D. Juan de Mendoza, marqués de San German, capitán general de la Artillería de España saliese de Cádiz en las galeras que mandaba D. Antonio Colona, conde de Elda, para entregarse de Larache. Marchó allá el marqués, y así que se tuvo en España noticia de haber tomado posesión de ella se publicó una relación del suceso en una hoja suelta, que era el único medio usado entonces para comunicar al público los acontecimientos importantes, la cual escrita al parecer por D. Antonio Colona era del tenor siguiente:

<El rey Muley Jeque envió á decir á los moros de Alarache que fuesen á Alcazarquivir, que les quería pagar todo el sueldo que les debía y con esta nueva partieron luego. No quedaron en el castillo sino algunos viejos impedidos y el alcaide que se llama Garni. Habiendo avisado al marqués que fuese á tomar la tenencia partió luego con las galeras y en llegando á la entrada de la barra, se alargó á la banda del poniente á una caleta de aquel cabo del castillo de Ginoveses, y mandó al sargento mayor Bastajo que 200 arcabuceros y mosqueteros saltasen en tierra y fuese á Alarache, y que en nombre de S.M. pidiese las llaves y coló luego al punto, y cuando llegó al castillo le dijo al alcaide Garni estas palabras: mande vuestra señoría entregarme las llaves de la fortaleza, que así lo manda S.A. del rey Muley Jeque; y el alcaide alzó los ojos al cielo y dijo: ¡Ala! Y entregó las llaves; y luego envió los cien soldados al un castillo con otro sargento mayor, y él se quedó en otro castillo y entraron dentro, y alzaron estandarte en nombre S.M.

Llegó luego el marqués con el resto y se apoderó de todo. Esto fué sábado, día de San Esteban 20 de Noviembre. Luego partieron las galeras á entrar por la barra: fué tan grande el temporal, y marea que hubo, que estuvieron á pique de perderse. Entró la capitana y le entró un golpe de mar, y le llevó una banda con daño de muchos soldados, marineros y forzados, quebradas piernas y brazos, y algunos muertos.

Lunes 22 de este mes fui á entrar con mi navío á la barra, y nos dió un golpe de mar que por poco estuvimos á pique, fué Dios servido que pasamos la barra tocando cuatro veces con el arena.

Ahora estamos fortificando y haciendo trincheras y estacadas, por que no les ofenda la caballería: al castillo de tierra le han puesto por nombre Santa María la Mayor, y al de mar San Antonio, y á la mezquita han señalado por iglesia mayor, y otro sitio para San Francisco, y una casilla que era entierro de un moravito que está entre los dos castillos, que era entierro de los moros, le han señalado á San Agustín: en el circuito que queda cercado se puede hacer una ciudad mayor que Cádiz: coje de un castillo al otro.

En ambas fuerzas se han hallado mas de setenta piezas, la mayor parte de bronce y algunas reventadas: mucha pólvora, cuerda y balas de hierro colado, hasta los aparejos de cabalgar. Son los encabalgamientos malos, que es menester echarlos otros nuevos.

El rey moro envió á decir al marqués que ya había cumplido su palabra, que supiese guardar su fuerza, y que le diese un castillo en que recogerse, y el marqués le respondió, que él la defendería, y que no podía dar castillo sin órden del rey de España.

El alcaide Garni no se atreve á salir fuera de Alarache de temor no le maten los moros: aquí está con toda su casa muy arrepentido, el marqués le dió cuatro mil reales de á ocho. El sitio de aquesta tierra es muy fuerte: mucho mas de lo que se decía. El castillo de la mar está sobre la misma barra, que con piedras pueden matar á quien quisiere entrar en él. Tiene un grande foso y puente levadizo, no puede ser minado porque está sobre peñas. Deste han hecho castellano á Don Pedro de Vicuña, capitan de la armada real. El castillo de tierra tambien es fuerte con un grande foso fabricado en triángulo; la entrada del castillo tiene tres vueltas y las murallas altas, de forma que en el uno y en el otro no son de provecho escalas ni bitardas. El lugar está entre los dos castillos cercados con malas murallas, caídas y maltratadas, facil de tomar: será tan grande como lo que está cercado en la villa de Cádiz: en saliendo el Sol le dá de frente. Cada casa tiene su jardín, una higuera, una parra, y un bancalejo para hortaliza: las casas son unos malos aposentos de barro y piedras, cubiertas algunas con tejas y otras con palmas y ramas, como casillas de cortijos: hay una larga ribera de huertas á orillas del río, y los puercos, jabalíes vienen hasta las propias casas: hay muchos y muchas bellotas. El primer presente que hicieron al marqués fueron bellotas. Están hechas las paces por treinta años; que puedan los cristianos contratar en el reino de Fez, los moros en los reinos de Castilla. Los moros están aquí con nosotros y traen á vender leche, manteca, y gallinas, carne, bellotas, y todo lo venden tan caro que vale mas barato en España. Muchos moros que echaron de España están aquí, y dicen que son cristianos; con todo eso se han retirado la tierra adentro su casas ect.- Deo gracias.-

Tal es la relacion de la toma de Larache.

Lt. M. RAMIREZ Y DE LAS CASAS DEZA.    

 

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