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«APUNTES HISTÓRICOS SOBRE ESPAÑA, PORTUGAL Y MARRUECOS SIGLO XV», POR EL LARACHENSE ANDRÉS ARÉVALO

Tras los artículos colgados en este blog sobre la presencia de Portugal en Larache, y los acontecimientos relativos a La Graciosa, nuestro paisano Andrés Arévalo viene a aportar datos de interés para completar toda esa información, y que paso a reproducir, tal y como me las ha hecho llegar.

Andrés Arévalo Martínez es un larachense de cepa. No puedo evitar el demostrarlo, antes de entrar en su trabajo histórico, con su carnet de socio infantil del equipo de fútbol P.D.Larache, expedido en el año 1946… Nada más y nada menos.

1946-09-01 Carnet Socio AAM del PD Larache h 1 y 4 de 4

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1946-09-01 Carnet Socio de AAM del PD Larache h 2 y 3 de 3

Y sobre los acontecimientos históricos del siglo XV que nos han traído hasta aquí, dice así Andrés:

Estimado Sergio:

Quiero hacer unas puntualizaciones con relación a los hechos acaecidos en Marruecos desde que a finales del siglo XV España y Portugal, después de la Bula Papal “Ineffabilis”, se pusieran de acuerdo para repartirse los reinos de Trémecen y Fez, y como en este último Portugal avanza (y retrocede) durante el siglo XVI acabando su aventura marroquí en la Batalla de los Tres Reyes o de Alcazarquivir.

¿Por qué estas acciones habían movido mi inquietud, ya que por mi formación académica disto mucho de la Historia Política? La razón principal fueron los artículos que pusiste en tu blog los días 3 y 6 de febrero de este año 2014: “La Ocupación de Larache por los Portugueses (s.XV)” y “Larache, Portugal y el Fuerte de La Graciosa” respectivamente; y más concretamente un comentario recibido de un paisano nuestro, el doctor José Edery, que afirmaba varias cosas: 1º que Larache nunca había sido ocupado por los portugueses ni por nadie; 2º que el final de la dicha Batalla de Alcazarquivir había inducido a un muy particular festejo del pueblo judío; y 3º la influencia decisiva que tuvo “la Caballería de Larache” en la derrota de Portugal en la citada Batalla.

Respetando absolutamente lo que manifestaba el doctor Edery, he de decir que en mis años de estancia en Larache, yo chico (10-16 años de edad) al ver tantas fortificaciones antiguas, algunas en ruina manifiesta, con muchos cañones pedreros por todos los lados, bastantes usados como “mobiliario urbano”, al preguntar que qué era todo eso, siempre te contestaban que “de antiguo” primero Portugal, y después España, habían ocupado Larache.
Además del estudio en bachillerato del Antiguo Testamento donde el pueblo judío es el gran protagonista (en mi Colegio de Larache tenía compañeros que también asistían a estas clases), mi curiosidad y simpatía me hicieron seguir enterándome de las vicisitudes que este pueblo tuvo no solo en España, si no también en los otros lugares a lo largo de la historia. En el caso concreto que tratamos, fue para mi una sorpresa que, en la financiación del rey D. Sebastián a África, hubo una fuerte contribución (no de motu propio) de los judíos portugueses. Relacionándolo con lo expuesto anteriormente sobre la ocupación de Larache, pero más por motivos emocionales propios que ya he manifestado, es por lo que he tratado, modesta y objetivamente, de enterarme a través de documentos como fueron sucediendo estos hechos.

Al tratar de partir para “mis estudios” de los tiempos de la ya dicha Bula, 1495, encontraba que Portugal tenía unos “derechos adquiridos” más antiguos, y que de hecho condicionaban los repartos de los reinos norteafricanos: el de Fez para Portugal y el de Trémecen a España, derechos que sinceramente confieso que ignoraba. ¡Tenía que ir pues más atrás para hilvanar los hechos!
Puesto en esta tarea, creo que he finalizado su primera parte, correspondiente a los hechos relacionados más relevantes durante el siglo XV; en breve prepararé desde mis ya tomadas notas, la segunda parte correspondiente a los hechos sucedidos en el siglo XVI, fundamentalmente lo que le sucedió a Portugal en sus plazas del reino de Fez, cuales fueron los impulso del rey Sebastián para la organización y el llevar a cabo la expedición que le llevó a la rota, y del apoyo que tuvo Portugal, cuando hizo falta, desde sus muy parientes los Reyes de España.

Explicados mis planes y sus motivos, adjunto hago mi primer envío: “EL SIGLO XV EN ESPAÑA Y PORTUGAL”, que espero sea de interés para todos.

EL SIGLO XV EN ESPAÑA Y PORTUGAL
ACUERDOS Y DESACUERDOS ENTRE AMBOS REINOS PARA LOS DOMINIOS DE LOS PAISES NORTEAFRICANOS E ISLAS CANARIAS A TRAVÉS DE LOS DOCUMENTOS
ANTECEDENTES REMOTOS.

PRIMERA MITAD DEL SIGLO XV:

El Tratado de Medina del Campo de 1431 estableció la paz entre los reinos de Castilla y Portugal. Su firma, entre Juan II de Castilla y Juan I de Portugal se llevó a cabo en Almeirim en el mes de enero de 1432.(1)

Dicha paz “…despertó tanto entusiasmo que los <altos infantes> como los llamó Camoês, es decir, los hijos de don Joâo enviaron a Juan II de Castilla un mensaje: irían con sus hombres a la guerra de Granada cuando se lo pidiesen…”.”Tres garantías se hallaban expresadas: primera, que los trazados fronterizos (peninsulares) eran definitivos…; segunda, que Castilla se comprometía a no perturbar las navegaciones portuguesas por el Atlántico; tercera…” (2)

Sin embargo, pronto se suscitaron cuestiones que ponían en peligro el status quo que habían establecido con el acuerdo de Almeirim.

Una de las más importantes era la del veto que Portugal ponía de hecho en 1450 al derecho de navegación de los marinos andaluces por las costas atlánticas de África; otra importante era el dominio de las islas Canarias, en las que Castilla durante períodos del siglo XIV anterior ya había estado presente.

La realidad era que Portugal desde principios del siglo XV había comenzado a expansionarse por el norte de África, conquistando Ceuta en 1415; después, durante la primera mitad de dicho siglo, había encontrado la ruta atlántica que bordeando el continente, la llevaba a las costas del golfo de Guinea. Y ahí, en dichos territorios africanos las ganancias eran fáciles por su abundancia en oro, la Mina, y con el tráfico de esclavos negros, tratando Portugal de poseer ambos comercios en el más absoluto de los secretos y en mantenerle así en exclusiva para su propio beneficio. (3)

Por tanto ya se puede comprender el gran interés que tendría Portugal para dominar todos los puntos estratégicos de la costa africana (Larache entre otros) que corren desde el estrecho de Gibraltar al dicho golfo de Guinea, y en donde naturalmente estaban también las propias islas Canarias (4), y al mismo tiempo, la atracción que dichas riquezas ejercían sobre aventureros de los otros reinos peninsulares e italianos, principalmente andaluces y genoveses.

Hay que decir que ya “…en 1402 se (había) inicia(do) propiamente la conquista (de las islas Canarias) con la expedición a Lanzarote de los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle ….(siendo) Bethencourt vasallo del rey de Castilla …” (5). El siguiente paso fue la conquista para Castilla de las islas menos pobladas: Fuerteventura, La Gomera, y El Hierro.

JEAN DE BETHENCOURT

JEAN DE BETHENCOURT

TERCER CUARTO DE DICHO SIGLO XV:

Vemos pues que a mediados del siglo XV surgían profundos problemas entre Castilla y Portugal, debido a que ambos tenían ambiciones para expandirse por el Atlántico.

Como era costumbre en dichos tiempos, el reclamante acudía al arbitraje del Papa el cuál, emitiendo en 1454 la Bula “Romanus Pontifex”, concedia al rey Alfonso de Portugal “…la posibilidad de conquistar tierras en manos de musulmanes o paganos, amenazando con excomunión a quienes obstaculicen estas conquistas…” y en 1456 la Bula “Inter Caetera” confirmaba la Bula anterior, y ampliaba sus alcances a favor de Portugal “…de todas las nuevas tierras…. mas allá del cabo Bojador, incluyendo todo el centro y sur de África…” (6)

Pero ya en Castilla se veía con intranquilidad el problema sucesorio de su rey Enrique IV llamado en la historia “el Impotente”.

ENRIQUE IV EL IMPOTENTE

ENRIQUE IV EL IMPOTENTE

En realidad los problemas en Castilla fueron múltiples y seguidos: “Pequeña Guerra Civil” entre los nobles (1464-1868) para fijar el heredero del aún rey vivo entre su hija Juana de Castilla (apodada La Beltraneja) y sus propios hermanos (del Rey): primero hasta su muerte, Alfonso, y después, Isabel; con el enlace de esta Isabel de Castilla con su primo Fernando de Aragón (ambos Trastámaras) en 1469 triunfa el bando aragonés, el cuál comienza a ser atacado por los partidarios de la unión de Castilla con Portugal; y ya a la muerte de Enrique IV esta rivalidad llega a ser una verdadera Guerra Civil de Sucesión (7), y que va desde 1475 a 1479, entre los partidarios de Isabel y Fernando por un lado, y los de Juana la Beltraneja con su marido el rey de Portugal Alfonso V por el otro, disputándose así el reino de Castilla. (8)

Este último conflicto entre Castilla y Portugal también se extendió asimismo al océano Atlántico, donde las flotas castellanas y portuguesa apresaban los buque enemigos que encontraban, bombardeaban ciudades costeras (así Castilla lo hizo con las ciudades sureñas portuguesas y las ya ocupadas del norte de África), disputaban el dominio de las estratégicas islas Canarias, y ambicionaban las riquezas de oro de la Mina y de los esclavos de las costas de Guinea. Aunque en la isla de Gran Canaria se aguantó a la armada portuguesa, esta venció a la castellana en la decisiva batalla naval de Guinea. (9)

Príncipe Juan de Portugal

Príncipe Juan de Portugal

Esta guerra concluyó en 1479 con la firma del “Tratado de Alcácovas” del que hablaremos después.

Mientras, Portugal se había ido asentando paulatinamente en las poblaciones atlánticas del norte de África: Alcazar-Seguer en 1458, Anfa (Casablanca) en 1469, y Tanger, Arcila, (y Larache ver después) en 1471 merced a un Tratado de Paz firmado el 24 de agosto de 1471 entre el ya citado rey de Portugal Alfonso V y el rey de Fez Muhammad al-Sayj al Wattasi. (10)

Tratado de alcacovas - imagen de la época

 

EL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XV:

Este Tratado de Alcácovas llevó la paz a los reinos de la península ibérica, pero secuela del Pacto de Almeirim, prácticamente dejó en las manos de Portugal, de momento (11), toda la vertiente atlántica africana incluidas sus islas excepto las Canarias que se quedaban reservadas para Castilla. (12)

Y esta, teniendo solo que resolver la conquista del reino nazarí de Granada, “…la victoria (global) alcanzada sobre Portugal, las paces con los países vecinos, el aseguramiento de la tranquilidad en todo el ámbito de Castilla y León, la sólida unión de las Coronas de Castilla y Aragón, el crecimiento de sus recursos materiales y la fusión de los espíritus, hermanados y ansiosos de grandes obras, trascendían mas allá de las fronteras, aumentando el prestigio de los Reyes, que habían alcanzado en sus tiempos la honda transformación de sus Estados.

En los dos años que siguieron a la paz con Portugal ya se acusaba el poderío de la Monarquía castellano aragonesa fuera de la península: La conquista de las Islas Canarias (Gran Canaria en 1480) …era parte de los primeros brotes de una política de expansión de alto estilo.” (13)

Mientras, Portugal, seguía expansionándose por sus dominios africanos yendo en el sur explotando sus mercados y abriendo nuevas rutas a la navegación, mientras en el norte tenía sus ideas de ir a la conquista del reino de Fez, con un inicio como el de la fortificación de las ciudades ya conquistadas y el de ir (¿1487?) (14) contra Alcazarquivir (como camino hacia Fez) con la construcción del fuerte La Graciosa, a orillas del río Lucus y a corta distancia de Larache, ciudad en la que desemboca al océano el citado río. (15)

Mapa de Larache

Mapa de Larache

Reconquistado por Aragón a Francia las provincias del Rosellón y la Cerdeña, rendido a Castilla el reino Nazarí de Granada, el impulso de los reinos hispanos hacia las conquistas exteriores se acentuó al máximo: Castilla en 1492 ya había acabado prácticamente de conquistar las islas Canarias y había descubierto un nuevo continente al oeste del océano atlántico mientras Aragón se imponía en los países del Mediterráneo, en pugna en Italia con Francia, y con el poder otomano que también trataba de expansionarse por el mismo mar.

Un hecho histórico trascendente que en ambos países sucedió fue el de la “expulsión de los judíos”; en España unos 200.000 “no conversos” salieron a raíz del “Edicto de Expulsión de los Judíos Públicos” firmado por los Reyes Católicos en Santa Fe el 31 de marzo de 1492, asentándose muchos en Portugal, algunos a Navarra, otros al mediodía de Francia y otros pasaron a África; mientras, en Portugal el rey Don Manuel hacía lo mismo en diciembre de 1496. (16)

Edicto de Granada de Expulsión de los judíos

Edicto de Granada de Expulsión de los judíos

Por tanto, Castilla y Aragón ya consolidada la unión desde el matrimonio de sus reyes Isabel I y Fernando V “tanto monta, monta tanto”, elevan sus pretensiones sobre los países norteafricanos y que por lo que aquí llevamos dicho, ello va a suponer otro choque frontal más con los intereses portugueses.

(17) “…Marchó (en 1493), pues, Garcilaso (de la Vega, padre del poeta de dicho nombre) a Roma (como embajador), iniciando con el Papa Alejandro VI (Borgia) unas negociaciones en nombre de los Reyes Católicos para exponerle…  el proseguir la guerra contra los infieles en el norte de África… Mostró Alejandro VI gran alegría por… la proposición…, pero los Embajadores de Portugal objetaron que la conquista del reino de Fez, o sea todo lo que hoy llamamos Marruecos, había sido (ya) concedida anteriormente a los reyes de Portugal por la Silla Apostólica (ver en 1454 la Bula “Romanus Pontifex”).

Era por entonces uno de los miembros más salientes y destacados del Colegio Cardenalicio Don Bernardino de Carvajal, Obispo de Cartagena… Opúsose el Cardenal Carvajal enérgicamente a la pretensión del Embajador portugués, manifestando que en tiempo de los reyes godos los reinos de Fez y Trémecen (entonces se llamaron Mauritania Tingitana y Mauritania Cesariense) pertenecieron a la Corona de España por mucho tiempo, correspondiendo a los Reyes Católicos como descendientes de Pelayo y de los reyes godos. Por lo tanto, ningún Papa podía haber dado a los Reyes de Portugal -decía el Cardenal- tierras que de derecho pertenecían ya de antemano a la Corona de España, tanto más cuanto estas tierras habían sido feudatarias de Castilla hasta que Alfonso X (el Sabio), contra la opinión… condonó ese feudo. Añadía don Bernardino de Carvajal que las plazas de Ceuta, Tánger y Arcila, que estaban en poder del Rey de Portugal, debían de devolverse a España …”

BERNARDINO DE CARVAJAL

BERNARDINO DE CARVAJAL

(18) “El Papa Alejandro VI, oídos los razonamientos de una y otra parte, decidió acceder a lo que pedía Fernando el Católico, concediéndole la investidura de las tierras del norte de África para conquistarlas con justo título; pero al mismo tiempo, a fin de evitar las posibles diferencias con Portugal, estableció que esta concesión se haría sin perjuicio de los derechos que tuviesen otros Príncipes cristianos… Esta Bula “Ineffabilis” del 13 de febrero de 1495 afirma el derecho de los Reyes Católicos y de sus sucesores en Castilla y Aragón para conquistar África con todos sus reinos y señorios …”

La Bula “Ineffabilis” seguía manteniendo pues, por sus ambigüedades, las fricciones seculares entre España y Portugal, naciones que a su vez sufrían a piratas y corsarios establecidos en los reinos norteafricanos que acosaban a las navegaciones e incluso hacían incursiones en sus propias tierras firmes, a pesar de las razzias de castigo que realizaban ambos reinos cristianos.

Como ya habíamos visto que hasta ahora, las conquistas norteafricanas habían sido adjudicadas a Portugal (19) “ …parecía que la bula de Alejandro demostraba el propósito de Fernando V (el Católico) de violar dichos tratados. Para aclarar este punto vino de Lisboa una embajada (a la Corte Castellana-Aragonesa) compuesta por don Ruy de Sosa, su hijo don Juan de Sosa y Arias de Almada, llegándose rápidamente a un acuerdo por el que España reconocía nuevamente a Portugal el derecho de conquistar el reino de Fez, mientras los Reyes Católicos conservaban el derecho a conquistar el reino de Trémecen, en el que quedaban incluidos los puertos de Melilla y Cazaza (en el nor-oriente del reino de Fez; ¿se trasladaba así la frontera oriental de dicho reino desde la rivera del río Muluya a la del Kert?)…”

Reino de Marruecos

Asimismo una comisión de ambos países estudió si el espaldón continental de las islas Canarias era del reino de Fez, quedando de acuerdo que dicha franja que va del Cabo Nun al Cabo Bojador fuera adjudicada a Castilla. (20)

Otro era el grave y continuo problema que mantenían todos los reinos hispánicos con los ataques de los moros; a Portugal sobre sus plazas ocupadas en el reino de Fez (Ceuta, Tánger…) (21), y a España porque al haber pasado al norte de África los moros expulsados de Andalucía constituía un grave peligro para la seguridad de sus costas, y en general de toda la navegación en el Mediterráneo occidental. (22)

Estaba pues en el ánimo de los Reyes Católicos el cortar la sangría que los moros corsarios estaban prodigando en sus reinos el llevarles a la paz y tranquilidad prolongando sus “guerras contra el infiel” a las tierras africanas. Así, España no tardó en ocupar Melilla en 1497 (23) mientras presionaba a la corte de Lisboa que cumpliera sus compromisos de conquista del reino de Fez, y más concretamente, Tetuán, y otras plazas mediterráneas. (24)

“Temían los moros, no sin fundamento, que la conquista de Melilla fuera tan solo un primer paso para penetrar tierra adentro, por lo que el Rey de Fez mandó venir y reunir en los alrededores un considerable ejército y fortificó y guarneció a Cazaza, Tezota, Motabel, y Alcalá, lugares próximos, con objeto de que Melilla viniera a estar como cercada, teniendo lugar con frecuencia pequeños encuentros individuales entre moros y cristianos.” (25)

Mientras, en el lado occidental del reino del reino de Fez, se acababa el gozo de la tranquilidad en las plazas ocupadas por los portugueses debido al Tratado de Paz ya indicado con agresiones de los naturales a las mismas; curioso es el caso de Larache que en dicho período no hubo por parte de Portugal una ocupación plena como fue el caso de Arcila o Tánger (26),ya que el rey de Portugal “cedió” el dominio de la plaza a un caballero suyo, y aunque no se llegó a ocuparla totalmente, es lógico sospechar que alguna fuerza debería haber por haberse llevado a cabo la aventura ya comentada de La Graciosa. (27)

Mapa de Larache

Mapa de Larache

Ahora bien y a finales de este siglo XV, Portugal se estaba preparando para la conquista de más poblaciones costeras atlánticas, e incluso otras tierra adentro del reino de Fez.

Se cierra lo sucedido en este siglo XV viendo que reina ya la paz entre España y Portugal, preparándose y apoyándose ambos países, cada uno por su lado, a las conquistas de las plazas de los reinos de Trémecen y Fez respectivamente, ante las resistencias cada vez más tenaces de sus propios habitantes. (28)

Por Andrés Arévalo Martínez

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