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LA LUZ DE LARACHE
Fotografiar Larache. Imágenes en blanco y negro e imágenes en color, imágenes que se superponen, que se pisan en el torbellino desordenado de la memoria, imágenes que parecían condenadas a borrarse y que se han quedado como viejas estampas de color sepia…
Pero la luz de Larache es azul y blanca, es húmeda y salada. La luz de Larache estalla deslumbrante en su Balcón del Atlántico, límpida, transparente, casi pura; desde ese lugar te absorbe los sentidos y te deja embelesado frente al océano inmarchitable, con el verde esmeralda bajo los penachos de las olas, con el azul del mar y con el celeste del cielo. Y luego la misma luz, al atardecer, abrasada por las llamas del sol, cae pesada y lentamente en ese horizonte familiar y lejano, y se torna dorada, entiznando la ciudad de oro. Cómo apartarse entonces de la balconada que asoma al acantilado de Ain Chakka. El efecto es hipnótico. Te olvidas de la cámara y el dedo se queda agarrotado sobre el disparador. Quedas atado de por vida. Tantos colores en ese blanco y azul, tantos colores en el mágico crepúsculo que se repite cada día en Larache…
La paleta se multiplica En los puestos de la Plaza, especias, frutas, pescado o carne, son el rojizo azafrán, los melones amarillos, la plata de las sardinas o la roja sangre del cordero; en el Zoco Chico refulgen los escaparates de los joyeros, tientan los tejidos verdes, turquesas, negros y cobaltos de los vendedores de caftanes. Pasa el afilador y el aguador,el guerrab, y se oyen los colores de sus voces, confundidos ahora con las canciones que suenan en antiguas radios y en viejos reproductores. Se asoma el susi con su bata añil, se detiene una mujer con chilaba blanca, y otra entra en el almacén ataviada de verde y con el litam negro cubriéndole el rostro. Cerca, campesinas sentadas en el suelo con sombreros de paja decorados con borlas multicolores. Hay carros de verduras, de naranjas, de brevas, de uvas. Y de pronto todo se detiene por un segundo cuando la voz del almuédano llama a la oración desde la mezquita Anwar, la voz escapando de los altavoces del minarete en un eco ancestral. Pero también hay en Larache otros ecos de rezos en sinagogas y en iglesias que resuenan en la memoria.
Cómo captar estos cien colores en una sola imagen congelada… Huyen quizá ante la amenaza de verse constreñidos en un daguerrotipo.
Pero hay otras tonalidades más profundas. Y es que los colores de Larache, mis colores de Larache, tienen nombres y rostros. El glauco de los ojos de mi abuelo, que me mira mientras me enseña a pescar y me conduce metido en el sidecar de su moto por las callejuelas, una aventura entonces. El negro del cabello rizado de mi padre, al que me sujeto con mis pequeños dedos cuando me transporta a sus espaldas por la orilla de la playa, en la otra banda, allí en la desembocadura del Lucus. Más difícil es describir el color de la sonrisa de mi madre, endiamantada decía un hebreo, llevándome de paseo por la plaza de España y por la calle Chinguiti, para de regreso comprarme en un bacalito garrapiñadas y un paquete de caramelos. La piel oscura y brillante de Mina cocinando el cuscús o preparando aquellas galletas de almendras y dátiles que yo observaba elaborar pacientemente con la barbilla clavada en el borde de la mesa. De qué tonalidad son los amigos. Luisito, Lotfi, Gabriela… Qué tipo de cámara sería capaz de captar ese arco iris invisible que ahoga los grises tristes y amargos…
Fotografiar Larache. Javier Lobo, otro amigo de aquella infancia imborrable, tuvo más paciencia y, ya adulto, regresó, y en la avenida Mulay Ismail pulsó el disparador de su cámara y capturó en la sonrisa de una niña (tal vez se llame Salwa o quizá Fatima) ese algo que nos hizo soñar entonces, ese algo que sólo él supo ver en ese segundo en concreto y que luego, al revelar la foto, tituló con una palabra desnuda pero rotunda: felicidad.
Y Larache seguía allí, toda su luz blanca y azul, húmeda y salada, tras la instantánea de esa niña que tal vez de llame Salwa o quizá Fatima…
Sergio Barce
(Relato incluido en mi libro Paseando por el Zoco Chico. Larachensemente – Ediciones del Genal – Málaga, 2015)
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LA MAYORÍA DE LAS IMÁGENES ESTÁN TOMADAS DE LA PÁGINA DE FACEBOOK DE RADIO LARACHE Y DE LAS WEB DE JESÚS PÉREZ Y DE HOUSSAM KELAI.
Estimado Sergio, aunque no me conoces, sigo tu blog y tu página de Facebook, ya que yo también llevo «Larache en el corazón». Pertímeme, por favor, que te resuma mi historia, y solicite tu ayuda, para recabar información sobre la vida en esta ciudad de mi familia paterna. Mi nombre es Carmen M. Erenas Puerta. Mi padre, Miguel Erenas, nacido en Sta. Cruz de Tenerife en 1.921, era hijo de un militar fallecido en Marruecos, cuándo el contaba con sólo 1 año de edad. Mi abuela, María José Reyes Linares, se volvió a casar, curiosamente con un primo hermano suyo: José Linares Rubio (traductor de árabe en la Alta Comisaría de España en Marruecos), y se instalaron en Larache, dónde nacieron mis tíos: César y M. Angeles Linares Reyes. Todos nos han contado muchas historias, sobre su felicísma infancia y juventud en Marruecos, pero ya no viven…
Cómo te he comentado al principio, me gustaría que si puedes me indicaras dónde me puedo dirigir para obtener datos. Ellos según hemos visto en algunos documentos, vivían en el nº 57 de la calle Cervantes, muy cerca del palacio de la Duquesa de Guisa, con la que mi abuela entabló una excelente relación (conservamos fotos dedicadas por la duquesa, de su puño y letra a mi abuela, así como invitaciones a bautizos de algunos de sus nietos, que al parecer también vivían alli…).
Estamos pensando hacer un viaje para visitar aquello, pero desconocemos si la casa sigue allí (creo que era un grupo de viviendas, ya que mi bisabuela Carmen Linares Mena, también tenía su vivienda allí), nos gustaría ver también el colegio HH Maristas, dónde estudiaron, y rendir respeto a los que allí quedaron para siempre, pero no sé si hay algún registro dónde poder consultar la ubicación exacta de las tumbas.
Espero que me informes de lo que buenamente puedas, y te agradezco de antemano, sólo el hecho de leer esto.
Tienes en Granada, a una admiradora, que echa de menos que no vengas por aquí a presentar alguno de tus libros.
Te reitero todo mi agradecimiento,
Recibe un cordial saludo.
Carmen M. Erenas Puerta
Granada, 17 de junio de 2016
Querida Carmen:
Precioso lo que cuentas, y muy emotivo. Sería fantástico poder ver esas fotos dedicadas de la duquesa. Eso sí que son documentos con valor histórico.
Te comento: el colegio de los HH Maristas, desapareció, y lo sustituyó un edificio horroroso. Y en la calle Cervantes, se mantienen algunos edificios pero la mayoría también han sido derribados y sustituidos por nuevas construcciones de muy dudoso gusto.
Veo muy difícil que puedas conseguir datos o documentos de ellos, y, tal vez, puedas obtener alguna información bien a través de alguien que lea esto y sepa algo más de lo que has contado, o en páginas de facebook de larachenses que hubiesen coincidido con tus familiares (HHH los de Larache y similares).
En cualquier caso, si hay algo que necesites, aquí me tienes.
Y lo de presentar mis libros en Granada, esperando que alguna librería de la ciudad se anime a invitarme a ir, que para mí sería un lujo poder hacerlo.
Muchos besos, Carmen.
Sergio
Muchas gracias Sergio,
Cuándo programemos el viaje, casi seguro que volveré a contactar contigo, para que nos orientes en algunas cosas.
En cuánto pueda, te haré llegar las fotos, y algún otro documento de interés.
Sigue con tu maravillosa labor, para que la memoria de Larache y todos los que la quieren y quisieron, no caiga en el olvido…
Ojalá te tengamos pronto en Granada.
Un abrazo
Muy bien, Carmen.
Fotos preciosas y de gran valor tan histórico que emocional. Para mi es un regalo inestimable.
Choukran de la parte de un antiguo enseñante en Larache.
Gracias a ti, Mohamed. Un fuerte abrazo
Cierto .Fotos sensacionales,a saber de que años.
Deben ser muy anteriores a mi epoca.
Pero me encantan…….
Gracias, Adela. Un beso
Gracias Sergio por nombrarme. Esa foto de la chiquilla no la puedo olvidar y llena todo su contenido en su título: FELICIDAD. Un abrazo.
Un abrazo para ti, Javi. Hiciste una foto inolvidable.
Estoy buscando antecedentes familiares. Mi abuela paterna, CARMEN TORRES LINARES (1896) La Almarcha, era hija de JUANA LINARES MENA (Córdoba) (Viuda en 1906). Estoy un poco estancada. ¿alguien me puede echar una mano? mil gracias.